Bufada plana

Tras una semana de bochorno mayúsculo con un calor infumable por las tardes en la que he desistido de salir en plena digestión y el biorritmo por los suelos no era raro que el sábado tuviera unas ganas locas de salir, fuera donde fuera y con quién sea pero...no tocaba así que me he tenido que aguantar hasta el domingo y además con el horario medio recortado al tener que hacerlo coincidir con el horario australiano, descartando una salida de los colegas con un tiempo final no a mi alcance. Pero aún así tenía esperanzas de que con otros compañeros podríamos montar otra ruta interesante, como así ha sido.

No es que haya comenzado el día de la mejor manera posible porque a falta de cinco minutos para las ocho aún estaba por mi casa y he tenido que coger vehículo para acercarme al Decathlon con la esperanza de que salieran tarde, eso en el caso de que hubiera alguien porque no había convocatoria oficial en su blog. Pero estaban, y eran unos cuantos, no más de cuatro pero más que suficientes. Para no andarme con rodeos les propongo la misma ruta que propuse a Sito el domingo pasado, una vuelta sin complicaciones Palma-Bunyola y volver. Aceptan y en nada estamos ya en movimiento aunque se me ocurre que la hagamos en sentido contrario de la ruta de la semana anterior, y también aceptan por lo que cogemos por unos momentos el carril bici de la UIB hasta la primera rotonda y de allí a Son Sardina.

No viene mal ese primer tramo de asfalto por el Camí de Passatemps para ir calentando y exprimir después la maquinaria ya por el tramo más rústico. Para mi sorpresa alguno comenta que no lo conocía. Ya no paramos hasta la rotonda de la carretera de Sóller donde tenemos que cambiar una cámara pinchada. Nos pasan en esa tesitura padre e hijo que iban bastante tranquilos, los mismos que nos encontramos justo en la rejilla del camí vell de Valldemossa, cerca de las casas de Raixa y al percatarse de nuestra presencia paran y nos dejan pasar para poder disfrutar de unos buenos momentos de pedaleo a tope.

En el pueblo variamos un poco el recorrido para bajar por el camí vell de Caubet aunque solamente hasta el polideportivo porque hoy nuestra ruta se dirige a Son Sales y para ello recorremos unos kilómetros de asfalto hasta la rotonda de Santa María donde nos desviamos por la cantera. Chus ha hecho caso a sus compañeros y confía en que el esfuerzo de hoy no le pase factura en días posteriores al continuar con nosotros porque aunque solamente vamos a hacer parte del sendero del puig sin apenas dificultad se resiente de varios meses de inactividad ciclista.

Al llegar a la pista de Cas Bergantet comemos algo y tras la breve charla emprendemos el regreso por pista primero y asfalto después para coger el primer camino a mano izquierda hasta enlazar con la nueva carretera del Festival por la que rodamos tranquilamente unos metros hasta alcanzar la entrada de la finca de Son Sales con su correspondiente barrera cerrada que hay que sortear. Hay varias opciones para cruzarla, nosotros fuimos por donde saltamos la otra vez y aún así no la clavamos y tuvimos que sortear otra rejilla fácil en la parte de arriba pero en cuanto enganchamos el camino directo le dimos caña al asunto. En el camí de Muntanya Juanfran parte cadena y como no tiene recambios tiene que acortarla tras un breve y rápido cursillo. Solucionado el tema nos dirigimos hacia Son Macià a buen ritmo que se vuelve a ver truncado por el mismo motivo y por eso examino los platos y encontramos la causa, un diente torcido, ahí está!, que a pedradas vuelve a sitio y ahora sí ya puede pedalear tranquilo.

La ruta (si es que puede llamarse así) gustó y parece mentira que hubiera gente que no conociera esos caminos, verdaderas escapatorias de la ciudad que disfrutamos y yo me pregunto por dónde saldríamos de Palma si nos cerraran el paso por ellas.

Como la ruta de hace dos domingos fue la misma pero en sentido contrario si alguno quiere leer la crónica que no hice basta que se lea esta empezando por el final.


La Chinchetada

Quién más quién menos tiene marcados ciertos días en el calendario con una chincheta virtual pero esta vez la cosa ha sido literal, se ha celebrado la 1ª chinchetada en Establiments, casi una puesta de largo de un nuevo grupo, Chincheta mtb. Hace ya unos meses que se empezó a fraguar la idea de montar una quedada por parte de Mateo y a la que ha ido dando forma y color seguramente con la idea de ampliar al máximo el espectro de participación y dar cabida a gente menos acostumbrada a esfuerzos más prolongados, de ahí la alta participación de vecinos del pueblo. Yo no conocía al detalle esta información pero así y todo hay que tomárselo con cierto aire festivo desde el principio.

Ya desde unos días antes había quedado en unirme al grupo de los MIR que se reúnen en el taller para empezar a calentar motores. Raro en mí pasé tarde por allí y no estaban y ni siquiera se les veía y eso que hay un kilómetro recto de carril bici a la vista y aún así los cogí en el Parc de sa Riera. Íbamos al Decathlon a recoger a otros y reunirnos con otros grupos que por allí se congregan, me cambio de bando y llego con los bous a la leñera donde el pelotón empieza a ser ya muy numeroso, tanto que querer saludar a todos los conocidos es tarea harto complicada, así que desisto y ya nos iremos viendo por el camino.

Saludos, tirones de orejas, fotos y apretones varios con amigos y conocidos antes del sús inicial para empezar a corretear por distintos callejones de la barriada donde empezamos a comprobar que ha habido bastante curro por parte de los organizadores, éso nos tranquiliza y nos permite rodar con total relajación, solamente pendientes de no estamparte con el de delante.

La gente suspira aliviada cuando volvemos a la carretera viendo territorio conocido y nos dirigimos hacia Bunyolí donde me llevé una sorpresa al entrar por la barrera, no sabía de ese detalle, pero no suponía tampoco problema alguno, al contrario, empezábamos bien pero pasó lo que tenía que pasar, con embotellamientos en cualquier repecho y donde había que hacer filigranas para poder pasar montado y de hecho no lo conseguí por poco, tropezando con uno casi en la barrera. Hay que aprovechar estos momentos divertidos, ésto en una ruta de las normales no pasa.

Me entero arriba de la ruta, volvemos abajo por la trialera. Le llaman trialera pero de trialera tiene poco, te tiras para abajo sin mucho miramiento y a lo que te dé tu bici y tus reflejos, y además el resto de bajada por la pista lateral aún más peligrosa si cabe, con más pendiente y mayor velocidad.

Ahora iba a empezar lo nuevo pero tampoco era por donde me imaginaba. Yo había recorrido parte de esos caminos pero en dirección al Verger sin encontrar salida y tampoco era por ahí por donde quería llevarnos Mateo ya que a las primeras de cambio nos metemos por una pista lateral donde me avisaron de que venían “unas rampitas”. No las vi, debía ir despistado. La pista acababa sin llegar a sitio conocido, es más, después de cruzar un sembrado no conseguía ponerle nombre al lugar ni al enorme caserón que teníamos delante, realmente se trata de una situación bastante extraña y no fue la única situación en que sucedió. Era Sarrià, pero solamente el cambiar de perspectiva trastoca completamente lo que crees que sabes.

El siguiente paso sí que lo adiviné, la barrera de s'Hort de Sarrià estaba abierta y pudimos cruzar la finca sin problemas aunque no por el mismo sitio que lo hice yo entrando sin permiso, creo que esta vez pasamos por Sarrià nou y en el cruce de la carretera el mismo personaje que nos íbamos encontrando en los puntos clave, hasta había cortado la circulación para poder salir sin problemas. No estuvimos mucho rodando por el asfalto, enseguida nos metimos por algún camino lateral y pudimos conocer otros rincones escondidos de la barriada.

Éramos un buen pelotón, iba yo con Guiem y hablando hablando llegamos al cruce de Sarrià y tuvimos dudas, no vimos señales, aún así tiramos hacia Palma. Incomprensiblemente la gente había desaparecido y en el cruce del camí del Forn de Vidre nos paramos sin saber por dónde tirar; dudamos y tras unos minutos decidimos volver atrás cuando vemos aparecer a unos cuantos aunque en nuestra misma situación y así todos los que iban llegando. El hambre apretaba y decidimos irnos hacia Son Mayol directamente pero al llegar a la carretera vemos las flechas otra vez que nos indican dirección Muntant y allí en la plazoleta había un nutrido pelotón y unas barreras abiertas (de Son Morlà, creo) con otro recorrido sorpresa. Se trataba de coronar un pequeño puig y volver a salir por donde habíamos entrado, pues ni corto ni perezoso nos encaminamos a ello.

Atravesamos la finca y afrontamos la subida más difícil del día que tuve que superar a base de tesón por no querer cambiar de plato y sorteando a los que subían a pie, doble trabajo. Prueba conseguida y me merezco el siguiente descenso aunque sea pistero. A media bajada me encuentro a dos pobleros con problemas, necesitan una herramienta específica y no se la puedo ofrecer pero Toni Abrines tiene la solución y resuelven la avería rápidamente. Yo me voy abajo a avisar al resto del grupo poblero de la incidencia y me los encuentro en una tesitura parecida, y más adelante otros también en la misma postura de sumisión. Parece que la bajadita hizo estragos en las gomas.

Yo iba pasando de problema en problema y mientras el resto de peña que venía detrás nos iba superando y así llegó un momento que fuimos los últimos, y los últimos llegamos al berenar, y tan últimos que ya no quedaba nada para comer excepto un cruasanito que aún conservaba el envoltorio (no me atreví a comerme unas rebanadas de pan que estaban tiradas por la mesa) y éso fue lo único sólido que pude llevarme a la boca.

Unas cañas de cerveza refrescaron mi ánimo, pasamos el sorteo y empezaron las despedidas, yo no quería llegar muy tarde pero aún así volví a salir con los MIR en el último tren. Íbamos a buen ritmo pero el grupo se dividió debido a una avería y los tuve que dejar para volver solo a casa.

A posteriori y consultando la traza me he dado cuenta de que ya había hecho la última bajada, al menos parte de ella, en otra ocasión pero saliendo también por un sitio distinto y tampoco me dí cuenta de ello. Es de resaltar lo diferente que se ven las cosas, la percepción de lo que uno ve, en ocasiones distintas aunque haciendo, en apariencia, lo mismo. He necesitado la pantalla para ubicar correctamente todos los puntos de la ruta y darles un sentido, una continuidad.

Hay que felicitar al organizador por tomarse siquiera la molestia de querer hacerlo y a todos los que la han hecho posible y han contribuido también con su pequeña chincheta.


Suma que te suma

2x1= 2, parece una operación aritmética evidente pero si lo aplicamos a otros ámbitos quizás no lo sea, que salga alguna tarde a mover el plato por ahí y el domingo a que me dé el aire no quiere decir que haya hecho dos salidas como tales al menos así como yo las entiendo, aunque no quiere decir que las haga por hacer, ni mucho menos.

La salida entre semana es solitaria, solo salgo si me apetece y más pronto que la mayoría de grupos, que salen más tarde para sumergirse de lleno en la oscuridad. A veces voy a compartir algunos metros con ellos o me paso simplemente a saludar pero tiene que coincidir que no me metan por las alturas, la cosa va de rodar (y rodar) y no de subir (y subir), hay que mover un poco el plato antes de que le gaste todos los dientes rascándolo por las piedras. La semana pasada por ejemplo no lo cambié excepto en alguna rampa puntual en todo el recorrido.

Salí de casa para dirigirme a Son Gibert y cruzar campo a través hacia la calle Aragó para atravesar hacia Son Cladera y s'Indiotería para ir a buscar el camino de Son Macià, se agradece esa salida de Palma en estos tiempos, para circular muy poco esta vez por el camí de Muntanya ya que me metí por la primera calle que encontré a mano derecha, quería mirar ese paso porque la entrada por la calle Neopatria tiene una barrera cerrada y me convenció porque no tiene barreras y el camino presenta a tramos un empedrado interesante. Llegué a la bardissa natural que esconde el talud y fui circulando a su vera esta vez en dirección a es Caülls pero en lugar de salir directamente a la carretera me metí por el aparcamiento del Festival Park.

Después sí fue todo asfalto hasta Bunyola y por supuesto sin nada que reseñar en todo el trayecto. Al llegar al pueblo estaba ya en el punto más alejado al que estaba dispuesto a llegar y quizás no debería haberlo hecho porque era más tarde de lo habitual ya que me había pasado por el taller de Emilio para llevarme una bomba y me enredé un poco por allí ya que iban llegando los MIR para su salida nocturna y no me acababa de ir pero como iban por Na Burguesa y les quedaba aún bastante rato para partir seguí con mis planes iniciales.

¿Porqué voy hasta el pueblo precisamente? Pues para coger el camí vell de Caubet, camino que aunque esté asfaltado actualmente sigue conservando un encanto especial, sobretodo el tramo que va hasta el polideportivo. Esta vez no me metí por el senderillo hacia el hospital, seguí recto y giré por un ramal paralelo a la carretera que acabó por blanquearme la bici. La vuelta por el camí de Passatemps que últimamente lo hago una semana sí y la otra también.

Lo del domingo tuvo un poco más de miga pero sin exagerar. Había recibido unos mensajes poco esclarecedores desde las antípodas y debía resolver el misterio vía Skype por la mañana con lo que mi horario se vio reducido aún un poco más. Así y todo sobre las ocho (i busques) me presentaba en el punto alfa para rodar con los presentes en compañía hasta donde pudiera llegar. Estaba también Pepe que venía con ganas y también dos compañeros poco habituales que se unieron a última hora, en total ocho que tiramos hacia el Bunyolí por la cantera y para arriba. Subida entretenida, sin ver a casi nadie ya que me quedé cortado a las primeras de cambio por una rama metida en el cambio, valga la redundancia. Me esperaron a mitad de camino y subimos después más o menos apelotonados hasta la barrera.

Nos daba para subir un poco más y así lo hicimos hasta el cruce de Sobremunt donde hubo separación. Pepe se llevó a unos cuantos a ver una bajada nueva y los demás bajamos por carretera para ir a ver también otra bajada nueva. Y a tenor por los comentarios oídos y leídos no gustó ninguna de las dos, no sé como será la de arriba, parece como mínimo cañera por las fotos, pero la nuestra es de lo más facilona si antes se pasara por allí una brigada del Ibanat con todo su arsenal, o unos cuantos bikeros en sus ratos libres, tanto daría. La lástima es que, y creo recordar que ya lo comenté en su día, no es un enlace fantástico entre un punto y otro, si lo fuera habría que planteárselo seriamente, pero bueno el tema es conocerlo y si se puede aprovechar ya que consta como camino público pues se aprovecha.

Lo demás ya es vuelta conocida por Sarrià y así y todo Toni P. no conocía la variante de Can Carles para volver tranquilamente por Establiments sin tener que estar pendiente de los vehículos, al menos en buena parte.


El próximo sábado espero no faltar.


Comassema en la práctica

Alguien me dijo hace unas fechas “me gustaría ir a Comassema”, “pues ya somos dos”, le contesté yo, y no se necesitó mucho más para programar la ruta si exceptuamos el tema del permiso de paso del cual se encargó Guiem con la propiedad así como de la elección del día y de la ruta. La fecha ha sido hoy y la ruta seguida podría considerarse como clásica, es decir, por caminos conocidos aunque eso no quiere decir recorridos por todos los asistentes, para ellos el doble aliciente.

Hemos empezado en Alaró un poco más tarde de lo previsto debido a un retraso y aparte de cinco habituales del maillot verdiblanco, o sea, bous, han venido otros dos, uno de ellos muy novato acompañando al otro, ha venido porque realmente no sabía donde se metía y de hecho nos ha abandonado en las casas de Comassema llevándose con él al instigador. Nuestros primeros pasos (después de mi despiste) han sido hacia Los d'Amunt, Ses Artigues y el Estret y se me ha hecho corto, duro pero corto, y ha sido donde he empezado a entrever que la ruta podría depararme alguna sorpresa agradable sobretodo si comparaba mi estado anímico y físico de hoy con el de ayer. Así que, bici al hombro, subo despreocupado para encontrarme con la sorpresa de la reforma del Pas de s'Escaleta, ahora hace honor a su nombre porque han construido una nueva que da acceso a la antigua con lo que el conjunto es de lo más cómodo de cruzar.

Arriba los hitos y postes te llevan al coll de tords sin que te des cuenta y aunque creo que el track sí iba por la pista hemos bajado por el camino original y pese a los favorecedores comentarios del otro blogero sí he tenido mis más y mis menos allí, diría que más de los segundos que de los primeros pero creo que al menos hay que conocerlo.

A poco de salir a la carretera nos hemos cruzado con el propietario de Comassema que circulaba en coche y al pararse nos ha dado las indicaciones personalmente así que cruzar por la finca ha sido un paseo y el punto final de ruta de los otros dos. Pasamos el cruce de Barrancons y tras la corta subida otro tramo de paseo hasta el inicio de las rampas que me pareció que habían encogido un poco. Tras la cadena otro tramo de subida y ya estamos comiendo algo en el Pla de s'Aigo a casi ochocientos metros de altura.

Otra sorpresa en el camino de bajada, lo he visto muy claro y limpio, y circulable en muchos tramos. Paradójicamente, en el último tramo donde más se aprecia su construcción es donde menos confianza me ha dado para pasar montado (de hecho no lo he hecho), tanta piedra pequeña y suelta era una invitación al rebote incontrolado de la suspensión y de ahí al vuelo marge abajo había literalmente un paso y he preferido no arriesgar.

Sin problemas serios para llegar hasta las inmediaciones del pantano superior donde se empiezan a notar los efectos de la sequía en forma de descenso del nivel encogiendo la lámina de agua aún con el trasvase funcionando a tope y así mismo el Gorg Blau sigue presentando un aspecto envidiable. Otro ágape en la Font des Noguer bien sentados a la sombra y sin vecinos. No hemos dejado que se alargara mucho la tertulia porque aún con la convicción del sherpa de que estábamos dentro del horario no hay que dejar que el cuerpo se acomode al descanso, hay que mantenerlo en movimiento como un viejo motor diesel aunque es de reconocer que el día y el sitio invitaran al solaz.

Nos vamos paralelos a la canal hasta el desvío de Tossals y por él subimos y subiendo empieza ya la diversión, hoy ha sido la cara (la cruz), me encontraba bien y animado y vaya si se ha notado, como le cambia el color a ese camino estando bien o no físicamente aunque presiento que de cada día echo más en falta unos pedales con plataforma, descalo con facilidad y cuesta mucho más después el simple pedaleo, sobretodo en estos sitios donde el suelo es tan irregular, pero en general ha sido un buen paso.

Habiendo dejado atrás la canaleta como primera opción quedaban los dos cruces de Mancor por els Pinatons que también hemos obviado, no era el día, como he dicho antes, había gente que no había pasado por allí y no se puede conocer todo en un día, hoy tocaba Tossals que era la ruta elegida por el sherpa y la que seguiríamos, en eso el grupo lo tenía claro, aunque no quiere decir que no se le pueda poner un poco de suspense y agitar el gusanillo de la curiosidad, ganas de volver que no falten. Yo ya pensaba en la bajada por la trialera inédita para mí desde el refugio aunque antes había que llegar y esperaba con fruición los primeros tramos de descenso, han llegado y los iba disfrutando hasta que me ha pasado Carlos que iba bastante animado pero solo hasta que ha dado una voltereta y ha salido por el lateral, afortunadamente sin graves consecuencias aunque se dolía de una mano, eso le ha condicionado el resto de bajada.

Tramo escalonado muy exigente y además con público, dejamos el último desvío y directos hacia abajo, lo he disfrutado, que no bordado al cien por cien por cien, no es lo mismo (por mucho que Carlos se empeñe en lo contrario, me lo tomo como un cumplido pero exagera una enormidad). Parada y fonda en el refugio, un poco de charla y partida hacia abajo por el tramo GR que aún no había hecho y no desmerece de la anterior, después nos hemos dado cuenta de que nos hemos saltado otro, imperdonable.

Al llegar al puente de los coatíes lanzo la enésima, Sollerich?, era lo suyo, la opción era asfalto y más asfalto, y salen a relucir diversas excusas, la hora, calor, subidas, mayor recorrido, etc, etc, y hemos ido a lo más rápido, carretera por Tofla ya con el calor haciendo mella, tocaba pues recuperación que ha consistido básicamente en hidratación y charla en la terraza de un bar después de un buen día de ciclismo en el que, exceptuando una caída y un parche de última hora, ha ido de maravilla.


Cuatro fotos mal contadas


Primer punto: una casa sin techo adosada a una balma.


El primer coll de tords, por aquí creo que ya iba mal.


Perspectiva desde mi atalaya roquera.


Otra visión desde las alturas. Lo único que veía claro era la separación entre el pinar y el encinar, una línea recta perfecta.


Aquí ya había enlazado con el camino correcto pero era casi al final, cerca de la fuente.


Na Llambíes

En los primeros mapas que usé (y uso aún) viene bien claro, Camí de na Llambíes, desde la Font des Verger hasta la Font de na Llambíes, entonces, ¿porqué no he ido aún a recorrerlo? y la verdad es que no lo sé. Se visitó muchas veces el coll de Sant Jordi cuando por el Verger no había tantos problemas de paso problema de paso, son problemas de entrada lo que hay ya que está todo cerrado a cal y canto.

La semana pasada decidí solventar este tema y como me parecía todo bastante sencillo le propuse a Carlos dar algunas vueltas antes para “calentar motores”, así que salimos desde Palma remoloneando un poco por Establiments, Esporles por la carretera, después por el camí des Pescadors hasta Mirant de Mar, Nova Valldemossa, Shangri-la, coll de sa Basseta, Mola de Son Pacs y coll de Sant Jordi. La verdad es que cuando llegamos a ese punto al amigo le entraron las ganas de volver y fuimos descartando itinerarios de vuelta hasta llegar al más directo, Font des Òbits hacia el Estret.

Esto me dejó mal sabor de boca, tanta aproximación para nada, esta semana acabaría los deberes y como iba a ir solo hice lo que me dió la realísima gana, esto es, tirada directa por el camí de Passatemps y Estret. Cierto que los sectarios también hacían esa ruta pero quería llegar vivo a Valldemossa así que no me vieron el pelo, los que sí me lo vieron fueron los MIR a los que fui a saludar. En principio salían a las ocho treinta y eran las nueve y aún se estaban rascando los oréganos en Eusebio Estada hasta que un preciso toque de autoridad los puso en marcha. Los acompañé unos minutos y nos separamos en la rotonda del polígono para seguir mi propio periplo en solitario.

Con los únicos que me crucé fue con un bikero en el Camí de Passatemps que al ir con una rígida redujo mucho el ritmo en cuanto salió del asfalto y con un grupo de carreteros que me pasaron subiendo al Estret. Mi objetivo no era rodar tras ellos así que me desvié hacia Son Brondo y Son Sauvat donde me encontré que unos obreros habían encajado la furgoneta en el camino para sacar escombros de la casa y tuve que pasar por dentro por encima de los sacos. El caminito que te lleva a la depuradora no tiene prácticamente dificultad y es la mejor opción para nosotros pero no era ese el objetivo principal de mi paso por allí y aunque en un principio había pensado en subir por el Bosc des Frares me decidí por hacerlo al revés y busqué el sendero que me llevaría hasta la Cartoixa del cual había leído comentarios en una página amiga y tenía medio situado en el mapa. Fácil de encontrar y de subir aunque ir solo no ayuda a convencerte de ello pero es una muy buena opción al siempre peligroso asfalto.

Me tomo mi tiempo en el pedrís de la plaza antes de irme hacia la Font de na Llambíes y tomar el GR de subida, tengo que buscar un paso hacia el campo descubierto y creo encontrarlo detrás de una mata así que ya he saltado la primera pared y me encuentro rodando por los campos llenos de piedras y cardos pensando que hoy sí voy a triunfar con tanto pincho. Entro en el bosque y hago cuatro fotos a lo que me voy encontrando para situar después la ruta. Vuelvo a salir al descubierto y llego a la segunda pared atravesando campos llenos de ramas cortadas aunque ésa no es la máxima dificultad, la pared del fondo, más que una pared es una muralla en toda regla y busco sin encontrar un paso factible hacia el otro lado y cometo el error que voy a arrastrar conmigo toda la mañana, me voy hacia arriba por un derrumbe y salto la pared entrando en el bosque.

He errado pero no soy consciente de ello, encuentro pistas amplias y voy tranquilo, al menos hasta que llego al primer cruce donde tiro hacia abajo, a partir de este punto tengo bastante confusión, las pistas se cruzan, suben y bajan y estoy desorientado aunque la dirección a tomar es clara y es lo que intento hacer. Salto otra pared y desaparece el camino como tal, tan solo una ligera sospecha de lo que puede ser un sendero, no hay un solo hito en todo el recorrido, lo sigo, todo esto empujando o con la bici a cuestas, la circulación es imposible, el bosque es un espejismo, está muerto, reseco, y solamente por pasar voy dejando un rastro de ramas rotas en el suelo haciendo hueco, por ahí no ha pasado nadie en mucho tiempo, además el suelo es una pista de patinaje con tanta hojarasca, todo ello hace que montar en bici sea una tarea casi imposible.

Me duele el codo de llevar la bici a cuestas y en uno de esos reniegos aparezco sobre unas peñas más altas que las copas de los árboles con una vista espléndida de todo lo que me rodea y decido parar, hacer unas cuantas fotos con el móvil y comer algo. Estoy lejos del linde del bosque y así y todo aún creía que iba por el sitio correcto aunque me parecía extraño porque no lograba atisbar señal de paso alguna sea de animal o humano. No me preocupaba tampoco en demasía porque sabía que llegaría a mi destino un momento u otro, lo único que cambiaría era el grado de cabreo alcanzado. Y así, abriéndome paso como podía, logré enlazar con las pistas del Verger que ya no abandonaría hasta el coll de Sant Jordi.

Subida corta pero intensa hasta la barrera, hasta tres hay en diez metros lineales, y parada para reponer algo de fuerzas, no voy nada sobrado y llegar hasta allí me ha costado un par de horas largas. Planteo la vuelta en función de mi estado de forma y opto por bajar hacia sa Baduia con el desvío directo al pueblo, no quiero subir más ni lo necesito, el motivo de mi visita era conocer el estado de ese camino y es intransitable con lo que tampoco es que esté muy animado que digamos. Aún me faltan unas cuantas barreras por saltar antes de llegar a Valldemossa, parece mentira lo poco que he circulado por la montaña y cuantas paredes y barreras he franqueado, a veces lo encuentro exagerado. Vuelvo por Son Sauvat donde ya no están los rumanos y casi tengo una topada con uno que subía con un todoterreno, está muy estrecho aquello. Un poco de carreteo hasta s'Esgleieta y giro para volver por donde he venido.

Una vez en casa compruebo lo realizado y me doy cuenta de dónde he fallado, en la pared, hay que bajar no subir para ir casi siempre por el linde del bosque cuando no por fuera, haciendo ésto seguramente se podrá ciclar todo el rato y la ruta parecerá otra cosa. Me queda comprobarlo en otra salida pero no será la semana que viene, ese sábado ya está comprometido.