Dando tumbos

Tras darme unas cuantas vueltas por la zona se me había ocurrido una variante aún no recorrida por bikero alguno, una curolla, en palabras finas, así que no tenté a nadie a secundarme y me marché solo aunque en estos mismos momentos (domingo por la tarde, me acaban de pasar la noticia) se me han quitado las ganas de repetir la experiencia en solitario, y no es porque me sucediera nada malo a mí pero sí a otro compañero en otra salida que seguro agradeció la compañía pasando ese mal trago. Pero no amarguemos la crónica desde el principio ya que la única pretensión es la de entretenernos un rato con las aventuras y desventuras propias y de los demás pero nunca con las desgracias, desde aquí nuestros ánimos a Joan Francesc y desear su pronta recuperación.

Como que creía que con dos horas, dos horas y media como máximo, tenía más que suficiente para conseguir mis objetivos me planteé hacer algo antes para ir abriendo boca y no se me ocurrió más que subir al Penyal Gros por la vertiente de la Comuna y bajar por la vertiente de Lloseta, o sea, para entendernos, subir por el cemento y bajar por el dh. Recordaréis, y si no lo digo yo, que la última vez que subí lo hice por la misma cara, subí por la pista de tierra, por eso ahora quería hacerlo por la otra porque aunque sí lo había hecho me acuerdo poco de esa salida. Así que salí de Inca directo a Lloseta por un camino que debe tener nombre pero como casi todos los letreros de madera de la zona han perdido la pintura la mayoría no se pueden leer y vas donde te parece.

De Lloseta me planté en Biniamar directamente y me dirigí hacia el inicio de la pista que sube. Me voy a quitar alguna prenda porque el sol da de lleno y no la voy a necesitar, había oído que se había cementado de nuevo y hasta algunos la catalogan como “una de las peores de Mallorca”, con tramos de pendiente superior al veintitantos por ciento y la verdad, no me pareció eso ni de lejos, cierto que tiene algunos tramos con fuerte pendiente y constante donde me tuve que parar pero los he visto peores, el Gravet mismo de la ermita de Esporles es peor aunque mucho más corto y ese lo subo; también que yo me tuviera que parar no dice mucho del terreno en sí, si acaso de mi estado de forma, y además tiene unos tramos casi de descanso que para un bikero medianamente en forma son estupendos para la recuperación, así que no hay para tanto en esa subida. Ah, y la pista está lisa, lisa, perfecta para rodar, sin ningún pero hasta arriba.

Disfruto un rato del silencio y la tranquilidad junto al muro antes de ponerme las protecciones y dar el salto al otro lado para acometer la bajada lo más dignamente que pueda, en este caso con un poco más de tranquilidad al haber cambiado la cubierta trasera esperando que cumpla su función de manera correcta, sin esperar llantazos absurdos ni otras vainas. Esta bajada es más de velocidad que de técnica, le llaman dh pero tiene poco de esa clase de circuitos, la primera parte es un sendero abierto en el bosque ya que el camino ancho no llega arriba del todo y no presenta complicación, como tampoco cuando empalmamos con el principal donde la dificultad es directamente proporcional a la velocidad que queramos imprimir, únicamente encontraremos un tramo más rocoso y empinado donde hay que acentúar aún más la atención, después de lo que se trata es de coger los desvíos abiertos entre las curvas que son evidentemente más técnicos que el principal pero también más divertidos. Hay una entrada de uno ellos con una losa y un escalón que me causa mucho respeto y no me atrevo con él pero lo demás lo bajo con algunas garantías, pero bueno, tampoco creaís que soy todo un experto, solo es la segunda vez que he pasado por allí.

Ya he visto lo que tenía que ver y hecho lo que tenía que hacer y ya me puedo ir a lo que de verdad me ha traído hasta aquí, que es nada más y nada menos que llegar a ses Rotes por donde nunca hemos ido aunque lo primero será comprobar si mi suposición es correcta. Ya lo quise comprobar una vez pero no llegamos al final y eso de quedarse a medias nunca ha sido bueno para nadie, así que había que arreglarlo de una vez por todas y para ello me dirijo a Mancor dándome un garbeo por Biniatzent y de paso comprobar un detalle de otro camino que luego podré revisar más a fondo al quedar grabado en la traza. Hecha esta salvedad compruebo que el paso por esa finca es franco y las barreras están las dos abiertas con lo que puedo llegar al pueblo sin problemas y de tan tranquilo hasta me da por pararme a merendar en la fuente, el día acompaña y aprovecho para disparar algunas instantáneas al lugar.

Me tengo que ir aunque no tenga nada de prisa pero sé que la cosa puede derivar en problemas que se traducirán inevitablemente en retrasos aunque no ha lugar, hay un coche aparcado justo en la entrada de la finca y oigo a alguien hablando entre los árboles, ahí está el dueño y un pastor marcando el ganado, hablo con él pero no me deja pasar dándome una serie de razones que no discutí, caza, animales, etc. aunque tampoco me cerrara abiertamente la posibilidad de poder pasar algún día, quizás solamente fuera por educación aunque lo que sí me confirmó es que el camino sí llega donde quiero llegar pero que “está muy mal”, por tanto no doy por finiquitado el tema, simplemente lo pospongo a fechas venideras. El plan B es atacar la cima virgen por otro lado donde no vamos a tener problemas de paso y quizás menos pateo pero que es conocido y por eso era el plan B aunque de repente lo descarto, ya no me apetece tanto y prefiero continuar más allá de Caimari para ir otra vez a la entrada de sa Coma a probar suerte pero no se produce la casualidad y debo volver atrás comiéndome las ganas de traspasar esa barrera (por ahora).

Desde Binibona tengo buena panorámica de los alrededores y justo enfrente el puig de Santa Magdalena, que no he subido que yo recuerde, y también recuerdo que existe (o existía) un circuito de bajada y entre él y yo solamente hay kilómetros por medio y nada que me impida no ir así que para allá que me voy cruzándome con bastantes ciclistas de todo pelo, condición y nacionalidad. Llego a Inca por una barriada de las afueras y parece que me dedico a alargar lo que pueda el momento en que deba empezar a subir pero la verdad es que no domino el lugar y voy de oídas aunque llego de todas formas. La subida en sí no es mala, no recordaba que esa carretera fuera tan ancha, larga pero tendida y arriba solamente hay algunos carreteros que no dominan el español y españoles de romería pero nadie en las mesas públicas.

Estoy allí el tiempo justo de echar cuatro fotos y comer algo y es al empezar a bajar por las escaleras cuando llegan algunos bikeros. Prosigo por el primer tramo de camino que he ido viendo al subir, y descartando también otros porque hay algunas entradas a desnivel desde la carretera que te erizan los pelos del cogote, también entré en alguno al revés ya que seguro me pasé el desvío unos metros antes, ese circuito sí me pareció dh, y hasta dudo si no había algún otro en la otra vertiente, lo cierto es que hace mucho tiempo que no oigo mentarlo.

Ya solo me queda la vuelta atravesando la ciudad, es lo que hay, al final me han salido cinco horas de ruta con pocos descansos y también con algunas alegrías, la próxima ruta por la zona la haremos acompañados aunque con los compañeros adecuados que si no alguno se nos va a mosquear cuando vea el percal pero estoy seguro de que valdrá la pena la experiencia.

Hay unas cuantas fotos más en el álbum del día


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