Sa Duaia: alqueria del terme d'Artà (Mall.). N'hi ha una altra que es diu Sa Duaieta.
Etim.: de l'àrab dwaya, dim. de dáya ‘llogaret’.
Conociendo la seriedad en cuanto a preparación de las rutas de Xisco cuando me dijo que quería ir a “hacer un ocho” por el Parc de Llevant prácticamente me decidí al instante, el mismo lunes. Tendría que tronar para que no fuera. Ni me miré los mapas, suponía que por fin pasaría por los caminos principales de acceso a las fincas de los que había oído hablar más bien pestes. Lo que era seguro es de que seríamos pocos de Palma. La mayoría se iba de la isla a practicar descenso y del resto, unos están lesionados, otros trabajan o bien tienen compromisos. El viernes solamente éramos cuatro decididos a ir y nos acomodamos en dos coches para estar a las ocho y media allí. Lo raro fue que llegué el primero y era casi la hora (faltaban unos minutos). Para más inri el teléfono murió con las baterías puestas y dudaba si debíamos vernos en otro lado, quizás el aparcamiento de la entrada del parque, pero al poco rato llegó Torito y Yarik y un poco más tarde el furgón de los pobleros. Solamente eran cuatro, Xisco, Biel, Sebastià y Xavier. Con Carlos que venía conmigo se completaba el grupeto.
No sé exactamente a qué hora nos pusimos en marcha dirigiéndonos en primer lugar hacia la carretera que lleva a Cala Torta. Hacía un montón de tiempo que no pasaba por allí y tardé en darme cuenta de que era la misma; está perfectamente asfaltada y no la reconocí a primera vista. Después de coronar el primer puerto nos desviamos por una barrera (¡la primera de muchas de ellas!) para hacer la primera bajada del día. Hacer constar que se encuentra recubierta de una capa de restos vegetales y que fue una suerte que no se enganchara ninguna rama en las ruedas y reventara algún radio o los cambios. Asimismo, en la parte más pedregosa, empezó el rosario de averías; empezó Biel Villa reventando la primera cámara y le siguió Sebas, Carlos y Sebas otra vez. Yo ya estaba con Yarik en las casas de Sa Duaia de Baix, reconvertidas actualmente en hotel rural, viendo como el grupo se iba acercando y volviendo a parar y así sucesivamente hasta que consiguieron llegar todos arriba.
Bajamos el ramal de carretera hasta enlazar con la principal que hemos abandonado unos kilómetros antes para volver a dejarla prácticamente en el mismo punto, entrando en los terrenos privados de Sa Cova. Es muy difícil querer relatar el itinerario exacto, hay demasiadas intersecciones, pero se puede decir que vamos directos al mar, hacia la Torre d'Albarca y que mucho antes incluso de verla nos desviaremos a la izquierda para entrar ya en terrenos de Es Verger y enlazar con el itinerario de Els Horts vells d'Albarca. Todos ellos se encuentran señalizados con los postes correspondientes. Éste se trata de un recorrido circular que sale y vuelve a las casas. Nosotros lo recorremos en sentido contrario a las agujas del reloj para pasar cerca de las casas y encarar la pista que se dirige hacia el Coll des Verger y a continuación las casas de s'Alquería vella d'Avall, donde se encuentra el aparcamiento y la recepción del parque. En el inicio de la subida Yarik abre la cadena y necesita reparación; además Sebas ha vuelto a pinchar. Los demás comemos algo e interrogamos a Toni para que nos cuente algunas historias del periplo de los Alpes. Una vez todo está en orden continuamos el ascenso para encarar la rápida bajada hasta la entrada del parque.
Desde aquí tomamos la carretera en ascenso para volver hacia la costa y realizar el segundo bucle pero Carlos y yo ya tenemos la intención de regresar y frente al antiguo campamento nos despedimos; yo me quedo cambiando la cámara trasera que perdía aire lentamente y Carlos se va a hacer un reportaje fotográfico del entorno. Le metí demasiado aire, iba de lado a lado en la bajada pero no sucedió ningún percance en ese corto descenso.
Ahora mismo me han pasado el track de la ruta porque estaba un poco desorientado sobre el mapa y ya lo tengo más o menos claro. Porque ésa la voy a repetir completa aunque por la gran cantidad de averías que se suelen producir en esa zona hay que ir dispuesto a pasarse del horario. Es una lástima lo alejado que se encuentra de Palma porque tiene enormes posibilidades. Lo único que nos recordó la forestal con la que charlamos un rato en el aparcamiento es de que debemos solicitar permiso si el grupo es de más de cuatro, más que nada para tener el tema un poco controlado. Ellos siguieron hasta el final para bajar por el Camí d'en Mondoi hasta el Arenalet y vuelta hasta las casas de Albarca regresando a Artà por Son Puça.
Etim.: de l'àrab dwaya, dim. de dáya ‘llogaret’.
Conociendo la seriedad en cuanto a preparación de las rutas de Xisco cuando me dijo que quería ir a “hacer un ocho” por el Parc de Llevant prácticamente me decidí al instante, el mismo lunes. Tendría que tronar para que no fuera. Ni me miré los mapas, suponía que por fin pasaría por los caminos principales de acceso a las fincas de los que había oído hablar más bien pestes. Lo que era seguro es de que seríamos pocos de Palma. La mayoría se iba de la isla a practicar descenso y del resto, unos están lesionados, otros trabajan o bien tienen compromisos. El viernes solamente éramos cuatro decididos a ir y nos acomodamos en dos coches para estar a las ocho y media allí. Lo raro fue que llegué el primero y era casi la hora (faltaban unos minutos). Para más inri el teléfono murió con las baterías puestas y dudaba si debíamos vernos en otro lado, quizás el aparcamiento de la entrada del parque, pero al poco rato llegó Torito y Yarik y un poco más tarde el furgón de los pobleros. Solamente eran cuatro, Xisco, Biel, Sebastià y Xavier. Con Carlos que venía conmigo se completaba el grupeto.
No sé exactamente a qué hora nos pusimos en marcha dirigiéndonos en primer lugar hacia la carretera que lleva a Cala Torta. Hacía un montón de tiempo que no pasaba por allí y tardé en darme cuenta de que era la misma; está perfectamente asfaltada y no la reconocí a primera vista. Después de coronar el primer puerto nos desviamos por una barrera (¡la primera de muchas de ellas!) para hacer la primera bajada del día. Hacer constar que se encuentra recubierta de una capa de restos vegetales y que fue una suerte que no se enganchara ninguna rama en las ruedas y reventara algún radio o los cambios. Asimismo, en la parte más pedregosa, empezó el rosario de averías; empezó Biel Villa reventando la primera cámara y le siguió Sebas, Carlos y Sebas otra vez. Yo ya estaba con Yarik en las casas de Sa Duaia de Baix, reconvertidas actualmente en hotel rural, viendo como el grupo se iba acercando y volviendo a parar y así sucesivamente hasta que consiguieron llegar todos arriba.
Bajamos el ramal de carretera hasta enlazar con la principal que hemos abandonado unos kilómetros antes para volver a dejarla prácticamente en el mismo punto, entrando en los terrenos privados de Sa Cova. Es muy difícil querer relatar el itinerario exacto, hay demasiadas intersecciones, pero se puede decir que vamos directos al mar, hacia la Torre d'Albarca y que mucho antes incluso de verla nos desviaremos a la izquierda para entrar ya en terrenos de Es Verger y enlazar con el itinerario de Els Horts vells d'Albarca. Todos ellos se encuentran señalizados con los postes correspondientes. Éste se trata de un recorrido circular que sale y vuelve a las casas. Nosotros lo recorremos en sentido contrario a las agujas del reloj para pasar cerca de las casas y encarar la pista que se dirige hacia el Coll des Verger y a continuación las casas de s'Alquería vella d'Avall, donde se encuentra el aparcamiento y la recepción del parque. En el inicio de la subida Yarik abre la cadena y necesita reparación; además Sebas ha vuelto a pinchar. Los demás comemos algo e interrogamos a Toni para que nos cuente algunas historias del periplo de los Alpes. Una vez todo está en orden continuamos el ascenso para encarar la rápida bajada hasta la entrada del parque.
Desde aquí tomamos la carretera en ascenso para volver hacia la costa y realizar el segundo bucle pero Carlos y yo ya tenemos la intención de regresar y frente al antiguo campamento nos despedimos; yo me quedo cambiando la cámara trasera que perdía aire lentamente y Carlos se va a hacer un reportaje fotográfico del entorno. Le metí demasiado aire, iba de lado a lado en la bajada pero no sucedió ningún percance en ese corto descenso.
Ahora mismo me han pasado el track de la ruta porque estaba un poco desorientado sobre el mapa y ya lo tengo más o menos claro. Porque ésa la voy a repetir completa aunque por la gran cantidad de averías que se suelen producir en esa zona hay que ir dispuesto a pasarse del horario. Es una lástima lo alejado que se encuentra de Palma porque tiene enormes posibilidades. Lo único que nos recordó la forestal con la que charlamos un rato en el aparcamiento es de que debemos solicitar permiso si el grupo es de más de cuatro, más que nada para tener el tema un poco controlado. Ellos siguieron hasta el final para bajar por el Camí d'en Mondoi hasta el Arenalet y vuelta hasta las casas de Albarca regresando a Artà por Son Puça.