El sábado hubo deserción anunciada de antemano. Ya sabían que no me verían el pelo en el geodésico del Tomir; no me apetece escalar con la bici a cuestas. Ya me viene justo hacerlo a pata como para ir arrastrando la bici por los roquedales. Tampoco tiene nada que ver la petada de la salida anterior. De todas maneras no hubiera ido a la salida fuera cual fuere el recorrido; tenía otras cosas que hacer y no quería dejarlas para otro día. Pero tenía el domingo libre y visto la gente que se apuntó el sábado quedaban pocos que quisieran salir. Albert dió señales de vida. Le respondí afirmativamente. Pepe se apuntó pero volvió sin cambio de Lluc y se desdijo. Quedamos para ir a la Mola de Planícia. La ruta, conocida. Camí des Correu, un poco de pista hasta s'Arboçar y camino de carro hasta el vértice. Largo, limpio y tendido. Perfecto.
Ya pronto vimos cuál sería la principal dificultad de la jornada, la humedad. Decía Albert que había sido el día anterior un día muy húmedo que, aunque sin llegar a llover de manera explícita, sí dejó el suelo muy resbaladizo. Se notó en el primer tramo de subida empedrada hasta el portillo. También en el de bajada. Justo al desembocar en la pista de Son Sanutges vimos un elemento nuevo allí ubicado. Dos señales nuevas de tráfico indicando “camino sin salida” y “prohibido el paso. Propiedad privada”. Mal agüero. Aún así las barreras que hay a lo largo de la pista están abiertas. El perro que solía estar en las casas de s'Arboçar no está y reina el silencio al pasar.
Justo al empezar a subir oímos el ruido de un motor. Más tarde nos pillaría un caminante, conocido y vecino de Albert, al que no volvimos a ver. Aún no habíamos llegado als Aljubets cuando vimos venir un 4x4. Decidimos parar y dejarlo pasar en un sitio seguro. Y se para, empezando a proferir comentarios desalentadores para nuestros intereses, y nos pregunta qué hacemos por allí. “Pasear”, le respondo. Me espeta que estamos en una propiedad privada y no podemos pasar. Le pregunto cuál es y me responde s'Arboçar. Luego nos suelta un discurso sobre Planícia, seguramente creyendo que estamos allí por las últimas noticias publicadas sobre este predio, todas ellas falsas y erróneas, según él, producto de la prensa sensacionalista. Nos informa que tampoco podemos subir a la Mola “por el otro lado”, creo que refiriéndose a Son Balaguer. Sigue el discurso con los peligros de un tiro perdido, un rebote, etc. Para no provocar un enfrentamiento inútil dado que faltaba aún un trecho hasta el desvío del Pas de sa Mola decidimos bajar por donde habíamos venido y variar nuestra ruta hacia otros lugares menos conflictivos.
Debo recalcar que es la primera vez que me encuentro a alguien por estos lares. Aunque las señales en las barreras hace tiempo que están las de Son Sanutges son muy nuevas y pueden significar problemas. Había más gente en el coche. Los de atrás parecían bastante jóvenes y me pareció que estaban un poco avergonzados de la situación. El copiloto no abrió la boca. Puede que fueran cazadores y algunos pueden ser bastante desagradables. De todas maneras, no me extraña, visto lo que pueden llegar a pagar por ir a pegar cuatro tiros. Y es prácticamente el único ingreso que puede generar una finca de este tipo, a excepción de un poco de leña. No sé si actuaba de motu propio o siguiendo instrucciones pero, tampoco hubiera quedado mal si nos hubiera dejado continuar, en vista de que no íbamos a provocarle ningún quebradero de cabeza por hacer lo que fuimos a hacer.
Nos dirigimos hacia el campo de fútbol de Banyalbufar y de ahí hacia el Port des Canonge por la Volta del General. La hicimos bastante tranquilos, no solamente por la gran cantidad de gente que nos encontramos, más bien en plan paseo dominical bordeando el mar. Comenté lo de subir por el Camí de Sa Cova, pero no teníamos muchas ganas. Nos esperaban los cinco kilómetros de ascensión hasta la carretera.
Volviendo a Esporles ví, cerca del inicio del último tramo del Camí des Correu, una barrera en la carretera. Comenzaba desde allí una pista en ascenso. Creía que podría desembocar en algún camino transversal entre el pueblo y La Granja. Pasamos cerca de una casa y nos encontramos un enorme rebaño de ovejas, al mismo tiempo que el camino se convierte en un barrizal de agua y excremento de oveja. Seguimos subiendo hacia el bosque y encuentro una fuente, posiblemente la Font des Rafal, y lo queda de la construcción que la rodeaba. Parece ser una especie de capilla circular pero solamente quedan unos restos de un trozo de muro, aunque sigue manando abundante agua. Allí lavamos las bicis como podemos. Intuyo lo que parece ser la continuación del camino, ya cerca del bosque. Tiene buena pinta y se convierte en un bonito camino de carro, casi ciclable. Dentro del bosque pierde definición y llegamos a territorio conocido, cerca de los toboganes.
Solamente nos queda llegar a Esporles pero antes hay que bajar los últimos escalones y ahí la pifio. Entro confiado pero bastante lento y aunque los escalones son altos los iba bajando, pero en el último me desequilibré al pisar dos piedras cayendo de lado y golpeándome la rodilla (supongo que con el manillar). Fue un golpe contundente porque me ha dolido tres días. Y eso que llevaba unas protecciones en la mochila.
La salida no dió más de sí, fue un paseo en buena compañía sin complicaciones aunque el episodio de s'Arboçar enfureció bastante a Albert y dejó un poso de resignación que contrastaba con las ilusiones que se habían generado con las noticias positivas respecto de la venta de Planícia. Por si sirve de consuelo (que no) no fuimos los únicos en disfrutar de los consejos del arboçero. Le cundió el domingo.
Ya pronto vimos cuál sería la principal dificultad de la jornada, la humedad. Decía Albert que había sido el día anterior un día muy húmedo que, aunque sin llegar a llover de manera explícita, sí dejó el suelo muy resbaladizo. Se notó en el primer tramo de subida empedrada hasta el portillo. También en el de bajada. Justo al desembocar en la pista de Son Sanutges vimos un elemento nuevo allí ubicado. Dos señales nuevas de tráfico indicando “camino sin salida” y “prohibido el paso. Propiedad privada”. Mal agüero. Aún así las barreras que hay a lo largo de la pista están abiertas. El perro que solía estar en las casas de s'Arboçar no está y reina el silencio al pasar.
Justo al empezar a subir oímos el ruido de un motor. Más tarde nos pillaría un caminante, conocido y vecino de Albert, al que no volvimos a ver. Aún no habíamos llegado als Aljubets cuando vimos venir un 4x4. Decidimos parar y dejarlo pasar en un sitio seguro. Y se para, empezando a proferir comentarios desalentadores para nuestros intereses, y nos pregunta qué hacemos por allí. “Pasear”, le respondo. Me espeta que estamos en una propiedad privada y no podemos pasar. Le pregunto cuál es y me responde s'Arboçar. Luego nos suelta un discurso sobre Planícia, seguramente creyendo que estamos allí por las últimas noticias publicadas sobre este predio, todas ellas falsas y erróneas, según él, producto de la prensa sensacionalista. Nos informa que tampoco podemos subir a la Mola “por el otro lado”, creo que refiriéndose a Son Balaguer. Sigue el discurso con los peligros de un tiro perdido, un rebote, etc. Para no provocar un enfrentamiento inútil dado que faltaba aún un trecho hasta el desvío del Pas de sa Mola decidimos bajar por donde habíamos venido y variar nuestra ruta hacia otros lugares menos conflictivos.
Debo recalcar que es la primera vez que me encuentro a alguien por estos lares. Aunque las señales en las barreras hace tiempo que están las de Son Sanutges son muy nuevas y pueden significar problemas. Había más gente en el coche. Los de atrás parecían bastante jóvenes y me pareció que estaban un poco avergonzados de la situación. El copiloto no abrió la boca. Puede que fueran cazadores y algunos pueden ser bastante desagradables. De todas maneras, no me extraña, visto lo que pueden llegar a pagar por ir a pegar cuatro tiros. Y es prácticamente el único ingreso que puede generar una finca de este tipo, a excepción de un poco de leña. No sé si actuaba de motu propio o siguiendo instrucciones pero, tampoco hubiera quedado mal si nos hubiera dejado continuar, en vista de que no íbamos a provocarle ningún quebradero de cabeza por hacer lo que fuimos a hacer.
Nos dirigimos hacia el campo de fútbol de Banyalbufar y de ahí hacia el Port des Canonge por la Volta del General. La hicimos bastante tranquilos, no solamente por la gran cantidad de gente que nos encontramos, más bien en plan paseo dominical bordeando el mar. Comenté lo de subir por el Camí de Sa Cova, pero no teníamos muchas ganas. Nos esperaban los cinco kilómetros de ascensión hasta la carretera.
Volviendo a Esporles ví, cerca del inicio del último tramo del Camí des Correu, una barrera en la carretera. Comenzaba desde allí una pista en ascenso. Creía que podría desembocar en algún camino transversal entre el pueblo y La Granja. Pasamos cerca de una casa y nos encontramos un enorme rebaño de ovejas, al mismo tiempo que el camino se convierte en un barrizal de agua y excremento de oveja. Seguimos subiendo hacia el bosque y encuentro una fuente, posiblemente la Font des Rafal, y lo queda de la construcción que la rodeaba. Parece ser una especie de capilla circular pero solamente quedan unos restos de un trozo de muro, aunque sigue manando abundante agua. Allí lavamos las bicis como podemos. Intuyo lo que parece ser la continuación del camino, ya cerca del bosque. Tiene buena pinta y se convierte en un bonito camino de carro, casi ciclable. Dentro del bosque pierde definición y llegamos a territorio conocido, cerca de los toboganes.
Solamente nos queda llegar a Esporles pero antes hay que bajar los últimos escalones y ahí la pifio. Entro confiado pero bastante lento y aunque los escalones son altos los iba bajando, pero en el último me desequilibré al pisar dos piedras cayendo de lado y golpeándome la rodilla (supongo que con el manillar). Fue un golpe contundente porque me ha dolido tres días. Y eso que llevaba unas protecciones en la mochila.
La salida no dió más de sí, fue un paseo en buena compañía sin complicaciones aunque el episodio de s'Arboçar enfureció bastante a Albert y dejó un poso de resignación que contrastaba con las ilusiones que se habían generado con las noticias positivas respecto de la venta de Planícia. Por si sirve de consuelo (que no) no fuimos los únicos en disfrutar de los consejos del arboçero. Le cundió el domingo.
5 comentarios :
Jaume, nosaltres si que mos hem trobat amb caçadors abans. Pugen amb tot terrenys petits (suzukis) per poder passar la curva d'abaix del tot que està bloquejada per dues roques.
A nosaltres ens van agafar quasi arribant als aljupets i ens va pasar donant gas com si volgués mostrar el seu enfado. Al arribar als ajupets estaven esperant-nos, i vam tenir unes quantes paraules però la veritat es que no fortes.
Ens diguérem que espantàvem la caça, al que vaig respondre que es raro que el renou del motor es pitjor i mes fort que el que poguem fer nosaltres. També que deixàvem brutor, al que vaig respondre tregent de sa motxilla una pell de plàtan que ni tan sols havia llançat.
Al final ens van deixar continuar.
D'això fa ja un parell d'anys.
No acabo de entender la retahíla de excusas tan simples que te sueltan. Casi sería mucho mejor que no dijeran nada.
Si está prohibido que cierren el monte, pero, ¿prohibir para qué?.
Efectivamente ... Alguien ha escuchado alguna vez la expresión "Ponerle puertas al campo"? Para que y por que?
Tu siguiente entrada del blog es muy interesante. Hay que ir informados de por donde vamos y no dejarse comer el terreno, pero al mismo tiempo intentando no cabrear a a la "fauna autóctona". Mano izquierda, mucho mano izquierda.
Hola Jaume, veo que tropezasteis con un buen "obstáculo". Es que hay gente que no acepta más que lo que les interesa, y donde no hay, mejor no buscar.
Por mi parte, durante los meses de caza, procuro evitar todo lo que puedo los vados, cosa imposible, porque en casi cualquier ruta los hay. Pero por donde haya GRs o rutas más de senderistas, "ellos" deben ir mentalizados a encontrarse gente. Sin embargo por rutas poco transitadas, deben creerse los reyes del mambo.
Lo curioso es que a nivel general, tienen mucha influencia sobre los políticos. Vamos a tener que empezar a enseñar los dientes.
Tengo un compañero que ahora es el tesorero y vocal de la federación de ciclismo. Igual podríamos solicitar audiencia y hacer llegar un manifiesto en nombre de todos los grupos de BTT a fin de defender nuestra imagen y que nos dejaran circular libremente por la montaña como a los senderistas y caminantes.
"Como a los senderistas y caminantes".
Si alguno de ellos lee esto pensará: "Dios te oiga".
A sus propios comentarios me remito.
http://raconstramuntana.blogspot.com/2008/01/que-es-esto.html
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