El jueves no salí, las cámaras pinchadas se van acumulando esperando su reparación y entre el calor y disponer solamente de una franja horaria muy concreta hace que encontrar compañeros de salida sea difícil, si además de eso le añadimos las pocas ganas y el calor sofocante que hacía pues todo junto hizo que me quedara en casa haciendo el pardal. Entonces, sin haber “entrenado” entre semana no veía muy claro dónde podría acabar el domingo y aún así me dio por elucubrar en subir el pas de sa Fesa sabiendo de primera mano que había porteo del bueno y que sufriría de lo lindo. La vuelta sería por territorio comanche y a los que se lo comenté no es que se pusieran muy contentos que digamos entonces me dije, a lo fácil, na Burguesa, aunque había que meter algún elemento a poder ser poco concurrido, y se me ocurrió ses Coves des Marbre.
Esta mañana, entre idas y venidas, se me ha pasado el tiempo y he tenido que llamar a Guiem para que no se fueran, así las cosas he llegado un cuarto de hora tarde pero no hemos partido enseguida, algunos aún le daban los últimos retoques a una de las bicis, en total otro cuarto de hora más. Esa media hora nos iba a faltar después aunque me parece que no ha importado a la mayoría, pero no adelantemos acontecimientos, todo llegará.
Sin mucha prisa pero sin pausa nos hemos metido en el bosquecito de detrás de Son Rapinya para ir a coger el torrent de Sant Magí y aparecer delante del cuartel, pero poca carretera hemos hecho pillando pistas y atajos por el interior de la base. El primer pinchazo de Fibras ha permitido revivir a Ricardo que ya veía pajaritos. Guiem le animaba diciéndole que estábamos “casi” arriba, hombre, el mirador no es que esté lejos pero para uno que va cortito de fuerzas es un etapón, pero no hagamos sangre todavía, tampoco es para tanto, unas rampitas, una última trialera de subida donde los débiles flaquean y solo algunos superan. Queda merendar algo, contemplar las vistas y charlar un poco sobre los temas actuales que están en boca de todos, el incendio de Andratx, la corrupción, la torrada de la casita, el tubeless, en fin, un poco de todos los palos.
Nos preparamos para la bajada aunque solamente Toni y Tito llevan protecciones, y Aure ni siquiera lleva una doble pero para la mayoría es solo un espejismo, mucha pendiente sin apenas agarre que hace que nos lo pensemos y mucho, y claro, tanto pensar hace que los que bajan bien estén ya casi en las cuevas. Medi, aparte de subir también baja y se ve que le gusta eso de chupar rueda a los que marcan el ritmo y no dejaba que Fibras se le escapara.
En las cuevas hay un paso crítico para llegar hasta el camino, el que vaya solo se las va a ver y desear para poder bajar, éso fue lo que me ocurrió a mí cuando me tuve que colgar la bici a la mochila para poder bajar por el marge agarrado con las dos manos y gracias que no se me cayera, pero entre varios no hay problema. No estamos mucho rato desvariando arriba y nos disponemos a bajar lo más rápido posible. Esa teoría duró lo que le duró la cámara a Fibras, reventó con un soberano llantazo, la rueda se deshinchó casi instantáneamente y apareció restregado por el suelo afortunadamente sin daños serios, solo arañazos superficiales. Vuelta a reparar, esta vez con material prestado y seguimos bajando. Reagrupamos en la charca y esperamos más de la cuenta en el cruce, ha sido otro pinchazo.
Nos vamos por la pista de la finca a dar un rodeo, primer despiste mío porque volvemos al mismo sitio, después saltamos la rejilla y continuamos por el sendero procurando ir esquivando las matas de cardos pero en el cruce, en lugar de acceder a la carretera que está a un tiro de piedra, seguimos adelante y tras algunas rectificaciones y también barreras, nos dirigimos hacia la estación transformadora, me gusta mucho esta última opción.
Son las once y media cuando estamos rodando por las curvas del coll des Tords y se decide no alargar más de la cuenta. Aquí, aquí fue donde nos faltó esa media hora de la que hablaba en un principio. Nos reagrupamos en el desvío de Establiments tras esperar durante unos minutos a Medi que viene fundido, sin agua, sin sólidos, para qué si está en pleno Ramadán. Me han dicho después que no conocían esa bajada y yo digo que es mucho mejor haber empezado así, bajando, más que si la hubiéramos hecho al revés. A mí no es que me entusiasme en demasía, demasiado lisa y rápida para mi gusto aunque esos pueden ser precisamente los alicientes para otros, es lo que tiene esto del mtb.
Esta mañana, entre idas y venidas, se me ha pasado el tiempo y he tenido que llamar a Guiem para que no se fueran, así las cosas he llegado un cuarto de hora tarde pero no hemos partido enseguida, algunos aún le daban los últimos retoques a una de las bicis, en total otro cuarto de hora más. Esa media hora nos iba a faltar después aunque me parece que no ha importado a la mayoría, pero no adelantemos acontecimientos, todo llegará.
Sin mucha prisa pero sin pausa nos hemos metido en el bosquecito de detrás de Son Rapinya para ir a coger el torrent de Sant Magí y aparecer delante del cuartel, pero poca carretera hemos hecho pillando pistas y atajos por el interior de la base. El primer pinchazo de Fibras ha permitido revivir a Ricardo que ya veía pajaritos. Guiem le animaba diciéndole que estábamos “casi” arriba, hombre, el mirador no es que esté lejos pero para uno que va cortito de fuerzas es un etapón, pero no hagamos sangre todavía, tampoco es para tanto, unas rampitas, una última trialera de subida donde los débiles flaquean y solo algunos superan. Queda merendar algo, contemplar las vistas y charlar un poco sobre los temas actuales que están en boca de todos, el incendio de Andratx, la corrupción, la torrada de la casita, el tubeless, en fin, un poco de todos los palos.
Nos preparamos para la bajada aunque solamente Toni y Tito llevan protecciones, y Aure ni siquiera lleva una doble pero para la mayoría es solo un espejismo, mucha pendiente sin apenas agarre que hace que nos lo pensemos y mucho, y claro, tanto pensar hace que los que bajan bien estén ya casi en las cuevas. Medi, aparte de subir también baja y se ve que le gusta eso de chupar rueda a los que marcan el ritmo y no dejaba que Fibras se le escapara.
En las cuevas hay un paso crítico para llegar hasta el camino, el que vaya solo se las va a ver y desear para poder bajar, éso fue lo que me ocurrió a mí cuando me tuve que colgar la bici a la mochila para poder bajar por el marge agarrado con las dos manos y gracias que no se me cayera, pero entre varios no hay problema. No estamos mucho rato desvariando arriba y nos disponemos a bajar lo más rápido posible. Esa teoría duró lo que le duró la cámara a Fibras, reventó con un soberano llantazo, la rueda se deshinchó casi instantáneamente y apareció restregado por el suelo afortunadamente sin daños serios, solo arañazos superficiales. Vuelta a reparar, esta vez con material prestado y seguimos bajando. Reagrupamos en la charca y esperamos más de la cuenta en el cruce, ha sido otro pinchazo.
Nos vamos por la pista de la finca a dar un rodeo, primer despiste mío porque volvemos al mismo sitio, después saltamos la rejilla y continuamos por el sendero procurando ir esquivando las matas de cardos pero en el cruce, en lugar de acceder a la carretera que está a un tiro de piedra, seguimos adelante y tras algunas rectificaciones y también barreras, nos dirigimos hacia la estación transformadora, me gusta mucho esta última opción.
Son las once y media cuando estamos rodando por las curvas del coll des Tords y se decide no alargar más de la cuenta. Aquí, aquí fue donde nos faltó esa media hora de la que hablaba en un principio. Nos reagrupamos en el desvío de Establiments tras esperar durante unos minutos a Medi que viene fundido, sin agua, sin sólidos, para qué si está en pleno Ramadán. Me han dicho después que no conocían esa bajada y yo digo que es mucho mejor haber empezado así, bajando, más que si la hubiéramos hecho al revés. A mí no es que me entusiasme en demasía, demasiado lisa y rápida para mi gusto aunque esos pueden ser precisamente los alicientes para otros, es lo que tiene esto del mtb.