Toda la ruta era nueva para mí y me gusta tomar nota mentalmente de por donde voy a falta de ingenios mecánicos que lo hagan por mí. Fue en ese tramo donde tuve la segunda avería, al quedarme con la biela izquierda colgando del zapato y menos mal que encontré el tornillo del eje y que Toni llevaba la llave Allen adecuada porque sino me veo pedaleando a una pierna hasta Artà.
Llegada a la torre, fotos, merienda, charlas, algunos ajustes mecánicos. Descenso hacia Cala Matzocs y desde allí empieza una pista en ligero ascenso muy rápida que va enlazando Cala Estreta (también mal señalada en los tracks de Pepe. Lo siento, Pepe, ya sé que no influye para hacer la ruta, pero la exactitud es la exactitud, y antes de que te lo reproche otro, te lo digo yo, que voy sin malicia), Cala Mitjana, Cala Torta, Cala Mesquida y Cala Agulla. Comentar que es donde podemos tener más problemas de orientación al existir numerosos cruces y hasta carreteras asfaltadas. De hecho en uno de ellos Chus se extravió y ya no lo volvimos a ver, pero eso lo supimos mucho más tarde.
Bajamos a la playa por la escalera. Es una de las ventajas de ir en grupo, haces cosas que solo no harías. Seguí al que tenía delante y no ví lo que me esperaba; creo que si lo hubiera visto no me tiro, pero, eso sí, fué divertido. Intentamos cruzar la playa montados pero es imposible. Las dunas, solo para mirarlas, son espacio protegido. Pistón (como aumentativo de pista) hacia Cala Agulla. Asciende hasta el Coll de Marina y bajada a toda mecha. En la subida tengo mi tercera avería. Cambio de piñón para llegar a lo alto con el plato mediano y se sale la cadena por arriba y se me engancha el cambio en un radio, pero no se rompe nada. Lo meto todo en su sitio y sigo. Nos reagrupamos algunos arriba y faltaban otros, que creíamos más adelante. Es lo que pensé en ese momento.
Me lanzo el primero hacia abajo. Es en esos terrenos rápidos y bacheados para donde mejor está ajustada la suspensión. Me pasan unos cuantos (los que tenían que pasar) y al llegar a Cala Moltó le pregunto a Pepe dónde está Chus, ya que con nosotros no íba. Revisión mental de la ruta y nos damos cuenta de que en Cala Mesquida ya no estaba. Muy lejos para volver a buscarlo, aún con la duda de que no hubiera podido volver por sus propios medios a Artà. En el caso de que encontráramos el coche en el aparcamiento se decidiría cómo organizar la búsqueda. Afortunadamente sólo fué una pérdida del camino principal y quedarse descolgado en un sitio desde donde no nos podía ver ni nosotros oírlo.
Aunque Tomeu iba controlando la cola del grupo tampoco se dió cuenta de que faltaba, ni siquiera los que iban en último lugar, seguramente más preocupados de no quedar más descolgados que en controlar quién pasa por su lado. No hubiera sido posible notar su falta sin una comunicación entre la cabeza y la cola a través de unos talkies, por ejemplo, aunque ello implique que dos integrantes del grupo vayan siempre uno en cabeza y otro en la cola, lo que no parece muy factible. Una opción más asequible es hacer un recuento claro y fiable en cada reagrupamiento. Y tener decidido en caso de falta cuál es el plan a seguir. Puede parecer exagerado pero no tenemos que esperar a que suceda un accidente de importancia para quejarnos de nuestra mala previsión.
De vuelta ya por la carretera apareció con el coche junto con ToniXXL que había vuelto a pinchar; cosa que no le hizo ni pizca de gracia, visto el precio a que se ponen los tubeless, y con una reparación más complicada que la de una simple cámara. Hubo que aguantar el rapapolvo y con razón. Pero es un fallo del grupo y él sabe que de haber sido otro el desaparecido hubiera obrado igual que nosotros. Ayer había más gente de los no habituales pero ello no es óbice para que no se pueda tener un plan ya establecido. Que después sea funcional ya es otra cosa.
A ver, que muchos hemos hecho la mili: “A numerarse, coño”.
Llegada a la torre, fotos, merienda, charlas, algunos ajustes mecánicos. Descenso hacia Cala Matzocs y desde allí empieza una pista en ligero ascenso muy rápida que va enlazando Cala Estreta (también mal señalada en los tracks de Pepe. Lo siento, Pepe, ya sé que no influye para hacer la ruta, pero la exactitud es la exactitud, y antes de que te lo reproche otro, te lo digo yo, que voy sin malicia), Cala Mitjana, Cala Torta, Cala Mesquida y Cala Agulla. Comentar que es donde podemos tener más problemas de orientación al existir numerosos cruces y hasta carreteras asfaltadas. De hecho en uno de ellos Chus se extravió y ya no lo volvimos a ver, pero eso lo supimos mucho más tarde.
Bajamos a la playa por la escalera. Es una de las ventajas de ir en grupo, haces cosas que solo no harías. Seguí al que tenía delante y no ví lo que me esperaba; creo que si lo hubiera visto no me tiro, pero, eso sí, fué divertido. Intentamos cruzar la playa montados pero es imposible. Las dunas, solo para mirarlas, son espacio protegido. Pistón (como aumentativo de pista) hacia Cala Agulla. Asciende hasta el Coll de Marina y bajada a toda mecha. En la subida tengo mi tercera avería. Cambio de piñón para llegar a lo alto con el plato mediano y se sale la cadena por arriba y se me engancha el cambio en un radio, pero no se rompe nada. Lo meto todo en su sitio y sigo. Nos reagrupamos algunos arriba y faltaban otros, que creíamos más adelante. Es lo que pensé en ese momento.
Me lanzo el primero hacia abajo. Es en esos terrenos rápidos y bacheados para donde mejor está ajustada la suspensión. Me pasan unos cuantos (los que tenían que pasar) y al llegar a Cala Moltó le pregunto a Pepe dónde está Chus, ya que con nosotros no íba. Revisión mental de la ruta y nos damos cuenta de que en Cala Mesquida ya no estaba. Muy lejos para volver a buscarlo, aún con la duda de que no hubiera podido volver por sus propios medios a Artà. En el caso de que encontráramos el coche en el aparcamiento se decidiría cómo organizar la búsqueda. Afortunadamente sólo fué una pérdida del camino principal y quedarse descolgado en un sitio desde donde no nos podía ver ni nosotros oírlo.
Aunque Tomeu iba controlando la cola del grupo tampoco se dió cuenta de que faltaba, ni siquiera los que iban en último lugar, seguramente más preocupados de no quedar más descolgados que en controlar quién pasa por su lado. No hubiera sido posible notar su falta sin una comunicación entre la cabeza y la cola a través de unos talkies, por ejemplo, aunque ello implique que dos integrantes del grupo vayan siempre uno en cabeza y otro en la cola, lo que no parece muy factible. Una opción más asequible es hacer un recuento claro y fiable en cada reagrupamiento. Y tener decidido en caso de falta cuál es el plan a seguir. Puede parecer exagerado pero no tenemos que esperar a que suceda un accidente de importancia para quejarnos de nuestra mala previsión.
De vuelta ya por la carretera apareció con el coche junto con ToniXXL que había vuelto a pinchar; cosa que no le hizo ni pizca de gracia, visto el precio a que se ponen los tubeless, y con una reparación más complicada que la de una simple cámara. Hubo que aguantar el rapapolvo y con razón. Pero es un fallo del grupo y él sabe que de haber sido otro el desaparecido hubiera obrado igual que nosotros. Ayer había más gente de los no habituales pero ello no es óbice para que no se pueda tener un plan ya establecido. Que después sea funcional ya es otra cosa.
A ver, que muchos hemos hecho la mili: “A numerarse, coño”.
1 comentario :
Wiro:
Jajajaja, me lloraste mucho con tu biela.
Menos mal que la pudimos reparar, aunque recientemente me he enterado que has vuelto a tener problemas con élla.
O la cambias, o pones fuerte la pierna derecha y vas a una sola pierna, jajajaja.
Saludos.
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