Por la vía muy directa

Después de unos días de lapso en los que nada se ha hecho me decido a volver a montar y tras comprobar que la peña se encuentra concentrada en el día de reflexión que va a dar paso a la prueba del domingo en Cala Falcó no me queda más que plantear una salida de uno solo (y mientras lo escribo va sonando Instinto Humano, de Chambao, solo uno, solo tú, madrugada verde, cobijo en el sur...), cosas que pasan.

Me propongo hacer algo de kilómetros y a la vez, algo de altura, pues nada, Comuna de Bunyola, pero para no perder tiempo en la aproximación, por la vía directa, o sea, la pestosa? carretera. Pestosa, seguro? Si ni siquiera existe esa palabra, entonces, ¿porqué todo el mundo que circula con ruedas gordas se empeña en utilizarla, por mimetismo, quizás?, cosas que se dicen.

Como en estos recorridos tienes tiempo de pensar he decidido cuando llegue a Bunyola intentar subir por el camino viejo todo lo que pueda a ver que tal se me da, y sobre todo, qué tanto por ciento se puede rodar y calibrar si vale la pena o no. Y diré que la primera parte, sí, sobrepasas la barrera de entrada a la comuna con tan solo tres tiradas ciclables pero a partir de allí el camino está en peores condiciones y aunque se podría enlazar algún tramo más quizás el esfuerzo no valga la pena. Supongo que los que subían pensarían eso cuando me veían aparecer de repente en alguna curva.

Paso la barrera del comellar y sigo por el asfalto y ahí noto que voy de lado, la rueda de delante se está vaciando y debo parar, tres pinchos le saco, todos en la misma cubierta, sustituyo la cámara y sigo. Cuando llego al final del tramo asfaltado salgo de la vía para ir a ver unos caminos y comprobar si pueden ser considerados como tales, tal vez el primer centenar de metros sí pero después ya no, ni siquiera teniendo el trazado marcado con hitos y cintas y el suelo despejado y así, tras pasar por un tramo rocoso y con numerosos árboles caídos doy vuelta atrás, no es terreno apropiado para la circulación rodada.

Me quedo en un cruce que he visto antes y por ahí sí se puede rodar, no mucho porque acaba rápido, tan pronto como se empieza a avistar la fondalada de la coma gran. Oigo voces que vienen tras de mí y me pasa un grupo de turistas armados con mochilas y cuerdas que se dirigen hacia abajo, “vamos a escalaaaar”, me explica uno de ellos, el único porque los demás eran mujeres, excepto también el primero que tenía pintas de ser el guía (indígena) del cotarro pero como no abrió el pico no podría asegurarlo.

Y aunque por unas vagas indicaciones sabía que por alguno de estos senderos se puede bajar hasta abajo no quise averiguar cuál de ellos era ya que la mayoría deben ser simples aproximaciones a las rutas de escalada de la zona, así que me fui por donde había venido con la curiosidad satisfecha en ese aspecto y dirigiéndome directamente a cas Garriguer porque quería comprobar otra cosa con el forestal que había visto subir antes con el todoterreno.

Efectivamente estaba por allí haciendo algunas faenas de mejora en el porche y le pregunté por la situación de los caminos de la zona, a saber, el del Grau, Coma gran y Cocó Peguer, y estas fueron sus respuestas.

Camí des Grau. Está prohibida la circulación, de hecho ya lo estaba desde hace tiempo aunque algunos se empeñaran en creer lo contrario, la señal colocada en su inicio así lo indicaba. ¿Quién puso la señal? El Consell, ya que fue este organismo el que restauró el camino y pretende supuestamente que dure en ese estado muchos años, por tanto el personal del ayuntamiento ni pincha ni corta en ese asunto.

Coma Gran. Vuelve a estar abierta. Como sabemos tuvo unas restricciones de paso ciertos días de la semana en los periodos de mayor afluencia de senderistas. Se cerró a iniciativa del jefe de los forestales del ayuntamiento aunque en la práctica no se pudo impedir que los ciclistas siguieran bajando y ante tal evidencia parece que la iniciativa no va a tener continuidad en el futuro.

Cocó Peguer. Como sabemos había señales prohibiendo el paso tanto en la comuna como en el torrente de Coanegra colocadas por la Consellería de Medio Ambiente durante el periodo de cría de la milana, medida que supongo se repetirá periódicamente.

Alguna vez he comentado algo sobre las dudas que tengo respecto a la toponímia y el trazado de este camino. Sobre el nombre he seguido conservando este aunque parece que no se corresponde con su emplazamiento físico y respecto al trazado desde siempre me ha parecido que el camino propiamente dicho, o sea, el construído, no llegaba arriba, y me refiero a las pistas de la comuna. Esta idea me la ha confirmado el garriguer cuando me ha dicho que ellos tampoco se inmiscuyen en ese asunto porque prácticamente la finca pública acaba al final de la primera bajada y después se adentra en Son Pou, siendo pues un camino de circulación estrictamente privada por el interior de la finca que con el tiempo llegó a comunicarse con la Comuna debido al flujo de senderistas, no por otra cosa.

Después de satisfacer debidamente mis curiosidades no me quedaba otra que volver, no apareció nadie montado por allí, solamente otro grupo de excursionistas y este también me pareció un grupo organizado, me quedé con la duda, a decir verdad, de saber si se les habría cobrado la tasa correspondiente por actividades de empresa, y así, sin más preámbulos bajé por la Coma Gran y desandé rápidamente el camino que había recorrido unas horas antes por la vía directa.


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