Pupurri

El viernes me sacaron de mi letargo con un escueto mensaje en el que me proponían una ruta por las cercanías y me pareció lo más adecuado asistir, no ya tanto por la salida en sí sino porque podría compartirla con viejos compañeros de fatigas con los cuales hacía tiempo no coincidía. Los MIR no es que se caractericen por montar salidas tempraneras pero esta vez fue un poco la excepción y tampoco es que me importara tanto, fuera la hora que fuera para lo que iba a hacer era imposible volver tarde.

Me dio tiempo a llegar el primero al punto de salida pero lo que sí aprecié es de que no conocía a casi nadie mientras iban llegando y al final creo que no eran más de 3 o 4 los que me resultaban familiares, el resto me los presentaron pero poco se puede hacer para que me acuerde de sus nombres o monturas, mea culpa. Tiraron directos por carretera de tal manera que solo pude seguirlos porque había hecho ya un calentamiento previo para llegar hasta allí y así y todo iba de los últimos, eso no auguraba nada distinto en la posterior subida por Bunyolí como así fue, y no fui el de cola porque alguno tuvo un problema con una cala y pude pasarlo.

Decidieron el siguiente paso en la cadena optando por llegar hasta Esporles mientras que Sito y yo hacíamos lo propio bajando por el sendero después de haber descartado las alternativas por los DH y después regresamos sobre nuestros pasos hasta el Secar de la Real y solo voy a comentar que fue el tramo más peligroso de la ruta, justo cuando juntas a un capullo (por ser medio fino) al volante y un ciclista en la misma vía de circulación, sobre todo si aquél se empeña en aparecerte por detrás a un palmo de tu manillar y haciéndote indicaciones de que te apartes, no hay palabras.


Dado que el lunes tenía que hacer unos recados en can Valero comencé desde allí la ruta pero debía ser un poco diferente, nada de exploraciones ni divagaciones, tirada directa por asfalto hacia el coll des Tords y desde allí volver a Palma, en un día normal hubiese querido meterme por los caminos paralelos a la carretera, tanto por arriba como por abajo pero en este caso el plan era darse prisa, aunque prisa creo que no es el vocablo adecuado, más bien no perder el tiempo sería más preciso. Para ir solo hice el atajo que te lleva al cruce de Establiments, que es un visto y no visto, cuenta más bien poco pero cuenta, y después ya fue todo asfalto hasta llegar arriba sin ninguna compañía aparte de los carreteros que me sobrepasaban y con los cuales no podía ni pensar en competir y los carreteros con los que me cruzaba, de todas maneras, poquitos, poquitos; mentira, me crucé con 2 bikeros subiendo el coll des Vent y allí ya pude empezar a ensumar algo diferente enlazando el sendero paralelo hasta el coll de sa Creu más los atajos hasta abajo y después para rematar, por Son Muntaner y parte del bosquecillo de Son Rapinya del otro lado de la circunvalación, no parece gran cosa visto individualmente pero que en su conjunto tiene su gracia y hay que saber aprovecharlo.


Lo tenía apuntado en un papel, coma del Mal Pas, junto con otros sin nombre bajo el epígrafe pendientes y como había unos cuantos no me daba para una ruta así que elegí un par e iríamos viendo sobre el terreno, que ya se sabe que en estas ocasiones se pueden dar ambos extremos, el éxito y el fracaso a partes iguales, por eso voy directo hacia el punto de inicio de la ascensión del monumento de Gènova cruzando media ciudad sin dilaciones. Subida hasta el párkin y más allá pero no mucho más ya que debo desviarme hacia el polvorín ¿lo he bajado antes? sí, ¿me acuerdo de algo? no, entonces ya es hora de repetirlo, ¿porqué no se hace con más frecuencia? pues básicamente porque te devuelve al punto de donde vienes, pues entonces se podría aprovechar si ya estás de vuelta para no tener que bajar por asfalto, sí, podría ser, vayamos a averiguarlo.

Lo primero que se ve es que es un camino de carro pero del que solamente puedes usar una única línea, el resto está comido por la vegetación, aún así se deja querer, y la bajada final hasta el fondo de la coma, a base de curvas cerradas, muy conseguida. Otra cosa es lo que te encuentras abajo, única y exclusivamente un torrente, sin espacio físico para ubicar nada más, entonces no queda más remedio que transitar por ahí, mirando hacia abajo quizás haya alguna posibilidad de ciclar pero hacia arriba menos que ninguna, opto entonces por esta última y empiezo a empujar convencido desde el primer momento que va a ser la única opción durante muchos minutos, sobre el mapa no está cerca pero traducir eso a tiempos se me hace harto difícil, no pienso en eso, quiero disfrutar el momento y de paso imaginarme hacerla en sentido contrario aunque antes de eso deberé tomar una decisión, a mitad de camino hay un desvío que se dirige hacia el coll des Pastors y que me convenzo de que es el que quiero tomar, me confunde un poco encontrar un hito, el único, en un punto donde no hay, o no sé ver, una alternativa por lo que sigo camino hasta el punto correcto aún sin poder subirme a la bici aunque he de convenir que en la parte final, unos cientos de metros, sí se puede pero en verdad ya hemos salido del hoyo y estamos subiendo por la ladera hasta encontrar una pista muy cerca ya del coll des Pastors, meta conseguida, y como ya he visto lo que quería ver vuelvo por la pista directamente hasta el monumento y la bajada de asfalto y después para compensar, por el carril bici del puerto contemplando el horizonte.


No hay comentarios :

Publicar un comentario