Le tenía ya ganas de subir a Lluc por muchos motivos y si tenía que trescar un poco mejor que mejor. Empecé desde Inca pasando por el Serral de ses Monges sin pararme en buscar variantes, que las hay, lo dejé para otro día y bajé directo por una de las calles, mi intención era grabar bien el itinerario GR desde su inicio, al menos desde que encuentras el primer poste, allá por la calle Escorca (debe ser por algo que se llama así). El tema es seguir las indicaciones porque el trazado parece un poco rebuscado hasta Caimari, después del primer tramo hasta la carretera te meten por el camí del Pedregar, asfaltado, y cuidado con pasarte el desvío, este camino de tierra continúa como un sendero pegado al torrente hasta enlazar con el camí de ses Guixeries también asfaltado que nos va a dirigir hacia el pueblo para tomar un tramo de la antigua carretera de Lluc en pésimas condiciones hasta la siguiente curva para callejear después cuesta arriba hasta salir a la gran curva de la carretera por donde proseguimos por su margen derecha hasta Caimari, mencionar que en los mapas también marcan como tramo del mismo camino una bajada directa desde el cementerio que de hecho es el que suelo tomar de vuelta ya que no está escalonado como el otro.
Desde Caimari todo el mundo tiene claro por donde tirar, empezamos por el tramo de tierra desde la primera curva, nos saltamos la Costa Llarga por pestosa y nos vamos directos a la pista del comellar donde seguro que a más de uno le entran las ganas de correr de lisa que está. Cambia un poco (bastante) cuando enganchamos el empedrado y nos baja un poco la media pero una vez que hemos cogido aire otra vez en la bretxa todo vuelve a la normalidad.
Toca descenso rápido hasta el coll de sa Batalla, punto de reunión habitual de usuarios de las 2 ruedas, y un poco más hasta el botador de la pista que me llevará hasta el coll Pelat. Me infunde un poco de respeto este tramo porque sabiendo como se baja no augura nada bueno de subida y no me equivoqué, después de una primera parte bastante decente hasta la fuente donde paré a tirar unas fotos llega la zona más inclinada donde puse pie a unos pocos metros del primer desvío que fui a comprobar aunque no llegué muy lejos, enseguida vi que no era el correcto y volví atrás y el siguiente está solo a unos metros más adelante y sí permite ciclar.
Empezamos pues rodando que se agradece hasta que llegamos a los pies del paso donde vislumbramos con asombro la estupenda obra de ingeniería para acceder hasta lo alto donde hago un estop para comer y asimilar la situación. Veo una buena continuación, me habían comentado que se había limpiado y si todo el trayecto es como se ve al principio la cosa pinta bien por lo que me decido continuar y la verdad, no puedo empezar peor, me doy un enganchón con el brazo en una rama que presumía endeble y es todo lo contrario, raspón sangrante y manga rota son las consecuencias, en principio asumibles, sigamos.
Nos vamos desplazando en llano y la cosa se anima hasta salir del bosque donde vemos la continuación, rocas para abajo y aún se distingue camino por lo que se va pasando aunque de bote en bote y llegamos al meollo, era de prever porque el fondo por donde circula el otro camino, el que se dirige a ses Figueroles está muy, pero que muy abajo, toca armarse de paciencia, acomodarse la bici como se pueda y tirar adelante, algunos de los bikeros más veteranos recordarán días similares, casi era costumbre.
La entrada al bosque coincide con el empalme con el camino antes mencionado y debo decidir, ¿vuelvo al coll de sa Batalla o tiro para ses Figueroles? Y decido lo primero, me voy a buscar el pas d’en Bartomeu debiendo cruzar la zona que más dificultades presenta y en sentido contrario de lo realizado hasta ahora, espero sea la decisión correcta. El principio es prometedor pero en cuanto salimos al roquedal me asaltan las dudas, camino directamente no hay, tampoco hitos, alguno esporádico por aquí y por allá, y vamos cuesta arriba para completar el menú. En un momento dado veo un hito a mi derecha y me encamino pero vamos pasando de cuesta arriba a muy cuesta arriba y cuando miro hacia abajo veo otro hito en otra dirección y solo por no bajar lo que he subido me encabezono en seguir ascendiendo cuando en realidad no sé como estará la bajada desde lo alto y aún así asumo el riesgo, craso error.
La subida hasta lo alto del puig de ses Covasses, larga y penosa, me lleva más tiempo del que creía y lo que es peor, no hay bajada transitable, aunque sea por el interior del bosque está completamente tapada por ramas caídas y vegetación que te para la bici y te deja el cuerpo marcado, el tema es explorar, conocer sitios nuevos, ¿o no? Menuda excusa ridícula para semejante cagada y menudo alivio al vislumbrar la pista entre los árboles, que gustazo poder rodar otra vez pero me quedaba volver abajo y pasé completamente del camí vell y me tiré por carretera por donde aún seguían subiendo ciclistas y hasta alguno empujando la bici, me animó de verdad comprobar como alguno iba aún peor que yo. De todas maneras no me quise perder el último tramo de camino y bajé sin tocar frenos, como colofón, el resto fue directo, directo por carretera.
Desde Caimari todo el mundo tiene claro por donde tirar, empezamos por el tramo de tierra desde la primera curva, nos saltamos la Costa Llarga por pestosa y nos vamos directos a la pista del comellar donde seguro que a más de uno le entran las ganas de correr de lisa que está. Cambia un poco (bastante) cuando enganchamos el empedrado y nos baja un poco la media pero una vez que hemos cogido aire otra vez en la bretxa todo vuelve a la normalidad.
Toca descenso rápido hasta el coll de sa Batalla, punto de reunión habitual de usuarios de las 2 ruedas, y un poco más hasta el botador de la pista que me llevará hasta el coll Pelat. Me infunde un poco de respeto este tramo porque sabiendo como se baja no augura nada bueno de subida y no me equivoqué, después de una primera parte bastante decente hasta la fuente donde paré a tirar unas fotos llega la zona más inclinada donde puse pie a unos pocos metros del primer desvío que fui a comprobar aunque no llegué muy lejos, enseguida vi que no era el correcto y volví atrás y el siguiente está solo a unos metros más adelante y sí permite ciclar.
Empezamos pues rodando que se agradece hasta que llegamos a los pies del paso donde vislumbramos con asombro la estupenda obra de ingeniería para acceder hasta lo alto donde hago un estop para comer y asimilar la situación. Veo una buena continuación, me habían comentado que se había limpiado y si todo el trayecto es como se ve al principio la cosa pinta bien por lo que me decido continuar y la verdad, no puedo empezar peor, me doy un enganchón con el brazo en una rama que presumía endeble y es todo lo contrario, raspón sangrante y manga rota son las consecuencias, en principio asumibles, sigamos.
Nos vamos desplazando en llano y la cosa se anima hasta salir del bosque donde vemos la continuación, rocas para abajo y aún se distingue camino por lo que se va pasando aunque de bote en bote y llegamos al meollo, era de prever porque el fondo por donde circula el otro camino, el que se dirige a ses Figueroles está muy, pero que muy abajo, toca armarse de paciencia, acomodarse la bici como se pueda y tirar adelante, algunos de los bikeros más veteranos recordarán días similares, casi era costumbre.
La entrada al bosque coincide con el empalme con el camino antes mencionado y debo decidir, ¿vuelvo al coll de sa Batalla o tiro para ses Figueroles? Y decido lo primero, me voy a buscar el pas d’en Bartomeu debiendo cruzar la zona que más dificultades presenta y en sentido contrario de lo realizado hasta ahora, espero sea la decisión correcta. El principio es prometedor pero en cuanto salimos al roquedal me asaltan las dudas, camino directamente no hay, tampoco hitos, alguno esporádico por aquí y por allá, y vamos cuesta arriba para completar el menú. En un momento dado veo un hito a mi derecha y me encamino pero vamos pasando de cuesta arriba a muy cuesta arriba y cuando miro hacia abajo veo otro hito en otra dirección y solo por no bajar lo que he subido me encabezono en seguir ascendiendo cuando en realidad no sé como estará la bajada desde lo alto y aún así asumo el riesgo, craso error.
La subida hasta lo alto del puig de ses Covasses, larga y penosa, me lleva más tiempo del que creía y lo que es peor, no hay bajada transitable, aunque sea por el interior del bosque está completamente tapada por ramas caídas y vegetación que te para la bici y te deja el cuerpo marcado, el tema es explorar, conocer sitios nuevos, ¿o no? Menuda excusa ridícula para semejante cagada y menudo alivio al vislumbrar la pista entre los árboles, que gustazo poder rodar otra vez pero me quedaba volver abajo y pasé completamente del camí vell y me tiré por carretera por donde aún seguían subiendo ciclistas y hasta alguno empujando la bici, me animó de verdad comprobar como alguno iba aún peor que yo. De todas maneras no me quise perder el último tramo de camino y bajé sin tocar frenos, como colofón, el resto fue directo, directo por carretera.
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