Sol en sábado y lluvia en domingo, eso es lo que me dijeron, habrá que aprovechar, pues, y eso que no tenía el cuerpo para muchas bravuconadas después de una semana intensa de trabajo, alguno me dirá que me falta entreno, que también, y no le faltaría razón, toca entonces buscar alguna ruta asequible y como dejé hace poco una a medias me propuse terminarla, es la que finalicé en el Darrer aunque la traza se quedó parada mucho antes y eso me llevó a buscar otra aplicación que no me dejara esos malos regustos y aunque tampoco tengo las de la semana pasada esta circunstancia se ha debido a un fallo mío con la configuración, ya solucionado.
Habiendo tomado ya la decisión de empezar desde Establiments me puse en marcha pasadas ya las nueve con algo de rasca más que nada por el viento, solo me quedaba pues pasar los primeros kilómetros sin forzar e ir calentando paulatinamente sabiendo que en la subida entraría en calor a las primeras de cambio, es una subida muy resguardada, muy cómoda en ese aspecto. La barrera de abajo estaba abierta y abierta se queda y fue antes casi de la primera curva cuando oí a alguien que se acercaba por detrás aunque no me giré ni vi a nadie, después se hizo el silencio hasta pasada la mitad del recorrido cuando escuché varios gritos, casi berridos, con los que se comunicaban entre ellos, supongo que irían separados.
Al llegar arriba pude pasar por debajo de la cadena sin pararme ya que estaba levantada y sostenida por unas ramas por lo que decidí no parar y continué ya por asfalto hasta Sobremunt más que nada para no tener que pararme por las barreras cerradas y así tampoco paré en el cruce de Sobremunt aunque ahí sí vi al que venía por detrás que sí paró a esperar al resto. Después volví a verlos en la subida que se acercaban pero no cambió el orden de llegada arriba.
Sucedió un episodio allí cuando menos extraño, como suele suceder cuando circulas por caminos rurales o viales de urbanización los perros guardianes empiezan a ladrar en cuanto te huelen y te persiguen corriendo la valla, es bastante normal, pero lo que no eran normales eran los gritos que parecían provenir del último chalé, hacia allá dirigí la mirada y efectivamente así era, alguien gritaba en un idioma ininteligible para mí desde una de las ventanas, la cerró y salió afuera sin prestarnos atención, parecía que su foco de enojo eran los perros ya que a sus ladridos respondía, la verdad, me pareció bastante ido el hombre corroborando la impresión que me dio al saber quién había montado las tiras de piedras en el camino que por cierto, aún están.
Los compañeros ahí presentes se dirigían a la ermita y se fueron un poco antes aunque los cogí más adelante ya que se habían equivocado en un cruce y volvían al camino principal, íbamos casi juntos pero ya me dí cuenta de que iba yo muy torpón y no era nada más que por falta de fuerza, cualquier mínimo obstáculo me costaba superarlo ya que rodaba mucho más lento de lo normal, sin confianza, y así no volví a cogerlos hasta haber pasado las curvas de subida aunque en la bajada sí los pasé y luego nos despedimos en el desvío del pas de Son Noguera, no me apetecía llegar a la ermita tan pronto por lo que tomé esa bajada para recorrer después el bosque en sentido contrario de lo que suelo hacer y comprobar si tenía todo el trazado claro aunque hubo algún lapsus, me pasé algunos metros de bajada y cometí el mismo error de la última vez pero desde el lado contrario, por lo demás fue bastante bien, es un recorrido que se presta bien en cualquiera de los dos sentidos aunque estoy seguro de que lo varié en algunos puntos, entre semana lo comprobaré con más exactitud, y es normal que suceda ya que no se trata de un itinerario único si no más bien la concatenación de varios de ellos por distintas fincas.
Último repecho para salir de la zona de la font des Rafal y enlazar con la bajada de la ermita para saltar al otro lado de pared y dirigirme hacia la otra fuente y el área recreativa pero no fue hasta parar delante de las casas de Son Malferit cuando paré para tomar mi primer (y último) piscolabis. Era relativamente temprano y llevaba pocos kilómetros por lo que decidí desviarme hacia es Muntant después de pasar por Sarrià e ir a buscar el camí del forn de vidre y continuar hacia Son Mayol y el parc Bit para volver a la ciudad por el camino de tierra, y agua podríamos decir, porque los charcos eran impresionantes, de hecho algunos ocupaban todo el ancho de la vía, y así de esta manera he conseguido meter algunos kilómetros de más y algo de tiempo a una ruta que no puede considerarse dura aunque los números parecen decir lo contrario pero con la salvedad de que un gran tanto por ciento de desnivel es por terreno muy cómodo y eso se agradece si no estás en tu mejor momento.
Habiendo tomado ya la decisión de empezar desde Establiments me puse en marcha pasadas ya las nueve con algo de rasca más que nada por el viento, solo me quedaba pues pasar los primeros kilómetros sin forzar e ir calentando paulatinamente sabiendo que en la subida entraría en calor a las primeras de cambio, es una subida muy resguardada, muy cómoda en ese aspecto. La barrera de abajo estaba abierta y abierta se queda y fue antes casi de la primera curva cuando oí a alguien que se acercaba por detrás aunque no me giré ni vi a nadie, después se hizo el silencio hasta pasada la mitad del recorrido cuando escuché varios gritos, casi berridos, con los que se comunicaban entre ellos, supongo que irían separados.
Al llegar arriba pude pasar por debajo de la cadena sin pararme ya que estaba levantada y sostenida por unas ramas por lo que decidí no parar y continué ya por asfalto hasta Sobremunt más que nada para no tener que pararme por las barreras cerradas y así tampoco paré en el cruce de Sobremunt aunque ahí sí vi al que venía por detrás que sí paró a esperar al resto. Después volví a verlos en la subida que se acercaban pero no cambió el orden de llegada arriba.
Sucedió un episodio allí cuando menos extraño, como suele suceder cuando circulas por caminos rurales o viales de urbanización los perros guardianes empiezan a ladrar en cuanto te huelen y te persiguen corriendo la valla, es bastante normal, pero lo que no eran normales eran los gritos que parecían provenir del último chalé, hacia allá dirigí la mirada y efectivamente así era, alguien gritaba en un idioma ininteligible para mí desde una de las ventanas, la cerró y salió afuera sin prestarnos atención, parecía que su foco de enojo eran los perros ya que a sus ladridos respondía, la verdad, me pareció bastante ido el hombre corroborando la impresión que me dio al saber quién había montado las tiras de piedras en el camino que por cierto, aún están.
Los compañeros ahí presentes se dirigían a la ermita y se fueron un poco antes aunque los cogí más adelante ya que se habían equivocado en un cruce y volvían al camino principal, íbamos casi juntos pero ya me dí cuenta de que iba yo muy torpón y no era nada más que por falta de fuerza, cualquier mínimo obstáculo me costaba superarlo ya que rodaba mucho más lento de lo normal, sin confianza, y así no volví a cogerlos hasta haber pasado las curvas de subida aunque en la bajada sí los pasé y luego nos despedimos en el desvío del pas de Son Noguera, no me apetecía llegar a la ermita tan pronto por lo que tomé esa bajada para recorrer después el bosque en sentido contrario de lo que suelo hacer y comprobar si tenía todo el trazado claro aunque hubo algún lapsus, me pasé algunos metros de bajada y cometí el mismo error de la última vez pero desde el lado contrario, por lo demás fue bastante bien, es un recorrido que se presta bien en cualquiera de los dos sentidos aunque estoy seguro de que lo varié en algunos puntos, entre semana lo comprobaré con más exactitud, y es normal que suceda ya que no se trata de un itinerario único si no más bien la concatenación de varios de ellos por distintas fincas.
Último repecho para salir de la zona de la font des Rafal y enlazar con la bajada de la ermita para saltar al otro lado de pared y dirigirme hacia la otra fuente y el área recreativa pero no fue hasta parar delante de las casas de Son Malferit cuando paré para tomar mi primer (y último) piscolabis. Era relativamente temprano y llevaba pocos kilómetros por lo que decidí desviarme hacia es Muntant después de pasar por Sarrià e ir a buscar el camí del forn de vidre y continuar hacia Son Mayol y el parc Bit para volver a la ciudad por el camino de tierra, y agua podríamos decir, porque los charcos eran impresionantes, de hecho algunos ocupaban todo el ancho de la vía, y así de esta manera he conseguido meter algunos kilómetros de más y algo de tiempo a una ruta que no puede considerarse dura aunque los números parecen decir lo contrario pero con la salvedad de que un gran tanto por ciento de desnivel es por terreno muy cómodo y eso se agradece si no estás en tu mejor momento.
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