Esto de tener dos blogs puede conllevar que te dediques más intensamente a uno que otro y a pesar de que puede parecer que así ha sido casi siempre ya que el de las crónicas (este) se ha ido actualizando a menudo semanalmente, en realidad no es del todo cierto, la mayoría de las salidas que programo suelen tener algún propósito oculto por pequeño que sea. Lo digo porque estos últimos meses cuando se han espaciado un poco las salidas por lógica también han quedado atrás las crónicas de esas rutas y me he concentrado más en el otro blog aunque con resultados menos visibles a primera vista, quizás ni yo mismo me diera cuenta si no fuera el autor pero sí, ahí están los cambios.
Y precisamente en la ruta de hoy están presentes ambos objetivos, descubrir y pasárselo bien, o al revés, tanto da, y para ello partimos hacia el clot d’Almadrà desde Lloseta para subir hasta el refugio, cerrado por vacaciones por cierto, pero como sé que del grifo ya mana agua me da bastante igual y a estas alturas de verano ciertamente es un punto importante y a favor, y justo allí es donde se producen los únicos encuentros del día con ciclistas, dos ya bajan y uno sube, y entablo conversación con el que sube, ha estado por allí pero no mucho más lejos y le interesa saber qué puede encontrar más allá por lo que, tras algunas dudas iniciales, decide acompañarme.
¿Y yo dónde voy? Pues un poco más lejos, hacia las cases velles que realmente aún no he visto, y la propuesta es por la pica des garrover, que tampoco he sido capaz de ubicar ni siquiera en este último pase, confiaba en que a lo mejor cuatro ojos verían más que dos pero sigue sin aparecer. Nos desviamos hacia Pinatons y una vez en el portell regresamos al camino principal por el otro ramal después de descartar la bajada directa a Mancor y allí que decida si sigue conmigo o vuelve atrás hacia el refugio. Dudo que yo hubiera realizado ese tramo alguna vez en cualquiera de los dos sentidos pese a pasar por el desvío en muchas ocasiones por lo que el apartado de descubierta ya va quedando colmado y aún queda bastante por ver.
El compañero decido ahora sí abandonarme en el cruce y vuelve atrás mientras que yo prosigo hasta el falso llano donde se encuentran los restos de la antigua construcción de la que poco queda ya en pie pero que tiene un bonito acceso directo desde el refugio por el interior de la vaguada y lo que es muy importante hoy, cuesta abajo, porque ya digo que cuando la hice al revés poco cabalgué, así que ahora toca averiguar cómo se siente el camino en sentido contrario. Pues parece que bastante bien a pesar del triste abandono al que se ve sometido actualmente, supongo que vivió días de mayores glorias. Este itinerario enlaza con el principal por dos ramales y yo cogí el primero y después me arrepentí, tira hacia arriba y hay que empujar pero es que mis vagos recuerdos tampoco mejoran mucho el segundo enlace, o sea que igual no me perdí gran cosa.
Descansé otro poco en el banco de madera a la sombra pero esta vez no apareció nadie más por lo que me largué para embolsarme el camino empedrado de bajada y no puedo mentir y señalar que lo disfrutara, técnico lo es un rato largo pero es que en esta ocasión iba más descontrolado que de costumbre y no es que no me acordara de desbloquear las suspensiones es que varios días después me di cuenta de que había movido de sitio uno de los tornillos de tope de mi tija e iba más alto de sillín que de costumbre, la verdad es que fue una sensación extraña en ese momento y no supe darme cuenta de ese detalle, lo achacaba más a mi falta de destreza que a otra cosa, que también pero no era la única causa.
No voy a dar por finalizada la salida tan rápidamente y aprovecho el paso abierto por Solleric para subir a lo alto del coll y desde allí emprender la bajada hasta Alaró pero sin pasar por el pueblo, no toqué freno en el tramo restaurado y aún así el strava me dice que no ha sido la bajada más rápida, la verdad es que a veces me cuesta creer lo que sale por allí, en fin, no puedo estar más que contento con lo visto ya que es totalmente aprovechable y seguro que para algunos, más que necesaria.
Y precisamente en la ruta de hoy están presentes ambos objetivos, descubrir y pasárselo bien, o al revés, tanto da, y para ello partimos hacia el clot d’Almadrà desde Lloseta para subir hasta el refugio, cerrado por vacaciones por cierto, pero como sé que del grifo ya mana agua me da bastante igual y a estas alturas de verano ciertamente es un punto importante y a favor, y justo allí es donde se producen los únicos encuentros del día con ciclistas, dos ya bajan y uno sube, y entablo conversación con el que sube, ha estado por allí pero no mucho más lejos y le interesa saber qué puede encontrar más allá por lo que, tras algunas dudas iniciales, decide acompañarme.
¿Y yo dónde voy? Pues un poco más lejos, hacia las cases velles que realmente aún no he visto, y la propuesta es por la pica des garrover, que tampoco he sido capaz de ubicar ni siquiera en este último pase, confiaba en que a lo mejor cuatro ojos verían más que dos pero sigue sin aparecer. Nos desviamos hacia Pinatons y una vez en el portell regresamos al camino principal por el otro ramal después de descartar la bajada directa a Mancor y allí que decida si sigue conmigo o vuelve atrás hacia el refugio. Dudo que yo hubiera realizado ese tramo alguna vez en cualquiera de los dos sentidos pese a pasar por el desvío en muchas ocasiones por lo que el apartado de descubierta ya va quedando colmado y aún queda bastante por ver.
El compañero decido ahora sí abandonarme en el cruce y vuelve atrás mientras que yo prosigo hasta el falso llano donde se encuentran los restos de la antigua construcción de la que poco queda ya en pie pero que tiene un bonito acceso directo desde el refugio por el interior de la vaguada y lo que es muy importante hoy, cuesta abajo, porque ya digo que cuando la hice al revés poco cabalgué, así que ahora toca averiguar cómo se siente el camino en sentido contrario. Pues parece que bastante bien a pesar del triste abandono al que se ve sometido actualmente, supongo que vivió días de mayores glorias. Este itinerario enlaza con el principal por dos ramales y yo cogí el primero y después me arrepentí, tira hacia arriba y hay que empujar pero es que mis vagos recuerdos tampoco mejoran mucho el segundo enlace, o sea que igual no me perdí gran cosa.
Descansé otro poco en el banco de madera a la sombra pero esta vez no apareció nadie más por lo que me largué para embolsarme el camino empedrado de bajada y no puedo mentir y señalar que lo disfrutara, técnico lo es un rato largo pero es que en esta ocasión iba más descontrolado que de costumbre y no es que no me acordara de desbloquear las suspensiones es que varios días después me di cuenta de que había movido de sitio uno de los tornillos de tope de mi tija e iba más alto de sillín que de costumbre, la verdad es que fue una sensación extraña en ese momento y no supe darme cuenta de ese detalle, lo achacaba más a mi falta de destreza que a otra cosa, que también pero no era la única causa.
No voy a dar por finalizada la salida tan rápidamente y aprovecho el paso abierto por Solleric para subir a lo alto del coll y desde allí emprender la bajada hasta Alaró pero sin pasar por el pueblo, no toqué freno en el tramo restaurado y aún así el strava me dice que no ha sido la bajada más rápida, la verdad es que a veces me cuesta creer lo que sale por allí, en fin, no puedo estar más que contento con lo visto ya que es totalmente aprovechable y seguro que para algunos, más que necesaria.
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