MT?B

Un paseo por la ciudad, aunque haya subido a na Burguesa a contemplarla desde lo alto, ¿cuenta como salida? Yo creo que no, el ibp del carril-bici es irrisorio y ni siquiera coronar esa tachuela eleva mucho la media de cualquier estadillo de datos. Salí solo y tarde, muy tarde, sobre las diez y lo que menos quería era apechugar con desniveles, bien, a primera vista parece que me contradigo pero subir al monumento es la parte más fácil, digamos que lo más duro empieza después y en honor a la verdad, tampoco es del todo cierto. Así que, después de fisgar un poco por el circo de la TUI en el Parc de la Mar continué ruta hacia Porto Pi para desviarme hacia la Bonanova por asfalto. Buen calentamiento en esas cuestas que me permitiría llegar a tono a los pies del monumento y parapetado cuando podía por los altos muros de las villas de la zona subí hasta arriba a ver un poco las vistas.

Había dos bikeros por allí sin intención de estarse callados un ratito así que en cuanto me cansé de su cháchara me largué para abajo pero al pasar por la rotonda del cuartel algo llamó mi atención, mi rodar era demasiado perfecto y la bici también reclamaba su parte de fiesta así que me metí por el campo lateral. Oh, volvía a sentir todas aquellas imperfecciones de los caminos campestres bajo mis cubiertas y la bici entera dejó de quejarse, volvía a estar en su elemento preferido, ya no crujía (tómese como ficción literaria solamente) y después de enfangarla en el paso subterráneo hasta podría decirse que era feliz. Y así, en agradecimiento, me llevó a dar una vuelta por Son Puigdorfila hasta que la tuve que tirar de las riendas y volver a llevarla por la senda correcta, la de la discreción y los buenos modales. No debió quedar muy contenta y me sorprendió con una última pataleta sobre el césped del Parc de sa Riera, si es que es como una cría.

Al día siguiente, domingo, puntual como un reloj japonés, la bicha empezó a golpear mi ventanal con su sucio pedal hasta que me despertó de mi letargo, quería marcha de la buena y yo estaba dispuesto a dársela así que me encaminé con ella al punto de reunión habitual de los bous para ver si había alguno más en mi situación, y parece que así fue porque al contarles la historia les resultó familiar y me confesaron que les había pasado algo parecido, eso quería decir que haríamos una ruta a lo largo dejando de lado lo alto.

Camí dels Reis rodeando el polígono hasta s'Indiotería y directos hacia el camí de Muntanya atravesando Son Macià por el camino retocado apto para cualquier rueda. El pelotón se estira y me mandan parar y todos juntitos entramos otra vez en la civilización, esa mini ciudad en que se ha convertido Son Daviu y aledaños. Parece que han terminado ya la obra del camino, parecía eterna, y por eso decidimos circular por fuera para sentir el terreno. Al salir de allí tenemos un respiro campestre que se agradece hasta llegar a la carretera de Santa María por la que decidimos llegar hasta Bunyola. Alguien sugirió dar un rodeo por el puig de enfrente pero para un día que quería llegar de hora mejor era no decir nada aunque es la opción correcta, le hubiera dado el puntito de picante a la ruta.

Giramos por el polideportivo de Bunyola donde iniciamos ya la vuelta a casa, de ahí al hospital pero era demasiado temprano para volver así que propongo visitar Raixeta, algunos no la conocen y no hay impedimentos, nuestros digo porque una cadena, una rejilla y una barrera en veinte metros hasta es un poco exagerado en este territorio, menos mal que al menos quitaron los pinos caídos. La pasmosa calma del pelotón se transforma en pedaleo frenético al grito de “el último paga”, no se dijo el qué, tampoco hizo falta. Pero no hay que cegarse, eso tira para arriba, poco pero sube y es demasiado largo para ir todo el rato al esprint, otra cosa es la vuelta, a lo que den los pedales.

Volvemos al apeadero de Caubet y ya nos olvidamos hasta de los caminos, un poco de vías, senderos equinos, pistas por las fincas, fincas sin pistas pero con muchos ametllers, torrentes, hay un poco de todo entre Caubet y son Reus, también algunas barreras, eso sobre todo que no falte. Gusta esta alternativa a la cuneta de la carretera, te divierte y además te asegura una vuelta segura hacia el hogar.