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La verdad es que con lo acontecido el sábado se me quitaron las ganas de escribir cualquier cosa, por una parte sentía la necesidad de disculparme por los malos ratos que pudieron haber pasado algunos de los asistentes y plasmé por escrito lo primero que me pasó por la cabeza, y por otro lado tenía los ánimos de quienes sí habían acabado la ruta y sus felicitaciones, no es extraño pues que mi estado de ánimo estuviera en un constante altibajo. Y para acabar de adornar el pastel, la lesión de Xisco, pues aunque no soy directamente responsable, me ha producido una gran desazón.

Después de asimilar la sorpresa de llegar al aparcamiento y encontrar un numerosísimo pelotón esperando la señal de salida comprendí que necesitaría ayuda para conducir semejante grupo y pensaba que algunos de los que sabía que tenían el track de la ruta cargado podrían ir guiando al resto si hiciera falta en un momento dado. En un principio di el sús de salida y me puse delante pero una rotura de cadena en los primeros metros hizo que diera media vuelta mientras veía como la gente iba siguiendo a Tomeu y a Pepe y eso me tranquilizó ya que estaba seguro de que podrían llevar al grupo al menos hasta el final de la subida del Moletó de sa Granja y eso era bastante.

La gente iba pasando mientras duraba la reparación de la cadena y quedamos los últimos evidentemente, es más, yo iba el último y nada más iniciar la subida por el sendero otro grupo estaba pendiente del resultado de otra avería, una potencia partida al apretar los tornillos. Esa subida en frío no hace más que aumentar la distancia de la cola y la cabeza y llegamos a la Font de Dalt un pequeño grupo que iniciamos el descenso hacia el safareig de Bellavista donde al parecer había congregado otro grupo así que al llegar al cruce con el camí des Correu las posiciones se han invertido y quedaba un grupo numeroso por detrás por lo que no me queda más remedio que esperar en la carretera que vuelvan a pasar para enfilarlos por el sitio correcto.

La mayoría habían pasado ya por las barreras y rodaban en dirección a la carretera por lo que apreté para reducir diferencias pero cuando llegamos éramos menos de la mitad, los demás ya estaban rodando cuesta arriba. Jolan se despide ahí después de reventar el amortiguador y continuamos la subida, intentaba dar algunas indicaciones pero aún así la gente tiraba por donde no era, en cada cruce arreciaban las dudas y era un ir y venir constante, y si sucedía en el grupo que yo estaba igualmente sucedía en el delantero aún contando con la complicidad de los compañeros de Palma, más conocedores del terreno, pero lo que no conocían exactamente era la ruta a seguir porque no se había preparado de ese modo ya que para ellos también tendría que haber su ración de sorpresa, la idea era que todos disfrutaran de la ruta no que tuvieran que currársela.

Así, a trancas y barrancas podríamos decir, nos reagrupamos en el punto conflictivo de la ruta, un tramo conocido solamente por dos de nosotros por el que había pasado dos veces, una en solitario y otra acompañado de Carlos y en el cual no tenía planteadas dificultades especiales que mira por donde salieron a relucir el sábado. La primera, un cruce en el cual Pepe me da a elegir y elegí la opción incorrecta. Me di cuenta enseguida del error pero la dificultad real era parar todo el grupo y hacerlos retroceder así que seguimos avanzando intentando convencerme de poder seguir un trazado alternativo pero Jroman y Tomeu me disuaden de intentarlo, es una zona de ingrato recuerdo para ellos y no queda más remedio que volver sobre nuestros pasos y subir por donde toca.

Estamos poco tiempo arriba y ahí cometí un fallo gordo, no ponerme delante porque cuando llegamos a la pared ya íbamos mal, demasiado abajo, y más abajo tocó ir para poder atravesarla y ya me resigné a enlazar con el camí des Correu donde fuera. Hicimos una bajada fora pistes y enlazamos en una zona donde una vez buscamos camino y no lo encontramos (no me extraña si no hay) mientras que la bajada que teníamos que haber hecho creo que hubiera apaciguado los ánimos caldeados de algunos y habría predispuesto a la gente a continuar hasta el Port des Canonge; ahí pequé de inocente.

Xisco había tenido un patinazo caminando y se había torcido un tobillo, o eso creíamos, ya que ha sido peor de lo esperado, fractura de peroné, y se marchó como pudo acompañado del resto del grupo. E igual sucedió con el resto de grupos, todos partieron escalivats como quién dice, y quedamos un grupito de unos quince contando a Miki, Kiko y cinco bous que decidimos acabar la ruta como estaba establecido y aún a pesar de haber acumulado mucho retraso así lo hicimos. Hubo algún percance en la bajada de la Branson, aparatoso aunque sin consecuencias físicas, pereo más tuvo la subida de sa Cova sobre nuestros organismos. Decir que había ido a hacerla poco tiempo antes y pese a hacer mucho más calor subí más tiempo montado y aunque dura es posible hacerla completa como lo demostraron varios compañeros.

Aún yendo muy pasados de horario nadie se quiso perder los tramos de bajada que algunos no habían hecho y ya se sabe que cuesta abajo las percepciones de la realidad cambian y mucho aunque el segundo tramo concitó algunas quejas porque nos topamos con algunos repechos, nada importante pero a esas alturas de ruta daban más disgusto que gusto, menos mal que el último tramo del camí des Pescadors acabó por contentar a todo el mundo. Así dimos por acabada una ruta con sorpresa pero de verdad.