Cerquita, cerquita

Y ya van...he perdido la cuenta. Son unas cuantas salidas muy seguidas las que he rodado por Na Burguesa estos dos últimos meses. He salido solo y medio petado, aunque al final se formó pelotón: con los Bous Bufats planeando su itinerario para la quedada que viene; con el Xaragall y algunos agregados del Kinpedal; con los Tira-tira. Y en todas estas salidas se ha hecho algo nuevo, algo diferente; corto o largo, sencillo o complicado pero algo que vale la pena vivirlo.

Y esta semana, sin muchos ánimos con los que afrontar una salida en condiciones, me decido a rodar con mis amigos del Tira-tira aprovechando su ruta cercana y esperando que no me den mucha caña. Juan más o menos de lo mismo. Así y todo ya me habían advertido que eran “dos rutas en una” pero no vi muy claro que fuera a ser así.

Lo que si iba a tener eran subidas. Desde la Vileta directos hacia el Coll d'en Marill y me quedé con las ganas de hacerlo por el camino verdadero y no por la empinada pista. Cuando lo pensé ya iba subiendo y lo dejé estar. La bajada por la ladera contraria sin ninguna pega aunque aún estuviera húmeda. Y después un poco de carretera hasta la siguiente pista que sube, aquella que algunos conocen como “la interminable” pero he oído otros motes más correctos, a mi parecer. Aparte del primer tramo más exigente lo demás es rodar y rodar sin ninguna pega aunque alguno no acababa de creérselo. Y de la parte final ni te cuento.

Me pareció que por delante iba el niño Bernat que, como no venía su padre, llevaba tutores y creo que hasta entrenador personal, un tipo con una bici de rally que le iba dando indicaciones de toda clase. Pero en el cruce no estaba y alguno se mosqueó. Después supimos que nos esperaba en el siguiente cruce y cuando llegamos le dieron un par de collejas bien dadas.

Los que se quejaron en las rampas anteriores iban a tener ahora motivos más que suficientes para volver a hacerlo en las siguientes. Son más complicadas pero más cortas aunque las pasé bien y tampoco me sentía mal del todo pero me parece que bebí muy poco en toda la mañana y lo pagué por la tarde con dolor de cabeza y malestar. En la barrera nos encontramos a un grupeto de cinco o seis veteranos que si se iban a dar un festín al abrigo de la pared porque lo cierto es que si desaparecía el sol tras las nubes el viento te refrescaba en seguida. No eran los primeros que nos encontramos, anteriormente nos habíamos cruzado con una pareja y antes, en la rotonda de Son Rapinya, con otro grupo muy numeroso.

Ni paramos en la barrera ni en la torre, se decide bajar y parar en la carretera. Yo ya llevaba las protecciones puestas y no me paro más que para bajar el sillín y enseguida enfilar la trialera. Paso a Juan que iba un poco espeso este sábado y a algún otro mientras llego a la primera curva. Me pareció recordar que fue allí donde la vez anterior que lo intenté me paré, pero esta vez no. Sigo mientras voy pensando que no puede ser tan fácil y así llego a la última curva. He acabado por primera vez esta trialera y no ha sido para tanto. Me paré lejos pero aún así pude comprobar cómo se debe trazar una curva por parte de un descender que estaba entrenando por allí, y no fueron los últimos que nos encontramos, ayer parecía que habían dado el sus, salían bikeros hasta de debajo de las piedras.

Paradita en la carretera para coger fuerzas y cuando todo el mundo se pensaba que bajaríamos a la pista Tolo les enseña el camino correcto, hacia arriba. Y se oían quejas de por todos lados, hasta hubo tapón de los que caminaban, increíble. Solamente unos cuantos nos empeñamos en subirla y así lo hicimos, no tiene mayor dificultad. Ya que el día que salí a bufar la hice en sentido contrario éste la iba a disfrutar. Solamente tiene un par de pasos con piedras que exigen un poco más de atención y fue cuando casi me vi en el suelo, pasé rozando un pino con el manillar, y es que en algún momento no calculo bien lo ancho que es y me puede dar un buen susto.

Y fue al llegar a la pista cuando Tolo se dio cuenta de que no llevaba el GPS en el manillar. Se había roto el soporte y había caído. Se fueron a buscarlo unos cuantos y cuando vi que no había muchos voluntarios más fui yo también. En un principio iba encima de la bici pero al llegar al pino cruzado me bajé y ya iba andando. Bernat volvió atrás y yo me encontré con Tolo y Toni más adelante. Llegamos hasta casi la carretera pero ni rastro del aparato. Volvimos atrás y con una rama de pino iba levantando el carrizo para ver por debajo pero no apareció. Cuando volvía me crucé con el grupo que volvía por el mismo sitio, después bajarían por las dresseres de la carretera; Juan y yo seguimos ruta hacia adelante. Espero que entre todos alguno lo encontrara.

Como dije, nosotros seguimos y como no teníamos claro por dónde bajar lo decidimos en el Coll des Pastors después de hablar un rato con un cazador. Se me ocurrió preguntarle por las lindes del coto de caza y es prácticamente toda la finca de Bendinat, desde la barrera de cable cerca de las antenas hasta la carretera entre el Coll de sa Creu y el Coll des Vent y hasta la pista del depósito que sube desde Costa d'en Blanes. O sea, todo, y de todo tipo de caza, mayor, menor, con arco, con escopeta, con perro. En resumen, que el único periodo de tiempo que no cazan es en verano, junio, julio, si no recuerdo mal. Y con respecto a los posibles accidentes, pues que ellos van tranquilos con sus licencias y pólizas de seguros al día y que no pase nada. Esperemos, porque nosotros al menos vamos por los caminos pero por ahí se mete mucha gente campo a través a buscar vete a saber qué o a ver cuevas.

Tras debatir un rato con él cada uno marchó por su lado. Nosotros teníamos que bajar y que mejor que meterse por la trialera Bendinat (la enduro, vamos). Bonita al principio pero antes de salir al descubierto se me atraganta el último tramo, el removido. Lo paso como puedo sabiendo que viene un largo tramo para disfrutar a tope. Juan viene retrasado pero viene y en ese plan no bajamos ninguno de los dos por la pendiente de tierra donde cada vez hay más surco, pero no son mi especialidad. Seguimos como podemos por la parte rota hasta llegar a la zona de surcos y empieza la pista ancha. Ahí le espero ya que viene caminando y nos vamos por el sendero directos a Génova por la 374; él no lo ha hecho y yo solamente en una ocasión aunque esta vez si paso por la rossaguera montado. Aparte de alguna roca y pino por en medio es difícil de pasar de una tirada, es más de fuerza y equilibrio que otra cosa.

Una vez en la zona urbana ya es un paseo hasta casa aunque haya que cruzar toda la ciudad. Poder hacerlo sin tener que bregar con el tráfico es una delicia.


Los comentarios

Vamos a ver cómo empiezo ésto sin que parezca una madeja deshilachada de ideas sin conexión ni argumento. Se me ocurrió comentarlo después de leer una crónica del último blog que ha aparecido en el mundillo bikero que, paradójicamente, lo viven y lo redactan gente veterana y experimentada en esto de dar pedales. Con ese paso adelante nos hacen partícipes de sus correrías y su savoir fer.

¿Y porqué digo ésto? Vamos a aclararlo echando mano a uno de sus últimos artículos y sacando algunas frases del contexto.

Recorrido: Lloseta, camí Raiguer, Selva, Aumaixella, Moscari, Campanet, Camí del Sant Crist, Sant Miquel, coves de Campanet, Fangar, Míner, Fartàritx (permiso concedido para pasar), camí des Pujol (vell de Fartàritx), Vall d'en March, camí vell de Lluc, coll pelat, Aucanella, Biniatró i camí Raiguer sin pasar por Moscari hacia Selva i Lloseta. (paso por Biniatró pendiente de autorización, sino en coll pelat vamos hacia el cami vell de Lluc-Caimari y a Lloseta de nuevo).

No voy a valorar la ruta, que de por sí es buena (aunque eso va por barrios), sino el hecho de que piden permiso en dos puntos concretos, Fartàritx y Biniatró. Nunca me había planteado hacerlo a pesar de saber que es posible tener problemas en Fartàritx y que es tarea imposible en Biniatró. Mucho ha llovido desde los días en que sí se podía pasar y no eras amonestado por nadie, excepto por los perros. El hecho de pedir permiso lleva consigo una consecuencia en caso de negativa, que es no ir, y es una opción que se tiene que estar dispuesto a asumir. A veces nos hemos topado con amos o propietarios que nos ofrecen esa opción pero más parece que sea una excusa para acabar rápidamente la discusión y dejar de vernos cuanto antes.

Caso propio: Albenyà este mismo sábado. Hace un año aproximadamente se publicó en unas páginas web (están enlazadas en la entrada anterior) unos videos de una gente que hizo una bajada desde Cura hasta la carretera, muy chula. Valoración del impacto real de esa publicación por mi parte, no verificable. Para el propietario o sus representantes quizás si. Puede que hayan visto aumentar el número de bikeros que quieren realizarla o los cazadores se hayan quejado, tampoco lo sé a ciencia cierta. Lo que es seguro es de que ha aparecido, un año después, un comentario a esos videos exigiendo que se pida permiso para acceder a la finca. Se reproduce.

L´Amo d´aubenya dice:
Por favor, solicitad el correspondiente permiso a la propiedad para entrar en la finca, es una propiedad privada. Es fácil, ir hasta las casas, indicar el número de personas que habrá en la finca y el tiempo que se estará en la finca. Abstenerse periodos de caza. Caso contrario, se tomarán las oportunas medidas para evitar los accesos y nos veremos obligados a denunciar al Seprona a las personas que incumplan las normas que marca la propiedad en SU finca.
Atentamente
La propiedad

No prohíbe, pero quieren saber lo que hacemos en su finca. El problema para nosotros puede ser el no saber donde está su finca. Te puedes imaginar que estás dentro de una propiedad privada pero tampoco sabes cuál. En este caso concreto no hay paredes ni barreras que saltar, pero tampoco hay que ser tan ingenuo de pensar, y menos decir aquello de, “el monte es de todos”.

Caso ajeno: Els Rafals, en Alaró, esta misma semana donde Xisco se ha topado con el propietario. Transcribo parte de la crónica.

Que si nos hemos perdido
Que vamos hacia sa Bastida
Que no podréis pasar porque la barrera de la embotelladora esta cerrada
Que me tenéis harto, cortándome la rejilla
Que os pensáis, esto es privado, sin pedir permiso.
Que la próxima vez pasáis por delante de las casas y salís al mismo sitio
Al final continuamos con la cabeza baja, y mis compañeros con la amenaza de que me cambie el GPS, que al menos marque los lugares con 'dueño escondido'

Extrapolando puedo deducir:

  1. Que le molesta encontrarse gente que no le ha pedido permiso.
  2. Que le joroba que se le rompa el material.
Pues hagámosle caso, identifiquémonos y en lugar de esgrimir excusas nimias se le pide el nombre y el teléfono para poder avisar con antelación y que nos digan por dónde podemos o no podemos pasar. Lo mismo podríamos decir de lo acontecido en la salida de los Toys por ses Alquerioles donde fueron invitados a abandonar el lugar. Pero no solamente en ese detalle se parecen las dos salidas. Xisco comenta por su parte, saltamos la rejilla,... y en el reportaje de Tomeu hay unas fotografías ilustrando ese mismo momento en la otra punta de la isla. Lo considero de todo punto innecesario; no aportan datos relevantes para la ruta y son elementos que pueden ser usados en contra nuestra.

No son estos los únicos ejemplos que podrían citarse de encuentros (o más bien de desencuentros) y seguramente si releo mis crónicas encontraré frases que reflejan situaciones parecidas y también innecesarias (hace poco en Llinars, sin ir más lejos. Leed vosotros mismos la crónica del grupo organizador para sacar vuestras propias conclusiones). No se trata de culpar a nadie en concreto sino de fomentar la autocrítica con nuestro trabajo y de darnos cuenta de que puede ser examinado con lupa.

Hay más ejemplos notorios y hasta diría algunos escandalosos. Moncaire, Monnàber, Es Teix o s'Arrom en el valle de Sóller; Son Vic, Son Balaguer, en Esporles; Son Fortuny, Es Rafal, Son Forteza, Comasema, Cosconar o Ternelles son algunos de los puntos de fricción que nos podemos encontrar a lo largo y a lo ancho de nuestra tierra, aunque no todos pueden englobarse en el mismo caso. Hay algunos que permiten el paso a pie y no en bici, caso de Son Vic; otros tienen un camino público que los atraviesa y no hacen ni puñetero caso, como Son Forteza y Son Fortuny y otros que no dan su brazo a torcer de ninguna manera, como Es Rafal o el clan March en cualquiera de sus latifundios.

Así y todo, en ese mismo saco tenemos que añadir a la Administración misma, la que nos prohíbe meternos en algunos reductos esgrimiendo consignas conservacionistas cuando por esos caminos circulan verdaderos tanques agrícolas, caso de Mortitx, por ejemplo.

Voy a citar un caso contrario y alentador que merece todos mis respetos y digno de tener en cuenta. La vuelta a Cabrera por parte de s'Escapada. Dit i fet, aunque seguro que un buen trabajo costó organizarlo.

Es muy posible que, tras años de rutear por estos montes, alguno tenga un pequeño registro de nombres y teléfonos de propietarios que quiera compartir con quién esté dispuesto a usarlo. Por ahora este es un tema abierto.


Puig de Randa

El cuerpo no me pedía desnivel esta semana, lo notaba; y no me preguntéis cómo se nota eso porque no lo sé. Lo que no tenía claro tampoco era la ruta que quería hacer. Había pensado en algún llaneo inédito pero sin concretar. Y así iban pasando los días, sin propuestas fiables por parte de la peña, en una de esas semanas en que todo se decidiría a última hora, como así fue, ya que recibí el viernes un correo de Jauja que se encontraba más o menos en la misma situación. Me propuso una salida corta por la sierra pero contraataqué con otra idea, pero por su zona. Como tenía que estar él pronto en casa le pareció estupendo ya que no tendría que coger ni siquiera coche y por el horario tampoco tendría que preocuparse. Mis fieles colegas palmesanos se sumaron encantados ya que todos íbamos a salir ganando por una causa o por otra.

La opción elegida fue el Puig de Randa, que forma parte de una pequeña serralada, el macizo de Randa, en el corazón de la isla con mucha historia. No en vano en sus laderas se levantaron una ermita, de Sant Honorat, y dos santuarios, Gràcia y Cura. Pero claro, no hemos ido directamente hacia allí, había que calentar y dejar que nuestros anfitriones se explayaran y nos enseñaran un poco más de esa Mallorca interior casi completamente desconocida para los que solamente la cruzamos por las carreteras principales. Jauja, Jaume y Ramón han sido nuestros guías en el día de hoy. Los segundos no sabía que estarían, José Carlos no me había dicho nada. De lo único que estoy seguro es del inicio, tomando el camino hacia Sant Jordi, en su primera parte asfaltado y con tendencia hacia arriba. Y ha sido en esa tendencia cuando me he empezado a dar cuenta de que no iba lo que se dice precisamente fino. En condiciones normales ya debería haber calentado y haber entrado las piernas en un estado de sopor insensible donde pueden tragarse lo que les eches. Pero no ha sido así, la pesadez ha sido la tónica dominante.

Hemos llegado al desvío donde el amigo de Wiro usó las tenazas y se ve que sirvió para algo porque está abierto de par en par, y me parece recordar que después había un montón de rocas interceptando el camino; ahora está expedito. A partir de aquí ya iba desorientado, tanto estábamos en un tramo de camino de carro como sobre el asfalto, como rodando por el interior del bosque adonde habíamos accedido cruzando algún sembrado. Nunca había grandes subidas ni vertiginosas bajadas pero seguía sin conseguir el punto físico idóneo por lo que mi idea de efectuar dos subidas con sus correspondientes bajadas peligraba.

Hemos llegado a Randa y hemos comido algo ligero en los lavaderos mientras se sopesaban las distintas opciones. Como la idea de las dos bajadas seguía viva hemos optado por hacer primero la mayor, la de Albenyà, y después, si las fuerzas acompañaban, volver a subir a Gràcia para hacer la segunda, en contra de la opinión de Ramón que tenía otros planes más extensos pero excepto él y Jaume los demás no confiábamos mucho en nuestras posibilidades, por lo que hemos subido hasta arriba del todo en primer lugar, eso sí, cogiendo algunos tramos de camino antiguo que acortan pero que tampoco matan si lo haces. Me ha gustado mucho el primero, el que te deja justo en el desvío de Gràcia.

Bikeros de mtb no hemos encontrado ninguno aunque de carretera había ya a montones, tanto particulares como en pelotón, y español me parece que tampoco, alguno solamente de chicas que no se porqué soplaban hasta bajando, debía ser por el frío. La subida, como he comentado, muy factible y aún así con muchas diferencias entre nosotros, y mucho fresco arriba. Tanto que me ha dado tiempo a enfriarme comiéndome el bocata, pero todo era poco porque ya se acercaba el momento de la verdad suprema, la bajada hacia Albenyà.

Un inciso sobre Albenyà. Me han comentado mientras subíamos que ha aparecido un comentario acerca de un video que se grabó en esa bajada sobre la necesidad de pedir permiso para circular por ese camino so pena de que empiecen a tomar medidas en contra nuestra. Pero el siguiente comentario de esa misma entrada me ha hecho recordar que yo también estuve en esa carrera, de espectador me refiero, y otros comentarios sobre l'amo, que también era bikero, etc.

Decir para mi descargo que ha sido mi primera bajada por allí y la he encontrado francamente bien, no es complicada aunque me he tenido que parar en algún punto (si habéis ido sabréis cuál es) pero que es superable. Ya en el bosque lo que importa es la velocidad. Estaba hoy un poquito mojada lo que le daba un cierto plus de emoción. Al final, como los palmesanos íbamos delante, hemos salido por donde no debíamos, la misma salida del video (otro punto de vista), pero los nativos nos han explicado que se puede continuar por el interior del bosque llaneando hasta casi Randa. Hemos entrado por un camino lateral con un cuestón impresionante que ha habido que patear y a fin de cuentas nos hemos ahorrado cien metros de carretera.

Como íbamos bien de tiempo para todo el mundo hemos vuelto a subir (esta vez por asfalto) hasta el desvío de Gràcia y tomar todas las trialeras. Eso sí lo había hecho un par de veces, la anterior comentada con Wiro (aunque este se fue antes) y Juantrans y otra, aún más anterior, solo. En realidad hemos tomado la primera, la más larga, y que te deja bastante abajo de la carretera por lo que luego, medio engañados, hemos vuelto a subir hasta la cruz para bajar por todos los tramos. Bonitos tramos, lo único que pasa es que al llegar abajo te das cuenta de que tendrías que haber bajado mucho más rápido, y fue una lástima no tener tiempo para hacer la segunda pasada. Hay que tenerlo en cuenta para la próxima.

Volvimos tranquilos hacia Llucmajor donde llegamos a la hora clavada tras una buena ruta. Jaume decía de más de treinta kilómetros; a mí en la cabeza me parecían muchos menos pero en las piernas, el doble como mínimo, pero no me quejo, al contrario. Además el domingo tendría sesión de recuperación, o sea, que tranquilo. Otro día se organizará con más antelación y por mi parte daré la murga para hacer dos bajadas por la parte de atrás como mínimo y sin penalizar.

A ver si Carlos acierta con la fijación de la cámara y podemos reírnos un poco con las pifiadas que me parece que esta semana solamente veremos tierra.


S'Hostalot

Como en la anterior salida dejamos algunas cosas pendientes de la ruta prevista, repetirla como fue diseñada fue mi proposición para esta semana pero la propuesta no recibió ningún apoyo y las que surgieron no me satisfacían. Pero precisamente el grupo Xaragall tenía programada su salida mensual por la zona de Na Burguesa y a media semana ya había decidido salir a rodar con ellos si no había ningún pronunciamiento respecto a la propuesta emitida. No le dije nada a Xisco porque quería esperar a última hora, la semana pasada estuve por la zona y dentro de dos semanas volveremos y me parecía que era mucho repetir.

El viernes Juan y Carlos me llamaron para salir aunque Juan no lo tenía decidido del todo y quedamos en vernos a medio camino para irnos montados hacia el punto de reunión que suponía que serían los aparcamientos del polideportivo de Son Moix. Temprano le llamé y me lo confirmó pero estuvimos esperando en vano a Juan (finalmente no pudo venir) antes de irnos al lugar adonde llegamos los primeros. Había una buena peña, con bastantes caras nuevas para mí, no sé si con más forasters que poblers. Aún así como de lo que se trata es de dar pedales y pasárselo bien pues como un grupo compacto y bien avenido empezamos la excursión. Había track como era de esperar pero no sé si alguno lo conocía, yo desde luego no, pero voy indagando sobre su trazado a medida que vamos avanzando.

Nada nuevo hasta Gènova y a por el rampón de la autopista para empezar a bordear el campo de golf hasta empalmar con el camino principal de Bendinat, conocido en el mundillo como la mamut. No lo haríamos completo solamente hasta el desvío de Costa d'en Blanes pero ya fue un avance de las siguientes subidas que nos esperaban. Bajadita rápida en la primera parte, donde me caí por un enganche del manillar (y ya van unas cuantas) aunque no me acordaba bien de la parte final, la de la torrentera donde fui un poco más lento debido al tráfico.

En la barrera de la urbanización ya me había enterado de por donde sería la subida, por las rampas de s'Hostalot, es decir, la pista que se utiliza para acceder con vehículo a las antenas y torre de vigilancia en el extremo de Palmanova. Nunca lo había hecho en ese sentido y medio bromeaba que sería la única. Estaba seguro (y conmigo muchos) de que no podría hacerlas, pero me equivoqué de todas todas. No sé si fue el pararnos a merendar justo traspasar la barrera o el cazito de té que me tomé gracias a Pedro P. que según él lo iba a notar. No puedo afirmar que eso sucediera pero que me hubiera gustado llevar puesto el pulsómetro (que por cierto no funciona, Pot) para corroborarlo si que es cierto porque no noté esa subida a nivel de pulsaciones. Se ve que los recuerdos almacenados de la bajada en sentido contrario, lloviendo y con la otra bici, crean una imagen mental que no se puede extrapolar si la haces en sentido contrario.

Por cierto, lo de los termos con bebidas calientes me parece una idea mucho más que buena y aunque ayer hiciera calor, todo un detallazo. Joder, acabas una subida fuerte y prolongada que te deja las piernas temblando y cuando estás medio empanado comiéndote un bocata chusquero preparado por la mañana deprisa y corriendo, se acerca alguien ofreciéndote un café o un té caliente, vamos, es que te deja descolocado y sumamente agradecido. No sé si será ése el efecto que pronosticaba Pedro cuando me lo ofreció pero lo cierto es que me sentó divinamente (y eso que yo no soy de tés).

Cuando llegué arriba volví a encontrar a uno de los dos que habían pasado mientras comíamos, el que llevaba la cámara instalada en la horquilla, al otro, el de la Decathlon, lo pasé en la subida, se había parado no sé exactamente porqué pero me lo imaginé. Después ya no los volvimos a ver.

Nosotros si llegamos hasta las antenas en uno de los mejores días para hacerlo ya que había muy buena visibilidad en un día radiante. Oteé el horizonte buscando nuestro próximo objetivo, la otra torre de vigilancia sobre el Pujol del Gat, y casi no se veía. Me puse las protecciones ya que las bajadas ahora si son rápidas por pista aunque cortas, pero en un continuo sube baja. Y empezaron los pinchazos. Se cumplió el axioma bajada=pinchazo(s). Hubo para dar y regalar. A veces hasta dos en la misma bajada pero en general se solucionaron bastante rápido. Otras averías mecánicas no hubo si exceptuamos dos roturas de cadena. Yo acabé con algún desajuste en el cambio que hacía que se me chupara la cadena. Esta mañana me lo he mirado y con un pequeño ajuste del tornillo de fin de carrera se ha solucionado. Lo que me tenía más mosca era la dificultad para cambiar de plato y ya he visto la causa. La funda es corta y en las curvas a izquierda lo he forzado rompiendo la funda y el mismo cable, y todo por el cambio de manillar más ancho. No me di cuenta de ese detalle y tendré que cambiarlo.

Rodando por la carena a buen ritmo llegamos a la subida del Coll des Pastors que hicimos en dos tramos debido a una avería y donde llegué el primero arriba, y es que ayer las subidas se me hacían cortas (debía ser porque ERAN cortas; cortas pero empinadas). Bajé el primero para pararme en el desvío del mirador y así evitar que alguno se fuera pista abajo y cuando llegaron todos bajé con Carlos detrás el último tramo que fue donde al ir pegado a mí no vio un pedrolo que yo esquivé, escondido como estaba por el carrizo, y se lo comió. Oí el golpe a mis espaldas y esperaba oír también el del batacazo pero este no se produjo, menos mal! porque era para habérsela pegado y de las buenas, creo que en este caso sí le salvó la bici porque literalmente le arrancó un cacho a la piedra pero no la movió del sitio.

Cambiamos la cámara y seguimos hasta el mirador aunque como la vez anterior, tampoco llegamos a ir. Proseguimos la ruta con esa bajadita que tan buen gusto me dejó la semana pasada pero ahora sin trazador delante. En medio hay una especie de bache grande con una salida hacia arriba de roca donde le pegué un sonoro llantazo a la cubierta delantera que creí que la habría reventado pero pude continuar sin problemas. De hecho hoy al comprobar los cambios las he mirado bien y tanto la de delante como la de atrás están literalmente crujidas, completamente cuarteadas. Un día se me van a hacer trizas por esos caminos. Tengo por ahí una Maxxis High Roller Maxxpro 60a de esas que ruedan solas pero su kilo y cuarto no me permite hacer excepciones con ella. Tengo también una LUST Tubeless plegable de casi la mitad de tara pero también de compuesto duro, 62a. La voy a poner pero espero que no sea para comprobar que me he acostumbrado de una forma importante al agarre y al tacto de la Slow Reezaay 40a.

Como había penalización por tiempo había pensado que si llegábamos antes de la una treinta al Coll de Son Marill podríamos acabar por la trialera del coche quemado sin problemas pero antes de llegar siquiera a la zona alta de Son Vida ya eran las dos menos cuarto por lo que les propuse para acortar bajar por la trialera de la cantera. La teníamos ahí al lado y casi ninguno la había hecho, ni creo que Carlos la hubiera hecho pero éste se había retirado por la carretera con molestias físicas. Les pareció bien (más que nada por ignorancia) y hacia allá nos fuimos, eso sí, haciéndome el honor de ir abriendo camino. Uf, disfruté, bajé a mi ritmo y sin presionadores por detrás y lo mismo puedo decir de la gran mayoría, en la cantera lo corroboraron. Solamente nos quedaba volver a los vehículos por la zona urbana para acabar de saborear un día redondo. Bueno a mí me quedaba volver carrileando por la ciudad pero ahora eso es todo un lujo. Me confirmaron que muchos de ellos van a volver para la quedada del veintisiete. Creo que después de esta les va a parecer a poco pero el objetivo de estos eventos no es la ruta en sí, son otros más personales. Para otros retos más específicos ya se organizan otros, el último este.


A bufar

No sé, el sábado pasado me lo pasé muy bien pero me supo a poco la ruta. Vamos a ver, no es una crítica, es que cambió el tiempo cuando bajamos a Solleric y me activó las endorfinas. Salió el sol, aumentó la luminosidad del día y yo me sentía mentalmente eufórico, no tan así físicamente, pero coincidieron esos momentos con el paso por el Camí de sa Font Figuera y lo disfruté muchísimo. Por eso, mientras tomábamos un refresco Pepe y yo, no podía dejar de pensar en alargar esos momentos aunque fuera el domingo.

Tenía una invitación en mi carpeta de entrada de los Bous Bufats para acompañarles en su bufada semanal. Tenían que decidir ya la ruta definitiva de la quedada que organizan el día veintisiete del presente y yo me había inmiscuido de manera casi descarada en sus planes haciéndole unos comentarios sobre el tema. Como que por correo y sin saber exactamente de que estamos hablando no íbamos a sacar nada en claro, me propusieron que les acompañara y lo veríamos en directo. Carlos (el otro Carlos) me llamó el sábado noche con todas las ganas del mundo para salir el domingo. Le invité a venir. A Pepe también se le veían las intenciones, o sea que ya nos tienes a la hora en punto en el lugar de reunión. De hecho fuimos los primeros en llegar y los demás van apareciendo a cuentagotas y solamente nos fuimos cuando ya estuvieron seguros de que no iba a aparecer nadie más pero Pepe no apareció. No podría nombrar a todos los que estaban pero si había muchos Carlos, Luises, Pepes, algún Miki, Guiem, Agustí, Juan y seguro que me dejo alguno.

Con respecto al recorrido de inicio diré que me pensaba que por la “zona de Madre Alberta” llegaríamos hasta la carretera cerca del cuartel, por dentro de la torrentera pero no fue así. Salimos enseguida para volver a salir al vial de acceso a Son Rapinya y subir la cuesta hasta la rotonda. Después carrilón hasta Génova y ahí si que hay una variante que no conocía. En la reagrupación en el monumento aparece Pepe que había venido a la caza porque se había levantado tarde. El tramo de pista hasta el Coll des Pastors parece fácil pero es siempre en subida y bastante largo pero no hay porqué parar, de una tirada se digiere mejor.

Segundo reagrupamiento en los pinos y hacia abajo que nos vamos, para bajar rápido por una pista que llega a desaparecer en el interior de una coma aunque nosotros tomamos siempre el desvío hacia el Mirador de n'Alzamora. Aunque no llegamos a él se barajaron ahí diferentes posibilidades, merendar allí, ir a pie, no ir, etc. Veremos que se decide el día de marras aunque todo dependerá siempre del horario y de cómo vaya transcurriendo la jornada.

Aunque después hay un pequeño tramo de subida enseguida tenemos el descenso con unas cuantas curvas aún fuera del bosque y después un tramo de camino bastante roto en el que me dejé llevar por el que tenía delante. Los más atrevidos lo agradecerán. Justo antes nos cruzamos con un numeroso grupo que venía en sentido contrario donde me pareció reconocer a un Maifren en cabeza.

En la pista principal nos encontramos a un grupo de cazadores que nos aconsejaron no ir hacia las casas con lo que el grupo se dividió entre los que se fueron por la pista hacia la carretera y Carlos y yo que seguiríamos por la otra pista para pillar el single track. El cazador puso muy mala cara cuando el grupo giró en redondo para venir con nosotros por el sendero. Además venían también un grupo de moteros a toda leche. Si quedaba algún animal por las cercanías seguro que desapareció en esos momentos. Pero mira que no tendrán terreno para cazar que no sean los cuatro caminos que hay por allí.

Nueva reagrupación, y al mismo tiempo despedida, en la carretera ya que algunos se fueron, los demás continuamos el periplo. Debía hacer años que no hacía esa subida y la encontré bastante fácil y corta. Queda otra rampa fuerte y el último tramo antes de la torre en el que hay que patear. Es la última dificultad a superar, aparte de una pequeña subida al Puig dels Revells. En la bajada de la rampa de cemento paré para averiguar porqué Carlos había vuelto a pinchar. Era un pinchazo lento por lo que estuvo comprobando si tenía alguna punta clavada pero lo hizo con los guantes puestos y no encontró nada. Antes no lo había hecho para perder el menor tiempo posible. Ya ves lo que ganaste. Me acerqué y lo comprobé sin guante y efectivamente ahí estaba aún clavado un diminuto pincho. Lo sacamos y a montar pero así y todo después de reparar aún seguía faltando gente. Llegaron poco después, averías y caídas tuvieron la culpa.

En la casa derruída hubo otra variación sobre su ruta, les propuse ir a buscar la trialera del coche quemado, al menos para que la conocieran los que no sabían de su existencia y para disfrutarla bajando o al menos intentarlo. Decir que me cansé bajándola, tenía hambre y no había comido más que dos naranjitas, iba ya en reserva. En el asfalto los que tenían más prisa salieron pitando y nos quedamos solamente los dos Carlos y yo. Antes de separarnos en el Decathlon vi pasar a dos bikeros conocidos y los llamé, eran Xavi y Josellarg que venían de rodar ellos solos. Chismorreamos un rato más los cinco y para casas donde casi llegamos misses dites como aquel que dice.

En resumen y como colofón decir que la ruta de la quedada aunque sobre el papel puede parecer monótona o lineal nada más lejos de la realidad. Teniendo en cuenta que la participación parece que será importante habrá que tener en cuenta algunos factores, como averías, disparidad de niveles y desconocimiento de la zona con lo que aún puede acumularse más retraso del esperado con lo que la media será baja, aunque con esa longitud debería acabar antes de la una en todos los casos, y siempre queda la opción de modificar el recorrido en el último momento, sobre el terreno. Ahí ya no me meto, yo iré por donde me digan, aunque me consta que todos estos detalles ya habrán sido discutidos y valorados con anterioridad. Hasta espero alguna sorpresa.
Si no es antes nos vemos pues el veintisiete.


P.D. Si queréis ver fotos de la salida buscadlas aquí y aquí.