Ya sabía desde mediados de semana que no contaría con la presencia de Juan que me contó una milonga de cipreses y doctores que no había por donde cogerla, pero bueno, como no lo puedo obligar tendré que buscar alternativas. No están acabados los deberes en la Vileta, me queda una bajada por probar y no quiero ir con alguno(s) que me la recuerde durante meses así que prefiero ir solo antes, y me voy mentalizando para ello y buscando por donde alargar porque eso será al principio y luego hay que continuar dando pedales.
Me suena el pitidito de los mensajes, es Xisco que me anuncia que se viene a Ciutat para rodar por la Fita y me invita a participar, vamos subiendo escalones, del castillo a na Burguesa, de la sierra a la Fita, la cosa avanza, lo cual me anima y me apunto. Suena otra vez el cacharro, Sitopmi me hace saber su ruta, Esporles y no sé qué más pero ya estoy comprometido, además quedan más tarde y salen aún más tarde, todo lo contrario que los pobleros que me cuenta que a menos cuarto están a sitio, y yo en mi casa!, de todas maneras llegué a las nueve clavadas y pudimos partir casi a la hora.
La ruta, la que todo el mundo sabe, bueno eso solo es exacto si vas por donde va todo el mundo porque no es menos cierto que siempre queda algún rincón por explorar, otra cosa es que luego valga la pena. Se empieza por el sempiterno Bunyolí donde no hace mucho estuve, concretamente el día de Son Roca, no es que venga de paso pero lo incluí para engordar un poco las estadísticas, y lo que ví en pantalla la primera vez no me gustó mucho, media hora de pedaleo para tres kilómetros me pareció excesivo y esta segunda subida ha corroborado los datos de la primera aunque ha sido un poco inferior, no es que intentara bajar tiempos, en realidad no pensaba en ello mientras ascendía, la mayor parte de la subida la hice con Tòfol, compañero y vecino de Xisco que le acompaña ahora en casi todas las salidas, veterano de edad pero novato de la mtb a la que ha llegado cansado de rodar por asfalto y que contagia las ganas de disfrute a quién se acerca a su lado.
Paramos en la barrera a esperar a los rezagados y empiezan a llegar bikeros de todos los colores y uno de ellos es Miki el tramuntanero y después aparece también Biel y se me pasan los minutos charlando hasta darme cuenta de que se han ido los mios y salgo tras ellos. Consecuencia, hago la subida solo hasta que pillo a los últimos en las antenas y allí paramos a comer algo mientras vuelven a llegar los inqueros y nos toman el relevo en el berenar.
Casi en la salida nos topamos con otro bikero conocido de Tòfol con una gordita y nos da algunas informaciones sobre el invento y yo no dejo pasar la oportunidad de indagar un poco más sobre algunos aspectos mecánicos que integran la bici, en concreto sobre el sistema de transmisión 1x11, tema recurrente de la semana. Vuelvo a estar solo y debo ir a la caza de los compañeros a los que alcanzo en la zona pedregosa del desvío y voy con ellos hasta el cruce de la cima donde me quedo con Tomeu que no parece muy convencido de si calzarse las protecciones o no, yo lo tengo claro pero no las llevo así solo tengo que esperar que se prepare para salir hacia la ermita a la que llegamos agrupados.
Cuatro fotos en la explanada, como algo pero no consigo sacar ni gota de la cisterna. Hay mucho excursionista a la sombra por allí, parece día de romería, pero no comparece ningún bikero más, bueno sí, uno pero a pata. Lo que está claro es de que quieren bajar por el cemento que desde luego para mí es la opción menos apetecible, por directa y por insulsa. Como no consigo convencerles de cambiar la ruta les emplazo a que al menos no hagamos la pista y busquemos una variante que nos evite ese disgusto. No sin cierta reticencia cogemos la dressera más larga que te deja casi en la curva del cemento, después ya solo es dejar que la bici baje sola cuesta abajo, tampoco hay que poner mucho de nuestra parte para superar ese tramo.
En la carretera, y cuando hemos podido salir por la barrera en la que había un embozo de los gordos con varios destacamentos de chavales de s'Indiotería intentando pasar, nos hemos encontrado a Jose que subía solo desde Esporles y con el que hemos rodado un rato juntos hasta que ha puesto la directa y ha volado, cosas del entreno.
Ha sido una buena ruta, con buena y nueva compañía, en la que he podido tomar un poco más de altura y que a pesar de eso no ha sido más dura que la de la semana pasada donde tuvimos más sube baja dando un resultado total parecido aunque la sensación visual evidentemente no es la misma. En ese aspecto mejoramos, aunque me queda la sensación de que hubiera podido estar mejor con otra bajada, un recorrido fácil por el pocito y el comellar de ses puces cogiendo el desvío hacia la Font de Dalt y el área recreativa habría sido lo ideal aunque entiendo los motivos.
Me suena el pitidito de los mensajes, es Xisco que me anuncia que se viene a Ciutat para rodar por la Fita y me invita a participar, vamos subiendo escalones, del castillo a na Burguesa, de la sierra a la Fita, la cosa avanza, lo cual me anima y me apunto. Suena otra vez el cacharro, Sitopmi me hace saber su ruta, Esporles y no sé qué más pero ya estoy comprometido, además quedan más tarde y salen aún más tarde, todo lo contrario que los pobleros que me cuenta que a menos cuarto están a sitio, y yo en mi casa!, de todas maneras llegué a las nueve clavadas y pudimos partir casi a la hora.
La ruta, la que todo el mundo sabe, bueno eso solo es exacto si vas por donde va todo el mundo porque no es menos cierto que siempre queda algún rincón por explorar, otra cosa es que luego valga la pena. Se empieza por el sempiterno Bunyolí donde no hace mucho estuve, concretamente el día de Son Roca, no es que venga de paso pero lo incluí para engordar un poco las estadísticas, y lo que ví en pantalla la primera vez no me gustó mucho, media hora de pedaleo para tres kilómetros me pareció excesivo y esta segunda subida ha corroborado los datos de la primera aunque ha sido un poco inferior, no es que intentara bajar tiempos, en realidad no pensaba en ello mientras ascendía, la mayor parte de la subida la hice con Tòfol, compañero y vecino de Xisco que le acompaña ahora en casi todas las salidas, veterano de edad pero novato de la mtb a la que ha llegado cansado de rodar por asfalto y que contagia las ganas de disfrute a quién se acerca a su lado.
Paramos en la barrera a esperar a los rezagados y empiezan a llegar bikeros de todos los colores y uno de ellos es Miki el tramuntanero y después aparece también Biel y se me pasan los minutos charlando hasta darme cuenta de que se han ido los mios y salgo tras ellos. Consecuencia, hago la subida solo hasta que pillo a los últimos en las antenas y allí paramos a comer algo mientras vuelven a llegar los inqueros y nos toman el relevo en el berenar.
Casi en la salida nos topamos con otro bikero conocido de Tòfol con una gordita y nos da algunas informaciones sobre el invento y yo no dejo pasar la oportunidad de indagar un poco más sobre algunos aspectos mecánicos que integran la bici, en concreto sobre el sistema de transmisión 1x11, tema recurrente de la semana. Vuelvo a estar solo y debo ir a la caza de los compañeros a los que alcanzo en la zona pedregosa del desvío y voy con ellos hasta el cruce de la cima donde me quedo con Tomeu que no parece muy convencido de si calzarse las protecciones o no, yo lo tengo claro pero no las llevo así solo tengo que esperar que se prepare para salir hacia la ermita a la que llegamos agrupados.
Cuatro fotos en la explanada, como algo pero no consigo sacar ni gota de la cisterna. Hay mucho excursionista a la sombra por allí, parece día de romería, pero no comparece ningún bikero más, bueno sí, uno pero a pata. Lo que está claro es de que quieren bajar por el cemento que desde luego para mí es la opción menos apetecible, por directa y por insulsa. Como no consigo convencerles de cambiar la ruta les emplazo a que al menos no hagamos la pista y busquemos una variante que nos evite ese disgusto. No sin cierta reticencia cogemos la dressera más larga que te deja casi en la curva del cemento, después ya solo es dejar que la bici baje sola cuesta abajo, tampoco hay que poner mucho de nuestra parte para superar ese tramo.
En la carretera, y cuando hemos podido salir por la barrera en la que había un embozo de los gordos con varios destacamentos de chavales de s'Indiotería intentando pasar, nos hemos encontrado a Jose que subía solo desde Esporles y con el que hemos rodado un rato juntos hasta que ha puesto la directa y ha volado, cosas del entreno.
Ha sido una buena ruta, con buena y nueva compañía, en la que he podido tomar un poco más de altura y que a pesar de eso no ha sido más dura que la de la semana pasada donde tuvimos más sube baja dando un resultado total parecido aunque la sensación visual evidentemente no es la misma. En ese aspecto mejoramos, aunque me queda la sensación de que hubiera podido estar mejor con otra bajada, un recorrido fácil por el pocito y el comellar de ses puces cogiendo el desvío hacia la Font de Dalt y el área recreativa habría sido lo ideal aunque entiendo los motivos.
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