Minucias

Me había apuntado a la salida de Xisco por la sierra de Na Burguesa como es habitual cada año desde hace ya unos cuantos y conmigo vino Joan, el otro bandarra no pudo venir este fin de semana. El lugar de encuentro habitual es el aparcamiento de Son Moix sobre las nueve pero antes quería pasar por otro sitio para encontrarme con otro grupo para comentarles unas cosillas pero llegamos tarde y ya no estaban. Los que sí estaban eran los primeros de otro grupo que tenían que salir a las nueve y perdí con ellos unos minutos, los suficientes como para no encontrar ya al pelotón de Sa Pobla pero se dio la casualidad de que desde el lugar que estábamos no viera los vehículos que habían traído y creíamos que aún no habían llegado, además me había dejado el teléfono móvil y cuando llamé a mi casa nadie contestó, el inalámbrico estaba sin batería y no sonaba. ¿Y porqué no llamaste al móvil si te lo habías dejado aquí? me dijeron cuando volví a casa, buena pregunta, si señor.

Casi descartada ya la salida prevista después de un buen rato de espera volvemos al punto de encuentro del otro grupo y también había salido, esto se empieza a poner mal. Veo, en cambio, a otros bikeros que habían quedado aún más tarde en el mismo sitio pero por la naturaleza de su salida descarto ir con ellos así que volvemos a Son Moix y ahora sí veo los vehículos pero no a los bikeros, normal, hacia casi media hora que se habían ido. Juan se plantea siquiera empezar y de haber podido salir con cuatro grupos diferentes de repente me quedo solo pero decido continuar ya que la salida del domingo no es segura.

Entonces arranco pero lo que sí tenía claro es que no los cogería y no muy lejos después me queda más claro aún que la ventaja no hará más que aumentar, me encuentro cansado y hasta apático, diría yo. Y con más razón porque estaba yendo al revés, ellos fueron hacia Génova y yo hacia la Vileta, ay, la cabeza. Pero lo peor es que tampoco había piernas y la subida por el cementerio hasta el puig des Revells me costó sudor y casi lágrimas.

El plan era atajar por el cemento mientras ellos daban la vuelta por el mirador pero el ritmo que llevaba era patético, además no me encontré a nadie con quién acoplarme e iba como alma en pena por esos caminos. Ni siquiera me puse las protecciones para bajar desde el pujol des Gat para no perder más tiempo ni tampoco cogí el sendero, tiré por la pista principal. Ya he podido comprobar in situ algo más de la obra que realizan por ahí arriba, limpian el cortafuegos y de paso preparan la pista para que pueda circular un trailer, eso la ha dejado tremendamente resbaladiza para una bicicleta embalada cuesta abajo, hay que ir con tiento en esa zona, una caída en velocidad puede dejarte desollado.

Solamente me faltaba que me pasara zumbando un corredor en plena cuesta de cemento para bajarme más aún la moral, menos mal que me desquité después en la bajada pero cuando llegué al coll des Pastors me tiré al suelo a tomar el sol y merendar esperando que apareciera alguien, fuera quién fuera, ya me daba igual, era muy tarde como para suponer que los pobleros aparecerían desde abajo viendo lo que quedaba de ruta desde ese punto así que me lo tomé con filosofía y esperé.

Apareció alguien pero no los que esperaba, un grupo de senderistas de la tercera edad que no pararon de hablar en todo el rato que estuvieron por allí; un grupo de moteros que iban y venían atronando con las motos; pasaron también varios bikeros, ninguno iba equipado al cien por cien y ninguno con el casco puesto, tres de ellos ni siquiera llevaban y el que tenía lo llevaba colgado del manillar, me gustaría poder decir, ellos saben lo que hacen pero lo dudo. No faltaron cazadores ni corredores de acá para allá, hasta alguno me preguntó por dónde tirar, no se debió fiar de lo que le dije porque le preguntó lo mismo a otro que se encontró por allí, para qué preguntas entonces?

Ya resignado a acabar la ruta solo me voy en dirección a la bajada de Bendinat cuando veo aparecer por el camino de las antenas al grupo que viene a mi encuentro, no hay tiempo para prolijas explicaciones y menos cuando veo que nos vamos hacia el mirador, ay la cabeza, decido disfrutar de lo poco que queda de ruta de la mejor manera posible y el rodar en compañía me animó bastante. Fuimos directos a la pista sin pasar por el mirador y de ahí a la carretera por el sendero interior y al llegar ya había nervios, el timing pesaba, peligraba el resto de ruta de vuelta otra vez hacia la Vileta y se decidió tirar por la vía rápida. Algunos hubieran bajado directos por la carretera pero no podía consentirlo y los convencí para que hicieran al menos el sendero alternativo aunque presiento que para los que tenían prisa fue más una molestia que una diversión. Dos nos dejaron para volver por asfalto y los demás nos fuimos por el PT3 que en principio decían no conocer, después Xisco se acordó de que sí lo había hecho al revés, bueno, ahora ya conoce las dos caras de la misma moneda.

En resumen, una ruta con dos partes completamente diferentes y un inicio caótico con multitud de circunstancias que pocas veces suceden, relojes que se retrasan, teléfonos fijos que no suenan, móviles olvidados, además de la bomba, no ver los coches cuando pasé por delante la primera vez, empezar la ruta al revés, ir petado y además solo, en fin, aparte de estas minucias, no sucedió nada extraño, pero el próximo fin de semana todo esto será agua pasada, y nunca mejor dicho.