Lluc, Lloseta, Fita del Ram, ésos eran los nombres que me hacían tilín durante la semana y casi por ese orden a medida que las condiciones iban variando, aunque más que condiciones diría variables. Una de ellas era la previsión del tiempo, de horrible pasó a soportable el viernes por la tarde y sin lluvias apreciables, además la ventana seca había aumentado y la temperatura también había subido considerablemente así que en ese aspecto tranquilidad absoluta dentro de lo que cabe.
Otra variable eran los asistentes. Tras la salida en semi-soledad de la semana pasada esta en cambio me apetecía ir acompañado y quedé a la espera de acontecimientos, tan solo Guiem bou había expresado entre semana su intención firme de salir. Al final, viendo el panorama, me decidí por subir a la Fita del Ram a buscar un itinerario nuevo del cual tenía algunas referencias y quería comprobarlo en directo. Kiko morcilla y unos compadres, Luís, Carlos y Joseba si no me equivoco, se sumaron al evento y entre ellos y los que vinieron con Guiem, tal que Raúl y Xisco, formamos un grupito de ocho bikeros con ganas de rodar y conocer algo nuevo, así que a las nueve y algunos minutos más nos poníamos en movimiento desde Son Moix hacia Son Anglada y Bunyolí.
Subió cada uno a su bola pero Kiko llegó muy perjudicado, había vomitado por el camino y se encontraba mareado, posiblemente con fiebre, y no le quedó más remedio que volver atrás y sus compañeros bajaron con él quedando el pelotón reducido de golpe a la mitad. Al llegar a la entrada de Sobremunt estaba nevando con fuerza pero los copos ni llegaban a cuajar sobre la ropa así que el espectáculo era sólo visual ya que ni alcanzaba a empapar el suelo y eso no nos detuvo en nuestro ascenso hacia las antenas. Al llegar arriba había amainado un poco y no dudamos en continuar aunque el camino estaba un poco resbaladizo con las únicas consecuencias de tener que poner algún pie en el suelo fruto de algún patinazo que otro.
Llegamos al cruce del camino que nunca tomamos pero ayer sí lo hicimos y andaba yo por delante buscando el hito adecuado con cuidado de no pasarme y creí encontrarlo unos metros más adelante pero a partir de ese momento lo único que oía por parte de Guiem es que íbamos sobre el track pero en realidad nos estábamos alejando ya que en algún momento nos desviamos a la izquierda en lugar de la derecha y a partir de ese instante fuimos mal, éso nos pasa por no ver yo la pantalla y por cargar un track mucho más extenso de lo que necesitábamos, así que nos hicimos más de un kilómetro andando por el pedregal y sin darme cuenta de que era el camino que hacía antes para ir hacia la ermita, y hasta que no vi un forn de pa que me resultaba familiar no empecé a sospechar donde estábamos realmente y efectivamente, casi nos caemos dentro, habíamos llegado al pas de na Lluïsa.
Decidimos bajar por él en lugar de volver a enlazar con el camino, y tampoco había tiempo de volver atrás y corregir el error cometido, así que bajamos por el paso y a continuación por los bancales hasta llegar a la altura de la casa escondida y el pozo. Comentar que el camino si es que hay continúa más o menos igual, con mucha vegetación y numerosos árboles caídos obstruyendo el paso pero la tirada no es larga aunque los compañeros no están muy acostumbrados a estos porteos e iban un poco más lentos pero en pocos minutos ya estábamos en la barrerita.
Quién había pasado por allí se acordó de ello y pudo ubicarse, el que no tuvo que esperar a llegar al cruce con la carretera que sube a las antenas. A partir de allí solo fue soltar frenos hasta abajo. Volvimos por la trialera de Bunyolí con algún percance nimio de alguno y después nos separamos para bajar yo por el camino principal y ellos por las pistas más directas, para mí más sosas.
En el apartado de ocio se lograron las metas, salimos en bici aún con el tiempo algo desapacible pero sin llegar a molestar, nos divertimos, sufrimos un poco y no nos hicimos daño, pero en el apartado de trabajo quedó el asunto sin concluir aunque como salimos de Palma llegaron a acumularse kilómetros en el zurrón pero no estaban todos los necesarios y se requerirá otra vuelta de tuerca al asunto, el sábado que viene parece un día idóneo para ello, ¿no opináis lo mismo?.
Otra variable eran los asistentes. Tras la salida en semi-soledad de la semana pasada esta en cambio me apetecía ir acompañado y quedé a la espera de acontecimientos, tan solo Guiem bou había expresado entre semana su intención firme de salir. Al final, viendo el panorama, me decidí por subir a la Fita del Ram a buscar un itinerario nuevo del cual tenía algunas referencias y quería comprobarlo en directo. Kiko morcilla y unos compadres, Luís, Carlos y Joseba si no me equivoco, se sumaron al evento y entre ellos y los que vinieron con Guiem, tal que Raúl y Xisco, formamos un grupito de ocho bikeros con ganas de rodar y conocer algo nuevo, así que a las nueve y algunos minutos más nos poníamos en movimiento desde Son Moix hacia Son Anglada y Bunyolí.
Subió cada uno a su bola pero Kiko llegó muy perjudicado, había vomitado por el camino y se encontraba mareado, posiblemente con fiebre, y no le quedó más remedio que volver atrás y sus compañeros bajaron con él quedando el pelotón reducido de golpe a la mitad. Al llegar a la entrada de Sobremunt estaba nevando con fuerza pero los copos ni llegaban a cuajar sobre la ropa así que el espectáculo era sólo visual ya que ni alcanzaba a empapar el suelo y eso no nos detuvo en nuestro ascenso hacia las antenas. Al llegar arriba había amainado un poco y no dudamos en continuar aunque el camino estaba un poco resbaladizo con las únicas consecuencias de tener que poner algún pie en el suelo fruto de algún patinazo que otro.
Llegamos al cruce del camino que nunca tomamos pero ayer sí lo hicimos y andaba yo por delante buscando el hito adecuado con cuidado de no pasarme y creí encontrarlo unos metros más adelante pero a partir de ese momento lo único que oía por parte de Guiem es que íbamos sobre el track pero en realidad nos estábamos alejando ya que en algún momento nos desviamos a la izquierda en lugar de la derecha y a partir de ese instante fuimos mal, éso nos pasa por no ver yo la pantalla y por cargar un track mucho más extenso de lo que necesitábamos, así que nos hicimos más de un kilómetro andando por el pedregal y sin darme cuenta de que era el camino que hacía antes para ir hacia la ermita, y hasta que no vi un forn de pa que me resultaba familiar no empecé a sospechar donde estábamos realmente y efectivamente, casi nos caemos dentro, habíamos llegado al pas de na Lluïsa.
Decidimos bajar por él en lugar de volver a enlazar con el camino, y tampoco había tiempo de volver atrás y corregir el error cometido, así que bajamos por el paso y a continuación por los bancales hasta llegar a la altura de la casa escondida y el pozo. Comentar que el camino si es que hay continúa más o menos igual, con mucha vegetación y numerosos árboles caídos obstruyendo el paso pero la tirada no es larga aunque los compañeros no están muy acostumbrados a estos porteos e iban un poco más lentos pero en pocos minutos ya estábamos en la barrerita.
Quién había pasado por allí se acordó de ello y pudo ubicarse, el que no tuvo que esperar a llegar al cruce con la carretera que sube a las antenas. A partir de allí solo fue soltar frenos hasta abajo. Volvimos por la trialera de Bunyolí con algún percance nimio de alguno y después nos separamos para bajar yo por el camino principal y ellos por las pistas más directas, para mí más sosas.
En el apartado de ocio se lograron las metas, salimos en bici aún con el tiempo algo desapacible pero sin llegar a molestar, nos divertimos, sufrimos un poco y no nos hicimos daño, pero en el apartado de trabajo quedó el asunto sin concluir aunque como salimos de Palma llegaron a acumularse kilómetros en el zurrón pero no estaban todos los necesarios y se requerirá otra vuelta de tuerca al asunto, el sábado que viene parece un día idóneo para ello, ¿no opináis lo mismo?.