Me tentaron con un correo que llevaba por título “ruta por Bàlitx”. En un principio no dice mucho pero hay que confiar en el remitente y su saber hacer y no me queda más que ponerme en sus manos y dejarme llevar aunque para no perder la costumbre no dejaría pasar la oportunidad de poner algo de mi parte. No pensaron lo mismo otros integrantes del grupo que prefirieron dejarlo correr y así solamente Juan y yo acudimos a la cita, y no sin ciertas reticencias iniciales por su parte sabedor de que los planes urdidos pueden ser, en algunos casos, imprevisibles.
El día anterior miré la previsión meteorológica y vi un día de verano dentro de lo que cabe, por eso no cogí ni la chaqueta pero yendo para allá vimos que la cosa no pintaba tan bien como nos lo habían contado pero tampoco le dimos mayor importancia. Tras comprobar que no vendría nadie más nos pusimos en marcha, la primera parte de la ruta es ir a coger agua y saludar a la familia. Después de cumplir nos podemos poner en marcha directos al asunto. Éste pasa por cruzar por Cas Panerers y Can Rave para tomar la carretera vella de Bàlitx llegando a sa Capelleta en un plis plas y ahí quiero mostrar a Pepe la verdadera capelleta, que pasando numerosas veces por al lado nunca había parado a apreciar los detalles.
Tras la visita turística seguimos camino y este, por conocido, nunca defrauda. Subida tranquila hasta el coll d'en Pastor donde el tiempo cambia, y no solo cambia, sino que empeora a ojos vista, y eso quiere decir que empieza a llover. Vamos a ver, si dan ínfimas probabilidades de lluvia, ¿qué es lo que está cayendo? Y no era la niebla húmeda como quería hacernos creer el sherpa. Ellos se pueden abrigar un poco pero yo voy con lo puesto y es cuestión de tiempo que el agua me vaya calando a medida que arrecie la lluvia.
Alguien entra por la barrera de Bàlitx d'Amunt mientras nosotros nos vamos hacia el fondo del valle y ahí es donde va a empezar lo nuevo para mí ya que desde que se empezaron las obras en Bàlitx d'Enmig no he vuelto a pasar por allí y ya desde el inicio descartamos el camí vell, justo allí está el desvío alternativo que se adentra en los bancales de la finca pero a la altura de las casas se ha habilitado otro nuevo para alargar aún más la conexión con la pista principal. Se trata de un tramo, podríamos decir trialero, con algunos pasos escalonados que lo hacen más entretenido.
Entramos en la pista justo en la encrucijada de caminos, a la izquierda el porxo (ses Cases velles?) y la que pienso que es una pista secundaria que viene de abajo; enfrente el camí vell y a la derecha la pista principal. Nosotros entramos en el camino empedrado que más parece una torrentera por la cantidad de agua que va bajando. Ni me pongo las protecciones tales son las ganas de tirar para abajo, lo he bajado un par de veces, la primera con la bici vieja y debió ser apoteósico aunque no recuerdo pasar malos tragos, en cambio en la segunda ocasión sí disfruté más, era ya con la bici doble. Ésta sería la segunda ocasión en serio y quería grabarla bien, la lluvia que caía a cántaros no iba a ser obstáculo para esta empresa y pese a todo el suelo agarraba muy bien, todas las pegas son más del jinete que no de la montura aunque algo sí que cuenta.
Pepe y yo bajamos rodando sin más problemas pero Juan no se acabó de fiar y bajó más a pata que montado (se hubiera mojado menos, creo yo). Lo cierto es que abajo lo esperamos a resguardo (mínimamente) de un árbol cerca del puente del torrente que bajaba muy crecido mientras la lluvia arreciaba con ganas, éso nos hizo desistir de continuar más allá, frío no hacía mucho pero el ir mojados no ayudaba a tomar decisiones más valientes así que decidimos volver pero esta vez por lo que yo creía que era la pista secundaria que otros ya han utilizado y para mi sorpresa pude comprobar que es el verdadero camino antiguo, su trazado y construcción lo delatan.
Pudimos parar a comer algo en el racó de la font de la mare de deu, bien documentada en otras páginas, nosotros solamente hicimos unas cuantas fotos de recuerdo. La zona era un sinfín de corrientes de agua que iban en busca del cauce mayor, un torrente pequeño que corría por la hondonada aunque con un gran caudal si hacemos caso del estruendo de su corriente, y a pesar de ello, muy relajante. Volvemos al cruce de pistas y bromeamos sobre la posibilidad de realizar un segundo bucle por el mismo sitio, lo hubiera hecho si no hubiera ido tan empapado, y continuamos vuelta directa por la pista aunque en Bàlitx d'Amunt, mientras espero a Juan, Pepe se va echar un vistazo por lo que haya detrás de esa barrera a la que había echado el ojo en la ida. Vuelve a salir alguien desde las casas y nos enreda unos minutos, más que nada para que no viera donde nos metíamos, esperando que se vaya de allí. Al hacerlo vamos tras los pasos del compañero que tenemos que adivinar porque vamos encontrando varios cruces por el camino. Al salir a la pista de Moncaire lo vemos a lo lejos sobre la pista de Bàlitx y ahí nos reagrupamos.
Él tiene pensado bajar por el camí vell pero yo no, mi idea es la costa d'en Flassada y hacerle caso supone quitar algunos tramos interesantes de mi propuesta, como ni él ni Juan ponen mayores objeciones partimos hacia el mirador de ses Barques. A partir de este punto vamos alternando tramos nuevos para unos o para otros, creo que ninguno de los tres lo había realizado completo. Yo estaba seguro de que el tramo del mirador hacia abajo no lo había bajado, de hecho creo que dudábamos de todo. Tanto es así que tras volver a la pista me encontré con un letrero en la primera curva que no había visto en la bajada que hice con los bous y que creía que era nuevo para mí aunque al pasar de las horas más me convenzo de que sí había pasado. Hacemos pues los tres primeros tramos del camí de Bàlitx y entramos en el cuarto; es el más complicado técnicamente y al volver a enlazar me doy cuenta de que algo es diferente, hay una barrera pero aún a pesar de las dudas seguimos adelante pero ya al volver a cruzar la pista me planteo más seriamente dónde nos hemos desviado, desvío que ninguno de los tres ha visto, por cierto. Como somos cabezones volvemos arriba a comprobarlo, empezaremos desde el inicio del tercer tramo al que llegamos en pocos minutos y allí, justo donde empieza la parte más complicada está el poste que sí vi hace pocas fechas pero ayer no, entonces me lanzo por el nuevo ramal y al llegar al último escalón antes de la pista decido saltarlo con tan mala fortuna que el cambio se engancha y se rompe el soporte, no la patilla. Unos minutos para quitar la cadena y el cambio y seguir la bajada esta vez hasta el final por el camino correcto, prácticamente no hace falta tracción.
Evidentemente la idea de alargar la ruta hacia otros derroteros cae por su propio peso y aunque hace tiempo que ha dejado de llover seguimos yendo empapados y el pararnos nos enfría. Cruzamos el pueblo de manera que pueda ayudarme del empuje de las piernas, y entre mis arreones y la ayuda de ellos dos pudimos llegar sin mayores problemas. Lo estábamos deseando para cambiarnos de ropa o al menos secar la que llevábamos puesta.
No hicimos todo lo que teníamos en mente antes de salir pero bien se puede decir que lo que rodamos fue provechoso, sobre todo dentro del corto recorrido que hicimos.
El día anterior miré la previsión meteorológica y vi un día de verano dentro de lo que cabe, por eso no cogí ni la chaqueta pero yendo para allá vimos que la cosa no pintaba tan bien como nos lo habían contado pero tampoco le dimos mayor importancia. Tras comprobar que no vendría nadie más nos pusimos en marcha, la primera parte de la ruta es ir a coger agua y saludar a la familia. Después de cumplir nos podemos poner en marcha directos al asunto. Éste pasa por cruzar por Cas Panerers y Can Rave para tomar la carretera vella de Bàlitx llegando a sa Capelleta en un plis plas y ahí quiero mostrar a Pepe la verdadera capelleta, que pasando numerosas veces por al lado nunca había parado a apreciar los detalles.
Tras la visita turística seguimos camino y este, por conocido, nunca defrauda. Subida tranquila hasta el coll d'en Pastor donde el tiempo cambia, y no solo cambia, sino que empeora a ojos vista, y eso quiere decir que empieza a llover. Vamos a ver, si dan ínfimas probabilidades de lluvia, ¿qué es lo que está cayendo? Y no era la niebla húmeda como quería hacernos creer el sherpa. Ellos se pueden abrigar un poco pero yo voy con lo puesto y es cuestión de tiempo que el agua me vaya calando a medida que arrecie la lluvia.
Alguien entra por la barrera de Bàlitx d'Amunt mientras nosotros nos vamos hacia el fondo del valle y ahí es donde va a empezar lo nuevo para mí ya que desde que se empezaron las obras en Bàlitx d'Enmig no he vuelto a pasar por allí y ya desde el inicio descartamos el camí vell, justo allí está el desvío alternativo que se adentra en los bancales de la finca pero a la altura de las casas se ha habilitado otro nuevo para alargar aún más la conexión con la pista principal. Se trata de un tramo, podríamos decir trialero, con algunos pasos escalonados que lo hacen más entretenido.
Entramos en la pista justo en la encrucijada de caminos, a la izquierda el porxo (ses Cases velles?) y la que pienso que es una pista secundaria que viene de abajo; enfrente el camí vell y a la derecha la pista principal. Nosotros entramos en el camino empedrado que más parece una torrentera por la cantidad de agua que va bajando. Ni me pongo las protecciones tales son las ganas de tirar para abajo, lo he bajado un par de veces, la primera con la bici vieja y debió ser apoteósico aunque no recuerdo pasar malos tragos, en cambio en la segunda ocasión sí disfruté más, era ya con la bici doble. Ésta sería la segunda ocasión en serio y quería grabarla bien, la lluvia que caía a cántaros no iba a ser obstáculo para esta empresa y pese a todo el suelo agarraba muy bien, todas las pegas son más del jinete que no de la montura aunque algo sí que cuenta.
Pepe y yo bajamos rodando sin más problemas pero Juan no se acabó de fiar y bajó más a pata que montado (se hubiera mojado menos, creo yo). Lo cierto es que abajo lo esperamos a resguardo (mínimamente) de un árbol cerca del puente del torrente que bajaba muy crecido mientras la lluvia arreciaba con ganas, éso nos hizo desistir de continuar más allá, frío no hacía mucho pero el ir mojados no ayudaba a tomar decisiones más valientes así que decidimos volver pero esta vez por lo que yo creía que era la pista secundaria que otros ya han utilizado y para mi sorpresa pude comprobar que es el verdadero camino antiguo, su trazado y construcción lo delatan.
Pudimos parar a comer algo en el racó de la font de la mare de deu, bien documentada en otras páginas, nosotros solamente hicimos unas cuantas fotos de recuerdo. La zona era un sinfín de corrientes de agua que iban en busca del cauce mayor, un torrente pequeño que corría por la hondonada aunque con un gran caudal si hacemos caso del estruendo de su corriente, y a pesar de ello, muy relajante. Volvemos al cruce de pistas y bromeamos sobre la posibilidad de realizar un segundo bucle por el mismo sitio, lo hubiera hecho si no hubiera ido tan empapado, y continuamos vuelta directa por la pista aunque en Bàlitx d'Amunt, mientras espero a Juan, Pepe se va echar un vistazo por lo que haya detrás de esa barrera a la que había echado el ojo en la ida. Vuelve a salir alguien desde las casas y nos enreda unos minutos, más que nada para que no viera donde nos metíamos, esperando que se vaya de allí. Al hacerlo vamos tras los pasos del compañero que tenemos que adivinar porque vamos encontrando varios cruces por el camino. Al salir a la pista de Moncaire lo vemos a lo lejos sobre la pista de Bàlitx y ahí nos reagrupamos.
Él tiene pensado bajar por el camí vell pero yo no, mi idea es la costa d'en Flassada y hacerle caso supone quitar algunos tramos interesantes de mi propuesta, como ni él ni Juan ponen mayores objeciones partimos hacia el mirador de ses Barques. A partir de este punto vamos alternando tramos nuevos para unos o para otros, creo que ninguno de los tres lo había realizado completo. Yo estaba seguro de que el tramo del mirador hacia abajo no lo había bajado, de hecho creo que dudábamos de todo. Tanto es así que tras volver a la pista me encontré con un letrero en la primera curva que no había visto en la bajada que hice con los bous y que creía que era nuevo para mí aunque al pasar de las horas más me convenzo de que sí había pasado. Hacemos pues los tres primeros tramos del camí de Bàlitx y entramos en el cuarto; es el más complicado técnicamente y al volver a enlazar me doy cuenta de que algo es diferente, hay una barrera pero aún a pesar de las dudas seguimos adelante pero ya al volver a cruzar la pista me planteo más seriamente dónde nos hemos desviado, desvío que ninguno de los tres ha visto, por cierto. Como somos cabezones volvemos arriba a comprobarlo, empezaremos desde el inicio del tercer tramo al que llegamos en pocos minutos y allí, justo donde empieza la parte más complicada está el poste que sí vi hace pocas fechas pero ayer no, entonces me lanzo por el nuevo ramal y al llegar al último escalón antes de la pista decido saltarlo con tan mala fortuna que el cambio se engancha y se rompe el soporte, no la patilla. Unos minutos para quitar la cadena y el cambio y seguir la bajada esta vez hasta el final por el camino correcto, prácticamente no hace falta tracción.
Evidentemente la idea de alargar la ruta hacia otros derroteros cae por su propio peso y aunque hace tiempo que ha dejado de llover seguimos yendo empapados y el pararnos nos enfría. Cruzamos el pueblo de manera que pueda ayudarme del empuje de las piernas, y entre mis arreones y la ayuda de ellos dos pudimos llegar sin mayores problemas. Lo estábamos deseando para cambiarnos de ropa o al menos secar la que llevábamos puesta.
No hicimos todo lo que teníamos en mente antes de salir pero bien se puede decir que lo que rodamos fue provechoso, sobre todo dentro del corto recorrido que hicimos.