De visita turística

Una actualización de alguna de mis suscripciones blogueras me hizo un recordatorio de que no podía dejar ya más tiempo pendiente la visita a un lugar emblemático de nuestra geografía, la finca de Galatzó, propiedad pública perteneciente al municipio de Calvià desde hace diez años. Pasas por allí, ves los letreros y no haces caso, solo vas de paso, y más sabiendo que no tienen continuación más allá de las laderas desforestadas del Galatzó o la Mola de s'Esclop. Varias rutas atraviesan estos contornos pero me faltaba conocer ciertos itinerarios más alejados, y son los que quise pisar el sábado pasado sin tener que dar muchas explicaciones, y a eso me dediqué.

Salí del pueblo de Calvià rodando en dirección a Es Capdellà por el carril adosado a la carretera, no me metí por el torrente porque tenía intención de volver por allí y no quería solapar tanto las trazas, por estética nada más. Llego al pueblín y también por asfalto me dirijo a la entrada de la finca que está justo al inicio de la subida a Galilea entrando en la propiedad a los pocos segundos. Voy pendiente del desvío que me va a llevar a ses Planes, no lo conozco en vivo y no sé lo que me espera. La primera parte es bastante soportable hasta sa Bassa, un enorme estanque ahora seco que recogía el agua de la lejana fuente del Ratxo a través de una larga canalización que une los dos enclaves. Debo parar para hacer unas fotos desde esa altura aunque el conjunto de la obra, el estanque mismo y los molinos no se pueden apreciar en toda su magnitud.

Empieza ya la ascensión propiamente dicha, esto es, una larga pista, semirrota, y con una pendiente casi constante a lo largo de todo el recorrido que no es corto y que a pesar de mi empeño no pude realizar de una tacada aún con los ánimos de los runners que subían y bajaban, la última cuesta me sacó de punto, demasiado hice, me parece. Ses Planes es el último reducto de bosque que nos vamos a encontrar, a partir de ahí el arbolado brilla por su ausencia pero se agradece la limpieza del camino y aunque sin tanta definición aún más allá de la caseta del roter, tramo que me pareció interesante recorrer aunque fuera andando pero no más lejos que el último y solitario pino de la ladera donde me entretuve a escudriñar la continuación y a tratar de vislumbrar a los que oía cuando el viento me lo permitía, parecía que se acercaban pero podría tratarse solamente de un efecto acústico, de hecho no llegué a verlos.

Giro la bici y me dispongo a volver, en ese sentido la cosa era más circulable y ya en el pinar voy decididamente cuesta abajo. La sensación que me llevé de esa bajada, aparte de su mínimo interés ciclista, es que si me hubieran preguntado antes de haberla subido si habría conseguido superarla habiera contestado que seguro que no, cosas del mtb.

Estoy abajo y me dirijo a las casas para fisgar un poco aprovechando que están abiertas y puedo recorrer varias estancias como la tafona y la tenda de s'oli, muy interesante el proceso de recuperación. El trasiego de gente es constante aunque mínimo y la mayoría no queda por allí, yo tampoco estoy mucho tiempo, comer una mandarina no te retrasa mucho y yo estoy más pendiente de ir a ver otros caminos que de tumbarme en los bancos, salgo pues en dirección al desvío de sa Vinya del que solamente tengo marcado una parte, la más complicada, hasta la curva del banco, más allá era todo nuevo y no paro hasta hacer toda la subida, ya pararé a hacer fotos cuando baje.

No llegué a ver nada sobre la vertiente de Andratx pero no es asunto nimio, puede ser explotable, a cuentagotas eso sí. Vuelvo sobre mis rodadas tranquilamente escudriñando cada rincón en busca de algún indicio que me permita salir de la pista sin encontrar nada hasta el desvío ya conocido por la comunidad biker y me decido a trazarlo. Puede que en su primera parte se aproveche algún sendero antiguo proveniente del Tramuntanal aunque no lo tengo muy claro, la continuación es aún menos clara y como bajada no tiene ninguna dificultad especial, es un sendero que se puede hacer muy rápido y el strava así lo confirma.

Vuelvo al acceso principal de la finca para salir y tomar el itinerario marcado justo enfrente al acceder a la carretera, es el que se solía tomar cuando salías del torrente pero ahora está marcado con unas estacas coloreadas conformando unos trayectos por el interior de la finca del Castell de Son Claret, más pensados para clientes supongo que para la comunidad local. De hecho hay algunos letreros en inglés en las barreras que parecen apoyar esta idea y también que en la última se ha habilitado una escapatoria hacia el torrente muy interesante y así poder disfrutar de rodar unos metros por el interior brincando con la bici de lado a lado.

Al llegar al puente viejo se puede decir que se ha acabado la ruta, ya solo nos queda regresar por donde hemos venido haciendo un recuento mental de lo disfrutado conociendo nuevos itinerarios y caminos, que alguno dirá, “tiempo te ha faltado para venir”, gracias doy de que aún quiera y pueda hacerlo.


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