Me había animado la semana pasada comentando unas salidas que me gustaría hacer con los compañeros, casi todas por la zona de Sóller y algunas de trazado costero, que ahora apetece más. Las pusieron en el grupo mtb, ahora más visitado, para su debate y modificaciones pertinentes. Una de ellas partía de Sóller y se dirigía hacia Alconàsser siguiendo la costa hasta Cala Deià. Pero era la excusa para pasar por la playa des Canyaret, lugar muy frecuentado en mi infancia del que guardo gratos recuerdos, aunque algunas veces hasta fuéramos andando, supongo que por el Camí des Rost, pero de eso no me acuerdo. Lo que sí sé es que un verano pasamos allí una semana acampados. Era un lugar perfecto porque mana una fuente con un agua fresquísima y estaba poco frecuentada.
Después de esa época he vuelto en contadas ocasiones; la última fué en bicicleta hace ya muchos años. Por eso quería volver y comprobar que queda de todo aquello. Pero no ha podido ser. Tuve un accidente doméstico el martes por la mañana, incluso antes de despertarme. Pateé la pared cuando estaba soñando que jugaba al fútbol y me partí la uña del dedo gordo. Me la cortaron, pero he estado toda la semana sin ponerme unos zapatos. Lo probé el viernes y me apretaba. Aún así quería salir pero cuando vi el correo de Jroman en el que decía que él no iría al no estar plenamente recuperado, decidí unirme a él para realizar una ruta más cercana a Palma, por si hubiera imprevistos. Pero nos ha ido bastante bien. Aunque he de comentar que hoy estrenaba oficialmente las calas. Y se ha notado. Ya me las puse para ir hasta Can Pastilla y volver, pero hoy era una salida seria.
¿Qué puedo decir que no sepáis? Pues que me he caído más veces que en todo lo que llevamos de año sin ellas, aunque subiendo he notado que “llevas” tú la bici, es decir, que la puedes encauzar mejor y que te sigue. Otra cosa es cuando notas que tú la sigues a ella. Ahí ya se apodera de tí la desazón, como mínimo. Todo el mundo me dice lo mismo: “No podrás pasar sin ellas”. Pero hasta que llegue ese momento tengo que hacer verdaderos esfuerzos para convencerme de ello y, aunque ahora no le vea muchas ventajas, seguir intentándolo.
Los pedales que llevo tienen una plataforma incorporada; por tanto, eso debería proporcionarme un plus de confianza al poder llevar el pie sin clavar pero ésta siempre va abajo al ser mayor y hay que girarla para apoyar y normalmente en estos intentos la cala se engancha. Y el click es algo que aún no me apetece escuchar. En la subida del Bunyolí no he tenido problemas al ser ancha y con unas complicaciones nulas. Hasta las antenas por supuesto tampoco. Pero a partir de allí la cosa cambia. Mucha piedra, y en tramos cortos, suelta. Ahí es precisamente donde veo que tendré que cambiar la manera de afrontar estos pasos. Más rápido, o al menos con más cadencia para conseguir más estabilidad en la trazada. Antes me daba igual poner el pie a tierra con tal de ir a mi ritmo; ahora creo que tendré que adaptarlo más a las condiciones del terreno. De todas maneras, son unas impresiones muy iniciales, quizás más adelante opine todo lo contrario.
Esto es por lo que se refiere a subida y llaneo. Y si en esos terrenos estamos a este nivel, imaginaros bajando. El nivel de confianza es mínimo. Hemos hecho un poco de todo, camino ancho rápido y trialeras exigentes bajando, y además nuevas. Pero ha sido en las parte rápidas donde he notado una diferencia muy grande con el comportamiento de la bici respecto al sábado pasado. Sobretodo porque patinaba mucho de delante y me he ido al suelo en varias ocasiones. Entonces ha sido cuando me he acordado de que había estado toqueteando la regulación del rebote de la horquilla. Sin embargo habia tenido que hacerlo con una herramienta ya que he perdido el tornillo regulador externo. Y me di cuenta cuando ví la de Xisco y la mía no lo lleva.
Entonces vas al Gugel y le haces la pregunta adecuada: ¿porqué mi horquilla Rock Shox Revelation no lleva tornillo rojo de ajuste de rebote? Y te salen 15.321 páginas donde te explican pormenorizadamente esa cuestión. La conclusión más relevante es que se puede regular con una llave Allen. Entonces es lo que hice, y lo dejé al parecer bastante rápido, y lo que he conseguido es que patinara sobre los obstáculos y perdiera el equilibrio. Al parecer este tornillo tiende a caerse, ya que va solamente a presión. Yo creo que la mía no lo llevaba. Alguien se lo debió quitar en la tienda para ponérsela a la suya cuando lo perdió.
Aunque lleváramos una traza metido en el GPS no lo hemos seguido en su totalidad debido a las limitaciones, tanto físicas como mentales, y hemos realizado la ruta más clásica, aprovechando eso sí, para investigar algún tramo. En la barrera de Sobremunt nos hemos llevado una gran sorpresa. Ha salido un bikero de detrás de la pared, pero no medía más de metro veinte. Un chavalín dicharachero con una LP que al parecer le tiene cogida la afición a esta ruta. Decir que se ha hecho casi toda la subida con nosotros dos. El padre llegaba después. Según lo que ha contado por ahora le hace de entrenador al no encontrar a ningún grupo de esa edad que practique mtb, aunque sí carretera, por supuesto, pero no se dedica a esa disciplina.
P.D. Con esto de las calas, decir que he vuelto más lisiado de lo que salí.
Después de esa época he vuelto en contadas ocasiones; la última fué en bicicleta hace ya muchos años. Por eso quería volver y comprobar que queda de todo aquello. Pero no ha podido ser. Tuve un accidente doméstico el martes por la mañana, incluso antes de despertarme. Pateé la pared cuando estaba soñando que jugaba al fútbol y me partí la uña del dedo gordo. Me la cortaron, pero he estado toda la semana sin ponerme unos zapatos. Lo probé el viernes y me apretaba. Aún así quería salir pero cuando vi el correo de Jroman en el que decía que él no iría al no estar plenamente recuperado, decidí unirme a él para realizar una ruta más cercana a Palma, por si hubiera imprevistos. Pero nos ha ido bastante bien. Aunque he de comentar que hoy estrenaba oficialmente las calas. Y se ha notado. Ya me las puse para ir hasta Can Pastilla y volver, pero hoy era una salida seria.
¿Qué puedo decir que no sepáis? Pues que me he caído más veces que en todo lo que llevamos de año sin ellas, aunque subiendo he notado que “llevas” tú la bici, es decir, que la puedes encauzar mejor y que te sigue. Otra cosa es cuando notas que tú la sigues a ella. Ahí ya se apodera de tí la desazón, como mínimo. Todo el mundo me dice lo mismo: “No podrás pasar sin ellas”. Pero hasta que llegue ese momento tengo que hacer verdaderos esfuerzos para convencerme de ello y, aunque ahora no le vea muchas ventajas, seguir intentándolo.
Los pedales que llevo tienen una plataforma incorporada; por tanto, eso debería proporcionarme un plus de confianza al poder llevar el pie sin clavar pero ésta siempre va abajo al ser mayor y hay que girarla para apoyar y normalmente en estos intentos la cala se engancha. Y el click es algo que aún no me apetece escuchar. En la subida del Bunyolí no he tenido problemas al ser ancha y con unas complicaciones nulas. Hasta las antenas por supuesto tampoco. Pero a partir de allí la cosa cambia. Mucha piedra, y en tramos cortos, suelta. Ahí es precisamente donde veo que tendré que cambiar la manera de afrontar estos pasos. Más rápido, o al menos con más cadencia para conseguir más estabilidad en la trazada. Antes me daba igual poner el pie a tierra con tal de ir a mi ritmo; ahora creo que tendré que adaptarlo más a las condiciones del terreno. De todas maneras, son unas impresiones muy iniciales, quizás más adelante opine todo lo contrario.
Esto es por lo que se refiere a subida y llaneo. Y si en esos terrenos estamos a este nivel, imaginaros bajando. El nivel de confianza es mínimo. Hemos hecho un poco de todo, camino ancho rápido y trialeras exigentes bajando, y además nuevas. Pero ha sido en las parte rápidas donde he notado una diferencia muy grande con el comportamiento de la bici respecto al sábado pasado. Sobretodo porque patinaba mucho de delante y me he ido al suelo en varias ocasiones. Entonces ha sido cuando me he acordado de que había estado toqueteando la regulación del rebote de la horquilla. Sin embargo habia tenido que hacerlo con una herramienta ya que he perdido el tornillo regulador externo. Y me di cuenta cuando ví la de Xisco y la mía no lo lleva.
Entonces vas al Gugel y le haces la pregunta adecuada: ¿porqué mi horquilla Rock Shox Revelation no lleva tornillo rojo de ajuste de rebote? Y te salen 15.321 páginas donde te explican pormenorizadamente esa cuestión. La conclusión más relevante es que se puede regular con una llave Allen. Entonces es lo que hice, y lo dejé al parecer bastante rápido, y lo que he conseguido es que patinara sobre los obstáculos y perdiera el equilibrio. Al parecer este tornillo tiende a caerse, ya que va solamente a presión. Yo creo que la mía no lo llevaba. Alguien se lo debió quitar en la tienda para ponérsela a la suya cuando lo perdió.
Aunque lleváramos una traza metido en el GPS no lo hemos seguido en su totalidad debido a las limitaciones, tanto físicas como mentales, y hemos realizado la ruta más clásica, aprovechando eso sí, para investigar algún tramo. En la barrera de Sobremunt nos hemos llevado una gran sorpresa. Ha salido un bikero de detrás de la pared, pero no medía más de metro veinte. Un chavalín dicharachero con una LP que al parecer le tiene cogida la afición a esta ruta. Decir que se ha hecho casi toda la subida con nosotros dos. El padre llegaba después. Según lo que ha contado por ahora le hace de entrenador al no encontrar a ningún grupo de esa edad que practique mtb, aunque sí carretera, por supuesto, pero no se dedica a esa disciplina.
P.D. Con esto de las calas, decir que he vuelto más lisiado de lo que salí.
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