Teníamos el trabajo a medias en Escorca pero no quería repetir, vamos a dejar madurarlo un poco más para que vayan surgiendo las ideas, entonces había que proponer otras rutas, alguna variante nueva, tal vez, y pensé en es Pinatons, una bajada que te puede ocasionar algún contratiempo ya que desemboca directamente en una finca particular con lo que eso conlleva. Lo que no quería es que fuera ese itinerario el fin de ruta, ni siquiera el principio por lo que debería añadir algún capítulo antes y después. Para el primero pensé en Solleric y me agradó, me refiero al trazado GR al completo pero ya que estaba por allí mejor dar un pase por Oliclar desde la Font Figuera, bien, la primera parte estaba decidida, pues, vamos a por la tercera y parece claro que tiene que ser por ses Rotes y ya que estamos, el puig de sa Creu aunque este último caerá si se tornan favorables todos los condicionantes.
Joan no viene, se cae de la convocatoria a última hora (primera de la mañana), así que el transcurrir de la ruta dependerá solamente de una persona, el menda, veremos como se nos da el día. Salgo pues de Alaró para ir a tomar directamente el GR donde me encuentro ya a alguno de vuelta y tomamos aire enfrente de las abandonadas casas de la Font Figuera las cuales rodeamos afrontando las primeras rampas del ascenso. Sabemos por experiencia que la parte dura está más arriba así que ni pensar en forzar desde el inicio y de hecho puse pie a tierra en las alturas.
Me interesaba recorrer más las dresseras que no la pista completa y no es difícil encontrarla ni mucho menos sin embargo no es el primer tramo el más complicado sino el segundo que sin ser de lo más técnico sí me costó más en algunos puntos por la altura inadecuada del sillín. Mini parada en las casas para tomar nota gráfica y buscar después la bajada hasta el portillo de salida con su correspondiente barrera cerrada que hay que saltar. Lo que viene a continuación es un estrecho sendero tapado que zigzaguea por el bosque hasta dar con la zona cultivada del llano donde tenemos que ir a enlazar con el camino principal y tomarlo en subida hasta un desvío nada evidente a la derecha por el que transitamos unos metros hasta tomar otro a mano izquierda por el que atravesaremos el torrente y un portillo saliendo ya de la finca, ahora solo nos queda una pista de bajada hasta su enlace con el camino de Tossals, al lado de la caseta del agua y el inicio del cemento.
Me encontré otro bikero en la barrera que parecía que tenía frío mientras que yo ya hacía tiempo que me había despojado de la primera camiseta, iba de verano y aunque no pegaba mucho el sol lo que viene a continuación te hace sudar un poco más, la subida hasta el refugio, donde me encontré con un numeroso grupo de bikeros, todos con la vista puesta en la bajada, y no me dieron la sensación de que vinieran de arriba. Sea como fuere nuestros caminos divergían y yo tomé la dirección hacia la pica des garrover (he de decir que no vi ni una cosa ni la otra) para acceder directamente al inicio del camí de Pinatons, mi próxima cita. El primer tramo es un sendero estrecho que cruza una vaguada adornado con algunas matas de espinas repartidas a lo largo que te restan comodidad y atención pero es llegar al portillo y empezar el descenso propiamente dicho, es un camino elaborado con algunas curvas al inicio y no se encuentra en perfectas condiciones aunque es intentable, de todas maneras tampoco es muy largo ese escollo y le sigue otro tramo menos evidente pero igual de sucio y con algunos árboles cruzados que nadie parece querer quitar de en medio, allí los vi y allí siguen. Debo decir que hay que dar pedales en bastantes ocasiones y mi manía de llevar el sillín abajo no me ayudó a superarlos, y como tampoco me paré para cambiarlo de posición hizo que me tuviera que bajar en algunos puntos, una ayuda mecánica hubiera sido lo ideal en este caso.
No hice la bajada entera seguida porque me encontré un grupo de excursionistas merendando en una explanada y me quedé a charlar un rato con ellas, me ofrecieron vino pero preferí no añadir más contras de los necesarios y acabar el descenso de una pieza. Debo reconocer que creía recordar que después de la barrera quedaba aún un tramo bastante largo pero ver un vehículo en la pista y a alguien trabajando en las inmediaciones me hizo ver lo equivocado que estaba. Me paré junto a él y pregunté, resulta que era uno de los propietarios de la finca del Rafal y tuvimos una relajada y agradable conversación sobre ciertos aspectos y consecuencias de la actividad deportiva en sus terrenos. Y si no me habían quedado claros me los repitió su hermano que también me encontré cuando me dirigía hacia el torrente, a tener en cuenta. Decía lo del torrente porque mi objetivo era can Bajoca y para ello hay que bajar por la pista, desviarse de ella en cuanto empieza el ascenso de nuevo y trialear (si eres capaz) un camino endemoniado que baja zigzagueando hasta el mismo cauce por donde debes circular sobre los cantos en muchos tramos, donde no hay espacio para poder sacar el camino del lecho.
Llegamos a campo abierto justo sobrepasar la presa y echando un vistazo rápido por si aparece algún vehículo que me agüe la fiesta cruzo el camino por delante de las casas y emprendo sin tardanza la subida hacia ses Rotes, es una subida por pista de principio a fin con una pendiente no muy pronunciada pero constante, enlaza con otra pista también proveniente de abajo y luego continúa con muchas curvas cerradas, a tramos cementada, hasta la barrera que estaba abierta de par en par por lo que aproveché para no parar casi sorprendiéndome a mí mismo. Al coronar estoy viendo ya mi próximo objetivo pero las últimas rampas me sitúan dentro de la realidad y me hacen descabalgar poco antes de pasar por lo más alto, y respecto al último hito solo subiré si llego antes de la una a la barrera de salida y no, son más de la una y más de la una y media y debo dejar esa guinda sin saborear y no lo digo por decir porque ya la he hecho por esta misma vertiente, sé que no es mucho esfuerzo y que la bajada promete pero debo dejarla para otro día, me queda aún un largo trecho para la vuelta, lo primero es la bajada hasta els Horts con un buen tramo de divertido sendero al principio para acabar con la típica e insulsa pista agrícola para tomar después la bajada asfaltada funde-pastillas hasta la carretera por la que deberé circular mayormente si no quiero llegar mucho más tarde de lo que ya es. Tirada directa hasta Mancor donde compito (lo entrecomillo) con uno de carretera que parece que se le atraganta el desarrollo, de hecho en Son Catlar me metí por el camí de Can Gallina y salí delante de él en la rotonda de entrada al pueblo, poca cosa más se puede esperar cuando haces asfalto, los piques, muchos meriendan cada salida de ajo y agua.
Tenía mis posibilidades más que sabidas para enlazar Mancor y Lloseta pero son más lentas que el asfalto y tuve que renunciar a ellas aunque desde Biniamar tiré directo hacia el Puig y desde allí por el área recreativa hasta el cementerio y el camí de Balladors para cruzar el torrente y salir justo en el desvío de Almadrà, ahora lo que queda es la subidita de Tofla donde me lo tomé con calma para conseguir llegar arriba con el orgullo intacto aunque en la bajada contigua también haya que dar pedales, el diámetro de las gomas así lo exige. De esta ruta me voy a acordar durante mucho tiempo, eso es seguro.
Joan no viene, se cae de la convocatoria a última hora (primera de la mañana), así que el transcurrir de la ruta dependerá solamente de una persona, el menda, veremos como se nos da el día. Salgo pues de Alaró para ir a tomar directamente el GR donde me encuentro ya a alguno de vuelta y tomamos aire enfrente de las abandonadas casas de la Font Figuera las cuales rodeamos afrontando las primeras rampas del ascenso. Sabemos por experiencia que la parte dura está más arriba así que ni pensar en forzar desde el inicio y de hecho puse pie a tierra en las alturas.
Me interesaba recorrer más las dresseras que no la pista completa y no es difícil encontrarla ni mucho menos sin embargo no es el primer tramo el más complicado sino el segundo que sin ser de lo más técnico sí me costó más en algunos puntos por la altura inadecuada del sillín. Mini parada en las casas para tomar nota gráfica y buscar después la bajada hasta el portillo de salida con su correspondiente barrera cerrada que hay que saltar. Lo que viene a continuación es un estrecho sendero tapado que zigzaguea por el bosque hasta dar con la zona cultivada del llano donde tenemos que ir a enlazar con el camino principal y tomarlo en subida hasta un desvío nada evidente a la derecha por el que transitamos unos metros hasta tomar otro a mano izquierda por el que atravesaremos el torrente y un portillo saliendo ya de la finca, ahora solo nos queda una pista de bajada hasta su enlace con el camino de Tossals, al lado de la caseta del agua y el inicio del cemento.
Me encontré otro bikero en la barrera que parecía que tenía frío mientras que yo ya hacía tiempo que me había despojado de la primera camiseta, iba de verano y aunque no pegaba mucho el sol lo que viene a continuación te hace sudar un poco más, la subida hasta el refugio, donde me encontré con un numeroso grupo de bikeros, todos con la vista puesta en la bajada, y no me dieron la sensación de que vinieran de arriba. Sea como fuere nuestros caminos divergían y yo tomé la dirección hacia la pica des garrover (he de decir que no vi ni una cosa ni la otra) para acceder directamente al inicio del camí de Pinatons, mi próxima cita. El primer tramo es un sendero estrecho que cruza una vaguada adornado con algunas matas de espinas repartidas a lo largo que te restan comodidad y atención pero es llegar al portillo y empezar el descenso propiamente dicho, es un camino elaborado con algunas curvas al inicio y no se encuentra en perfectas condiciones aunque es intentable, de todas maneras tampoco es muy largo ese escollo y le sigue otro tramo menos evidente pero igual de sucio y con algunos árboles cruzados que nadie parece querer quitar de en medio, allí los vi y allí siguen. Debo decir que hay que dar pedales en bastantes ocasiones y mi manía de llevar el sillín abajo no me ayudó a superarlos, y como tampoco me paré para cambiarlo de posición hizo que me tuviera que bajar en algunos puntos, una ayuda mecánica hubiera sido lo ideal en este caso.
No hice la bajada entera seguida porque me encontré un grupo de excursionistas merendando en una explanada y me quedé a charlar un rato con ellas, me ofrecieron vino pero preferí no añadir más contras de los necesarios y acabar el descenso de una pieza. Debo reconocer que creía recordar que después de la barrera quedaba aún un tramo bastante largo pero ver un vehículo en la pista y a alguien trabajando en las inmediaciones me hizo ver lo equivocado que estaba. Me paré junto a él y pregunté, resulta que era uno de los propietarios de la finca del Rafal y tuvimos una relajada y agradable conversación sobre ciertos aspectos y consecuencias de la actividad deportiva en sus terrenos. Y si no me habían quedado claros me los repitió su hermano que también me encontré cuando me dirigía hacia el torrente, a tener en cuenta. Decía lo del torrente porque mi objetivo era can Bajoca y para ello hay que bajar por la pista, desviarse de ella en cuanto empieza el ascenso de nuevo y trialear (si eres capaz) un camino endemoniado que baja zigzagueando hasta el mismo cauce por donde debes circular sobre los cantos en muchos tramos, donde no hay espacio para poder sacar el camino del lecho.
Llegamos a campo abierto justo sobrepasar la presa y echando un vistazo rápido por si aparece algún vehículo que me agüe la fiesta cruzo el camino por delante de las casas y emprendo sin tardanza la subida hacia ses Rotes, es una subida por pista de principio a fin con una pendiente no muy pronunciada pero constante, enlaza con otra pista también proveniente de abajo y luego continúa con muchas curvas cerradas, a tramos cementada, hasta la barrera que estaba abierta de par en par por lo que aproveché para no parar casi sorprendiéndome a mí mismo. Al coronar estoy viendo ya mi próximo objetivo pero las últimas rampas me sitúan dentro de la realidad y me hacen descabalgar poco antes de pasar por lo más alto, y respecto al último hito solo subiré si llego antes de la una a la barrera de salida y no, son más de la una y más de la una y media y debo dejar esa guinda sin saborear y no lo digo por decir porque ya la he hecho por esta misma vertiente, sé que no es mucho esfuerzo y que la bajada promete pero debo dejarla para otro día, me queda aún un largo trecho para la vuelta, lo primero es la bajada hasta els Horts con un buen tramo de divertido sendero al principio para acabar con la típica e insulsa pista agrícola para tomar después la bajada asfaltada funde-pastillas hasta la carretera por la que deberé circular mayormente si no quiero llegar mucho más tarde de lo que ya es. Tirada directa hasta Mancor donde compito (lo entrecomillo) con uno de carretera que parece que se le atraganta el desarrollo, de hecho en Son Catlar me metí por el camí de Can Gallina y salí delante de él en la rotonda de entrada al pueblo, poca cosa más se puede esperar cuando haces asfalto, los piques, muchos meriendan cada salida de ajo y agua.
Tenía mis posibilidades más que sabidas para enlazar Mancor y Lloseta pero son más lentas que el asfalto y tuve que renunciar a ellas aunque desde Biniamar tiré directo hacia el Puig y desde allí por el área recreativa hasta el cementerio y el camí de Balladors para cruzar el torrente y salir justo en el desvío de Almadrà, ahora lo que queda es la subidita de Tofla donde me lo tomé con calma para conseguir llegar arriba con el orgullo intacto aunque en la bajada contigua también haya que dar pedales, el diámetro de las gomas así lo exige. De esta ruta me voy a acordar durante mucho tiempo, eso es seguro.
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