Semana 5 COVID

¿Nos acordamos de una vez que subimos no hace mucho por un camino de Sant Jordi y llegamos a un punto muerto con dos barreras? Pues hemos estado investigando un poco sobre lo que hay más allá, nada más y nada menos que nada interesante, al parecer es una de las entradas, no la principal, de una extensa finca de la zona, se trata de Can Vola Vola, y el camino lleva su nombre. Las casas no se ven desde allí pero existe un camino transversal desde la entrada principal frente a Son Binissalom hasta Son Oliver que comunica las casas de posesión con una casa moderna ya que en la actualidad se dedican al turismo vacacional.

Me fijé que frente a esta última hay un depósito de agua y quise averiguar si habría algún hueco por allí por donde colarse, cuando fui encontré abierta la barrera pero no hay pasos entre vallas, que además es doble, la de las parcelas sin edificar y la de la finca más atrás, no me pareció lo más idóneo para pasearse en bici por allí; inspeccioné algún ramal más abajo pero para lo único que sirven es para ir a tirar escombros, que manía con ir a esconderlos, allí pueden estar años, de pena. No me quedó más remedio que bajar a tomar la entrada de las cacas y me la encontré taponada por trastos, a ver, digo yo, si existe un servicio de recogida que basta que dejes los trastos en la calle para que se los lleven ¿a qué viene subir hasta allí para dejar un sofá y mil cosas más entre los arbustos?, ya son ganas.

Tras haberme quedado a gusto despotricando de tanto guarro me fui hasta el otro extremo del camino para comprobar un detalle, uno de esos caminos tiene un ramal que se acerca aún más al límite, eso había que verlo, aunque fue en el segundo intento, primero me equivoqué de camino pero cuando estuve en el sitio correcto comprobé que ese ramal está asfaltado, de hace muchos años pero asfaltado, y no va a ningún lado, solo a la valla, insalvable por otra parte, por allí solo pasa el viento. Descansé un poco y volví atrás sorteando la basura allí acumulada, se ve que excursionistas no pasan pero los incívicos encuentran todos los rincones más escondidos para dejar la basura, por cierto, si alguien se quiere entretener en restaurar una especie de lancha pequeña con motor allí la encontrará.

De vuelta al camino principal de Son Binissalom tiro hacia arriba dispuesto a llegar donde hiciera falta, tenía ganas de continuar ya que estos parajes no los tengo muy transitados últimamente aunque me acordaba bastante bien de los detalles. Ese camino tiene algunos tramos bastante irregulares que lo hacen interesante como menos, y más en ese sentido, en subida, pero lo que más intriga me daba era el ramal que sale en una curva ya que por ahí nos metimos alguna vez de estrangis y tal vez alicates en mano, pero no recordaba nada más. Sorpresa total ya que aparte de estar abierto y señalizado es el tramo más interesante sobre todo el paso por el bosque donde además en estos días calurosos es cuando más se agradece.

Si pasamos por allí en su tiempo debimos continuar hacia algún lado pero para mí ya es todo nuevo, estoy en los caminos vecinales de Algaida pero como si estuviera en Logroño así que me da igual norte que sur, izquierda o derecha, y lo hice a siniestro por aquello de dirigirme hacia la carretera, no miré pantalla ni llevaba chuleta así que no tenía ni idea de donde estaba. Dejé un camino de lado en una curva y seguí circulando, tomé el siguiente y giré en el primero, fallo, no tiene salida y decido probar en el siguiente y más de lo mismo, entonces la pregunta es: ¿dónde ostias está la carretera?.

Vuelvo atrás al primer camino y sigo dejando de lado el primero que he visto y debe ser por algo aunque de todas maneras tampoco tiene salida como comprobé después, continúo ruta y doy un giro que me deja enfilado mirando el puig de Randa, que mal vamos, y ahí me digo que ya saldremos en algún momento del lío. Bien, giro a la izquierda, ya debo estar en línea con el pueblo y unos instantes después un cruce y como todos los caminos están señalizados, me llevo una sorpresa, el camí de Muntanya, bingo, ahí me vengo arriba, dios, por ahí llego hasta Consell y ganas me dieron así que tiré para arriba (entiéndase norte) y llego a la carretera junto a las bodegas y me detengo un poco más allá a la sombra a comer algo, que aún no he parado en toda la mañana, y sigo dispuesto a llegar donde hiciera falta pero al pasar por el cruce del camí vell de Pina se me trastocaron todos los planes y por allí me colé. No es la parte más interesante del itinerario, es la más civilizada, pero me contentó recordarlo, no piqué en continuar recto cuando llegué al camí de ses Malloles y giré hacia la carretera para ir a buscar el barranco de Son Gual otra vez, en esta ocasión con la postura adecuada, sin embargo algo sí bajé el sillín, lo suficiente para sentirte un poco más relajado y que a la vez te permita pedalear con bastante efectividad, y además ya con la confianza de que no vas a encontrar ningún obstáculo en el camino excepto algún posible usuario en sentido contrario, que todo puede ser, por ello iba soltando algunos “voyvoy” en curvas especialmente cerradas y sin visibilidad. Lo que no hice después de pasar la barrera final es subir por el rampón, giré antes por unas rodadas que te llevan a rodear un campo superior y te acercan a la pared exterior con lo que debes pasar por delante de las casas sí o sí para volver a la carretera, hoy ya había más gente jugando y preferí no meterme por los carriles para no molestar o que algún empleado se viera en la tesitura de tener que echarme, y una vez en el asfalto volví directamente a la ciudad sin tomar ninguna variante, creo que ya estaba bien servido.


Después de visualizar detenida y concienzudamente la traza de la salida anterior sobre el mapa te das cuenta de lo fácil que te desorientas sobre el terreno si no tienes unas referencias claras a la vista y un mapa sobre el que situarlas, a ras de suelo muchas veces no ves lo evidente por más que lo tengas delante, y una de esas evidencias es de lo cerca que estaba de la carretera de Son Gual, en concreto a 280m, lo que no era tan claro es la forma de llegar allí si lo que tienes colindante al camino son parcelas con casas habitadas y solo una entrada, hay que mirarlo bien y en todos los mapas se grafía con claridad un camino que continúa desde el principal aunque en vivo no lo vi tan claro, más bien parece una rodada en una parcela agrícola, por eso no seguí por allí.

Ese era solo uno de los puntos a comprobar, luego había otro que sí parecía enlazar con uno de los viales de la urbanización de forma clara pero muy cerca de unas casas y eso siempre suelen ser problemas insalvables y en tercer lugar llegué a intuir un camino entre dos parcelas que también viene de la urbanización y separado de las viviendas, para mí era la mejor opción pero iría a comprobarlas todas, de hecho fui tan directo que ni salí del asfalto, llegué arriba por el vial de servicio para no perder ni medio minuto aunque fuera en abrir y cerrar barreras y me dirigí al primer punto a revisar, se trata de una explanada justo donde el vial de la urbanización se desdobla y vi una barrera de entrada pero no vi ninguna construcción, la valla divisoria tampoco ayuda a traspasarla ni allí ni más adelante por lo que se descarta entrar en el solar por ahora así que sigo adelante hasta un desvío con uno de los ramales cerrado pero es por allí por donde debo meterme y paro a comprobar esas barreras, se han entretenido en atarlas con alambre pero se pueden franquear bien y voy a buscar ese enlace y lo encuentro a mitad de camino, hay una barrera y al otro lado un camino, o al menos es lo que creí vislumbrar entre la maraña vegetal, desde luego hacía bastantes años que nadie traspasaba esa barrera ni circulaba por ahí, segundo fiasco del día, 0 de 2, vamos bien.

Vuelvo atrás por la carretera y me paro a fisgar un poco por la rejilla y nada me parece convincente, habrá que ver si por el lado contrario la cosa mejora. Circulo por el carril de servicio hasta el desvío a Algaida y giro a la derecha por el primer camino que encuentro, el que supuestamente debería haber enlazado de donde venía y lo continúo hasta el final, frente a una barrera que ya no quise traspasar y fui a ver unos viales semi asfaltados que parecen no cuadrar en estos terrenos y que llegan hasta una especie de cantera pequeña, un poco difuminada ya entre la vegetación por el paso de los años, vuelvo atrás y compruebo que el vial marcado en los mapas como camí de Marina no se puede realizar sobre el terreno, con dos barreras en los dos extremos y aún antes de llegar al asfalto investigo otro, había una señal de dirección prohibida pero no hice caso, de todas maneras tampoco tiene salida.

Llegué hasta el pueblo y lo crucé para dirigirme a Llucmajor, ya de perdidos al río, para volver por Son Mendivil, lo que pasa es que entre medias me fui encontrando desvíos por donde meterme y que no esperaba, tramos de la carretera antigua que te van adentrando en un mundo diferente, pero si no lo conoces y no sigues una traza es imposible saber si por donde vas tiene continuidad o no aunque lo que vi me llamó bastante la atención como para volver otros días a inspeccionar todo aquello. De todas maneras preferí ir a lo seguro y después de recorrer el segundo tramo de camino antiguo seguí por la carretera hasta encontrar el primer ramal marcado como itinerario cicloturista y así, siguiendo las marcas, llegar hasta el camí de Son Mendivil y una vez situados allí es imposible perderse intentando llegar a Palma. Sabía que era largo el tramo de asfalto pero no tanto pero no quería parar hasta llegar al inicio del tramo de tierra y allí algo más se paró, la última llamada que recibí por teléfono acabó por consumir la poca batería que me quedaba y quedó la traza a medias aunque una de las aplicaciones que uso para guardarlas sí me permite modificar o añadir tramos y la pude completar pero no subirla de esa guisa en todas.


El viernes había pensado en hacer una escapadita a Mirant de Mar, sin ninguna tarea en especial antes de partir. Preferí pasar por Bunyolí y tomar el desvío a Sarrià y a partir de ahí, todo recto. La bajada al pueblo por el camí vell estaba seca así que por ahí es por donde bajé, la primera parte aún conserva el empedrado y se mantiene más o menos íntegro pero la segunda está reventada, cuanto más limpio y conocido, más concurrido y en ese caso, mucho más deteriorado, las bicis aportan desgaste evidentemente pero no es la única causa.

Atravieso el pueblo para ir a buscar el camí des Pescadors pero tomaré el desvío de can Covent y, oh sorpresa, está arregladito con una capa de gravilla negra que debe ser muy cómoda para los vehículos a motor pero muy pegajosa para mí aunque he de confesar que la prefiero como está ahora. Solo me queda la última parte pegado a la rejilla para llegar a la carretera y desde ahí la recta final hasta el mirador, dicen que de la mar, que debe ser aquello azul que se entreve entre las copas de los árboles.

Si hubiera tenido algo de dignidad habría tirado hacia arriba o hacia abajo pero preferí ponerme una excusa cualquiera para regresar por donde había venido, aunque no sea del todo cierto, tenía por delante una pequeña exploración, revisitar una senda olvidada en años y que quizás nos dé alguna sorpresa, lo cierto es que está marcada en los mapas pero no vale la pena, asimismo está marcada con hitos y andando se podría llegar a considerar como válida, por lo que a mí respecta tiene cierto grado de elaboración, ya me lo pareció la primera vez que pasé por allí, pero la falta de uso y mantenimiento la hacen casi inviable para el paso de bicis. Lo que no me quise perder fue la comprobación del final del camino de carro al que accede y tampoco es para tirar cohetes ya que muere cerca de una especie de industria de la piedra, no quiero poner cantera o mina porque la verdad no sé lo que era.

De vuelta atrás bajé al pueblo por unas escaleras vecinales y por la calle paralela a la principal me encaminé hacia la subida del coll de s’Heura hasta que me acordé de que tenía otro asunto pendiente en el otro lado, junto al coll d’en Portell y giré en redondo para dejar también ese tema solucionado, es poca cosa, solamente una bajada que enlaza la carretera con el coll que no tenía guardada y que quería utilizar en la enésima modificación de la Ruta 18 que espero sea ya la última y una vez recorrido ese tramo podré insertar y dar por finalizada y no me quedó ya más que enfilar la vuelta por asfalto hasta el cruce del camí de Passatemps para tocar la última tierra del día. Punto final.


El sábado había habido movimiento en las redes con los compañeros preparando una salida el domingo por la Fita del Ram, es decir, subida por Bunyolí con el resto ya conocido, y por mi parte me sentía bastante intrigado por unos caminos por la zona de la ermita que aunque marcados en los mapas no me constaba que estuvieran recorridos aunque esa no fuera una condición suficiente como para no querer comprobarlos, quiero decir, alguien ha pasado por allí y visto lo visto ha decidido no incluirlos en su biblioteca pública, pues quizás, en algunos casos yo también he hecho lo mismo. De todas maneras voy a aprovechar la cercanía y me voy a acercar a saludar al grupo que con el confinamiento de por medio el contacto se ha convertido en aún más esporádico, y eso hago y voy rodando hasta el punto de reunión cuando al llegar se pone a llover y la salida se retrasa un poco más mientras nos refugiamos en el interior de los vehículos a esperar que escampe.

Mi compañía solo dura hasta la entrada de Bunyolí porque me desvío hacia Sarrià ya que si hiciera la ruta con ellos mi exploración sería al final y si algo extraño sucede me va a disparar el horario, prefiero hacerlo al revés y me encamino hacia Son Malferit en cuya barrera de entrada me alcanza un compañero y me anuncia que los bous vienen por detrás y claro, no me puedo marchar sin saludarlos así que charlamos un poco mientras esperamos al último y volvemos a emprender marcha hacia Son Ferrà donde nos despedimos, ellos van a hacer la ruta que hice hace dos días y yo voy a subir por el cemento hasta donde pueda, el camino que quiero encontrar está un poco más arriba y no voy a poder evitar el tener que enfrentarme a esas rampas mortíferas sin ayuda.

El camino de la ermita hace una curva muy amplia sobre una vaguada y me dije, aquí es y me meto adentro, al principio no está mal, se puede hacer y aunque vamos pasando por diversos ranchos no se nota rastro alguno de paso, está muy empinado y debería quedar alguna marca en el suelo, ese detalle no me convenció pero los restos de construcciones y actividad en la zona deberían ser un buen presagio. La pendiente se empina mucho y lo que puede ser el camino zigzaguea en cortas y maltrechas lazadas, no es posible circular montado pero pronto llego a una antigua zona de olivar y solo tengo que seguir las bajadas que deben existir entre bancales aunque la mayoría de pasos están desmoronados y no es cómodo bajar. La vaguada se va estrechando y a la vez espesarse de vegetación lo que me impide físicamente el paso, esa circunstancia me hace dudar lo suficiente como para entender que me he equivocado, no haber visto tampoco una traza clara de camino en buena parte de la bajada no hace más que corroborar esa sensación y no es agradable.

Subo y vuelta a empujar hasta que veo a mi izquierda una especie de paso entre las rocas, voy a verlo y parece prometedor aunque tampoco se puede montar pero de todas maneras decido seguirlo y así voy dando la vuelta hasta que me doy cuenta de que estoy en el mismo lugar de donde me he desviado, miento, más abajo, repetición de la jugada y otra vez hacia arriba para volver al mismo sitio, si sirviera de algo habría proferido algunos gritos de rabia pero me los tragué. Sigo subiendo por una empinada cuesta hasta las cercanías de una pared que no reconozco, yo no he pasado por aquí, me oí decirme, ostras, se impone alguna solución drástica, hay que consultar el mapa, en esos momentos dí las gracias por haber puesto a cargar el teléfono la noche anterior, ahora debería servir para algo. Tras consultar la traza me doy cuenta de que me estoy alejando de la línea de bajada y lo que voy a hacer es volver a bajar hasta converger y subir por la línea correcta, voy bajando y consultando varias veces pero la fiabilidad no es mucha y a veces parece que te acercas y en otras te alejas pero al menos te va dando una idea.

Llego a un punto en el que parece que he pasado antes aunque no lo reconozco, de todas maneras me siento tentado a hacer caso a la máquina y empiezo a subir y es cuando al rato me doy cuenta de que no llevo las gafas, tienen que haberse caído al quitarme la mochila y no estoy dispuesto a dejarlas allí por lo que dejo la bici de pie por si las moscas y vuelvo a bajar hasta el punto donde me había desviado antes y vuelvo a subir hasta la pared que no reconocí y efectivamente allí estaban, la duda que tenía era si podría volver a donde tenía la bici, la pantalla parecía un garabato de niño pequeño en lugar de marcar una traza clara y eso que solamente estaba dando idas y venidas por los mismos sitios, afortunadamente regresé al sitio correcto y la encontré, ahora solo debía ir subiendo para desandar el camino de bajada, la pega es que no lo reconocía y cada vez que miraba la pantalla en lugar de subir parecía que me había desplazado lateralmente, unas veces estaba a la derecha y otras a la izquierda, seguramente era así y no controlaba exactamente la escala visualizada pero no fue hasta que vi algo reconocible que pude sentirme aliviado, en estos sitios y circunstancias la bici es un verdadero agobio.

Habían pasado dos horas y media dando vueltas perdido, hubiera dicho que menos pero la máquina no engaña, no me extraña el mal cuerpo que tenía, al llegar a la pista me tumbé y por fin me pude relajar un poco, allí no miré la hora que era pero no quise continuar así que en cuanto hube comido y bebido algo bajé por donde había subido y volví por donde había venido exceptuando el último tramo de asfalto de Establiments ya que me fui a dar la vuelta por el hospital pasando por dentro en lugar de rodearlo por fuera, es lo máximo que se me ocurrió.


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