Doble sesión

Día 1

El sábado parecía de otra estación, nublado y gris, con avisos de tormenta que en algunos puntos sí se dieron, cerca de la capital, no. Eso me hizo reactivar un poco y salí a montar. No era tarde pero no había quedado con nadie aunque me habían pasado varios mensajes con algunos planes a considerar pero prefería no hacer caso e ir variando la ruta a medida que voy pedaleando, así salí de casa sin rumbo fijo y tiré hacia Aragón como podría haberlo hecho en cualquier otra dirección.

A medida que me acercaba al cruce ví los preparativos de la nosecuantas edición des Güell a Lluc a peu, nunca se me ocurrió apuntarme, se ve que eso de caminar por una carretera kilómetros y kilómetros no es lo mío aunque sí diré que una vez la hicimos en bici de noche, éramos cuatro mataos sin entreno y sin embargo llegamos, y no solo llegamos, volvimos, eso fue casi mortal. Y aunque las bicis eran mtb (de aquella época) tierra no tocamos. No sé si os acordáis (puede que ya lo haya dicho pero seguro que no lo habréis leído) pero también se montaron algunas salidas oficiales en bici pero eran de día y a esas sí me apunté en varias ocasiones, solo las suficientes para quedar ben escalivat. (Fin del episodio cebolleta).

Centrados ya en la época moderna continuamos por ca na Cati, y desde allí vislumbro una bici delante la puerta del taller de Emilio y otras que se acercan. Seguramente podré acompañarles al menos hasta Esporles si me esperan. Qué tal, qué tal?, hola, como estás?, mua, mua, y este quién es???, acabadas las presentaciones partimos hacia el segundo punto de reunión cruzando la ciudad. Este tramo me gusta, al menos no voy con la lengua fuera. Llegamos al punto de partida y hay otros tantos, entre ellos Tomás, el komekoms, no hablamos mucho ya que la barrera idiomática es por ahora insalvable, espero que por Mancor le den clases aceleradas porque lo mío no tiene remedio.

Vamos a Esporles, eso lo sabía, y para no ir directamente deciden (como cada día) tirar por el parc Bit y allí girar en coa y dirigirse hacia Son Malferit. Así quedé yo al llegar al coll, así que aproveché que estaban por allí Xim y un compinche para charlar con ellos y salirme por la tangente, es decir, hacia abajo, ellos se fueron con los demás hasta no sé donde. Como le dije a Emilio, “a mí no me verás poner pie en las rampas de hormigón”, y el sábado me hubiera visto hacerlo, por eso no fuí.

Bajé hasta el pueblo por el camino de Son Ferrá completamente remozado y abajo quise ver hasta dónde porque la máquina siguió más allá. Había un paseante con unos perros y entablé conversación con él volviendo al pueblo ya que el camino no daba más de sí algunos metros más allá.

Se suponía que era muy pronto y si administraba mis reservas podría llegar más o menos entero a Palma y se me ocurrió subir hasta la Granja, más que nada para fisgar un poco por el aparcamiento (si a alguno no le arrancó el coche yo no tengo nada que ver, que conste). Bajé por el camino de tierra para mover un poco la horquilla y ensuciarme en los charcos, así luego pasas por el mercado y les das un poco de envidia, (si ellos supieran...).

A esas horas ya pensaba en la vuelta, el kilometraje estaba llegando al punto de no retorno y subí por el camino (cada día más ancho) de tierra, aunque después me animé a hacer el mismo recorrido que el de la ida aunque con la ventaja de que no debería portear la bici en el tramo de Son Mallol como vimos uno que sí lo hacía con una bici de carretera, quiero suponer que por puro desconocimiento, si fuera por otra razón sería un asunto más grave.

Y así fue como pasé una mañana de sábado, lo máximo que puedo decir es que fue con una bici, que al menos es algo.

Día 2

Algunos habían quedado en Bunyola pero a las ocho, demasiado pronto para ir pedaleando desde la ciudad, así que haría un largo hasta allí y otro de vuelta.

Como estuve hace poco quise variar algo la ida y me entretuve por el Pont d'Inca nou acercándome lo más que pude a la autopista hasta que me metí en un terreno de tierra suelta del que no pude salir más que marcha atrás, así que después de pasar por Son Macià giré a la derecha en la barrera con la esperanza de poder circular cerca de la rejilla. Se puede pero de aquella manera, las ruedas se hunden y dificulta mucho el rodar y aún así llegué hasta la barrera de salida. Habiendo camino y haciendo estas tonterías, menos mal que iba solo.

Camí de Muntanya y palante, Cas Capellers y es Pedregal hasta la carretera de Marratxí y después hasta la de Santa María. En ese tramo me crucé con el único bikero de la mañana pero iba tan concentrado (él) que no le dió tiempo ni de saludar.

Esperé un poco en la carretera y después tiré hacia Santa María para desviarme por ca na Cili hasta el cruce y vuelta por el camí de sa Bomba y es Caülls. Allí seguí recto y yo creo que por primera vez yendo a dar a la hípica y desde ahí directo sin más dilaciones y a las once en punto en casa, como un clavo, y sin reloj.


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