Garrafa

Durante la semana comencé a preparar la salida sabatina, a raíz de la salida con los bous por la zona de Capdellà me rondaba la cabeza preparar una nueva ruta por esos lares con algunos de los caminos pendientes, algunos ya recorridos y otros no, pero claro, no todo es poner en marcha un GPS, hay que investigar un poco también (sobre todo si no tienes GPS) y hacer que todo cuadre aunque algunos piensen después que los llevo por donde no hay ni camino.

Así pues, en ésas estaba cuando Pepe me anuncia que también quiere ir por la misma zona y me pasa un track hecho a mano con algunas ideas. Jodó, si es casi lo mismo que había pensado yo, pues venga, dicho y hecho, y quedamos a las nueve en Andratx con el resto del grupo en esta ocasión muy mermado, solamente somos cuatro si contamos a Botets y Torito pero un número perfecto para ir de descubierta y un poco a escondidas, porque íbamos a necesitar mucha suerte para recorrer algunos de los tramos de ese traza, prácticamente todo transcurre por el interior de propiedades privadas donde no se caracterizan precisamente por la amabilidad con los visitantes.

Pepe quería subir al puig de Garrafa a comprobar la desenvoltura de una bici por esos lugares que es más bien poca, eso ya lo sabíamos por referencias, pero a veces la cabezonería puede más. Quién haya estado en Andratx habrá visto la torre de vigilancia forestal sobre la serra de Garrafa que domina el contorno y puede que se haya preguntado si tiene un camino de acceso practicable para una bicicleta, pues la respuesta es no, y por varias razones.

Ya tuvimos problemas en la aproximación y de chiripa pudimos pasar; después comprobamos que la ciclabilidad por la cresta es poca porfalta de camino como tal y el porteo fue necesario, yo inocente creía que había un camino practicable hasta esa torre pero no es así. Daba un poco de viento en esas alturas pero no molestaba ya que era más bien cálido pero el día tampoco estaba muy despejado así que no estuvimos mucho rato para empezar el último recorrido hasta el inicio de la coma, casi toda ella recubierta por un xaragall de piedras que impiden un descenso en condiciones, tan solo Botets se atrevía a negociar algunos tramos al más puro estilo Alpinepics con bastante éxito por cierto, mientras los demás no podíamos más que asentir resignadamente. El último tramo por el bosque está un poco mejor pero la visita a unas cuevas nos entretuvo jugando a alpinistas un rato por allí.

Salimos justo al lado del depósito del coll Andritxol e íbamos a tentar la suerte dirigiéndonos al coll de Garrafa y para ello hay que sortear barreras y esperar no toparte con algunos residentes de la zona y eso ayer no sucedió, no vimos a nadie y seguro que nadie nos escuchó porque fuimos a piñón fijo y sin decir palabra hasta llegar al coll y poder escondernos un poco. Arriba del todo desistimos de tomar la vía directa a través de sa Cova y sus barreras y ascendemos tras algunos intentos fallidos a lo alto del coll de sa Cova para bajar directos hacia la Vall Verda, muy cerca de la carretera de Peguera.

No llegamos a ella, giramos en redondo como si nos dirigiéramos a sa Cova otra vez pero desviándonos en el torrente para tomar una pista rota en ascenso que nos pasó factura (al menos a tres de nosotros), muy empinada y sucia de piedras y roderas. La bajada por la otra vertiente tampoco es nada del otro mundo y nos enfila directos hacia Cas Xoriguer, ya con todas las casas de la zona a la vista. Pepe decía que había camino para acortar pero tras dar unos rodeos entre los edificios no lo vimos claro y tiramos hacia la carretera.

Era la una del mediodía y estaba ya para las últimas, el track era muy optimista y aunque sobre el papel lo vi factible al final se impuso la contundente realidad. El sherpa, que va sobrado, quiso continuar con el plan establecido después de convencer a Botets pero yo ya había tomado las de villadiego, tenía suficiente, pero aún nos volvimos a encontrar en el aparcamiento porque unos metros más adelante se habían topado con las barreras de s'Alquería cerradas y habían dado por finalizada la excursión aunque no los deberes completamente, otro día habrá que continuar la visita a la zona explorando otras variantes.


Capdellà

Aunque mi intención primera era salir el sábado a rodar viendo las previsiones del tiempo decidí hacerlo el domingo para poder disfrutar de un día en familia en sábado ya que era el que mejores perspectivas presentaba, y si llovía el domingo pues a mojarse y p'alante.

Casualmente tenía un buen plan, una salida de los bous que habían preparado una ruta por los alrededores de Calvià programada por Biel, vecino y buen conocedor de la zona. Me lo han ido contando cuando he aparecido por Capdellà a las ocho mientras iba numerando a todos los que había por allí, muchos más de los que me había imaginado, hasta Guiem estaba sorprendido. Adiviné un grupo que me era familiar, habían venido a Esporles y hemos estado comentando precisamente ese tema. También estaba por allí Esmas, un forero de Campos que hoy se ha acercado a rutear por una zona nueva para él. Bastantes bous y un nutrido grupo de bikeros de la comarca, casi todos con bicis rígidas, completaban el numeroso grupo que se ha puesto en marcha rumbo a Andratx.

No ha pasado mucho tiempo antes de desviarnos hacia Sa Coma, por ese camino ya estuve una vez un día que salí de Palma sin rumbo fijo y acabé dando tumbos por ahí. No he podido bajar lo rápido que quisiera porque a uno le ha caído un botellín y lo llevaba en la mano con lo que me era imposible frenar y aguantar la botella a la vez. Después carretera hasta Peguera sin hacer mucho caso al paseo peatonal (quizá fuera por eso) pero tampoco se lo hacían algunos corredores que iban corriendo por el asfalto y además por el margen contrario.

En Peguera primera espera, faltan algunos y hasta que no aparecen no nos vamos. Tiramos por el Hapimag y salimos del asfalto con lo que debemos esperar las indicaciones del guía en cada cruce que pese a llevar una rígida de carbono de menos de nueve kilos no va delante. Había hecho la misma ruta el día anterior para tenerla bien presente y no se sentía de lo más fino. Llegamos a la rotonda de Santa Ponça y nos metemos directamente en el torrente. Intento espolear al personal para animar el recorrido, cosa que consigo solo en algunos tramos y al llegar a la carretera nos llega la noticia de una caída con consecuencias cuando menos muy dolorosas. Al rato aparece Agustí con una rodilla maltrecha y por la cara que trae, duele. Alguien saca un botiquín y le aplica yodo y una venda pero no quiere continuar así que él y algunos más acortan y vuelven a por los coches directamente, los demás aprovechamos que los cazadores se han marchado para meternos por el coto y hacer un recto hasta la otra carretera.

En el mismo cruce tomamos un camino en ascenso que nos lleva a su vez al Camí de Son Boronat y de ahí a la carretera otra vez donde se fragua la deserción masiva, el grupo calvianero opta por dirigirse al coll des Tords y no sé qué más, el resto vuelve a Capdellà pasando por Calvià tomando el carril bici-peatonal que han hecho pegado a la carretera donde tiene lugar el segundo percance del día, uno no ve el final en forma de valla y la embiste, la bici por un lado, él por otro y la valla en su sitio. Duele pero continúa. Nos desviamos por el torrente, el segundo del día, y ahí si que vi bastante cambio porque hay una rejilla que corta el camino varias veces y te obliga a ir por el torrente más de la cuenta.

Una vez en la carretera más deserciones pero a Esmas no le dejo, volverá con Biel por el camino viejo así que nos vamos los que quedamos hacia Galatzó. Muchos coches en los aparcamientos y mucha chiquillería, al final el día no ha sido tan malo ni mucho menos como habían previsto y la gente había salido en tropel. Nos despedimos de la pareja y continuamos ruta hacia las casas, muchos paseantes no pasaban de allí y preparaban las mesas para comer, nosotros llegaríamos hasta el pou de sa sínia. Esperaba más duro ese recorrido, siempre lo había hecho en sentido contrario y lo noté muy llevadero. Dos no consiguieron llegar al pou, les hicimos girar poco antes de que llegaran.

Había comentado la posibilidad de pasar por el Tramuntanal pero todo quedó supeditado al horario y de no ser por los excesivos parones hubiéramos podido pasar pero teníamos el tiempo justo para llegar clavados en la previsión con lo que volvimos a Capdellà directos por el camino viejo del cual me acordé de que sí había pasado una vez aunque llegué solamente hasta la barrera y no quise continuar, no siempre ha sido pública la finca.

En total unos cuantos kilómetros muy buenos para estirar piernas sin prácticamente ninguna dificultad técnica pero que vienen muy bien para desperezar cuerpo y mente rodando por sitios nuevos y variados en compañía.


MT?B

Un paseo por la ciudad, aunque haya subido a na Burguesa a contemplarla desde lo alto, ¿cuenta como salida? Yo creo que no, el ibp del carril-bici es irrisorio y ni siquiera coronar esa tachuela eleva mucho la media de cualquier estadillo de datos. Salí solo y tarde, muy tarde, sobre las diez y lo que menos quería era apechugar con desniveles, bien, a primera vista parece que me contradigo pero subir al monumento es la parte más fácil, digamos que lo más duro empieza después y en honor a la verdad, tampoco es del todo cierto. Así que, después de fisgar un poco por el circo de la TUI en el Parc de la Mar continué ruta hacia Porto Pi para desviarme hacia la Bonanova por asfalto. Buen calentamiento en esas cuestas que me permitiría llegar a tono a los pies del monumento y parapetado cuando podía por los altos muros de las villas de la zona subí hasta arriba a ver un poco las vistas.

Había dos bikeros por allí sin intención de estarse callados un ratito así que en cuanto me cansé de su cháchara me largué para abajo pero al pasar por la rotonda del cuartel algo llamó mi atención, mi rodar era demasiado perfecto y la bici también reclamaba su parte de fiesta así que me metí por el campo lateral. Oh, volvía a sentir todas aquellas imperfecciones de los caminos campestres bajo mis cubiertas y la bici entera dejó de quejarse, volvía a estar en su elemento preferido, ya no crujía (tómese como ficción literaria solamente) y después de enfangarla en el paso subterráneo hasta podría decirse que era feliz. Y así, en agradecimiento, me llevó a dar una vuelta por Son Puigdorfila hasta que la tuve que tirar de las riendas y volver a llevarla por la senda correcta, la de la discreción y los buenos modales. No debió quedar muy contenta y me sorprendió con una última pataleta sobre el césped del Parc de sa Riera, si es que es como una cría.

Al día siguiente, domingo, puntual como un reloj japonés, la bicha empezó a golpear mi ventanal con su sucio pedal hasta que me despertó de mi letargo, quería marcha de la buena y yo estaba dispuesto a dársela así que me encaminé con ella al punto de reunión habitual de los bous para ver si había alguno más en mi situación, y parece que así fue porque al contarles la historia les resultó familiar y me confesaron que les había pasado algo parecido, eso quería decir que haríamos una ruta a lo largo dejando de lado lo alto.

Camí dels Reis rodeando el polígono hasta s'Indiotería y directos hacia el camí de Muntanya atravesando Son Macià por el camino retocado apto para cualquier rueda. El pelotón se estira y me mandan parar y todos juntitos entramos otra vez en la civilización, esa mini ciudad en que se ha convertido Son Daviu y aledaños. Parece que han terminado ya la obra del camino, parecía eterna, y por eso decidimos circular por fuera para sentir el terreno. Al salir de allí tenemos un respiro campestre que se agradece hasta llegar a la carretera de Santa María por la que decidimos llegar hasta Bunyola. Alguien sugirió dar un rodeo por el puig de enfrente pero para un día que quería llegar de hora mejor era no decir nada aunque es la opción correcta, le hubiera dado el puntito de picante a la ruta.

Giramos por el polideportivo de Bunyola donde iniciamos ya la vuelta a casa, de ahí al hospital pero era demasiado temprano para volver así que propongo visitar Raixeta, algunos no la conocen y no hay impedimentos, nuestros digo porque una cadena, una rejilla y una barrera en veinte metros hasta es un poco exagerado en este territorio, menos mal que al menos quitaron los pinos caídos. La pasmosa calma del pelotón se transforma en pedaleo frenético al grito de “el último paga”, no se dijo el qué, tampoco hizo falta. Pero no hay que cegarse, eso tira para arriba, poco pero sube y es demasiado largo para ir todo el rato al esprint, otra cosa es la vuelta, a lo que den los pedales.

Volvemos al apeadero de Caubet y ya nos olvidamos hasta de los caminos, un poco de vías, senderos equinos, pistas por las fincas, fincas sin pistas pero con muchos ametllers, torrentes, hay un poco de todo entre Caubet y son Reus, también algunas barreras, eso sobre todo que no falte. Gusta esta alternativa a la cuneta de la carretera, te divierte y además te asegura una vuelta segura hacia el hogar.


R42

La verdad es que con lo acontecido el sábado se me quitaron las ganas de escribir cualquier cosa, por una parte sentía la necesidad de disculparme por los malos ratos que pudieron haber pasado algunos de los asistentes y plasmé por escrito lo primero que me pasó por la cabeza, y por otro lado tenía los ánimos de quienes sí habían acabado la ruta y sus felicitaciones, no es extraño pues que mi estado de ánimo estuviera en un constante altibajo. Y para acabar de adornar el pastel, la lesión de Xisco, pues aunque no soy directamente responsable, me ha producido una gran desazón.

Después de asimilar la sorpresa de llegar al aparcamiento y encontrar un numerosísimo pelotón esperando la señal de salida comprendí que necesitaría ayuda para conducir semejante grupo y pensaba que algunos de los que sabía que tenían el track de la ruta cargado podrían ir guiando al resto si hiciera falta en un momento dado. En un principio di el sús de salida y me puse delante pero una rotura de cadena en los primeros metros hizo que diera media vuelta mientras veía como la gente iba siguiendo a Tomeu y a Pepe y eso me tranquilizó ya que estaba seguro de que podrían llevar al grupo al menos hasta el final de la subida del Moletó de sa Granja y eso era bastante.

La gente iba pasando mientras duraba la reparación de la cadena y quedamos los últimos evidentemente, es más, yo iba el último y nada más iniciar la subida por el sendero otro grupo estaba pendiente del resultado de otra avería, una potencia partida al apretar los tornillos. Esa subida en frío no hace más que aumentar la distancia de la cola y la cabeza y llegamos a la Font de Dalt un pequeño grupo que iniciamos el descenso hacia el safareig de Bellavista donde al parecer había congregado otro grupo así que al llegar al cruce con el camí des Correu las posiciones se han invertido y quedaba un grupo numeroso por detrás por lo que no me queda más remedio que esperar en la carretera que vuelvan a pasar para enfilarlos por el sitio correcto.

La mayoría habían pasado ya por las barreras y rodaban en dirección a la carretera por lo que apreté para reducir diferencias pero cuando llegamos éramos menos de la mitad, los demás ya estaban rodando cuesta arriba. Jolan se despide ahí después de reventar el amortiguador y continuamos la subida, intentaba dar algunas indicaciones pero aún así la gente tiraba por donde no era, en cada cruce arreciaban las dudas y era un ir y venir constante, y si sucedía en el grupo que yo estaba igualmente sucedía en el delantero aún contando con la complicidad de los compañeros de Palma, más conocedores del terreno, pero lo que no conocían exactamente era la ruta a seguir porque no se había preparado de ese modo ya que para ellos también tendría que haber su ración de sorpresa, la idea era que todos disfrutaran de la ruta no que tuvieran que currársela.

Así, a trancas y barrancas podríamos decir, nos reagrupamos en el punto conflictivo de la ruta, un tramo conocido solamente por dos de nosotros por el que había pasado dos veces, una en solitario y otra acompañado de Carlos y en el cual no tenía planteadas dificultades especiales que mira por donde salieron a relucir el sábado. La primera, un cruce en el cual Pepe me da a elegir y elegí la opción incorrecta. Me di cuenta enseguida del error pero la dificultad real era parar todo el grupo y hacerlos retroceder así que seguimos avanzando intentando convencerme de poder seguir un trazado alternativo pero Jroman y Tomeu me disuaden de intentarlo, es una zona de ingrato recuerdo para ellos y no queda más remedio que volver sobre nuestros pasos y subir por donde toca.

Estamos poco tiempo arriba y ahí cometí un fallo gordo, no ponerme delante porque cuando llegamos a la pared ya íbamos mal, demasiado abajo, y más abajo tocó ir para poder atravesarla y ya me resigné a enlazar con el camí des Correu donde fuera. Hicimos una bajada fora pistes y enlazamos en una zona donde una vez buscamos camino y no lo encontramos (no me extraña si no hay) mientras que la bajada que teníamos que haber hecho creo que hubiera apaciguado los ánimos caldeados de algunos y habría predispuesto a la gente a continuar hasta el Port des Canonge; ahí pequé de inocente.

Xisco había tenido un patinazo caminando y se había torcido un tobillo, o eso creíamos, ya que ha sido peor de lo esperado, fractura de peroné, y se marchó como pudo acompañado del resto del grupo. E igual sucedió con el resto de grupos, todos partieron escalivats como quién dice, y quedamos un grupito de unos quince contando a Miki, Kiko y cinco bous que decidimos acabar la ruta como estaba establecido y aún a pesar de haber acumulado mucho retraso así lo hicimos. Hubo algún percance en la bajada de la Branson, aparatoso aunque sin consecuencias físicas, pereo más tuvo la subida de sa Cova sobre nuestros organismos. Decir que había ido a hacerla poco tiempo antes y pese a hacer mucho más calor subí más tiempo montado y aunque dura es posible hacerla completa como lo demostraron varios compañeros.

Aún yendo muy pasados de horario nadie se quiso perder los tramos de bajada que algunos no habían hecho y ya se sabe que cuesta abajo las percepciones de la realidad cambian y mucho aunque el segundo tramo concitó algunas quejas porque nos topamos con algunos repechos, nada importante pero a esas alturas de ruta daban más disgusto que gusto, menos mal que el último tramo del camí des Pescadors acabó por contentar a todo el mundo. Así dimos por acabada una ruta con sorpresa pero de verdad.


Mil disculpas

A todos aquellos que se han podido sentir decepcionados?, engañados?, puteados? que sé que los ha habido. Podría decir que se me ha ido de las manos pero no es verdad, es que no me podía imaginar (ni creo que ninguno de los presentes) la movida que se ha montado hoy. Esperaba una quincena de bikeros como mucho aparte de los que pudieran aparecer del grupo de Palma que de esos no me tengo que ocupar, curtidos ya en mil batallas.

Se me ocurrió invitar a varios amigos con la excusa de hacer una ruta nueva que había estado rumiando estos últimos meses haciendo tramos de la misma en diferentes salidas y con diferentes acompañantes hasta que cuajó en algo más o menos interesante, con algún recorrido por el que no se suele transitar con frecuencia. Realmente la ruta era solamente parte de la excusa para reunirnos y pasarlo bien después de un verano que, con el cambio de día de salida, no tenía oportunidad de salir con mi grupo habitual aunque he encontrado en otros grupos otra buena fuente de compañía. La otra razón importante era conocer la ruta en sí la cual considero bastante completa bajo mi punto de vista.

Lo que no me esperaba era esa presencia masiva de bikeros, no había logística preparada para mover ese grupo con un mínimo de eficacia, no había querido implicar a mis compañeros habituales en esa tarea porque no era el caso ni su cometido, un grupo pequeño es manejable al estar todo el mundo a la vista y aún así hubiéramos tenido problemas en la zona más complicada ya que yo y Carlos éramos los únicos que habíamos pasado por allí. De hecho, después de pasar ese tramo ha habido una deserción importante cuando, de saberlo con anterioridad, muchos hubieran continuado hasta el Port des Canonge en el tramo más divertido de la ruta.

No doy la culpa a nadie, dios me libre, no se pretendía organizar una quedada y no digo tampoco que sobrara nadie, me he sentido muy halagado por vuestra presencia, pero reitero que no se había preparado la salida para un grupo tan grande, de ahí todos los desajustes, parones, pérdidas y múltiples retrasos que se han producido todo ello provocando enfados más que comprensibles de algunos de los asistentes.

Sirvan estas líneas no como justificación o excusa sino disculpa y aclaración de lo sucedido en el día de hoy.


1, 2, 3 p'abajo

Aquí no hay planes de entrenamiento programados, ni florituras enrevesadas, solamente ganas de pedalear sin demasiadas pretensiones y en ésas también estaba Juanito más dispuesto que nunca a arrancar de una vez por todas así que bastó poco para concertar salida. No sé porqué pero estoy un poco perro con eso de coger coche últimamente por lo que la cabeza me volteaba por Na Burguesa y eso mismo debían pensar Juantrans, Marc y Jose cuando anunciaron su intención de fundir un poco de gomas por allí. Su plan no era malo, más bien todo lo contrario, seguramente demasiado ambicioso para una rentreé así que nos lo tomamos con más calma pero sin renunciar al encuentro.

Habían quedado en el polideportivo de Génova y no sabía bien dónde estaba y pensé que podríamos encontrarnos en el monumento ya que era posible que tomaran el atajo, y digo atajo por decir algo porque me parece que es más largo que el original. Íbamos clavados de horario, ocho y media delante de Can Pedro, llegaríamos antes si no a la par arriba. Llegamos antes y al poco apareció un cuarteto al parecer de novatos ya que no parecían saber mucho de la zona, remolonearon un poco por allí y se marcharon cuesta arriba mientras nosotros seguíamos esperando que aparecieran los compañeros y tras esperar un buen rato nos fuimos.

No hay pista o camino monótono cuando tienes ganas de hacer una cosa determinada, me sentía con ganas y estaba dispuesto a forzar un poco la maquinaria por lo que abusé de plato mediano y entre eso mismo y que Juan iba un poco receloso nos íbamos distanciando cada vez más. Hubo algún reagrupamiento y otras tantas separaciones hasta que alcancé al grupo que había salido antes al final de la cuesta poco antes de llegar al coll des Pastors. Decidimos llegar hasta el inicio del descenso de la trialera de Bendinat y un poco más allá para ver si avistábamos a los compañeros y los encontramos allí mismo al volver atrás equipándose para el descenso, ninguno más se había unido a ellos y nosotros tampoco lo haríamos, ellos bajarían por la trialera y nosotros daríamos vueltas por la zona antes de decidir los próximos pasos.

Dicho y hecho, mientras ellos bajaban hasta abajo para volver a subir por la pista ancha (inciso: alguno le llama Camí des Pasterets y me gustaría saber de donde ha sacado ese topónimo) nosotros nos fuimos hacia la carretera para volver al mismo lugar desde el mirador de n'Alzamora adonde llegamos. Juan me sorprendió en el cruce diciéndome que nunca había estado (hubiera jurado que sí) y hacia allá nos dirigimos para descansar y comer un poco. Tiene una vista privilegiada sobre la zona de Valldurgent y Na Bauçana, no parece casualidad pues que fuera Gabriel Alzamora su promotor.

Nos aprestamos a subir hacia el lugar de donde venimos para recorrer toda la carena de la sierra hasta las antenas, se me hizo fácil todo el trayecto y otra vez estuvimos esperando que nos alcanzaran los compañeros que llegaron pocos minutos después. Creía que íbamos a tener la compañía de unos bikeros que rondaban por la zona a tenor de la calidad de sus monturas pero partieron por la pista bastante tranquilos, a veces las apariencias engañan. Al poco de empezar a bajar ya tenía a Marc resoplándome en el cogote y le dejé paso en cuanto pude y ya cada uno pudo bajar a su ritmo sin agobios, no hace falta mencionar que ya no volví a verle y es que en estos sitios vas con la mirada fija en el suelo atento a cualquier circunstancia, y en esa bajada hay muchas, es lo que podría llamarse una TRIALERA en mayúsculas, sin prácticamente ningún obstáculo insalvable si exceptúo ese escalonaco en curva, con alguna zona lisa muy rápida pero que la mayoría es una sucesión de piedras y rocas que hace que debas prestar la máxima atención. No hubo reagrupamiento general a mitad de bajada pero cuando llegué al final les dije a los demás que se marcharan si ya cumplían con el horario y así lo hicieron aunque volvimos a vernos en la carretera de la cantera y después en un bareto de Cala Major donde ya daban los últimos sorbos a unos refrescos. Nosotros no paramos más de lo necesario ya que aún nos quedaba recorrer toda la fachada marítima para llegar a casa aunque para variar un poco nos metimos por la ciudad en lo que será pronto territorio prohibido para una bici, además el domingo hay poca gente y no molestas.

Ni mucho ni poco, adecuado a las circunstancias, un plato en su punto combinando diversos tipos de condimentos para resultar al final una delicia exquisita.