La petada

Pues sí. No he encontrado mejor título para tan nefasta salida. Aunque el día no pintaba mal en un principio (meteorológicamente hablando), al menos para los mallorquines, ya que debido a las condiciones del canal se han suspendido los trayectos marítimos entre las islas y los menorquines se han quedado en tierra.

Como decía, el día estaba bueno. No hacía frío, siempre y cuando estuvieras en movimiento, y tampoco se notaba mucho el viento. La ruta inicialmente prevista por el Teix se cambió por otra más cercana a Palma, pero no por ello más frecuentada, dado que ya habíamos estado hace poco por allí. Al ser día de fiesta y aunque fuera una salida conjunta, éramos pocos. Woody y Potato, por parte de los Toys; y Pepefz, Pep Sancho, Bonus, Edu y yo de los poferos. Al menos nadie se iba a quejar. En principio, no quería volver muy tarde (sobre la una; dos como máximo) y como la ruta no tenía el itinerario definido con exactitud, sabía que tendría que acortar en algún punto intermedio, lo que no me imaginaba es que lo hiciera tan pronto.

Alguien había comentado que haríamos la subida de la cantera. Creía que se referían al camino que sale cerca del cruce de Establiments con una barrera. Una vez lo subí y acaba por quedar completamente tapado por arbustos por lo que tuve que volver a bajar sin llegar arriba. Pero no era éste por el que querían subir. Hay otro antes de llegar a la cantera pero debemos pasar frente a unas casas, Can Llaneras, y eso puede provocar alguna fricción con los propietarios, cosa que sucedió, aunque es de agradecer que solamente se tratara de un leve roce.

El camino de subida es muy interesante, aunque se notan los efectos de la correntía de agua. En su parte más alta giramos a la izquierda para tomar un sendero de bajada muy trialero hasta el camino inferior. Éste proviene del cementerio de la Vileta y también se dirige hacia la cantera. Antes de llegar al coll hay un desvío a mano derecha sobre la torrentera que se dirige hacia la carretera. Es una de las opciones de bajada. Nosotros continuamos hasta el coll donde se ve un sendero y un camino que descienden de las zonas más altas. Tomamos el ancho y nos desviamos enseguida hacia la derecha. Este sendero, tras una corta subida y bajada, empalma con un camino de carro, que desemboca en la carretera en la entrada de Bunyolí Nou. Precisamente este tramo de sendero será el más doloroso de la salida ya que si no vas protegido de brazos y piernas vas a quedar marcado, y bien, por las zarzas.

En la bajada nos encontramos zonas donde se ha rellenado de escombros y se puede practicar un poco de free-descenso. Hay pruebas gráficas de que se consiguió. Tomeu desllantó y perdió un poco de aire. Al intentar abrir la válvula la cascó. Quita cubierta y mete cámara. Una pega más de las ocurridas en la subida. Parecía que no había cambio bien ajustado. El mío en los piñones intermedios iba mal, por lo que tenía que llevar el grande todo el rato. A Tomeu tampoco le rulaban bien. Lo reguló varias veces y seguía igual de mal, hasta que Pepe Sancho vió que tenía la rueda mal encajada en los soportes. A él también le saltaba la cadena. Yo también creía que íba frenado de atrás pero era una ilusión; eran las piernas que me pesaban más de la cuenta.

Con más pena que gloria llegamos a la carretera para desviarnos hacia Son Roca. Íbamos a subir por donde yo bajé hace unas semanas. Excepto el tramo de senderillo es todo ciclable, y aún así puede que se atreva alguno, pero ayer era un espejo. Ya en la carretera, cerca de las casas, nos topamos con una furgoneta que subía y el conductor tampoco nos riñó, creó que ni siquiera nos miró, por lo que pudimos continuar nuestro periplo sin complicaciones. Hasta la barrera muy bien, pero después se notan mucho los efectos de las últimas lluvias. El camino ha perdido gran parte de la cubierta de tierra que tenía y lo hacía muy cómodo; ahora está muy desmejorado y creo que lo estará por mucho tiempo, ya que no es utilizado por la propiedad y no se reparará. Espero equivocarme.

Por estos lugares ya estaba medio grogui. Si subía mal, bajé fatal. Me costaba controlar la bici sobre las piedras. Me dolía la cabeza; seguramente sea sinusitis. Como me había parado en el pinchazo de Bonus cuando llegamos abajo Sancho ya se había ido por lo que volví solo. Las piernas pesadísimas y con la cabeza congestionada. Entonces me acordé del pañuelo que llevaba en la mochila y me envolví la cara con él. Así llegué a casa.

Ellos continuaron con la ruta, en gran parte inédita para casi todos. Se realizó la subida por Son Puig hasta Son Fava. Después de llegar a las antenas rodearon la Fita del Ram por la vertiente de Esporles buscando el descenso hacia Son Ferrá. No sé exactamente lo que podría haber quitado de aquí si la hubiera completado.

Acabaron bastante tarde, cerca de las cinco, lo que se dice un día completo de bike, y me alegro por ellos aunque no hubiera podido finalizarla entera aún en el caso de encontrarme bien. De todas maneras, acortando un poco el inicio, puede salir una ruta muy interesante para un grupo más numeroso.


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