Sabía que me quedaba añadir en alguna ruta algunos caminos de Andratx ya descritos individualmente, me faltaba pues ponerme a ello e intentar que saliera algo decente, mira, cocinar no sabré pero mezclar caminos no se me da mal, así que después de repasar los papeles y los tracks empecé a remover la mezcla y me salió una ruta molona, pero pongamos las cosas claras, ¿qué clase de ruta? pues yo la definiría como pistera, así, a secas. ¿Eso es malo? ni hablar, es...es...es lo que hay en Andratx. Como sabemos muchos de sus caminos rurales están asfaltados, al menos hasta donde la civilización alcanza pero no cuenta como asfalto y de carretera en esta ruta no hay nada.
Y además tenía que ser este sábado por problemas de agenda de uno de los invitados, un tal Guiem bou, y han querido añadirse al evento mis compañeros de correrías aún a sabiendas que de trialeras, pocas, pero el asegurarles una buena ración de mtb (montados) les ha convencido rápido. Primera sorpresa en el aparcamiento del pueblo ya que ninguno de los dos bandos sabía de la asistencia del otro aunque eso no supone ningún contratiempo a estas alturas, Guiem ha venido con su fiel escudero Víctor, (aunque no sé por cuanto tiempo, no lo digo con segundas, lo digo por la posición en el pelotón), y también Chus, los únicos de su grupo que se han animado a realizar el desplazamiento, amén de que el día casi oficial de su salida es el domingo. Del grupo toy-pofero se ha presentado Pepe, Fibras, Jromán, Albert y Potato más el instigador de turno.
Estamos ya listos y pertrechados y nos dirigimos hacia el camí de Son Xina, primer tramo nuevo que no conocía. Éste nos acerca a la carretera de Capdellà justo enfrente del inicio del camí de sa Font des Bosc por el que tampoco había subido. Ése es el camino del monolito, un recordatorio en piedra en memoria de un soldado que allí murió, y no sé más, y aunque pueda parecer que lo hemos hecho aposta ya que ha coincidido que lo hemos visitado el mismo día del aniversario del fallecimiento ha sido simplemente casualidad.
Ya nos ha avisado un vecino de que el camino no tenía salida, me lo parecía sobre los mapas pero también sabía que tenía al menos un enlace con el vecino camí de ses Penyes, lo que no sabía era de qué tipo y por eso hemos seguido hasta el final, que desde luego es lo mejor porque hemos podido circular un rato sin asfalto pero hemos terminado en una explanada donde acaba al llegar a una casa abandonada y en semirruina. He ido a mirar por la derecha que era la dirección correcta porque no quería meterme en camisas de once varas buscando senderos y recorrer zonas de pateo para salir a la carretera principal, cosa que sí ha hecho Pepe supongo que recordando alguna ruta por la zona. He encontrado paso cerca de una casa vacía con la única pega de una barrera cerrada que algunos hemos saltado y otros han sorteado sin ninguna dificultad.
Al llegar al camí de ses Penyes hemos tirado hacia arriba y al llegar a unos pilones de una entrada he creído que estaba en un ramal particular y me han entrado dudas enfilando al grupo cuesta abajo para buscar un cruce aunque ni yo mismo me lo creía, y menos a medida que iban pasando los minutos pero no ha sido hasta llegar al cruce cuando definitivamente me he convencido, debíamos volver a subir por donde habíamos venido.
Efectivamente íbamos bien antes y hemos podido hacer toda la subida tranquilos hasta ses Penyes y ses Comes para después para salir a la carretera justo enfrente de un ramal que nos llevará al coll de sa Gramola, pero nuestro objetivo no es ése, al menos por ahora, vamos a s'Arracó y por ello tomamos un camino que primero baja y después sube hasta el coll de So na Vidala para empalmar con el camí del mismo nombre y de ahí hasta Son Castell.
Empieza a lloviznar, se cumple la previsión del tiempo, es decir, son las once y dudo entre seguir mi ruta mental que nos llevaría hacia arriba por Son Guiem para salir por el cementerio o ir allí directos por carretera y elegimos ir recto por el pueblo. Mientras la llovizna se ha convertido en lluvia y después en granizo y la visión del bar de enfrente hace que surjan nuestras más bajas pasiones y sucumbimos a la tentación de una bebida caliente al sopor de una estufa. Aquí ya habíamos recuperado a Pepe que había empalmado con la carretera antes que nosotros y venía subiendo a nuestro encuentro.
Tanda de cafés calientes ante la cómplice mirada de los clientes supongo que pensando que deporte sí pero hasta cierto punto, cosa que les habrá quedado meridianamente clara cuando después de vestirnos y despedirnos hemos salido todos del bar para volver a entrar enseguida al darnos cuenta de que llovía aún con más fuerza que antes. Ante la evidencia del retraso acumulado no queda más remedio que llegar al cementerio por carretera, la idea inicial era otra un poco más larga, y buscar uno de los dos caminos que comunican con la zona de Es Castellàs, encontramos uno enseguida, me da la impresión de que no es ni siquiera camino sino un sendero motero, en cambio el segundo que también está a la vista sí parece más elaborado, la intención inicial era recorrer los dos pero hoy solo será posible uno de ellos. Llegamos al camino ancho que recorrimos no hace mucho un día de exploración que me dió por pinchar más de la cuenta y enlazamos por el sendero hacia Can Polit donde iniciamos la ascensión fuerte del día, el pas d'en Guida. No se la esperaban, la ruta no había sido debatida en comunidad y quién más quién menos venía un poco a ciegas por lo que han tenido que echar mano de veteranía y pundonor, además de algo de piernas.
La subida es larga, no acaba al superar el paso, continúa subiendo tras el falso llano de las abandonadas Rotes de s'Hereu y sus casetas de labor, unas en mejores condiciones que otras, hasta el coll des Cucons donde ya empieza el descenso hasta el fondo del valle. No ha habido reagrupamiento hasta llegar al camí de ses Basses, todos han impuesto su ritmo para llegar al final independientemente de piques o vaciladas y más los que no habían estado por allí, reservando al máximo para lo que pudiera llegar después, pero ese cruce puede decirse que es el final de la ascensión, queda algo de subida para llegar al coll de sa Gramola pero es muy soportable.
La bajada tampoco la tenían clara, no veían el trazado propuesto volviendo a bajar por el mismo camino que habíamos hecho anteriormente, en cambio al acabar la bajada y tomar el desvío enseguida han comprendido que íbamos a llegar al pueblo en un santiamén, como así ha sido, aunque quiero recalcar (no sé si lo he hecho en alguna ocasión y si lo he hecho no está de más repetirlo) que no me siento cómodo en estas bajadas de caminos asfaltados, la gente se emociona y se embala mucho minimizando en exceso el riesgo de colisión con algún vehículo, hay tráfico en estos caminos y no tienen la anchura suficiente para trazar una escapatoria, no es que baje acojonado pero sí con mucha precaución.
Al final no he sabido cierto si eran la una y veinte o las dos y veinte cuando hemos llegado a los coches pero lo que sí es seguro es que he llegado a mi casa a las dos y media. La ruta ha sido corta en distancia a pesar de hacer más de treinta kilómetros aunque se me ha hecho dura, aún así creo que se puede mejorar en algunos aspectos puntuales.
A pesar de todo hay días en que disfrutas de salir con los amigos a hacer mtb y hoy puedo asegurar que ha sido uno de ellos por lo que no puedo quejarme de nada. Prometí que no habría ninguna trialera y no la ha habido pero en el único tramo que alguno podría calificar como tal alguien ha sufrido un patinazo y se ha llevado un golpe, esperemos sin importancia. Los demás con nuestros achaques habituales que desde luego no son excusa para no reunirnos para practicar nuestro deporte favorito.
P.D. Si habéis llegado hasta aquí no sabéis la paciencia que tenéis.
Y además tenía que ser este sábado por problemas de agenda de uno de los invitados, un tal Guiem bou, y han querido añadirse al evento mis compañeros de correrías aún a sabiendas que de trialeras, pocas, pero el asegurarles una buena ración de mtb (montados) les ha convencido rápido. Primera sorpresa en el aparcamiento del pueblo ya que ninguno de los dos bandos sabía de la asistencia del otro aunque eso no supone ningún contratiempo a estas alturas, Guiem ha venido con su fiel escudero Víctor, (aunque no sé por cuanto tiempo, no lo digo con segundas, lo digo por la posición en el pelotón), y también Chus, los únicos de su grupo que se han animado a realizar el desplazamiento, amén de que el día casi oficial de su salida es el domingo. Del grupo toy-pofero se ha presentado Pepe, Fibras, Jromán, Albert y Potato más el instigador de turno.
Estamos ya listos y pertrechados y nos dirigimos hacia el camí de Son Xina, primer tramo nuevo que no conocía. Éste nos acerca a la carretera de Capdellà justo enfrente del inicio del camí de sa Font des Bosc por el que tampoco había subido. Ése es el camino del monolito, un recordatorio en piedra en memoria de un soldado que allí murió, y no sé más, y aunque pueda parecer que lo hemos hecho aposta ya que ha coincidido que lo hemos visitado el mismo día del aniversario del fallecimiento ha sido simplemente casualidad.
Ya nos ha avisado un vecino de que el camino no tenía salida, me lo parecía sobre los mapas pero también sabía que tenía al menos un enlace con el vecino camí de ses Penyes, lo que no sabía era de qué tipo y por eso hemos seguido hasta el final, que desde luego es lo mejor porque hemos podido circular un rato sin asfalto pero hemos terminado en una explanada donde acaba al llegar a una casa abandonada y en semirruina. He ido a mirar por la derecha que era la dirección correcta porque no quería meterme en camisas de once varas buscando senderos y recorrer zonas de pateo para salir a la carretera principal, cosa que sí ha hecho Pepe supongo que recordando alguna ruta por la zona. He encontrado paso cerca de una casa vacía con la única pega de una barrera cerrada que algunos hemos saltado y otros han sorteado sin ninguna dificultad.
Al llegar al camí de ses Penyes hemos tirado hacia arriba y al llegar a unos pilones de una entrada he creído que estaba en un ramal particular y me han entrado dudas enfilando al grupo cuesta abajo para buscar un cruce aunque ni yo mismo me lo creía, y menos a medida que iban pasando los minutos pero no ha sido hasta llegar al cruce cuando definitivamente me he convencido, debíamos volver a subir por donde habíamos venido.
Efectivamente íbamos bien antes y hemos podido hacer toda la subida tranquilos hasta ses Penyes y ses Comes para después para salir a la carretera justo enfrente de un ramal que nos llevará al coll de sa Gramola, pero nuestro objetivo no es ése, al menos por ahora, vamos a s'Arracó y por ello tomamos un camino que primero baja y después sube hasta el coll de So na Vidala para empalmar con el camí del mismo nombre y de ahí hasta Son Castell.
Empieza a lloviznar, se cumple la previsión del tiempo, es decir, son las once y dudo entre seguir mi ruta mental que nos llevaría hacia arriba por Son Guiem para salir por el cementerio o ir allí directos por carretera y elegimos ir recto por el pueblo. Mientras la llovizna se ha convertido en lluvia y después en granizo y la visión del bar de enfrente hace que surjan nuestras más bajas pasiones y sucumbimos a la tentación de una bebida caliente al sopor de una estufa. Aquí ya habíamos recuperado a Pepe que había empalmado con la carretera antes que nosotros y venía subiendo a nuestro encuentro.
Tanda de cafés calientes ante la cómplice mirada de los clientes supongo que pensando que deporte sí pero hasta cierto punto, cosa que les habrá quedado meridianamente clara cuando después de vestirnos y despedirnos hemos salido todos del bar para volver a entrar enseguida al darnos cuenta de que llovía aún con más fuerza que antes. Ante la evidencia del retraso acumulado no queda más remedio que llegar al cementerio por carretera, la idea inicial era otra un poco más larga, y buscar uno de los dos caminos que comunican con la zona de Es Castellàs, encontramos uno enseguida, me da la impresión de que no es ni siquiera camino sino un sendero motero, en cambio el segundo que también está a la vista sí parece más elaborado, la intención inicial era recorrer los dos pero hoy solo será posible uno de ellos. Llegamos al camino ancho que recorrimos no hace mucho un día de exploración que me dió por pinchar más de la cuenta y enlazamos por el sendero hacia Can Polit donde iniciamos la ascensión fuerte del día, el pas d'en Guida. No se la esperaban, la ruta no había sido debatida en comunidad y quién más quién menos venía un poco a ciegas por lo que han tenido que echar mano de veteranía y pundonor, además de algo de piernas.
La subida es larga, no acaba al superar el paso, continúa subiendo tras el falso llano de las abandonadas Rotes de s'Hereu y sus casetas de labor, unas en mejores condiciones que otras, hasta el coll des Cucons donde ya empieza el descenso hasta el fondo del valle. No ha habido reagrupamiento hasta llegar al camí de ses Basses, todos han impuesto su ritmo para llegar al final independientemente de piques o vaciladas y más los que no habían estado por allí, reservando al máximo para lo que pudiera llegar después, pero ese cruce puede decirse que es el final de la ascensión, queda algo de subida para llegar al coll de sa Gramola pero es muy soportable.
La bajada tampoco la tenían clara, no veían el trazado propuesto volviendo a bajar por el mismo camino que habíamos hecho anteriormente, en cambio al acabar la bajada y tomar el desvío enseguida han comprendido que íbamos a llegar al pueblo en un santiamén, como así ha sido, aunque quiero recalcar (no sé si lo he hecho en alguna ocasión y si lo he hecho no está de más repetirlo) que no me siento cómodo en estas bajadas de caminos asfaltados, la gente se emociona y se embala mucho minimizando en exceso el riesgo de colisión con algún vehículo, hay tráfico en estos caminos y no tienen la anchura suficiente para trazar una escapatoria, no es que baje acojonado pero sí con mucha precaución.
Al final no he sabido cierto si eran la una y veinte o las dos y veinte cuando hemos llegado a los coches pero lo que sí es seguro es que he llegado a mi casa a las dos y media. La ruta ha sido corta en distancia a pesar de hacer más de treinta kilómetros aunque se me ha hecho dura, aún así creo que se puede mejorar en algunos aspectos puntuales.
A pesar de todo hay días en que disfrutas de salir con los amigos a hacer mtb y hoy puedo asegurar que ha sido uno de ellos por lo que no puedo quejarme de nada. Prometí que no habría ninguna trialera y no la ha habido pero en el único tramo que alguno podría calificar como tal alguien ha sufrido un patinazo y se ha llevado un golpe, esperemos sin importancia. Los demás con nuestros achaques habituales que desde luego no son excusa para no reunirnos para practicar nuestro deporte favorito.
P.D. Si habéis llegado hasta aquí no sabéis la paciencia que tenéis.