Como muchos de vosotros ya sabréis a través de muy distintos canales el paso en bici por el pla des Pouet de Valldemossa ya está restringido, era cuestión de días que ese hecho se produjera y así ha sido, tal como nos dijeron en su momento. Lo sabíamos pero lo que no nos dijeron son las razones, el porqué se deduce tan alegremente que para proteger un territorio haya que prohibir el paso de las bicis por los caminos.
Desde que se abandonaron oficios y actividades económicas cuyo soporte vital era el bosque y la montaña en general estos han sido abandonados a su suerte, deveniendo refugio de cazadores, excursionistas o buscadores de setas. Nosotros hemos irrumpido más tarde con nuestras silenciosas máquinas y provocativas indumentarias, al principio tímidamente pero con más fuerza con el paso de los años mejorando nuestras habilidades y aventurándonos por sitios casi imposibles.
Los responsables de esta prohibición son los nuevos encargados de la conservación de ese territorio, los gestores de un proyecto que cuenta con el beneplácito de varias instancias institucionales y se comprometen a acometer una serie de mejoras y acciones para evitar la degradación de todos los elementos que se encuentren en esos lugares. ¿Quién podría no estar de acuerdo con estas ideas? Yo mismo lo estoy pero también digo que estas acciones puntuales, como rehabilitar una casa de neu o una sitja por ejemplo, no dan vida de por sí a un territorio, son elementos estáticos como los que puedes encontrar en un museo.
Entonces ¿de dónde viene la idea de que para conservar una cosa tienes que prohibir otra que en principio no tiene relación directa? Me viene a la cabeza un comentario que leí u oí sobre el estado del camino que baja de la ermita de Esporles, por lo que entendí hablaba de la zona de los marges que sí tengo que reconocer que se va notando el paso continuado de las bicis pero que en el conjunto de la ruta es una zona muy pequeña. Si tomamos el tramo entre el último chalé de Sobremunt y la ermita ¿se podría asegurar solo viéndolo que se ha producido una degradación siquiera mínima, teniendo en cuenta el tráfico que soporta? Querer demostrar el razonamiento en base a una zona tan específica, donde la trazada del camino no estaba clara (yo al menos no la vi cuando subí por primera vez andando) y querer generalizar al resto me parece cuando menos poco serio.
Tampoco negaré que no se produzca impacto a nuestro paso, como los consabidos rectos entre curvas, es un defecto a pulir y difícil de rectificar porque es donde te lleva la inercia, de frente. Hay más, muchos más, basuras, ruidos, asaltos a la propiedad privada, modificación extrema del territorio (me refiero a circuitos dh), este último casi diría el único inherente a la condición ciclista pero a su vez vilipendiado por la mayoría de usuarios de la bicicleta, los demás son comunes al resto de usuarios de la montaña, ni menos pero tampoco más, pero en cambio somos los primeros en sufrir las consecuencias.
¡¡¡¡SOMOS CICLISTAS, SOMOS SENDERISTAS!!!!
Desde que se abandonaron oficios y actividades económicas cuyo soporte vital era el bosque y la montaña en general estos han sido abandonados a su suerte, deveniendo refugio de cazadores, excursionistas o buscadores de setas. Nosotros hemos irrumpido más tarde con nuestras silenciosas máquinas y provocativas indumentarias, al principio tímidamente pero con más fuerza con el paso de los años mejorando nuestras habilidades y aventurándonos por sitios casi imposibles.
Los responsables de esta prohibición son los nuevos encargados de la conservación de ese territorio, los gestores de un proyecto que cuenta con el beneplácito de varias instancias institucionales y se comprometen a acometer una serie de mejoras y acciones para evitar la degradación de todos los elementos que se encuentren en esos lugares. ¿Quién podría no estar de acuerdo con estas ideas? Yo mismo lo estoy pero también digo que estas acciones puntuales, como rehabilitar una casa de neu o una sitja por ejemplo, no dan vida de por sí a un territorio, son elementos estáticos como los que puedes encontrar en un museo.
Entonces ¿de dónde viene la idea de que para conservar una cosa tienes que prohibir otra que en principio no tiene relación directa? Me viene a la cabeza un comentario que leí u oí sobre el estado del camino que baja de la ermita de Esporles, por lo que entendí hablaba de la zona de los marges que sí tengo que reconocer que se va notando el paso continuado de las bicis pero que en el conjunto de la ruta es una zona muy pequeña. Si tomamos el tramo entre el último chalé de Sobremunt y la ermita ¿se podría asegurar solo viéndolo que se ha producido una degradación siquiera mínima, teniendo en cuenta el tráfico que soporta? Querer demostrar el razonamiento en base a una zona tan específica, donde la trazada del camino no estaba clara (yo al menos no la vi cuando subí por primera vez andando) y querer generalizar al resto me parece cuando menos poco serio.
Tampoco negaré que no se produzca impacto a nuestro paso, como los consabidos rectos entre curvas, es un defecto a pulir y difícil de rectificar porque es donde te lleva la inercia, de frente. Hay más, muchos más, basuras, ruidos, asaltos a la propiedad privada, modificación extrema del territorio (me refiero a circuitos dh), este último casi diría el único inherente a la condición ciclista pero a su vez vilipendiado por la mayoría de usuarios de la bicicleta, los demás son comunes al resto de usuarios de la montaña, ni menos pero tampoco más, pero en cambio somos los primeros en sufrir las consecuencias.
¡¡¡¡SOMOS CICLISTAS, SOMOS SENDERISTAS!!!!
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