La secreta

Nuevo mote para una rutilla cerca de Palma. Realmente se trata de un tramo de la ruta de la Fita del Ram. Lo que normalmente todo el mundo hace es subir por el Bunyolí y enfilar hacia las antenas que hay en lo alto, cerca de los últimos chalets. Después sigue un camino de carro con algunos tramos de sendero que nos conduce hasta la ermita de Maristela. Es una ruta clásica y muy conocida y transitada por los bikeros de Palma y alrededores. Por el conocimiento que tengo de otros grupos cuesta acercarse a otras zonas más lejanas porque suele suponer todo un día, y eso para muchos no es posible.

Este tramo “secreto” lo realizamos un domingo unos pocos, un día que salimos de exploración animados por Pepe, que se presentó sin avisar. Ese día no estaba yo para mucha montaña que digamos. Había roto las zapatillas que normalmente llevaba y me presenté con unas normales. Para una ruta corta irían más o menos bien, pero para una larga llegarían a ser incómodas, pero no presenté oposición al cambio de planes. Hicimos prácticamente la ruta de ayer, pero al revés.

La subida al Bunyolí estuvo bien, conseguí mantener un buen ritmo aunque superable. En el reagrupamiento de la barrera nos alcanzaron varios integrantes de un segundo grupo de bikeros. Los volvimos a ver al inicio del camino de carro de arriba. Estaba Romario, el negro (espero que no se mosquee, lo conozco por ese mote) y algunos otros, casi todos con bicis de rally, no dobles. Salimos antes que ellos y volvimos a coincidir en el descanso que nos tomamos antes de subir a la Fita, aunque venían pisándonos los talones porque los vimos venir por la dressera que hay justo al pasar la primera pared. Venían andando, cosa que me extrañó, porque fué una que me enseñó Yarik la última vez que pasamos por allí y la recordaba ciclable. En cambio Tomeu afirmaba que por allí había pateo seguro.

En cuanto nos hubieron pasado nosotros subimos a la cumbre. Es posible pedalear durante un buen tramo. Arriba nos hicimos las fotos de rigor, algunos con menos rigor que otros, todo hay que decirlo, y nos fuimos a por el sendero de descenso. Hasta llegar a ese tramo tuvimos algunos problemas de orientación ya que el camino describe una curva pareciendo que vuelve hacia atrás y además perdimos las fitas. Cuando empezamos a bajar por las curvas cerradas no estuve seguro de que era el que subimos hasta que llegamos al aujub. Obviaré los comentarios sobre mi descenso por repetitivos. Demasiado técnico y empinado.

Después del aujub se inicia un semiascenso-llaneo (creo que fue donde me quedé descolgado) donde hay que cruzar varias paredes de partió hasta volver a desembocar en el camino principal. Allí ya es un tonto el último hasta la ermita. No iba muy confiado que digamos por el estado del terreno, humedecido por las últimas lluvias, pero he de decir que no tuve ningún amago de patinazo, supongo que también debido a que iba un poco más lento de lo habitual. En la ermita había otro grupo descansando, creo que eran los que ví cerca de la rotonda de Establiments cuando pasé por la mañana. Nosotros en cambio, nos fuimos hacia abajo directamente. En el primer tramo de la bajada del Pas de sa Granja pinchó Juanvl. Después de reparar entramos en el sendero que comunica con el camino de carro que pasa por el Castellet y ya no paramos hasta allí, donde se grabaron varios saltos que, aunque bajo de altura, se ejecuta a mucha velocidad y cuesta abajo. Juanvl estuvo a punto de sufrir un percance al doblar la cadena cuando tomaba carrerilla para ejecutarlo. Quizás quería hacer la competencia al Fibras en cuanto a piños se refiere.

Tenía ganas de llegar abajo para ver cómo me comportaría en los toboganes pero no me acordaba de que antes había que enfrentarse con la minilosa. Yo no, por supuesto, pero otros lo tenían que probar. Podéis ver en los videos quién lo consiguió y quién no; aunque esto es inexacto, ya que todos los que lo intentaron lo consiguieron. Mi reto estaba más abajo, en las rampas. La primera que te encuentras es la grandota, la que puedes bajar recto o rodearla por el lado pero tiene dos curvas y ahí me quedo cortado. Al final me tiré por una mediana y alguna cortita. No estuvo mal para empezar. No soy ansioso en ese aspecto. Me basta ver que mejoro algo día a día, aunque sea ínfimo.

Después del relax cervecero en Esporles tocaba volver a subir para regresar por Son Malferit, ascensión que no gustó a algunos, pero eso se puede obviar si desde la losa se atraviesa la pared hacia la fuente y desde allí al Área Recreativa; con ello te ahorras buena parte de la carretera, pero a costa de remontar los toboganes porque se van a hacer de todos modos.

Nos disponíamos a tener una vuelta tranquila pero dos nuevos pinchazos la retrasaron. Juanvl volvió a pinchar, aunque en realidad fueron dos llantazos. A mí también me sucedió lo mismo. Ese tramo me encanta para darse una buena esprintada pero pasé sentado por un tramo de piedras y dí el llantazo en la rueda de atrás, la fina. Habrá que cambiarla y meterle una más gruesa. Al menos pude olvidarme de la biela. El viernes pude apretarla con un llave bien gorda y además limpié la rosca y metí un poco de sellante quedando perfectamente fijada.

Todo el mundo tenía prisa por irse a casa así que no alargamos las despedidas y quedamos para el próximo sábado, día uno. Joan dijo que saldría el domingo con gente de s'Escapada para hacer la Highway to hell. No me hubiera desencantado hacerla pero seguramente si salgo el domingo serán solamente un par de horas (como así ha sido).


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