Tras el fracaso del intento de subir a Míner unas fechas atrás decidí probar otra vez ahora con la carretera despejada aunque con alguna duda inicial ya que me habían comentado por varias vías que abajo había una barrera cerrada pero no creía que eso fuera a desencadenar ninguna tragedia, sigamos no obstante atentos al relato y descubramos qué pasó realmente.
Me acerqué a Inca porque unos kilómetros de más tampoco nos van a poner en serios apuros y me alejo de allí por la vía directa ya que no cruza ninguna población intermedia (no hay tantas pero va por en medio del campo sin acercarse a los núcleos habitados) y su única dificultad son las rampas de Campanet y eso que solo hacemos la mitad procurando ir a coger el camí vell de Pollença recorriendo las afueras del pueblo. Pasamos la ermita y las cuevas para rodar durante un rato hasta la altura de Es Fangar donde tomamos un camino lateral desviándonos a la altura del puente del torrente y dejando Son Embaràs a nuestra izquierda para encontrar después de una curva la entrada del bosque con la barrera que he mencionado antes, parece cerrada por una cadena y un candado pero no lo está, solamente están colgadas sin pasar por dentro pero cuando me dispongo a partir oigo que se acerca un vehículo y aparto la bici de en medio, veo que lleva el volante en el lado contrario, guiri pues, y su único vocabulario entendible es “pivado, no bikes”. Empezamos bien y aunque creo que logra entender que lo que quiero es subir arriba del todo no deja de repetir la misma tonadilla, evidentemente no nos hicimos amigos y decidí no pasar hasta tener más clara la situación volviendo sobre mis pasos hasta el cruce del torrente y ahí es donde vi a una persona sobre el camino a lo lejos y decidí acercarme.
Esa persona, una mujer mayor, estaba a la altura de una casa que hay antes de llegar a Biniatró y me paré a charlar con ella aunque mi presencia era evidente que no la ponía muy contenta. Intenté indagar un poco sobre la situación actual sobre el paso por la finca aunque por algunos comentarios más o menos recientes presumía que poco, o nada, había cambiado pero aún así pude enterarme hasta del nombre del propietario aunque se hizo de rogar la mujer, estaba reticente en ese aspecto, hasta le llegué a preguntar si era un secreto ese dato, parece evidente que no lo es, pero tuvo sus dudas, ni que fuera yo un inspector de hacienda camuflado.
Con el día ya perdido me planteé otras alternativas porque no tenía un plan B pensado y no se me ocurrió más que llegar a Pollença a ver qué podría hacer por allí y entre que llego y no llego di algunas vueltas por algunos caminos que arrancan desde la carretera y que me permitieron no pasar por el pueblo y aún con las indicaciones pertinentes tuve que dar marcha atrás en algunos puntos ya que de mantenimiento poco y eso es vital si quieres emplear un torrente como camino, que todo lo verde vuelve a crecer sin compasión.
Sea como fuere llegué al camino que sube a l'Assarell que en esas horas ya tenía puesto en el punto de mira, ese camino suelo hacerlo algunas veces por cuestiones de trabajo pero justo me desvío antes de empezar lo que es la ascensión en sí, ahora lo comprobaría por mis propios medios, sin motores por medio, y juro que llegué a pensar que necesitaría alguno para llegar arriba pero es también porque me empeñé en subir a plato mediano y en algunos tramos renegué de lo lindo aunque se agradece que afloje la pendiente en otros y puedas recuperar el aliento y hasta animarte a continuar. Lo que me extrañó un poco fue la gran anchura que mantiene casi hasta arriba y el buen estado del firme que solo cambia cuando llegas a la última barrera donde ya se convierte en pista de piedras cementada en algunos tramos, fue por allí, ya fuera del bosque, donde escuché a gente cerca pero que si me vieron ni caso me hicieron.
Pasé cerca de una casa donde había algún vehículo aparcado y de repente aparezco frente a otra mucho más antigua pero perfectamente conservada y con la puerta principal abierta, junto a ella otra barrera que suponía debía atravesar para continuar pero sin un trazado claro a continuación e hice una parada y di alguna voz para que supieran de mi presencia aunque nadie apareció por lo que anduve unos minutos rondando por allí hasta que me topé con el propietario y le pregunté y muy amablemente me confirmó mis suposiciones aunque ya me advirtió de que no pedalearía ya más a partir de allí pero no me prohibió pasar y decidí continuar a conocer esos rincones.
Poca cosa de interés (ciclista) hay más allá y de hecho tuve que dejar la bici aparcada entre las matas para poder continuar al menos hasta donde tuviera vista privilegiada de mi ubicación y de eso, de las vistas, no puedo tener quejas. No me quedaba más que volver atrás por donde había venido y así queda reflejado meridianamente en la traza aunque aún intenté alguna variante sin éxito y lo único que conseguí fue acabar aún más tarde de lo que ya era.
Disgusto pues en lo que se refiere a la consecución de la ruta pensada y más si es por problemas ajenos a mi propia cosecha pero que han dado pie a alguna variante que quizás se pueda explorar y sacar provecho aunque presiento que será de modo muy personal, poco exportable por así decir, ya se verá.
Me acerqué a Inca porque unos kilómetros de más tampoco nos van a poner en serios apuros y me alejo de allí por la vía directa ya que no cruza ninguna población intermedia (no hay tantas pero va por en medio del campo sin acercarse a los núcleos habitados) y su única dificultad son las rampas de Campanet y eso que solo hacemos la mitad procurando ir a coger el camí vell de Pollença recorriendo las afueras del pueblo. Pasamos la ermita y las cuevas para rodar durante un rato hasta la altura de Es Fangar donde tomamos un camino lateral desviándonos a la altura del puente del torrente y dejando Son Embaràs a nuestra izquierda para encontrar después de una curva la entrada del bosque con la barrera que he mencionado antes, parece cerrada por una cadena y un candado pero no lo está, solamente están colgadas sin pasar por dentro pero cuando me dispongo a partir oigo que se acerca un vehículo y aparto la bici de en medio, veo que lleva el volante en el lado contrario, guiri pues, y su único vocabulario entendible es “pivado, no bikes”. Empezamos bien y aunque creo que logra entender que lo que quiero es subir arriba del todo no deja de repetir la misma tonadilla, evidentemente no nos hicimos amigos y decidí no pasar hasta tener más clara la situación volviendo sobre mis pasos hasta el cruce del torrente y ahí es donde vi a una persona sobre el camino a lo lejos y decidí acercarme.
Esa persona, una mujer mayor, estaba a la altura de una casa que hay antes de llegar a Biniatró y me paré a charlar con ella aunque mi presencia era evidente que no la ponía muy contenta. Intenté indagar un poco sobre la situación actual sobre el paso por la finca aunque por algunos comentarios más o menos recientes presumía que poco, o nada, había cambiado pero aún así pude enterarme hasta del nombre del propietario aunque se hizo de rogar la mujer, estaba reticente en ese aspecto, hasta le llegué a preguntar si era un secreto ese dato, parece evidente que no lo es, pero tuvo sus dudas, ni que fuera yo un inspector de hacienda camuflado.
Con el día ya perdido me planteé otras alternativas porque no tenía un plan B pensado y no se me ocurrió más que llegar a Pollença a ver qué podría hacer por allí y entre que llego y no llego di algunas vueltas por algunos caminos que arrancan desde la carretera y que me permitieron no pasar por el pueblo y aún con las indicaciones pertinentes tuve que dar marcha atrás en algunos puntos ya que de mantenimiento poco y eso es vital si quieres emplear un torrente como camino, que todo lo verde vuelve a crecer sin compasión.
Sea como fuere llegué al camino que sube a l'Assarell que en esas horas ya tenía puesto en el punto de mira, ese camino suelo hacerlo algunas veces por cuestiones de trabajo pero justo me desvío antes de empezar lo que es la ascensión en sí, ahora lo comprobaría por mis propios medios, sin motores por medio, y juro que llegué a pensar que necesitaría alguno para llegar arriba pero es también porque me empeñé en subir a plato mediano y en algunos tramos renegué de lo lindo aunque se agradece que afloje la pendiente en otros y puedas recuperar el aliento y hasta animarte a continuar. Lo que me extrañó un poco fue la gran anchura que mantiene casi hasta arriba y el buen estado del firme que solo cambia cuando llegas a la última barrera donde ya se convierte en pista de piedras cementada en algunos tramos, fue por allí, ya fuera del bosque, donde escuché a gente cerca pero que si me vieron ni caso me hicieron.
Pasé cerca de una casa donde había algún vehículo aparcado y de repente aparezco frente a otra mucho más antigua pero perfectamente conservada y con la puerta principal abierta, junto a ella otra barrera que suponía debía atravesar para continuar pero sin un trazado claro a continuación e hice una parada y di alguna voz para que supieran de mi presencia aunque nadie apareció por lo que anduve unos minutos rondando por allí hasta que me topé con el propietario y le pregunté y muy amablemente me confirmó mis suposiciones aunque ya me advirtió de que no pedalearía ya más a partir de allí pero no me prohibió pasar y decidí continuar a conocer esos rincones.
Poca cosa de interés (ciclista) hay más allá y de hecho tuve que dejar la bici aparcada entre las matas para poder continuar al menos hasta donde tuviera vista privilegiada de mi ubicación y de eso, de las vistas, no puedo tener quejas. No me quedaba más que volver atrás por donde había venido y así queda reflejado meridianamente en la traza aunque aún intenté alguna variante sin éxito y lo único que conseguí fue acabar aún más tarde de lo que ya era.
Disgusto pues en lo que se refiere a la consecución de la ruta pensada y más si es por problemas ajenos a mi propia cosecha pero que han dado pie a alguna variante que quizás se pueda explorar y sacar provecho aunque presiento que será de modo muy personal, poco exportable por así decir, ya se verá.
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