Casi de paseo

Con parte del grupo fuera de la isla y sin una oposición clara no me fue difícil plantear una salida a mi medida, se trataba de comprobar unos caminos para poder modificar una ruta de la cual una parte puede presentar problemas de paso no ya por parte de algún propietario sino que se trata de un tramo GR, en concreto el que baja desde el refugio de Tossals Verds hasta el cruce de Solleric. Lo sé de oídas, me lo han contado, pero no acabo de verlo claro, es un tramo nuevo pero es muy rocoso y bastante técnico con lo que la velocidad siempre será baja y la erosión que podamos provocar en el mismo, mínima pero aún así los guardas han hecho acto de presencia y han repartido consejos varios. Y no lo veo claro porque no veo diferencia entre este tramo y el que baja hasta el refugio, por ejemplo, son muy parecidos, por tanto las restricciones deberían ser idénticas en ambos casos, no obstante nada sabemos con certeza.

Sin embargo otros episodios parecidos han acaecido estos días, otro similar aconteció en la Comuna de Bunyola, apareció la noticia en un foro del gremio. Unos forestales dieron el alto a unos ciclistas que bajaban por es Cocons, el motivo, exceso de velocidad; la consecuencia, multa al canto; la realidad, se fueron por patas (es un decir). Según cuentan las crónicas todo vino a raíz de una denuncia anterior y no me extrañaría nada que algo parecido hubiera sucedido en Tossals, un pequeño encontronazo ciclista-senderista con no muy buena relación, parece que algunos no calibran adecuadamente los pros y los contras de sus actuaciones, otros pagaremos las consecuencias. Y lo digo sin atreverme a desmentir que alguna vez no haya podido molestar a alguien con mi paso aún sin haber mediado palabra o comentario entre ambos.

Así que se me ocurrió modificar la ruta precisamente con el camino que quería poner en un principio y no hice por la simple razón de que no lo he hecho completo y ésa es una condición sine qua non para poder figurar en mi biblioteca particular. Y había que poner remedio pero como ésa es una cuestión que solo atañe a mí personalmente no parece un acicate apetitoso para los demás, entonces hay que adornar un poco el pastel para que aparezcan las ganas, y éso hice. Un poco de intriga por aquí, otro poco de suspense por allá, promesas de diversión por un l do, apaciguamientos por el otro, y así, contentando un poco a todos nos hemos presentado cinco en el punto de salida.

Sin mucho apremio a la hora de partir logramos ponernos en marcha dándole más a la lengua que a los pedales, me parece a mí. Nos metemos en la Comuna de Biniamar donde el fresco se nota y sabedores de ello nos hemos abrigado un poco antes pero al llegar a Mancor ya todo sobra. La carretera de Biniarroi está en zona de sol y pronto nos despojamos de la primera capa, ni falta hubiera hecho el ponérsela. Como es de esperar los dos Pepes toman la delantera y les parece mejor subir andando por el camino viejo que por la carretera, por eso no nos volvemos a ver hasta arriba.

Esta subida la hemos hecho muchas veces y nunca llega a ser cómoda de verdad, y eso que en pocas ocasiones pasamos del llogaret, pero aún continúa hacia arriba varios kilómetros más. Arrejuntados en las casas aprovechamos el buen día y sus magníficas vistas para deleitarnos contemplándolas y de paso comer algo y fisgar entre los restos de algunas casas. Entonces doy a conocer el siguiente paso de la ruta, vuelta a bajar al pueblo por el camino viejo, técnico y divertido a la par. Estamos pues abajo otra vez y sin parar volvemos a encarar otra subida, la Font Garrover nos espera. Esta vez subimos más agrupados ya que los de delante van esperando periódicamente a los más rezagados. Otro piscolabis en la barrera de arriba a pleno sol, es toda una tentación quedarse a disfrutar del reconfortante solaz. Enfrente tenemos la bajada clásica junto a ses Cases Noves que esta vez obviamos y nos dirigimos hacia la entrada del bosque del puig de sa Creu. No vimos la cruz, solo un sendero marcado por hitos y pintura y el paso de algunos senderistas y cazadores. Pasamos una pared y llegamos caminando al top de la ruta, lo siguiente será todo bajada y aquí es donde pueden surgir las interpretaciones de los asistentes según su habilidad para tirarse cuesta abajo. Es verdad que camino no hay mucho pero tampoco es menos cierto que se puede bajar con buenas dosis de técnica y equilibrio, lo hice en la ocasión en que fui solo y lo repetí acompañado, en cambio donde más se nota la mano del hombre es la zona más difícil, donde más pendiente y curvas hay, cosa lógica por otra parte.

Salimos del bosque por un portillo y estamos en territorio conocido aunque algunos necesiten del recordatorio adecuado y no fue precisamente la ruta lo que le vino a la mente sino algo más físico y goloso, el mtb tiene estas sorpresas, no adivinas porqué nos puede llegar a gustar. Para salir de la finca nos dirigimos al nuevo acceso, el cacho puente que han levantado frente a la casa de payés y sigo sin adivinar el motivo real de tal hecho. Lo que sí creo que podría confirmar con seguridad es que dentro de poco ese acceso estará barrado, por ahora solamente una rejilla de obra mal cerrada nos pretende impedir el paso pero no creo que dure mucho, diría que tiene los días contados aunque hay algunos que ya han propuesto pasos alternativos.

Es hora de dar a conocer el siguiente paso, me propongo subir al Penyal Gran en dirección contraria a lo que viene dictando la lógica, es decir, subir por la pista del polideportivo y bajar por el cemento y ahí todo el mundo tiene algo que opinar pero mi posición es firme y se dejan convencer, lo malo es que no he hecho los deberes como toca y dejé el resultado a la improvisación y a la hora de la verdad ninguno sabía por dónde tirar, lo fácil hubiera sido empezar con el pateo por el circuito de descenso pero hemos querido hacerlo complicado y dábamos vueltas buscando el inicio de pista. Ni siquiera los receptores GPS nos sacaban de dudas. Hemos creído encontrarlo en un botador pero rápidamente hemos comprobado que no era así, se trataba de unos antiguos caminos de carro completamente tapados por la vegetación con lo que casi ni se adivina el sendero que acaban no muy lejos del inicio y casi sin apenas haber tomado altura con lo que nos hemos visto obligados a volver sobre nuestras rodadas.

Después de éso ya hemos querido dar por finalizada la ruta tras comprobar el poco efecto que unos patéticos veinticinco kilómetros (si llegan) han producido sobre nuestros organismos pero el tiempo sí había seguido corriendo y si queríamos llegar a una hora decente a casa había que dejarlo en ese punto, así que vuelta al punto de inicio y a pasar cuentas. A pesar de todo todos hemos salido ganando algo aunque ya digo que la sensación general era de que podía haber sido más, y lo será, vaya si lo será, estoy casi seguro de que puedo tener éxito planteando la ruta como tengo pensada aunque también sé que prácticamente todo el mundo querrá hacerla en sentido contrario, y seguramente yo también pero me puede la curiosidad de plantearla de este modo, al menos para conocerla.

Y como el cuerpo aún me pedía esa subida esta mañana me he levantado dispuesto a hacerla, solo la subida aunque la bajada vendría añadida al lote, por eso me he presentado a las ocho en Can Valero para plantear esa cuestión si no tenían nada preparado. Eran un mogollón, no los voy a nombrar a todos para no dejarme a nadie pero ya digo que más de una docena éramos, hasta externos había. He nombrado Burotell (por decir algo) y la reacción ha sido muy positiva aunque ya sabía yo que por horario no llegaría ni a mitad de camino, pero los demás, avanti.

El primer objetivo, Bunyolí, perfecto para un domingo, no es lo de ayer pero servirá. Ya en la primera barrera hemos tenido que esperar a una pareja que se ha despedido allí mismo, uno de ellos no estaba en condiciones de seguir el ritmo del grupo y han seguido al suyo, los demás, cada uno a su bola y creo que sin grandes diferencias hemos ido llegando a la barrera. Allí se ha quedado otro que no ha querido continuar y pese a que yo tenía que volver pronto aún podía seguir un poco más y los he acompañado hasta el cruce de Sobremunt.

Ahora sí había llegado a mi límite horario, el pelotón se dirigía hacia el coll des Grau y un compañero con una 29” y yo hemos vuelto atrás bajando esta vez por el ramal de Can Manent que conseguirá que nos olvidemos de él si sigue manteniendo la barrera cerrada. Después por la trialera y la segunda parte por el camino ancho (no el directo) hasta Bunyolí disfrutando de una bajada rápida y sin contratiempos.