A bufar

No sé, el sábado pasado me lo pasé muy bien pero me supo a poco la ruta. Vamos a ver, no es una crítica, es que cambió el tiempo cuando bajamos a Solleric y me activó las endorfinas. Salió el sol, aumentó la luminosidad del día y yo me sentía mentalmente eufórico, no tan así físicamente, pero coincidieron esos momentos con el paso por el Camí de sa Font Figuera y lo disfruté muchísimo. Por eso, mientras tomábamos un refresco Pepe y yo, no podía dejar de pensar en alargar esos momentos aunque fuera el domingo.

Tenía una invitación en mi carpeta de entrada de los Bous Bufats para acompañarles en su bufada semanal. Tenían que decidir ya la ruta definitiva de la quedada que organizan el día veintisiete del presente y yo me había inmiscuido de manera casi descarada en sus planes haciéndole unos comentarios sobre el tema. Como que por correo y sin saber exactamente de que estamos hablando no íbamos a sacar nada en claro, me propusieron que les acompañara y lo veríamos en directo. Carlos (el otro Carlos) me llamó el sábado noche con todas las ganas del mundo para salir el domingo. Le invité a venir. A Pepe también se le veían las intenciones, o sea que ya nos tienes a la hora en punto en el lugar de reunión. De hecho fuimos los primeros en llegar y los demás van apareciendo a cuentagotas y solamente nos fuimos cuando ya estuvieron seguros de que no iba a aparecer nadie más pero Pepe no apareció. No podría nombrar a todos los que estaban pero si había muchos Carlos, Luises, Pepes, algún Miki, Guiem, Agustí, Juan y seguro que me dejo alguno.

Con respecto al recorrido de inicio diré que me pensaba que por la “zona de Madre Alberta” llegaríamos hasta la carretera cerca del cuartel, por dentro de la torrentera pero no fue así. Salimos enseguida para volver a salir al vial de acceso a Son Rapinya y subir la cuesta hasta la rotonda. Después carrilón hasta Génova y ahí si que hay una variante que no conocía. En la reagrupación en el monumento aparece Pepe que había venido a la caza porque se había levantado tarde. El tramo de pista hasta el Coll des Pastors parece fácil pero es siempre en subida y bastante largo pero no hay porqué parar, de una tirada se digiere mejor.

Segundo reagrupamiento en los pinos y hacia abajo que nos vamos, para bajar rápido por una pista que llega a desaparecer en el interior de una coma aunque nosotros tomamos siempre el desvío hacia el Mirador de n'Alzamora. Aunque no llegamos a él se barajaron ahí diferentes posibilidades, merendar allí, ir a pie, no ir, etc. Veremos que se decide el día de marras aunque todo dependerá siempre del horario y de cómo vaya transcurriendo la jornada.

Aunque después hay un pequeño tramo de subida enseguida tenemos el descenso con unas cuantas curvas aún fuera del bosque y después un tramo de camino bastante roto en el que me dejé llevar por el que tenía delante. Los más atrevidos lo agradecerán. Justo antes nos cruzamos con un numeroso grupo que venía en sentido contrario donde me pareció reconocer a un Maifren en cabeza.

En la pista principal nos encontramos a un grupo de cazadores que nos aconsejaron no ir hacia las casas con lo que el grupo se dividió entre los que se fueron por la pista hacia la carretera y Carlos y yo que seguiríamos por la otra pista para pillar el single track. El cazador puso muy mala cara cuando el grupo giró en redondo para venir con nosotros por el sendero. Además venían también un grupo de moteros a toda leche. Si quedaba algún animal por las cercanías seguro que desapareció en esos momentos. Pero mira que no tendrán terreno para cazar que no sean los cuatro caminos que hay por allí.

Nueva reagrupación, y al mismo tiempo despedida, en la carretera ya que algunos se fueron, los demás continuamos el periplo. Debía hacer años que no hacía esa subida y la encontré bastante fácil y corta. Queda otra rampa fuerte y el último tramo antes de la torre en el que hay que patear. Es la última dificultad a superar, aparte de una pequeña subida al Puig dels Revells. En la bajada de la rampa de cemento paré para averiguar porqué Carlos había vuelto a pinchar. Era un pinchazo lento por lo que estuvo comprobando si tenía alguna punta clavada pero lo hizo con los guantes puestos y no encontró nada. Antes no lo había hecho para perder el menor tiempo posible. Ya ves lo que ganaste. Me acerqué y lo comprobé sin guante y efectivamente ahí estaba aún clavado un diminuto pincho. Lo sacamos y a montar pero así y todo después de reparar aún seguía faltando gente. Llegaron poco después, averías y caídas tuvieron la culpa.

En la casa derruída hubo otra variación sobre su ruta, les propuse ir a buscar la trialera del coche quemado, al menos para que la conocieran los que no sabían de su existencia y para disfrutarla bajando o al menos intentarlo. Decir que me cansé bajándola, tenía hambre y no había comido más que dos naranjitas, iba ya en reserva. En el asfalto los que tenían más prisa salieron pitando y nos quedamos solamente los dos Carlos y yo. Antes de separarnos en el Decathlon vi pasar a dos bikeros conocidos y los llamé, eran Xavi y Josellarg que venían de rodar ellos solos. Chismorreamos un rato más los cinco y para casas donde casi llegamos misses dites como aquel que dice.

En resumen y como colofón decir que la ruta de la quedada aunque sobre el papel puede parecer monótona o lineal nada más lejos de la realidad. Teniendo en cuenta que la participación parece que será importante habrá que tener en cuenta algunos factores, como averías, disparidad de niveles y desconocimiento de la zona con lo que aún puede acumularse más retraso del esperado con lo que la media será baja, aunque con esa longitud debería acabar antes de la una en todos los casos, y siempre queda la opción de modificar el recorrido en el último momento, sobre el terreno. Ahí ya no me meto, yo iré por donde me digan, aunque me consta que todos estos detalles ya habrán sido discutidos y valorados con anterioridad. Hasta espero alguna sorpresa.
Si no es antes nos vemos pues el veintisiete.


P.D. Si queréis ver fotos de la salida buscadlas aquí y aquí.