Cap Andritxol

Como la semana pasada no se realizó la salida prevista con Jauja decidimos volver a intentarlo este sábado. Todo iba según lo previsto cuando el viernes me levanto trastabillado, dolor de cabeza y malestar son los síntomas que padezco, peligra la ruta y a media mañana le llamo para advertirle de la situación y quedamos en que confirmaría asistencia a última hora según evolución. Llega la hora fijada y parece que he mejorado por lo que me atrevo a quedar en firme, de unos y otros sé más bien poco, uno me comunica que tampoco está para muchos trotes y que si está, está y si no está, no está. El otro definitivamente no está y del grupo no sé nada porque nada han anunciado y en esas estoy cuando recibo correo de Pepe requiriendo hora y lugar. Se lo doy y quedamos en la rotonda de Cala Fornells a las nueve, para que dé tiempo a los que vienen de fuera a recogerme.

Jauja se presenta con Rubén y Jaime y no sabe que viene Pepe así que cuando intenta convencerme de cambiar la ruta alegando motivos meteorológicos tengo que decirle que hay otros invitados para zanjar el tema rápido e irnos al punto de reunión para averiguar de una vez por todas quienes seremos; pues solamente son dos, Pepefz y Torito, los demás no aparecerán, así que presentados y saludados nos ponemos en marcha siguiendo un track que me agencié ayer. Como pude comprobar la semana pasada son muchas las variantes del Puig Gros para subir hasta arriba. Hoy hemos subido por la misma del otro día pero hemos bajado hasta el Caló d'en Monjo, no está lejos de Cala Fornells y es una muy buena alternativa para darse un baño cuando toque. La subida ha sido otro cantar, ciclable en un primer momento después se convierte en un sendero rocoso que de bajada me gustaría ver a alguno por allí (montado por supuesto) y que nos deja a los pies de la torre después de un corto pateo aunque los de Llucmajor opinaran lo contrario.

Después visita turística a la punta del Cap Andritxol y sus casi doscientos metros de desnivel en vertical que literalmente impresionan. Vuelta atrás para bajar por el camino ancho de acceso a este lugar, del castillo me han dicho que ya no es teutón sino ruso, tanto da. Lo que sí he podido comprobar es porqué la valla cruza tantas veces el camino (o al revés). Simplemente es que está colocada sobre la línea divisoria entre los municipios de Calvià y Andratx, entonces es el camino el que cruza de un lado a otro, ahora bien, la pregunta es ¿qué sentido tiene poner una valla hasta el mismo precipicio del acantilado? ¿Marcar territorio? Son ganas de crearse problemas innecesarios donde nunca los había habido.

Con la ensenada de Camp de Mar a nuestros pies y desde una distancia considerable podemos apreciar la envergadura del terreno urbanizado que muchas veces no sabemos apreciar a ras de superficie. Y mira que voy veces a Camp de Mar y no me lo imaginaba tan extenso, no solamente es la urbanización del golf, hotel aparte, sino todo el desparrame monte arriba invadiendo parte de la serra de Biniorella como pudimos bien comprobar después de atravesar el campo de golf y cambiar de vertiente. Para esa zona es para lo quería el track, para no liarme por la urbanización e ir directo hacia nuestro destino, y aún así, guiados por los GPS pudimos atajar por algunos senderos para salir del asfalto y dejar de ser el blanco de algunos capullos motorizados.

El final del asfalto coincide con una barrera con unos carteles disuasorios que nos invitan a darnos la vuelta pero al estar abierta más bien pregona lo contrario y no dudamos en continuar. Ese ramal va enlazando con varias casas de la zona, la primera está desierta; entre la primera y la segunda tenemos que afrontar una subida de las de verdad, es larga y con un desnivel importante, subimos en completo silencio y concentración, nadie quería ser el primero en poner pie a tierra y se notaba pero a base de pedalear y bastante pundonor todos llegamos arriba sin penalizar.

En la segunda casa hay gente y un perrillo que nos delata pero pasamos sin problemas. En la siguiente intersección giramos a la izquierda y damos un amplio rodeo antes de llegar a la barrera de la última casa, la cuarta, sobre los mismos acantilados de Cala Llamp. Estamos desubicados y helados porque el viento ruge con fuerza ahí arriba y además no hay posibilidad alguna de bajar con lo que no nos queda más remedio que volver atrás hasta la última intersección y enfilar correctamente la bajada pero no queremos acabar sin buscar antes una alternativa al asfalto que ya se encuentra próximo, y la encontramos en forma de bonito camino de carro que nos deja en la urbanización bastantes metros más abajo.

No hay para más, el ritmo que hemos llevado ha sido tranquilo y distendido, casi de turistas, saboreando cada pedalada y memorizando cada metro de esta isla escondida que aún nos sorprende al recorrerla, y volvemos a Camp de Mar por la carretera oficial llegando en pocos minutos en contraste con lo que nos ha costado llegar por la montaña. La vuelta a Peguera es un suspiro y aún así nos da para un último recorrido en paralelo a la carretera para ponerle el broche a la ruta, ahora sólo queda hilvanar todas las puntadas para dejar una costura perfecta en forma de ruta asequible pero a la vez diferente, alejada de la alta montaña pero con una batería de ingredientes muy interesante. Para repetir.


Caminos 18-41

Cosa extraña pero el sábado pasado no puse crónica de la salida, que la hubo, pero no tuve tiempo, el otro blog atrae ahora toda mi atención con la nueva presentación lo que a su vez me obliga a recolocar y modificar casi todas las entradas por una causa u otra. Así que la salida de hace dos sábados con los bous por la comuna de Bunyola no tuvo su reflejo adecuado en estas páginas.

Puse el despertador a la hora oportuna y cuando acabé de desayunar eran las ocho y diez cuando tenía que estar a las ocho a sitio, imperdonable, estos estados de duermevela son peligrosos. Así que decido ir hasta Bunyola pero a mi ritmo, sin forzar, porque es imposible que recupere el tiempo perdido, e ir haciendo camino, si los encuentro, bien y si no, pues ya veremos. Y digo esto porque no había confirmado mi asistencia, no suelo hacerlo, por lo tanto nadie estaba pendiente de mi presencia, ausencia en este caso. Lo más lógico es ir en línea recta o sea, por la carretera vieja en la que solamente soy adelantado por algunos grupos de carreteros.

Sorpresa cuando giro para enfilar la subida porque me encuentro allí todo el grupo, resulta que han hecho un pase en diagonal hacia Planera alargando bastante más el camino con lo que he podido recortar un poco la ventaja inicial. Algunos se van pero el grueso del pelotón continua y enfilamos la subida sin penalidad gracias al calentamiento inicial. En la barrera del comellar se van otros tantos y el resto decidimos seguir por la pista para no forzar el timing, queda aún bastante por recorrer.

Enfilamos hacia el Penyal y el depósito y giro en dirección coll des Picot aunque a los pocos metros Carlos duda de que sea por allí, dice que hay otro camino, apoyado por su GPS. Efectivamente, según el aparato, parece ser así ya que estamos muy desviados del track original y yo me ilusiono creyendo que puede haber otro camino diferente del que conocía hasta ahora, aunque tengo mis dudas, cuando observé el recorrido de la prueba original no vi nada extraño. Volvemos atrás pero todo acaba cuando Carlos se acuerda de que sí íbamos bien y además me lo confirmó su descripción de algunos detalles del itinerario; no era el día adecuado para descubrimientos.

De todas maneras no hicimos ese tramo, alguno metía prisa por volver y se le hizo caso como también se le podría no haberlo hecho, seguro que hubiera vuelto a casa sin problemas. Ya decididos a volver aún era un poco pronto por lo que le dimos un repaso al sendero del bosque encantado bajando después por el interior de la Coma d'en Buscante y el desvío antiguo del camino de Cas Bergantet. Estuvo bien.

La vuelta fue rápida campo a través sin apenas tocar asfalto hasta la carretera de Sóller donde me despedí de ellos ya que tiré directo hacia s'Indioteria y ellos continuaron recto hacia Palma. Es lo que dio de sí ese sábado, una ruta sencilla, sin complicaciones y en buena compañía.


Camp de Mar

Algunas ideas revolotean en mi cabeza para este fin de semana, hasta me molesté en hacer un track convencedor pero una opción de última hora se cruzó desafiante en el punto de mira con la que no quise comprometerme a falta de comprobar algunos extremos, cosa que espero me confirmen esta semana entrante, con esos datos en la mano decidiré. Mientras había que hacer algo mínimamente interesante, liado como estoy con los caminos de Andratx pensé en repetir salida por esos andurriales. Lo malo de estas salidas es la falta de información que puedas dar porque a la batería de preguntas de rigor ¿a dónde vamos? ¿hay mucho pateo? ¿a qué hora acabaremos? entre otras, no sabes que responder. Si sé que responder, pero lo que no sé es la respuesta adecuada para convencerlos y más si son unos cuantos, aunque este fin de semana la abultada asistencia parece que no iba a ser el problema ya que solamente tuve que convencer a uno y me hizo una sola pregunta ya que la respuesta de las demás ya se la sabe y respondí con sinceridad después de revisar el teórico track que dibujé para animarle a venir. El único problema es que no ha podido venir y me he enterado al mirar el teléfono ya en el punto de salida así que yo y yo mismo hemos empezado la ruta desde el aparcamiento de Peguera frente al Mercadona.

En un principio tenía pensado llegar a Cala Fornells pero como iba de cabeza y debía decidir en cada cruce he ido tomando la deriva recta hacia Camp de Mar a través de un senderito casi ciclable con un corto pateo al final de la cuesta. Una vez reconozco la pared y la rejilla del castillo teutón me da pereza bajar y volver a subir para avanzar solamente unos metros en vista de lo que me queda para alcanzar la torre, no es mucho pero al ir solo a veces falla la auto motivación.

Sigo el camino marcado que se ve cortado por la rejilla en muchas ocasiones, no me extraña que le hayan pasado los alicates de corte a todo lo que impedía el paso. Llego a la torre, buenas vistas, aún se conserva bien y allá arriba intento vislumbrar los siguientes pasos pero no me hago muchas ilusiones. Vuelvo atrás hasta la pared y busco la bajada, es rápida y sencilla menos la rampota del final, si me quiero conservar entero la bajaré andando. Ahí encuentro un camino paralelo al golf que no conocía y me lleva hasta una caseta de transformadores de la carretera, éso me ha desviado del track pero me da la oportunidad de meterme por una pista lateral al otro lado de la carretera y empezar a subir por un sendero que tiene toda la pinta de haber estado abierto por las motos. Se sube casi todo montado y tiene una bajada sin complicaciones, de las de dar pedales. Vuelvo a la carretera y busco la manera de enlazar con la antigua C712, al final creo que lo hice mal ya que salté la rejilla antes de tiempo pero fue una subida guapa, (no creo que nadie de nosotros se acuerde de haber pasado en coche por allí).

Otra vez en el asfalto y empiezo a bajar como si quisiera regresar pero me meto enseguida por el camino que me lleva a los repetidores. Tiene una barrera abajo que no me impide el paso así que voy subiendo sin desmontar hasta que la humedad y la pendiente unidos a mis pocas fuerzas me hacen descabalgar. Llego arriba y como rápido porque vistas no hay ni una a no ser que me suba a la torre que ya no se usa pero paso y busco el sendero que me llevará al campo de golf con una primera parte por el interior del bosque sin dificultades y una bajada final bastante pedregosa que era lo que recordaba de la última y única vez. Abajo tomo ahora hacia la derecha, esa única vez tomé a la izquierda pero al no estar construido el campo de golf no tuve ninguna dificultad en pasar por allí, pero hoy quiero encontrar el paso hacia el Port d'Andratx porque doy por supuesto de que existe. En principio lo que existe es un sendero marcado que se encarama hacia lo alto, ciclable si vas bien de piernas, y más cuando empiezas a llanear en dirección al mar, eso se supone porque en ese bosque no ves nada. Sigo hasta encontrar una rejilla y una pista al otro lado y aunque veo signos de que la saltan prefiero seguir por mi lado hasta encontrar un paso o una bajada. En un primer momento lo que encuentro es un cortado y la rejilla que no tiene intención de acabar, me lo pienso y vuelvo atrás hasta la caseta derruida a la vera de la pista y es cuando veo el sendero de bajada, pardal, más que pardal, a ver si miramos mejor. Esa bajada tampoco tiene complicaciones técnicas a no ser que quieras hacerla a fondo que debe ser cómo la hacen los andritxols al salir de clase, algunas curvitas, algunos saltos pequeños no montados expresamente y la rampa final para rematar, ésta sí la intenté bajar unas cuantas veces sin llegar a dominar la situación. Lo que no me gustó fue la salida, por el sembrado de una casa vecina y un salto de rejilla final, se ve que los del pueblo pasan de buscar una salida un poco más abajo.

Esta subida y bajada sí que estaba en los planes así que más o menos se iba cumpliendo el trazado pero intuía que no el horario con lo que la última parte de ruta, camí de Son Pericasses, s'Arracó, Puig d'en Tió, etc. iban a quedar para otro día y me dispuse a recorrer los caminos de este lado de la carretera. Como supuse al estar la zona tan urbanizada todos están asfaltados y pese a ir arriba y abajo todo el rato no encontré motivos estéticos suficientes como para recomendarlos expresamente teniendo en cuenta de que tenemos otros al otro lado de carretera más directos al puerto y también un carril bici. Hago un poco de asfalto (poco) hasta Camp de Mar y arriba de la cuesta me meto en el monte para acabar la ruta rodando por los caminos para los que está pensada una bici doble, los que puedes rodar y divertirte al mismo tiempo. Al final la traza inicial fue recortado a la mitad, cosa previsible al ir de descubierta y solo y variando la ruta a medida que se va recorriendo pero ahora ya lo tengo más claro para la próxima vez.


Martes de fiesta

Dejo pasar el domingo, no puenteo el lunes y parece que el martes habrá salida por mi parte, esto pinta bien. Los compañeros han preparado una ruta con Jesús por la Fita del Ram y casualmente otros me preguntan por esa ruta y les invito a participar pero no ha sido posible el encuentro en el día de hoy. Otra vez será. Por nuestra parte debían presentarse Albert y Bonus pero no han venido, el primero se ha excusado por un molesto dolor de espalda y el segundo vivía en el letargo a la hora de salir por lo que solamente éramos cuatro en el punto de reunión, de nosotros, porque hoy Establiments parecía una concentración bikera.

Marc, Fibras, Jesús y yo hemos ido tirando hacia arriba, el más preocupado evidentemente el menorquín que me ha comentado que pasea un virus que le fastidia bastante. “Efectivamente no sabes donde te metes”, he pensado yo aún confiando que pueda ir superando etapas.

Llegamos a la barrera de Bunyolí y meto todo atrás con el plato mediano, “ala, a ver si llegas arriba”, me he oído a mí mismo el comentario, y la verdad, si vas distraído lo haces sin darte casi cuenta. Había un bikero en la barrera de arriba y ha venido un rato con nosotros hasta que ha tirado solo sin parar, ni pensar en cogerlo, si quieres competir ponte dorsal, a mí déjame a mi ritmo, y éso es lo que he hecho en la última parte de la subida por asfalto. De todas maneras ese bikero ha terminado la ruta arriba para volver a bajar por el mismo sitio y éso te da un plus de motivación.

Nos agrupamos y tras salir no tardamos en cruzarnos con Jromán y señora que estaban paseando por la zona aprovechando el magnífico día del que disfrutábamos. Tenemos un momento malo y nos pasamos todos el desvío, lo mejor es que alguno también se lo pasó a la vuelta. El tramo siguiente ha sido de lo más tranquilo, chino chano los de delante y Jesús intentando situarse entre tanta montaña. Como nadie iba a esperarle en la bajada le he dado un consejo aunque difícil de seguir para un novel de esa ruta, “aquí no hay piedras, tira recto” y después cada uno ha tirado para abajo cómo mejor sabía.

Lo que no esperaba encontrarme por allí eran unos motoristas, venían detrás de nosotros, nos han pasado mientras nos poníamos las protecciones y los hemos vuelto a encontrar parados junto a un grupo de bikeros en el cruce de la pared. A buenos han ido a preguntar porque ellos me han preguntado a mí si iban bien para llegar a Puigpunyent, hombre, llegar se puede llegar pero no iba a ser yo el que les marcara el camino, les he enviado hacia Sobremunt y espero que hayan llegado.

En la ermita he convencido a Fibras para ir por la variante 2 del pozo que no se acordaba si la había hecho o no, yo creía que sí y después lo ha recordado, a mí, la verdad, me gusta más que la otra, la de siempre, pero que lo ideal es poder tener varias alternativas factibles. A quién no ha gustado casi nada ha sido a Jesús, que se quejaba de que había muchas piedras (tampoco hay tantas), pero ésto es lo que tenemos por aquí. Tramo rápido hasta los toboganes donde me he atrevido con alguno cayendo en la misma mata de siempre (habrá que pulir ese detalle) y fin de bajada por los escalones hasta la iglesia, ¡cómo me he acordado ahí de la Durolux!.

Fibras y Marc ya nos esperaban sentados en la terraza de un bar donde hemos tomado el refrigerio correspondiente sin mucha prisa porque el horario estaba controlado, el de los demás, porque el mío hoy casi sorprendentemente se podía alargar y eso he hecho, tras subir el primer tramo del camí de Son Ferrà me he despedido de ellos en la entrada del área recreativa para dirigirme hasta la fuente y comer algo allí. Me he entretenido observando las tareas de limpieza en los alrededores pero sin atreverme a pasar ya que es prácticamente un túnel en un zarzal y era arriesgarme demasiado a pinchar así que me he ido a investigar algunos posibles caminos cerca de la Posada del Marqués. He dado vueltas por los viales, he recorrido algunos senderos pero no he encontrado nada factible que enlace con lo que ya conocía, hasta he llegado a pensar que quizás algunos de esos recorridos del catálogo estén pintados de oídas. Vuelvo a s'Hort des Verger para hacer el camino al revés de cuando lo encontré y, la verdad, si no se limpia un poco es muy posible que me lo pongan por sombrero si llevo a alguien por allí, tener que meterse por el bancal de frutales hasta poder bajar al camino, no tener una bajada cómoda después y tener que volver a cruzar bancales arados al final con la rejilla de colofón no parece un plan que agrade a muchos, así talmente está por ahora.

Vuelta tranquila por Sarrià (de postal) y Establiments renunciando al asfalto bajando por el camí de Can Carles y saliendo por Can Chomeu para recorrer los últimos metros por las vacías calles de Palma (de Mallorca) en hora de sobremesa y un más vacío carril bici hasta casa.


Una de pedales

Lanzo una propuesta el lunes pasado y me contestan: “He quedado con los menorquines para ir a Planícia”. Es verdad, reviso el histórico y por estas fechas siempre suele venir gente de la isla vecina, ya hemos coincidido unas cuantas veces. Solían ser siempre un grupo numeroso pero esta vez son solamente cuatro y de dos grupos distintos, uno por un lado y tres por el otro, y de cada punta de la isla, con lo que llevan logísticas separadas. En la ocasión anterior que estuvimos por la zona con ellos subimos hasta arriba de la Mola de Planícia pero ahora sería por abajo, para llegar al Port des Canonge y volver por la Volta des General, eso era rodar mucho y necesitaba ya una ruta de estas características, así que me faltó tiempo para confirmar mi asistencia.

Llegué muy temprano a la cita porque en realidad no sabía a qué hora se había quedado pero no sería antes de las nueve pero para no pifiarla y tener que ir con la lengua fuera detrás de ellos si no estaban llegué con mucha antelación. Éramos pocos aunque muchos más en el aparcamiento, un numeroso grupo de bikeros de Calvià (creo) con los que he coincidido alguna vez estaba allí congregado y aunque también iban a cruzar el Coll d'Estellencs como nosotros cada grupo salió por su lado. Nos cogieron en la barrera de Sa Campaneta porque los menorquines volvieron atrás a recoger una bomba de amortiguador y nosotros fuimos tira tira hasta que nos alcanzaron. El último tramo de subida al coll era un test para mí y no lo pasé con nota con lo que auguraba un final de ruta como mínimo duro. Lo cierto es que de oír al otro grupo cerca en el inicio del GR no volvimos a verlos después, cosa que me extrañó, pero no preocupó.

Yo a lo que iba pendiente era a ver si veía el desvío del Salt, Juan me decía que estaba más abajo del desvío de Planícia y yo decía que no y Pepe tampoco lo sabía así que aunque creí verlo, seguimos adelante con el itinerario previsto porque no lo tenía claro. Volvió a aparecer el tema cuando llegamos a la paret de partió y aunque no hay camino de bajada lo vimos muy fácil y nos tiramos para abajo buscando cada uno su mejor trazada. Un grupito llegamos a una explanada-mirador desde la que se vislumbraba el bosque de pinos que envuelve la casa pero ni rastro del edificio por lo que nos acercamos más a la pared hasta llegar a la altura correcta y desde allí empezar a buscar la casa. Otros lo hacían mucho más al sur pero hasta que no la tuve a menos de cinco metros no la vi y se habían cumplido los malos augurios, una de las paredes maestras había cedido pese a tener casi un metro de grosor.

Comimos algo sentados en la gran era charlando un poco de tiempos presentes y pasados hasta que llega la hora de partir y si no teníamos clara la llegada la salida al menos la tenemos algo orientada. Hay que volver a la pared y contradigo a Pepe cuando vuelve a encaramarse hacia arriba, recordaba vagamente que había que cruzar enseguida y un hito un poco más lejos me lo confirma, así que saltamos y a los pocos metros aparece un camino y además marcado con un poste. Ruedo tranquilo por la zona recordando viejas salidas en solitario por esos bosques cuando llegamos a un cruce y reconozco la pista por la que veníamos anteriormente, la duda que tenía es si es el cruce del R6 o no y efectivamente lo es, mejor dicho, lo era porque se lo han llevado y en su lugar han puesto un poste indicador, supongo que al anterior propietario de la finca no le salía a cuenta retirarlo pero al IBANAT no le ha quedado más remedio que retirarlo. No quisieron tomar la pista que baja y continuaron recto hasta las casas, la verdad es que cuando iba al principio de tener la bici por allí prefería hacer ese camino de subida que no coger el de detrás de las casas, porque era el que estaba peor y también por no pasar justo por delante de la puerta aunque nadie me dijo nunca nada.

Dado que aún siguen cerradas las barreras del Rafal debemos tomar el desvío, ese apaño de camino que te lleva hasta el camí des Correu por el cual tenemos que circular un buen trecho antes de llegar al desvío de la carretera, con sus ramitas y sus rampitas incluídas. Llegamos enteros al asfalto y remoloneamos un rato mientras unos deciden si se van o no y otros se dedican a la observación de la natura. Solucionados los interrogantes todos menos Román continuamos periplo y vamos a buscar la bajada de Son Valentí, para algunos la Branson. Jesús, que viene el último, se come la cadena y vuela por los aires, está solo pero puede continuar, así que cada componente del grupo va tomando posiciones en la línea de salida para empezar la bajada que se hace a buen ritmo y sin muchos apelotonamientos. Hubo alguna parada arriba, donde el surco grande, pero dejando después un poco de espacio con el de delante puedes tener una bajada tranquila y a tu ritmo. Sin zonas técnicas gravosas y siempre hacia abajo esta bajada es especialmente agradecida con los que saben (y pueden) bajar muy rápido pero también nos llena a los que bajamos un poco más lentos. Creo que no se cayó nadie aún a costa de estar bastante limoso en algunas zonas así que el ambiente era alegre en la explanada de detrás de la casa.

Nos dirigimos, los que quedamos, (algunos tomaron las de villadiego viendo lo que quedaba de ruta) a la otra explanada, la costera, para comer algo y empezar de nuevo a subir, primero hasta la carretera de Banyalbufar y después al camí des Correu. La primera es más o menos fácil pero la segunda es cuando menos muy exigente y preveía que me costaría mucho esfuerzo como así fue, aunque lento y renqueante y con algún pie en el primer tramo de pista, conseguí llegar arriba cruzando dignamente el tramo empedrado por segunda vez pero en el descenso del coll tuve un conato de tirón y tuve que aflojar mucho el ritmo para que se me pasara. Como fui casi el único que se puso protecciones iba siempre el último y solo hasta el siguiente reagrupamiento, había que estar pendientes de los menorquines que no se distrajeran en algún cruce y los perdiéramos.

Solamente teníamos que llegar al aparcamiento de la Granja, por tanto los últimos tramos de camino quedaban para otro día. Por supuesto ya no estaban ninguno de los que habían acortado pero hoy me han contado como les fue la vuelta y por lo que me han dicho hicieron bien en volver antes. Yo extrañamente no me sentí mal por la tarde, me esperaba un bajón que no llegó y gracias a ello pude alargar las buenas sensaciones que me había producido la ruta, no fui solo evidentemente a recorrerla, así que este feeling es siempre un compendio entre buena ruta y buena compañía.