Son Quint, fue una antigua posesión situada en Son Rapinya, muy cerca de la parroquia de Sant Bartomeu. Hasta el siglo XVII, fue denominada Sa Vinya o Sa Vinya des Quint.
En 1655, pertenecía a la señora Agnès Quint, de la familia de la cual tomó el nombre. Confrontaba con Son Moix y con el camino Real. Estaba dedicada a viñedo, olivares, algarrobos y cultivo de cereales y leguminosas.
En 1863, tenía 400 cuarteradas. Durante la primera mitad del siglo XX se parcelaron algunas zonas de la periferia de la posesión, como Sa Tanca de Baix, es Garrigó, Sa Caseta d’en Plata y el Figueral de Son Quint, donde, en 1941, se inauguró el Tejar Toledo. En esta época producía trigo, avena, cebada, garbanzos, aceite y almendras. También tenía un rebaño de ovejas.
En 1974, la Inmobiliaria Constructora Mallorquina SA y la sociedad Alconesa, que intervino directamente en la construcción, transformaron la parte central de la posesión , denominada Sa Tanca de Dalt, en el llamado Parque de los Almendros, que comprendía las tierras situadas entre las calles del Vicari Joan Catany, del Prebere Seguí y la plaza de Son Quint, y abarcaba incluso parte de Son Pacs, de tal manera que la transformación no afectaba sólo los alrededores, sino también el corazón del barrio, y esta circunstancia se debería haber tenido en cuenta para de no romper la tradicional idiosincrasia y belleza del lugar.
Sin embargo, la construcción de estos bloques de pisos no fue lo peor. Hubo un atentado mucho más grave: la destrucción de las antiguas casas de posesión de Son Quint. Al parecer, la cuestión del derribo, surgió a raíz de las disputas originadas por el reparto de los solares, ya que se veían perjudicados los tres promotores (Joan Oliver Mateu, Zourab Tchokotua y Tomàs Zaforteza i d’Olives) por culpa de las casas. Entonces, propusieron al Ayuntamiento que las adquiriera para transformarlas en casal de barrio, pero Cort no quiso asumir el coste que suponía rehabilitarlas, así que, por desinterés de ambas partes, acabaron siendo derribadas.
La prensa y el mundo del arte se movilizaron para intentar salvar las casas y Lluis Ripoll publico el libro “Salvemos Son Quint”. En él se recogían los cuatro artículos que escribió, entre diciembre de 1971 y enero de 1972, en su columna semanal En voz alta, del diario Hoja del Lunes, para intentar salvar las casas de posesión del derribo y que motivaron una exposición antológica de dibujos sobre Son Quint.
De poco sirvió todo esto y en 1974 las casas fueron derribadas.
Fuentes: GEM Possessions de Palma.net Son Rapinya, cent anys d’historia.
En 1655, pertenecía a la señora Agnès Quint, de la familia de la cual tomó el nombre. Confrontaba con Son Moix y con el camino Real. Estaba dedicada a viñedo, olivares, algarrobos y cultivo de cereales y leguminosas.
En 1863, tenía 400 cuarteradas. Durante la primera mitad del siglo XX se parcelaron algunas zonas de la periferia de la posesión, como Sa Tanca de Baix, es Garrigó, Sa Caseta d’en Plata y el Figueral de Son Quint, donde, en 1941, se inauguró el Tejar Toledo. En esta época producía trigo, avena, cebada, garbanzos, aceite y almendras. También tenía un rebaño de ovejas.
En 1974, la Inmobiliaria Constructora Mallorquina SA y la sociedad Alconesa, que intervino directamente en la construcción, transformaron la parte central de la posesión , denominada Sa Tanca de Dalt, en el llamado Parque de los Almendros, que comprendía las tierras situadas entre las calles del Vicari Joan Catany, del Prebere Seguí y la plaza de Son Quint, y abarcaba incluso parte de Son Pacs, de tal manera que la transformación no afectaba sólo los alrededores, sino también el corazón del barrio, y esta circunstancia se debería haber tenido en cuenta para de no romper la tradicional idiosincrasia y belleza del lugar.
Sin embargo, la construcción de estos bloques de pisos no fue lo peor. Hubo un atentado mucho más grave: la destrucción de las antiguas casas de posesión de Son Quint. Al parecer, la cuestión del derribo, surgió a raíz de las disputas originadas por el reparto de los solares, ya que se veían perjudicados los tres promotores (Joan Oliver Mateu, Zourab Tchokotua y Tomàs Zaforteza i d’Olives) por culpa de las casas. Entonces, propusieron al Ayuntamiento que las adquiriera para transformarlas en casal de barrio, pero Cort no quiso asumir el coste que suponía rehabilitarlas, así que, por desinterés de ambas partes, acabaron siendo derribadas.
La prensa y el mundo del arte se movilizaron para intentar salvar las casas y Lluis Ripoll publico el libro “Salvemos Son Quint”. En él se recogían los cuatro artículos que escribió, entre diciembre de 1971 y enero de 1972, en su columna semanal En voz alta, del diario Hoja del Lunes, para intentar salvar las casas de posesión del derribo y que motivaron una exposición antológica de dibujos sobre Son Quint.
De poco sirvió todo esto y en 1974 las casas fueron derribadas.
Fuentes: GEM Possessions de Palma.net Son Rapinya, cent anys d’historia.
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