Día quince y esto sin actualizarse...podría parecer por la entrada anterior, sin texto explicativo, que estoy para las últimas pero no, un simple catarro, gripe o similar me ha tenido un poco indispuesto, lo suficiente para no desear tener que pasearme por ahí a la exposición de los vientos y bajas temperaturas, por eso lo que más añoraba era un poco de sol que al menos me calentara y recuperara. De hecho el sábado pasado había hecho planes los cuales no confirmé sabedor de que seguramente no podría realizarlos, como así pasó. Pepefz había programado una salida por Sóller que me había estado comentando hacía ya varios meses y al final no pude ir. Guiem también tenía su ruta particular por zonas cercanas y a la que tampoco me comprometí en firme, así como los MIR aunque éstos al final se han ido hacia el Raiguer en un arranque de optimismo. Está claro que levantándome a las diez no encontraré a nadie con quién salir, por eso ya divagaba con salir a rodar en solitario, quizás hasta el coll de Sóller, hasta me vestí para la ocasión pero me bastó salir afuera a coger la bici para convencerme de lo contrario, “por hoy lo voy a dejar pasar”, me dije, y padentro que me fui.
Pero el domingo no me levanté tan mal como preveía y prueba de ello es que llegué al punto alfa el primero, solo ese detalle ya sería motivo suficiente para escribir esta crónica. El acercamiento me dio buenas sensaciones dentro de lo que cabe y hasta me animé a planear una ruta semilight para ponerme a prueba, entonces pensé en mi Ruta 3 Son Roca, apliqué la lógica y pensé, mitad de tiempo disponible (los domingos son así) + mitad de fuerzas=mitad de ruta, y eso hicimos. La cosa al principio no estaba clara debido al aumento de personal que iba haciendo acto de presencia, tan solo uno del grupo parecía conocerles y finalmente optó por irse con ellos a hacer su propia ruta ya que, según dijo, muchos eran bastante novatos y no querían ser una carga.
A partir de Son Rapinya ya íbamos solos, Fran, Carlos y un colega nos acompañaron hasta allí, y nos dirigimos hacia el cementerio de la Vileta cruzando por el campo de golf. Subí solo al coll de Son Marill por un despiste entre las pistas, ellos llegaron un poco después. Nuestra intención era bajar por el mismo camino de subida cuya única dificultad es conservar la trazada recta en las zonas complicadas, muy erosionadas. Vamos a hacer un poco de carretera hasta llegar a la entrada de Son Roca pero mira como son las cosas que no la encontramos, lógico si no llegamos a ella, menudo fiasco. Tal como estaban las cosas nos planteamos subir por el itinerario habitual, un camino de carro semi escondido en el bosque, en buen estado pero muy sucio de maleza y ahora también con algunos árboles caídos y cruzados sobre el camino pero aparte de esas nimiedades, todo ciclable y por supuesto gustó mucho a los que no lo conocían, casi igual que los que lo conocían aunque sin faltar algunos apuntes sobre su dificultad.
Al llegar a la carretera principal de las casas concluimos que el horario no da para más, nos faltan ahora esos minutos de cháchara matinal pre-ruta, por lo que bajamos por la vía más directa aunque yo me separo del grupo para bajar monte a través, debía ser por camino pero al final fue eso, monte a través, y mientras Guiem llamándome por teléfono esperando lo peor, al no contestar se tranquilizó un poco pero lo cierto es que no oí la llamada.VPara ser la primera del año no estuvo mal, lo suficiente para no quedar baldado un par de días pero la segunda, si el tiempo acompaña, deberá ir ya un escalón por encima, la cuestión es adonde.
Pero el domingo no me levanté tan mal como preveía y prueba de ello es que llegué al punto alfa el primero, solo ese detalle ya sería motivo suficiente para escribir esta crónica. El acercamiento me dio buenas sensaciones dentro de lo que cabe y hasta me animé a planear una ruta semilight para ponerme a prueba, entonces pensé en mi Ruta 3 Son Roca, apliqué la lógica y pensé, mitad de tiempo disponible (los domingos son así) + mitad de fuerzas=mitad de ruta, y eso hicimos. La cosa al principio no estaba clara debido al aumento de personal que iba haciendo acto de presencia, tan solo uno del grupo parecía conocerles y finalmente optó por irse con ellos a hacer su propia ruta ya que, según dijo, muchos eran bastante novatos y no querían ser una carga.
A partir de Son Rapinya ya íbamos solos, Fran, Carlos y un colega nos acompañaron hasta allí, y nos dirigimos hacia el cementerio de la Vileta cruzando por el campo de golf. Subí solo al coll de Son Marill por un despiste entre las pistas, ellos llegaron un poco después. Nuestra intención era bajar por el mismo camino de subida cuya única dificultad es conservar la trazada recta en las zonas complicadas, muy erosionadas. Vamos a hacer un poco de carretera hasta llegar a la entrada de Son Roca pero mira como son las cosas que no la encontramos, lógico si no llegamos a ella, menudo fiasco. Tal como estaban las cosas nos planteamos subir por el itinerario habitual, un camino de carro semi escondido en el bosque, en buen estado pero muy sucio de maleza y ahora también con algunos árboles caídos y cruzados sobre el camino pero aparte de esas nimiedades, todo ciclable y por supuesto gustó mucho a los que no lo conocían, casi igual que los que lo conocían aunque sin faltar algunos apuntes sobre su dificultad.
Al llegar a la carretera principal de las casas concluimos que el horario no da para más, nos faltan ahora esos minutos de cháchara matinal pre-ruta, por lo que bajamos por la vía más directa aunque yo me separo del grupo para bajar monte a través, debía ser por camino pero al final fue eso, monte a través, y mientras Guiem llamándome por teléfono esperando lo peor, al no contestar se tranquilizó un poco pero lo cierto es que no oí la llamada.VPara ser la primera del año no estuvo mal, lo suficiente para no quedar baldado un par de días pero la segunda, si el tiempo acompaña, deberá ir ya un escalón por encima, la cuestión es adonde.