Hueco, hueco

A la par que nos acercamos al fin de semana y el tiempo mejora van arreciando las ganas de salir a montar en bici y voy haciendo planes según conveniencia. Me invitan a ir a Llucmajor pero no puedo ir, estaré sin vehículo, por lo tanto debo quedarme en las cercanías y parece que solo aunque a última hora aparece un mensaje en uno de los foros anunciando precisamente éso, una salida por las cercanías. Los conozco, he salido algunas veces con ellos, más bien algunos de ellos porque ese grupo va en aumento a cada día que pasa, y aunque no suelo ir habitualmente este fin de semana voy a coger el segundo turno y saldré bastante más tarde de lo que suelo salir normalmente, por tanto nos veremos en el aparcamiento del Decathlon a las nueve y media, pero, como digo, voy sin prisas.

Llego y reconozco a unos cuantos y se presentan los demás y hasta algunos entre ellos tampoco se conocían. No hay jefe visible pero sí alguna idea preparada y Javi me comenta que quieren ir a la interminable y al mirador. Eso está al otro lado y lo primero que se me ocurre es cruzar la sierra, hay varias posibilidades, las comento pero no insisto al no obtener una respuesta afirmativa rápida y ante tan dispar grupo no quiero arriesgarme a empezar con mal pie y al final circulamos por el asfalto hasta el desvío.

Somos más de los que se esperaban porque muchos como yo no habían confirmado asistencia, hay de todo, rígidas, dobles, enduros, rallys, en general gente bastante joven y con buen talante y ahora mismo no recuerdo el nombre de todos así que no diré ninguno pero están todos en estas fotos.

Una vez arriba de la Serra de Son Marill toca crestear hasta el coll des Vent y tiene dos dificultades ese tramo, la primera, lo que se empina la pista donde es fácil fallar, y así como la semana pasada alabé las cubiertas allí noté que me había pasado hinchando en la gasolinera y eso que solamente le había metido hasta dos y medio pero para mí es demasiado y antes de bajar por la trialera, la segunda dificultad, bajé presión. Hubo de todo en la trialera pero algunos quedaron contentos.

Para subir hasta la pista nos metimos por el sendero cuesta arriba y con nosotros un grupo de chavales que encontramos en la carretera, también gustó ese tramo que pocos conocían, no es para menos, y una vez reagrupados arriba nos fuimos todos juntos hacia el mirador de n'Alzamora donde también llegaron los chavales un poco después. Hubo que esperar un poco que nos hicieran sitio el grupo de senderistas extranjeros que copaban toda la terraza para poder contemplar el paisaje y merendar como toca.

De ahí hacia el coll des Pastors por la trialera donde volvimos a encontrar al grupo de la tercera edad y entre pasa tú, paso yo, uno pincha en el momento más inoportuno pero que dio pie a que los demás practicaran un poco en el rocaje, para eso si vino bien el parón. Arriba volvíamos a estar todos y los chavales indagan sobre las posibilidades de vuelta, conocen una pero no las demás y se lanzan por la mamut cuesta abajo acompañados por uno de los nuestros que acorta por allí mientras los demás continuamos hacia alguna de las bajadas a Costa d'en Blanes, aún no estaba decidido cuál. Decir que la pista tal como la conocíamos ha desaparecido bajo una alfombra terrosa y vegetal, para otras cosas servirá pero para ir en bici no me gusta nada y en cuanto desaparece, cerca de la cadena, pinchazos a pares, alguno iba por el tercero.

Reunidos en el desvío de la primera bajada Elías propone bajar por la segunda y le secundo inmediatamente sin dar opción a la réplica y hacia allá que nos vamos y empezamos la bajada tras comprobar los daños de una caída que parece que no fueron graves, sangrantes sí, graves no, aunque no fue la única. La bajada estuvo muy bien, el de delante me iba marcando la trazada bastante bien y solamente se interrumpió en las rampas hormigonadas por pinchazo de Elías y públicamente debo reprocharle que no quiera llevar casco, está fuerte y sabe bajar y eso implica riesgos serios, no siempre mantenerte encima de la bici es cosa de uno y un percance grave implicaría al resto del grupo innecesariamente aparte de multiplicar los daños personales.

Ya en Costa d'en Blanes bajamos guiados por Cristian por las dresseres directos al torrente y el túnel que cruza la autopista y vuelta por el paseo hasta Palma aunque haciendo un cruce hasta Génova por Calamajor para coger el carril bici allí, me convenció esa opción aunque sea todo cuesta arriba y más larga, de lo que se trata es de salir de la calle Joan Miró con ese final en la rotonda de Porto Pi y sin más opción segura que la mini acera que hay hasta la estación marítima, de todas maneras fuimos todo el grupo juntos otra vez hasta los coches y ahí nos separamos, algunos se quedaron a recuperar fuerzas en un restaurante cercano porque se nos habían hecho las tantas entre tanto parón.

He de recordar que nos volvimos a encontrar a los chavales en Génova pero solamente a dos de ellos, volvían fundidos, la bajada les había superado y dos de ellos volvían andando después de acabar con las reservas de cámaras nuevas, si me los vuelvo a encontrar otra vez ya me contarán cómo acabó la película, si es que no se me abalanzan al cuello gruñendo como posesos al recordar el episodio, pero bueno, ya se sabe, el tiempo lo cura todo y lo que un día fue un calvario se convierte al final en una anécdota más que contar entre risas.

Buena salida que me dejó satisfecho, tanto por la ruta en sí como por la compañía, quizás volvamos a vernos aquí.