A bote pronto podría parecer que empezando el mes con una salida es una buena señal pero es domingo y como vemos no hay crónica del sábado que es en teoría cuando me puedo alargar más aunque cuando se dan así las circunstancias procuro no tomarme la salida dominguera como una revancha y disfrutarla como toca.
De principio el itinerario puede parecer un poco enrevesado pero si nos fijamos bien es de lo más clásico, carril bici casi desde la puerta misma de casa pasando por donde nos imaginamos para no encontrar a nadie y continuar hacia los suburbios de Son Rapinya metiéndome en el bosque de abajo para no poder salir por la rotonda ya que han vuelto a arreglar la rejilla, si no se puede no se puede y punto, vuelvo atrás solo para comprobar como está la barrera que pusieron en la valla con motivo de las obras, está cerrada con lo que vuelvo y me meto por el torrente para salir a la carretera frente al polígono de tiro, ahora me toca volver a la rotonda porque mi intención es ir a Gènova.
Pero no pienso subir a la montaña, me voy a quedar a media subida por el camí 374 para hacer algunas fotos y volver a calibrar una bajada que hice un par de veces que tenía sus posibilidades y he podido comprobar que algo ha cambiado, se puede pasar bien tras haber movido algunos trastos y basura de en medio aunque algunos tramos de piedras te pueden plantear ciertas dudas. Esta bajada me viene al pelo para ir a ver otra zona semi olvidada, Son Toells. Para ello debemos cruzar el túnel para pasar al otro lado de la autopista y entrar de lleno en el bosque, que podamos entrar por la zona del polideportivo está por ver, hace unos años di unos pases para comprobar ese extremo y no vi paso por las rejillas, hará falta una visita más concienzuda.
La principal dificultad de ese circuito es que está situado en una hondonada del terreno y la salida por la vertiente contraria es funesta, hay dos posibilidades fundamentalmente, una es una pista directa llena de piedras sueltas con una pendiente horrible y la otra es un sendero con algo más de viabilidad que solo se puede calificar de muy difícil, así pues el asunto no está para bromas. Desistí de traspasar la pared divisoria y me centré en los recorridos internos realizando dos bucles para tomar finalmente la salida que ya conocía, luego asfalto, escaleras y directo al club de vela para no dejar ya de lado el itinerario costero hasta el Molinar, de hecho no es recomendable debido a las obras del Marítimo donde te obligan a compartir calzada durante un buen tramo aunque ese día y a esas horas el tráfico era mínimo y las preocupaciones pocas.
De principio el itinerario puede parecer un poco enrevesado pero si nos fijamos bien es de lo más clásico, carril bici casi desde la puerta misma de casa pasando por donde nos imaginamos para no encontrar a nadie y continuar hacia los suburbios de Son Rapinya metiéndome en el bosque de abajo para no poder salir por la rotonda ya que han vuelto a arreglar la rejilla, si no se puede no se puede y punto, vuelvo atrás solo para comprobar como está la barrera que pusieron en la valla con motivo de las obras, está cerrada con lo que vuelvo y me meto por el torrente para salir a la carretera frente al polígono de tiro, ahora me toca volver a la rotonda porque mi intención es ir a Gènova.
Pero no pienso subir a la montaña, me voy a quedar a media subida por el camí 374 para hacer algunas fotos y volver a calibrar una bajada que hice un par de veces que tenía sus posibilidades y he podido comprobar que algo ha cambiado, se puede pasar bien tras haber movido algunos trastos y basura de en medio aunque algunos tramos de piedras te pueden plantear ciertas dudas. Esta bajada me viene al pelo para ir a ver otra zona semi olvidada, Son Toells. Para ello debemos cruzar el túnel para pasar al otro lado de la autopista y entrar de lleno en el bosque, que podamos entrar por la zona del polideportivo está por ver, hace unos años di unos pases para comprobar ese extremo y no vi paso por las rejillas, hará falta una visita más concienzuda.
La principal dificultad de ese circuito es que está situado en una hondonada del terreno y la salida por la vertiente contraria es funesta, hay dos posibilidades fundamentalmente, una es una pista directa llena de piedras sueltas con una pendiente horrible y la otra es un sendero con algo más de viabilidad que solo se puede calificar de muy difícil, así pues el asunto no está para bromas. Desistí de traspasar la pared divisoria y me centré en los recorridos internos realizando dos bucles para tomar finalmente la salida que ya conocía, luego asfalto, escaleras y directo al club de vela para no dejar ya de lado el itinerario costero hasta el Molinar, de hecho no es recomendable debido a las obras del Marítimo donde te obligan a compartir calzada durante un buen tramo aunque ese día y a esas horas el tráfico era mínimo y las preocupaciones pocas.
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