El cuerpo no me pedía desnivel esta semana, lo notaba; y no me preguntéis cómo se nota eso porque no lo sé. Lo que no tenía claro tampoco era la ruta que quería hacer. Había pensado en algún llaneo inédito pero sin concretar. Y así iban pasando los días, sin propuestas fiables por parte de la peña, en una de esas semanas en que todo se decidiría a última hora, como así fue, ya que recibí el viernes un correo de Jauja que se encontraba más o menos en la misma situación. Me propuso una salida corta por la sierra pero contraataqué con otra idea, pero por su zona. Como tenía que estar él pronto en casa le pareció estupendo ya que no tendría que coger ni siquiera coche y por el horario tampoco tendría que preocuparse. Mis fieles colegas palmesanos se sumaron encantados ya que todos íbamos a salir ganando por una causa o por otra.
La opción elegida fue el Puig de Randa, que forma parte de una pequeña serralada, el macizo de Randa, en el corazón de la isla con mucha historia. No en vano en sus laderas se levantaron una ermita, de Sant Honorat, y dos santuarios, Gràcia y Cura. Pero claro, no hemos ido directamente hacia allí, había que calentar y dejar que nuestros anfitriones se explayaran y nos enseñaran un poco más de esa Mallorca interior casi completamente desconocida para los que solamente la cruzamos por las carreteras principales. Jauja, Jaume y Ramón han sido nuestros guías en el día de hoy. Los segundos no sabía que estarían, José Carlos no me había dicho nada. De lo único que estoy seguro es del inicio, tomando el camino hacia Sant Jordi, en su primera parte asfaltado y con tendencia hacia arriba. Y ha sido en esa tendencia cuando me he empezado a dar cuenta de que no iba lo que se dice precisamente fino. En condiciones normales ya debería haber calentado y haber entrado las piernas en un estado de sopor insensible donde pueden tragarse lo que les eches. Pero no ha sido así, la pesadez ha sido la tónica dominante.
Hemos llegado al desvío donde el amigo de Wiro usó las tenazas y se ve que sirvió para algo porque está abierto de par en par, y me parece recordar que después había un montón de rocas interceptando el camino; ahora está expedito. A partir de aquí ya iba desorientado, tanto estábamos en un tramo de camino de carro como sobre el asfalto, como rodando por el interior del bosque adonde habíamos accedido cruzando algún sembrado. Nunca había grandes subidas ni vertiginosas bajadas pero seguía sin conseguir el punto físico idóneo por lo que mi idea de efectuar dos subidas con sus correspondientes bajadas peligraba.
Hemos llegado a Randa y hemos comido algo ligero en los lavaderos mientras se sopesaban las distintas opciones. Como la idea de las dos bajadas seguía viva hemos optado por hacer primero la mayor, la de Albenyà, y después, si las fuerzas acompañaban, volver a subir a Gràcia para hacer la segunda, en contra de la opinión de Ramón que tenía otros planes más extensos pero excepto él y Jaume los demás no confiábamos mucho en nuestras posibilidades, por lo que hemos subido hasta arriba del todo en primer lugar, eso sí, cogiendo algunos tramos de camino antiguo que acortan pero que tampoco matan si lo haces. Me ha gustado mucho el primero, el que te deja justo en el desvío de Gràcia.
Bikeros de mtb no hemos encontrado ninguno aunque de carretera había ya a montones, tanto particulares como en pelotón, y español me parece que tampoco, alguno solamente de chicas que no se porqué soplaban hasta bajando, debía ser por el frío. La subida, como he comentado, muy factible y aún así con muchas diferencias entre nosotros, y mucho fresco arriba. Tanto que me ha dado tiempo a enfriarme comiéndome el bocata, pero todo era poco porque ya se acercaba el momento de la verdad suprema, la bajada hacia Albenyà.
Un inciso sobre Albenyà. Me han comentado mientras subíamos que ha aparecido un comentario acerca de un video que se grabó en esa bajada sobre la necesidad de pedir permiso para circular por ese camino so pena de que empiecen a tomar medidas en contra nuestra. Pero el siguiente comentario de esa misma entrada me ha hecho recordar que yo también estuve en esa carrera, de espectador me refiero, y otros comentarios sobre l'amo, que también era bikero, etc.
Decir para mi descargo que ha sido mi primera bajada por allí y la he encontrado francamente bien, no es complicada aunque me he tenido que parar en algún punto (si habéis ido sabréis cuál es) pero que es superable. Ya en el bosque lo que importa es la velocidad. Estaba hoy un poquito mojada lo que le daba un cierto plus de emoción. Al final, como los palmesanos íbamos delante, hemos salido por donde no debíamos, la misma salida del video (otro punto de vista), pero los nativos nos han explicado que se puede continuar por el interior del bosque llaneando hasta casi Randa. Hemos entrado por un camino lateral con un cuestón impresionante que ha habido que patear y a fin de cuentas nos hemos ahorrado cien metros de carretera.
Como íbamos bien de tiempo para todo el mundo hemos vuelto a subir (esta vez por asfalto) hasta el desvío de Gràcia y tomar todas las trialeras. Eso sí lo había hecho un par de veces, la anterior comentada con Wiro (aunque este se fue antes) y Juantrans y otra, aún más anterior, solo. En realidad hemos tomado la primera, la más larga, y que te deja bastante abajo de la carretera por lo que luego, medio engañados, hemos vuelto a subir hasta la cruz para bajar por todos los tramos. Bonitos tramos, lo único que pasa es que al llegar abajo te das cuenta de que tendrías que haber bajado mucho más rápido, y fue una lástima no tener tiempo para hacer la segunda pasada. Hay que tenerlo en cuenta para la próxima.
Volvimos tranquilos hacia Llucmajor donde llegamos a la hora clavada tras una buena ruta. Jaume decía de más de treinta kilómetros; a mí en la cabeza me parecían muchos menos pero en las piernas, el doble como mínimo, pero no me quejo, al contrario. Además el domingo tendría sesión de recuperación, o sea, que tranquilo. Otro día se organizará con más antelación y por mi parte daré la murga para hacer dos bajadas por la parte de atrás como mínimo y sin penalizar.
A ver si Carlos acierta con la fijación de la cámara y podemos reírnos un poco con las pifiadas que me parece que esta semana solamente veremos tierra.
La opción elegida fue el Puig de Randa, que forma parte de una pequeña serralada, el macizo de Randa, en el corazón de la isla con mucha historia. No en vano en sus laderas se levantaron una ermita, de Sant Honorat, y dos santuarios, Gràcia y Cura. Pero claro, no hemos ido directamente hacia allí, había que calentar y dejar que nuestros anfitriones se explayaran y nos enseñaran un poco más de esa Mallorca interior casi completamente desconocida para los que solamente la cruzamos por las carreteras principales. Jauja, Jaume y Ramón han sido nuestros guías en el día de hoy. Los segundos no sabía que estarían, José Carlos no me había dicho nada. De lo único que estoy seguro es del inicio, tomando el camino hacia Sant Jordi, en su primera parte asfaltado y con tendencia hacia arriba. Y ha sido en esa tendencia cuando me he empezado a dar cuenta de que no iba lo que se dice precisamente fino. En condiciones normales ya debería haber calentado y haber entrado las piernas en un estado de sopor insensible donde pueden tragarse lo que les eches. Pero no ha sido así, la pesadez ha sido la tónica dominante.
Hemos llegado al desvío donde el amigo de Wiro usó las tenazas y se ve que sirvió para algo porque está abierto de par en par, y me parece recordar que después había un montón de rocas interceptando el camino; ahora está expedito. A partir de aquí ya iba desorientado, tanto estábamos en un tramo de camino de carro como sobre el asfalto, como rodando por el interior del bosque adonde habíamos accedido cruzando algún sembrado. Nunca había grandes subidas ni vertiginosas bajadas pero seguía sin conseguir el punto físico idóneo por lo que mi idea de efectuar dos subidas con sus correspondientes bajadas peligraba.
Hemos llegado a Randa y hemos comido algo ligero en los lavaderos mientras se sopesaban las distintas opciones. Como la idea de las dos bajadas seguía viva hemos optado por hacer primero la mayor, la de Albenyà, y después, si las fuerzas acompañaban, volver a subir a Gràcia para hacer la segunda, en contra de la opinión de Ramón que tenía otros planes más extensos pero excepto él y Jaume los demás no confiábamos mucho en nuestras posibilidades, por lo que hemos subido hasta arriba del todo en primer lugar, eso sí, cogiendo algunos tramos de camino antiguo que acortan pero que tampoco matan si lo haces. Me ha gustado mucho el primero, el que te deja justo en el desvío de Gràcia.
Bikeros de mtb no hemos encontrado ninguno aunque de carretera había ya a montones, tanto particulares como en pelotón, y español me parece que tampoco, alguno solamente de chicas que no se porqué soplaban hasta bajando, debía ser por el frío. La subida, como he comentado, muy factible y aún así con muchas diferencias entre nosotros, y mucho fresco arriba. Tanto que me ha dado tiempo a enfriarme comiéndome el bocata, pero todo era poco porque ya se acercaba el momento de la verdad suprema, la bajada hacia Albenyà.
Un inciso sobre Albenyà. Me han comentado mientras subíamos que ha aparecido un comentario acerca de un video que se grabó en esa bajada sobre la necesidad de pedir permiso para circular por ese camino so pena de que empiecen a tomar medidas en contra nuestra. Pero el siguiente comentario de esa misma entrada me ha hecho recordar que yo también estuve en esa carrera, de espectador me refiero, y otros comentarios sobre l'amo, que también era bikero, etc.
Decir para mi descargo que ha sido mi primera bajada por allí y la he encontrado francamente bien, no es complicada aunque me he tenido que parar en algún punto (si habéis ido sabréis cuál es) pero que es superable. Ya en el bosque lo que importa es la velocidad. Estaba hoy un poquito mojada lo que le daba un cierto plus de emoción. Al final, como los palmesanos íbamos delante, hemos salido por donde no debíamos, la misma salida del video (otro punto de vista), pero los nativos nos han explicado que se puede continuar por el interior del bosque llaneando hasta casi Randa. Hemos entrado por un camino lateral con un cuestón impresionante que ha habido que patear y a fin de cuentas nos hemos ahorrado cien metros de carretera.
Como íbamos bien de tiempo para todo el mundo hemos vuelto a subir (esta vez por asfalto) hasta el desvío de Gràcia y tomar todas las trialeras. Eso sí lo había hecho un par de veces, la anterior comentada con Wiro (aunque este se fue antes) y Juantrans y otra, aún más anterior, solo. En realidad hemos tomado la primera, la más larga, y que te deja bastante abajo de la carretera por lo que luego, medio engañados, hemos vuelto a subir hasta la cruz para bajar por todos los tramos. Bonitos tramos, lo único que pasa es que al llegar abajo te das cuenta de que tendrías que haber bajado mucho más rápido, y fue una lástima no tener tiempo para hacer la segunda pasada. Hay que tenerlo en cuenta para la próxima.
Volvimos tranquilos hacia Llucmajor donde llegamos a la hora clavada tras una buena ruta. Jaume decía de más de treinta kilómetros; a mí en la cabeza me parecían muchos menos pero en las piernas, el doble como mínimo, pero no me quejo, al contrario. Además el domingo tendría sesión de recuperación, o sea, que tranquilo. Otro día se organizará con más antelación y por mi parte daré la murga para hacer dos bajadas por la parte de atrás como mínimo y sin penalizar.
A ver si Carlos acierta con la fijación de la cámara y podemos reírnos un poco con las pifiadas que me parece que esta semana solamente veremos tierra.