Toca arremangarse

Cada cierto tiempo toca rememorar viejos itinerarios por aquello de no dar las cosas por sentadas que todo puede cambiar en un momento dado, tanto para bien como para mal y que mejor que ir uno mismo a comprobarlo y en esas estamos callejeando hacia el Estadi Balear e ir a buscar el paso del torrente por Son Gibert. De ahí continuamos hacia y por el camí des Moliners para tomar el camí de Son Roca y terminar en las inmediaciones de las instalaciones de Amadip que hay que sortear por el viaducto y entrar en Son Amora, inciso: aunque desde las instancias oficiales son más partidarios de nombrarla como So Na Mora, yo aún no lo tengo claro y utilizo la nomenclatura que veo escrita pese a que pueda tratarse de una errata.

Después de un par de giros y rectas por los viales nos plantamos en la carretera que va hasta el tanatorio dando acceso a diversas urbanizaciones en la zona y es cuando veo la barrera de sa Pleta abierta y quiero averiguar si podré llegar a la carretera de la Cabaneta y va a ser que no porque hay una barrera insalvable junto a las casas por tanto tendré que regresar y dar un rodeo mucho más largo por el camí de s’Esvait para llegar al mismo sitio.

La entrada a la garriga junto a la estación transformadora no ha cambiado en absoluto como tampoco hay cambios en el antiguo camino de carro que llega hasta la caseta en ruinas situada más o menos en el centro de la parcela pero donde sí se notan es en la continuación ya que existe una rodada muy marcada hacia el paso de la pared medianera, cosa que se agradece y mucho porque casi siempre que íbamos pinchaba por querer ir montado pisando matas y arbustos. De hecho el 2020 ya crucé por ese mismo paso pero me fui a buscar la pared del fondo en cambio en la actualidad es más directo hasta la segunda pared.

Hay un bonito trayecto despejado siguiendo la pared de término hasta que llegamos a las primeras casas donde han acumulado montones de restos de poda sobre el camino y hay que sortearlos de la mejor manera posible. Me voy a buscar a continuación uno de los ramales del camí de sa Garriga el cual tiene una bajada cualificada para bajar al camí de Sant Jordi pero ya no tiene acceso fácil, la barrera está cerrada y la rejilla bien plantada en ambos extremos con lo que la marco como no viable, toca rodeo otra vez, llevo dos de dos, una media de pena, solo confío en mejorar.

El tercer punto a comprobar es la entrada a la zona de garriga, un camino lateral en la última curva antes de llegar a la carretera de Sineu pero tiene una cadena que me barra el paso no físicamente pero sí en la práctica, desde luego ha hecho su efecto disuasorio y decido entrar por otro sitio que sé que no hay problemas, este queda más arriba y quiero comprobar si se puede enlazar con la senda conocida, entre medias de uno y otro me he metido por un ramal que no toca y he tenido que salir por patas acuciado por los ladridos de los perros.

Efectivamente la segunda entrada no presenta problemas aunque mi idea de ir bajando siguiendo la línea de la pared hacia el sur pronto la abandono para dirigirme decididamente hacia el este, el tema es que no hay caminos y lo único que me guía es la posibilidad de ir montado y alcanzo la pared justo en el punto donde hay la esquina con la particularidad de que las paredes de un viejo y destruido porxo son las que conforman dicha esquina. Tras superar dificultosamente el paso al otro lado me encuentro con lo que parece un camino o unas rodadas muy claras de ruedas de carro sobre las rocas y decido hacerlo solo por curiosidad en sentido ascendente a ver hasta donde llegan y en caso de no ser útiles volver sobre mis pasos. Desde luego ese tramo de subida me estaba haciendo olvidar los sinsabores anteriores y lo disfruté de cabo a rabo hasta que finalmente me planto junto a una casa aunque no puedo acceder a su camino principal por mor de una barrera cerrada y en cambio vislumbro una pista agrícola que sí puedo rodar y es lo que hago en toda su longitud y con alguna esperanza de que pueda llegar hasta los viales asfaltados por algún punto aunque primero tendré que cruzar el torrente y ya sé que no va a ser ni mucho menos fácil, de hecho ni llegué a estar cerca, toca retirada.

Había visto un desvío de la pista que a la vuelta fui a investigar y tampoco aportó nada interesante a pesar de acercarme un poco más al cauce y si tenían algún propósito yo no supe verlo. Vuelta a la casa y descenso hasta la esquina del porxo para proseguir ya por terreno mucho más abierto hacia las casas de Puntiró a las que no hace falta llegar sino que hay que desviarse antes para enfilar directamente la urbanización y con el torrente a pocos minutos el cual lo cruzo por un sitio diferente, que no más fácil, cada vez que paso por allí. Después de una corta subida de pateo llegamos a otra pared fácil de sortear aún sin el botador que ha desparecido de puro viejo y al otro lado tenemos un sendero de paseo marcado que une dos viales, yo fui a recordar el ramal de la izquierda para regresar y acabar por el de la derecha.

Tras lograr ingresar en la civilización solo me queda la vuelta directa, o casi directa, ya que abandono la idea de volver por Pòrtol y no porque tenga que subir los cuestones más bien por el horario, desde luego si se tiene claro como llegar a este punto la vuelta por el pueblo es lo más recomendable habida cuenta de que Son Seguí quedó ya descartado hace mucho, de todas formas mi nota final es satisfactoria, se repetirá.


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