Días de impasse esperando la salida estrella de la semana que viene de la cual daremos buena cuenta en estas páginas (esperemos que no surjan contratiempos de última hora) y que aún no tiene todos los puntos decididos, estamos en ello. Pero no es de esa salida aún en estado embrionario de la que quiero hablar, tiempo habrá para ello, es de la realizada el sábado pasado que como no preveía compañía me la monté a mi manera. Elegí un itinerario bastante largo y nunca realizado por completo, siempre a cachos, en un sentido u otro, de hecho no lo tengo ni puesto en el blog, y eso que es un camino público.
¿De cuál se trata, pues? Pues nada más y nada menos que el camí vell d'Estellencs y ¿dónde está el problema? pues en los extremos, en las fincas de Son Forteza y Son Fortuny donde no somos bien recibidos si vamos montados en las bicis, desconozco los motivos ya que la ordenanza municipal de Puigpunyent distingue entre caminos aptos para la circulación de vehículos a motor y los que no, y en estos se permite la circulación de bicicletas, ahora bien, dado que la señalización la plantó el Consell es posible que esté conveniado y tenga otras condiciones, de hecho es lo que tengo entendido que pasa en Son Fortuny a raíz de la compra de la franja de terreno por donde transita el camino de la boal de ses Serveres.
Así pues me dispongo a apechugar con lo que pueda pasar mientras atravieso la barrera de entrada y los cuidados campos que rodean la mansión que me vigila desde lo alto, no soy invisible pero nadie me ve y puedo enlazar con la pista principal y continuar camino sin ser interceptado. Este primer tramo hasta la Teulera creía que era más corto y más plano pero no es así y empieza a tener su miga, y en cambio encontré más corto y llevadero que en ocasiones anteriores el tramo del bosque donde las pasé canutas.
Había tres bikeros en el cruce observando el mapa y ninguno parecía tenerlo muy claro ya que hablaban de tirar para abajo cuando su intención era ir hacia Planícia y tuve que sacarles del error partiendo poco después todos hacia arriba. Cuando iba bajando ya pasado el coll d'Estellencs me crucé con otros que venían de Esporles, Joan y un compañero, y paramos a saludarnos y compartir algunos pormenores. Giro en el cruce y empiezo el descenso procurando estar atento a los desvíos del Salt pero no los reconocí y eso que no hace tanto que estuvimos por allí aunque tampoco me importaba mucho ya que mi objetivo principal se encontraba aún muchos metros más abajo. Lo que sí vi y disfruté fueron algunos tramos de camino antiguo, empedrado, pero la verdad es que ya queda muy poco de ese itinerario.
Salimos del bosque y más de lo mismo, camino ancho bastante bueno y algún tramo empedrado marcado con algún hito. Llega un momento en que ya tengo las casas a la vista y también oigo voces por lo que paro a estudiar la situación. Por lo que puedo apreciar sobre el terreno y lo que he visto sobre las trazas de algunos compañeros es que la salida alternativa es un camino que circunda los campos de abajo y empalma con otro camino que se dirige a la casa que tengo a mi derecha. También vislumbro una barrera en un nivel un poco más bajo y decido ir hacia ella para salir por allí pero el primer obstáculo es una honda torrentera que me obliga a buscar un paso seguro al otro lado, eso sí lo encuentro pero lo que no veo es un itinerario claro, a veces se puede apreciar algún sendero producido por los animales que seguro se encaraman a los marges con mucha mejor soltura que yo con la bici a cuestas y para más inri soy incapaz de llegar hasta la barrera, no tengo ninguna referencia de donde estoy, sé que no estoy lejos pero la maraña de ramas y plantas colgantes hace que desista y vuelva atrás a buscar otra vez el camino principal. A lo mejor podría haber aprovechado que los personajes estaban abajo para salir de allí cruzando por las casas pero el recordar algún episodio ocurrido con los perros me hace dudar y aunque lo hubiera conseguido sin problemas me hubiera quedado con la misma duda con la que llegaba, que era comprobar la salida alternativa.
No me queda otra que volver por donde he venido y no me hace gracia ninguna, estaba casi convencido de que patearía de principio a fin y me llevé una gratísima sorpresa al comprobar que sí se puede ciclar, no al cien por cien en mi caso, pero sí en un alto porcentaje, y tampoco se me hizo muy largo que digamos, hasta dio para ir a investigar algún desvío en direción al Galatzó, los del Salt los dejé para una mejor ocasión y casi mejor en sentido contrario.
Llego arriba y veo dos bicis, ni me suenan pero uno de los bikeros sí con el que he compartido algunas rutas con los morcibikers de por medio, ello me da pie a aclarar también ciertos asuntos de alguno de sus integrantes, a día de hoy desaparecido (momentáneamente) del mtb. Se van, cada uno va a bajar por donde ha subido el otro, en mi caso porque quiero volver a ver el trazado del camí de Superna, el que unía las poblaciones de Puigpunyent y Esporles, hoy en día completamente desdibujado cuando no arrasado por la carretera, y digo desdibujado porque lo que se conserva es un miserable sendero sin mucho valor que ni siquiera se puede aprovechar para subir, por ello lo tenemos que hacer siempre de bajada, no es la primera vez pero quiero volver a recordarlo.
El coll des Grau parece una meta volante en una etapa de carrera de bicis tal es la cantidad de ciclistas que por allí merodean pero ninguno bajará por donde yo, y así entre cruces y carreras entre unos y otros voy recorriendo los tramos entre curvas. Creo que es el tercero de ellos que me parece que se lo han inventado, en lugar de bajar otra curva y tomar el último segmento, no, han limpiado, han marcado un nuevo itinerario que parece más dh que otra cosa, les parecería poco los anteriores.
La llegada a la carretera, y cinco minutos más tarde, al mismo pueblo marcan el final de esta ruta, o más bien miniruta, de un sábado que pese a los contratiempos y recortes, fue espléndido, y no me refiero solo al tiempo, que también.
¿De cuál se trata, pues? Pues nada más y nada menos que el camí vell d'Estellencs y ¿dónde está el problema? pues en los extremos, en las fincas de Son Forteza y Son Fortuny donde no somos bien recibidos si vamos montados en las bicis, desconozco los motivos ya que la ordenanza municipal de Puigpunyent distingue entre caminos aptos para la circulación de vehículos a motor y los que no, y en estos se permite la circulación de bicicletas, ahora bien, dado que la señalización la plantó el Consell es posible que esté conveniado y tenga otras condiciones, de hecho es lo que tengo entendido que pasa en Son Fortuny a raíz de la compra de la franja de terreno por donde transita el camino de la boal de ses Serveres.
Así pues me dispongo a apechugar con lo que pueda pasar mientras atravieso la barrera de entrada y los cuidados campos que rodean la mansión que me vigila desde lo alto, no soy invisible pero nadie me ve y puedo enlazar con la pista principal y continuar camino sin ser interceptado. Este primer tramo hasta la Teulera creía que era más corto y más plano pero no es así y empieza a tener su miga, y en cambio encontré más corto y llevadero que en ocasiones anteriores el tramo del bosque donde las pasé canutas.
Había tres bikeros en el cruce observando el mapa y ninguno parecía tenerlo muy claro ya que hablaban de tirar para abajo cuando su intención era ir hacia Planícia y tuve que sacarles del error partiendo poco después todos hacia arriba. Cuando iba bajando ya pasado el coll d'Estellencs me crucé con otros que venían de Esporles, Joan y un compañero, y paramos a saludarnos y compartir algunos pormenores. Giro en el cruce y empiezo el descenso procurando estar atento a los desvíos del Salt pero no los reconocí y eso que no hace tanto que estuvimos por allí aunque tampoco me importaba mucho ya que mi objetivo principal se encontraba aún muchos metros más abajo. Lo que sí vi y disfruté fueron algunos tramos de camino antiguo, empedrado, pero la verdad es que ya queda muy poco de ese itinerario.
Salimos del bosque y más de lo mismo, camino ancho bastante bueno y algún tramo empedrado marcado con algún hito. Llega un momento en que ya tengo las casas a la vista y también oigo voces por lo que paro a estudiar la situación. Por lo que puedo apreciar sobre el terreno y lo que he visto sobre las trazas de algunos compañeros es que la salida alternativa es un camino que circunda los campos de abajo y empalma con otro camino que se dirige a la casa que tengo a mi derecha. También vislumbro una barrera en un nivel un poco más bajo y decido ir hacia ella para salir por allí pero el primer obstáculo es una honda torrentera que me obliga a buscar un paso seguro al otro lado, eso sí lo encuentro pero lo que no veo es un itinerario claro, a veces se puede apreciar algún sendero producido por los animales que seguro se encaraman a los marges con mucha mejor soltura que yo con la bici a cuestas y para más inri soy incapaz de llegar hasta la barrera, no tengo ninguna referencia de donde estoy, sé que no estoy lejos pero la maraña de ramas y plantas colgantes hace que desista y vuelva atrás a buscar otra vez el camino principal. A lo mejor podría haber aprovechado que los personajes estaban abajo para salir de allí cruzando por las casas pero el recordar algún episodio ocurrido con los perros me hace dudar y aunque lo hubiera conseguido sin problemas me hubiera quedado con la misma duda con la que llegaba, que era comprobar la salida alternativa.
No me queda otra que volver por donde he venido y no me hace gracia ninguna, estaba casi convencido de que patearía de principio a fin y me llevé una gratísima sorpresa al comprobar que sí se puede ciclar, no al cien por cien en mi caso, pero sí en un alto porcentaje, y tampoco se me hizo muy largo que digamos, hasta dio para ir a investigar algún desvío en direción al Galatzó, los del Salt los dejé para una mejor ocasión y casi mejor en sentido contrario.
Llego arriba y veo dos bicis, ni me suenan pero uno de los bikeros sí con el que he compartido algunas rutas con los morcibikers de por medio, ello me da pie a aclarar también ciertos asuntos de alguno de sus integrantes, a día de hoy desaparecido (momentáneamente) del mtb. Se van, cada uno va a bajar por donde ha subido el otro, en mi caso porque quiero volver a ver el trazado del camí de Superna, el que unía las poblaciones de Puigpunyent y Esporles, hoy en día completamente desdibujado cuando no arrasado por la carretera, y digo desdibujado porque lo que se conserva es un miserable sendero sin mucho valor que ni siquiera se puede aprovechar para subir, por ello lo tenemos que hacer siempre de bajada, no es la primera vez pero quiero volver a recordarlo.
El coll des Grau parece una meta volante en una etapa de carrera de bicis tal es la cantidad de ciclistas que por allí merodean pero ninguno bajará por donde yo, y así entre cruces y carreras entre unos y otros voy recorriendo los tramos entre curvas. Creo que es el tercero de ellos que me parece que se lo han inventado, en lugar de bajar otra curva y tomar el último segmento, no, han limpiado, han marcado un nuevo itinerario que parece más dh que otra cosa, les parecería poco los anteriores.
La llegada a la carretera, y cinco minutos más tarde, al mismo pueblo marcan el final de esta ruta, o más bien miniruta, de un sábado que pese a los contratiempos y recortes, fue espléndido, y no me refiero solo al tiempo, que también.