Llevamos un mes escaso y el tema avanza aunque lo único que me preocupaba en esta mañana de sábado era encontrar un resquicio de sombra en algún sitio pero más bien se trataba de plantearme una excusa algo presentable para obligarme a salir, y pensé en acercarme a Bunyola a sabiendas de que la subida está bastante expuesta pero al menos es cómoda y sin sobresaltos añadidos. Dicho y hecho, hacia allá que me dirijo y para no repetirme mucho cruzo por las urbanizaciones en lugar de rodearlas y una vez en el camí de Muntanya ya es rodar por territorio común hasta el pueblo. La duda que tenía era si debía subir por la coma Gran o no y en vista de mi estado físico general a la hora de pasar por delante del cruce lo dejé atrás sin mayores remordimientos y me convencí a mí mismo para ir a lo seguro.
Aproveché para descansar un poco en el aparcamiento y en esos momentos pasó uno que empezó la subida sin parar y me enganché a su ritmo aunque a cierta distancia, diferencia que se mantuvo en los dos o tres primeros kilómetros pero a partir de la barrera ésta se fue reduciendo hasta llegar a cogerlo, cosa que no le debió gustar mucho porque dio un acelerón en cuanto notó mi presencia a su vera y se fue distanciando hasta llegar a perderlo de vista y se ve que tampoco paró en las mesas con lo que desapareció ya del todo, en cambio estaba el lugar muy concurrido de otros bikeros con máquinas de todo tipo, endureras sobre todo, y alguna eléctrica también. Saludé a todos pero me mantuve apartado cerca del pozo y mientras comía algo de fruta se acercaron varios al centro de la explanada, uno de ellos cojeando ostensiblemente, y lo reconocí al instante, se trataba de Miki de los Tramuntanaenduro, (para quién no sepa de la existencia de este grupo puede picar en el enlace correspondiente de la botonera lateral si siente curiosidad), de quién me habían comentado que había sufrido un accidente en un pie, lo que no sabía es de la gravedad del asunto que no voy aquí a detallar, lo que quiero resaltar es su capacidad de recuperación y de cómo utiliza la bici para tal fin, solo espero buenos resultados al respecto, se los merece.
El grupo de inqueros que le acompañaba se marchó hacia la bajada de Son Pou y él bajó por la pista y yo me quedé aún un rato más por allí y también opté por esa bajada aunque en un principio había pensado en bajar por la coma d'en Buscante después de haber pasado por la coma de s'Aigo aunque la extendida charla hizo que me lo replanteara y me fui directo hacia el desvío de Son Pou al que tampoco le hacía ascos, por supuesto, también sería un buen test aunque para mí ahora es todo nuevo, como si empezara desde el principio.
No llevaba protecciones, no creí necesitarlas y eso es un fallo, confiemos que no sea de los gordos ya que el apartado de caídas ya lo he estrenado, en principio no es una bajada técnica pero sí puede ser rápida y un fallo puede tenerlo cualquiera y tampoco sería el primero al que tienen que ir a rescatar por allí, pero no seamos agoreros, pericia y confianza y no pasarse de los límites y todo irá bien. El primer tramo, el que discurre sin camino propio por los terrenos de la Comuna es el que está peor, es más, va empeorando a ojos vista, se nota y mucho el paso de las bicis en su afán de superar retos y tiempos, más bien lo segundo porque, como he comentado, no tiene pasos técnicos de relevancia aunque hay uno, el principal, con un paso por unas rocas donde solía pasar por la izquierda y donde ahora el escalón me parece mucho más grande y aún así pasé por allí y me encontré de repente en la derecha y muy cerca del pino al que tuve que sortear, o al menos es la sensación que me dio, visto desde fuera puede que se viera de otra manera aunque lo que quiero resaltar es el sentir el aplomo de la máquina en toda la maniobra lo que derivó en una reconfortante sensación de seguridad, que no de alivio, es diferente.
Está claro que gané en velocidad pero una cosa importante, no derrapé ni patiné en ningún momento, señal también de que es un aspecto muy mejorable aunque también directamente proporcional a la erosión producida sobre el terreno, de hecho uno de los puntos más desfavorables que se pueden achacar a esta práctica deportiva y de difícil solución una vez constatado. No creía que volvería a ver a los compañeros pero varios de ellos no llegaron abajo de una tirada, uno de ellos pinchó y creí ver que querían solventar el problema a base de botellines de gas comprimido, yo me quedé con el resto en el camino principal hasta que llegaron y después emprendimos el regreso hacia Santa María. El pinchado llegó hasta Son Roig donde volvió a hinchar apremiando al grupo a seguir porque se ve que no podía reparar el mal y aunque se me escaparon en el asfalto los volví a ver parados hinchando otra vez cerca del desvío del camí de ca na Cili que es por donde yo me marché hacia Palma aunque dando algún desvío por el pueblo y después yendo a fisgar por el camí del Raiguer esperanzado por si tenía alguna conexión con la carretera que no conocía y que de hecho no encontré por lo que tuve que dar media vuelta y meterme por el camí de sa Bomba que ese sí la tiene seguro.
Pues nada, que voy a contar ya que no se sepa de la vuelta, Festival (o como se llame ahora), Caülls, caballos (ya me entendéis), Son Macià y civilización, no caben muchas florituras en este tramo, es volver y punto.
Tampoco el domingo ha dado mucho de sí saliendo a las nueve y largas, de hecho solamente me he atrevido a hacer la subida hasta el monumento de na Burguesa por aquello del pundonor y de comprobar como puedo tener aún la ciudad a mis pies, desde la sombra, eso sí, porque, madre mía el baf que pegaba al bajar desde ahí arriba, no me extraña que me haya ido a meter al bosque de Bellver para salir a la costa por el torrente en el que por otra parte hay que adivinar el sendero en su parte final tal como están las plantas de crecidas y no contento con eso al llegar delante de la Seo he vuelto a casa callejeando por el casco viejo bastante más sombrío que el resto de ciudad confiando en aplacar un poco los calores. Es lo que tiene el verano, que hace calor, calor de verdad.
Nota: La foto no es de ahora (ya quisiera), la he escogido al azar.
Aproveché para descansar un poco en el aparcamiento y en esos momentos pasó uno que empezó la subida sin parar y me enganché a su ritmo aunque a cierta distancia, diferencia que se mantuvo en los dos o tres primeros kilómetros pero a partir de la barrera ésta se fue reduciendo hasta llegar a cogerlo, cosa que no le debió gustar mucho porque dio un acelerón en cuanto notó mi presencia a su vera y se fue distanciando hasta llegar a perderlo de vista y se ve que tampoco paró en las mesas con lo que desapareció ya del todo, en cambio estaba el lugar muy concurrido de otros bikeros con máquinas de todo tipo, endureras sobre todo, y alguna eléctrica también. Saludé a todos pero me mantuve apartado cerca del pozo y mientras comía algo de fruta se acercaron varios al centro de la explanada, uno de ellos cojeando ostensiblemente, y lo reconocí al instante, se trataba de Miki de los Tramuntanaenduro, (para quién no sepa de la existencia de este grupo puede picar en el enlace correspondiente de la botonera lateral si siente curiosidad), de quién me habían comentado que había sufrido un accidente en un pie, lo que no sabía es de la gravedad del asunto que no voy aquí a detallar, lo que quiero resaltar es su capacidad de recuperación y de cómo utiliza la bici para tal fin, solo espero buenos resultados al respecto, se los merece.
El grupo de inqueros que le acompañaba se marchó hacia la bajada de Son Pou y él bajó por la pista y yo me quedé aún un rato más por allí y también opté por esa bajada aunque en un principio había pensado en bajar por la coma d'en Buscante después de haber pasado por la coma de s'Aigo aunque la extendida charla hizo que me lo replanteara y me fui directo hacia el desvío de Son Pou al que tampoco le hacía ascos, por supuesto, también sería un buen test aunque para mí ahora es todo nuevo, como si empezara desde el principio.
No llevaba protecciones, no creí necesitarlas y eso es un fallo, confiemos que no sea de los gordos ya que el apartado de caídas ya lo he estrenado, en principio no es una bajada técnica pero sí puede ser rápida y un fallo puede tenerlo cualquiera y tampoco sería el primero al que tienen que ir a rescatar por allí, pero no seamos agoreros, pericia y confianza y no pasarse de los límites y todo irá bien. El primer tramo, el que discurre sin camino propio por los terrenos de la Comuna es el que está peor, es más, va empeorando a ojos vista, se nota y mucho el paso de las bicis en su afán de superar retos y tiempos, más bien lo segundo porque, como he comentado, no tiene pasos técnicos de relevancia aunque hay uno, el principal, con un paso por unas rocas donde solía pasar por la izquierda y donde ahora el escalón me parece mucho más grande y aún así pasé por allí y me encontré de repente en la derecha y muy cerca del pino al que tuve que sortear, o al menos es la sensación que me dio, visto desde fuera puede que se viera de otra manera aunque lo que quiero resaltar es el sentir el aplomo de la máquina en toda la maniobra lo que derivó en una reconfortante sensación de seguridad, que no de alivio, es diferente.
Está claro que gané en velocidad pero una cosa importante, no derrapé ni patiné en ningún momento, señal también de que es un aspecto muy mejorable aunque también directamente proporcional a la erosión producida sobre el terreno, de hecho uno de los puntos más desfavorables que se pueden achacar a esta práctica deportiva y de difícil solución una vez constatado. No creía que volvería a ver a los compañeros pero varios de ellos no llegaron abajo de una tirada, uno de ellos pinchó y creí ver que querían solventar el problema a base de botellines de gas comprimido, yo me quedé con el resto en el camino principal hasta que llegaron y después emprendimos el regreso hacia Santa María. El pinchado llegó hasta Son Roig donde volvió a hinchar apremiando al grupo a seguir porque se ve que no podía reparar el mal y aunque se me escaparon en el asfalto los volví a ver parados hinchando otra vez cerca del desvío del camí de ca na Cili que es por donde yo me marché hacia Palma aunque dando algún desvío por el pueblo y después yendo a fisgar por el camí del Raiguer esperanzado por si tenía alguna conexión con la carretera que no conocía y que de hecho no encontré por lo que tuve que dar media vuelta y meterme por el camí de sa Bomba que ese sí la tiene seguro.
Pues nada, que voy a contar ya que no se sepa de la vuelta, Festival (o como se llame ahora), Caülls, caballos (ya me entendéis), Son Macià y civilización, no caben muchas florituras en este tramo, es volver y punto.
Tampoco el domingo ha dado mucho de sí saliendo a las nueve y largas, de hecho solamente me he atrevido a hacer la subida hasta el monumento de na Burguesa por aquello del pundonor y de comprobar como puedo tener aún la ciudad a mis pies, desde la sombra, eso sí, porque, madre mía el baf que pegaba al bajar desde ahí arriba, no me extraña que me haya ido a meter al bosque de Bellver para salir a la costa por el torrente en el que por otra parte hay que adivinar el sendero en su parte final tal como están las plantas de crecidas y no contento con eso al llegar delante de la Seo he vuelto a casa callejeando por el casco viejo bastante más sombrío que el resto de ciudad confiando en aplacar un poco los calores. Es lo que tiene el verano, que hace calor, calor de verdad.
Nota: La foto no es de ahora (ya quisiera), la he escogido al azar.
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