Sin título

El mejor título que podría estampar, la encontrada, ya está pillado, tendré que ir pensando en otro igual de válido. ¿Porqué digo ésto? Pues porque recorrer esa bajada era el leitmotiv de la salida, porque de subida ya lo había hecho dos veces y puedo asegurar que no pedaleas nada. Iré pensando en ese título mientras voy escribiendo.

Pero aunque todo esto puede sonar hasta un poco rimbombante debo confesar que el sábado por la mañana no tenía ni idea de por donde iban los tiros, tan solo alguna pincelada, como si te dicen uno de los colores con que se va a pintar un cuadro, pues como si no te lo dicen, pero ahí estoy yo, puntual como un clavo, en la leñera. Y hete aquí que compruebo que estamos todos, todos los que tenemos que estar y alguno más, porque tenemos un morci despistado que se ha quedado descolgado de su grupo por llegar tarde y le convencemos de que se venga con nosotros a lo que accede de buen grado pero solo hasta la font de Dalt, allí decide salir a camino del resto de su grupo y le damos las indicaciones oportunas tras lo cual desaparece mientras nosotros continuamos camino.

Se trata de cruzar por las fuentes, de Dalt y del Rafal hasta más allá de la Granja pero entre medias está la losa y alguno de los que venían la tenía marcada como objetivo, al parecer no se había atrevido con ella unos días antes y le tenía ganas, por ello la estudió a conciencia y se tiró por donde debía pero no aterrizó donde tocaba y le dió un buen golpe a la rueda trasera, sonó a debacle. Cada uno vio una cosa diferente, unos, el cambio; otros, la patilla; alguno, los radios y el resto el cambio, en fin, un estropicio considerable. Fibras le ayudó a apañar aquello y después se tiró, menuda colleja en todo el pundonor.

Tras la despedida nos dirigimos a la segunda fuente y me sorprendo de oír a alguien que no había estado allí. Continuamos no sin antes disfrutar del momento pofero por una marjada pero lo tenemos asumido y callamos. Pequeña sorpresa en la barrera grande de la carretera, está cerrada y no hay paso peatonal, toca saltar y después empezar a subir. Subida fácil, sencillota, por camino ancho y corta, lo mejor empieza después del par de barreras de arriba, lo que pasa es que ahora la primera está cerrada y no vemos el paso lateral hasta que pasamos la segunda, nos espera ahora la subida de verdad que recordaba mucho más peliaguda y bastante larga pero en un momento hemos llegado al final donde nos surgen dudas, hubiera jurado que era más abajo pero empezamos a subir por el bonito camino de carro ya en el encinar y prácticamente solo poniendo pie en un pequeño tramo que ha quedado debidamente inmortalizado, todo sea dicho.

Prosiguen las dudas, que si he pasado, que si no, no nos logramos poner de acuerdo pero la marcha prosigue, yo voy disfrutando y con esas llegamos a la zona del avenc, que es naturalmente visitado. Queda poco para atravesar la pared y enfrentarnos a la bajada, ya tengo ganas de verla desde esa perspectiva, y no defrauda. La primera parte es un zigzag donde algunos compañeros nos dan una lección magistral de cómo afrontarla, lástima que sea tan mal discípulo pero aún así y todo lo intento. El resto, bastante asequible a la par que divertido, y así vamos bajando hasta desembocar en el camí des Correu donde debemos decidir el siguiente paso. Al parecer había alguna intención de subir a la mola de Planícia pero el horario no acompaña, yo propongo seguir bajando hasta el mar y volver por carretera pero no se acepta, tampoco la propuesta de Tomeu de volver por el pas de Son Noguera a lo que responde cambiando Son Noguera por s'Hort de Sobremunt por el coll Paredat y volver por Bunyolí, a mí particularmente me parece bien y al resto parece que también y a ello nos encaminamos pero no van a pasar ni unos segundos cuando sobreviene la catástrofe, enganchada de cambio. Otra vez, copón, si solamente estaba cambiando de plato.

Tras valorar detenidamente la magnitud de la avería les propongo que se vayan, no hace falta perder todos el tiempo en no arreglar nada y eso hacen mientras me quedo allí desmontando piezas para poder circular. A pesar de estar un buen rato parado me los vuelvo a encontrar reparando un reventón y bajamos juntos hasta la carretera, pero yo debo ir donde la gravedad me permite y ellos van cuesta arriba, hacia el coll des Grau.

Por mi parte aún pude disfrutar de un rato de charla ya que me encontré a los Morcis en el bar de Establiments después de finalizar su periplo por las ermitas y compartimos algunos minutos antes de retirarnos a nuestros quehaceres más mundanos.


Nota: al final no he conseguido encontrar un buen título para esta historieta, se queda lo primero que ha salido.


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