Días de gloria

Semana de fatigas y no me da por pensar en rutas trascendentales, ni siquiera en rebuscar itinerarios pendientes que quedan por ahí, y como tampoco he quedado con nadie decido darme un garbeo por la sierra más cercana, quizás de una punta a otra y bajando por donde pueda o convenga, no parece un plan muy arriesgado ni que precise de mayores preparativos, tan solo algo para roer, mucho para beber y ánimos para empezar.

Por la hora que es al salir quizás encuentre a alguien si es que han quedado por reunirse en el taller de bicis pero no hay nadie en las cercanías por lo que me apresto a seguir el plan establecido pero no he recorrido ni doscientos metros cuando me cruzo con Javi que no es que vuelva de ninguna parte sino que está haciendo tiempo hasta el encuentro con otros compañeros con los que ha quedado algo más tarde y como parece que vamos por los mismos lugares me uno al grupo y nos refugiamos a la sombra a la espera de los demás. No tarda en llegar el siguiente miembro de la terna, por Pina lo conocen, y pocos minutos después el último, Musaquillo es su alias, con éste no había rodado aún y solamente lo conocía de oídas, es decir, de Wikiloc. Pero no partimos, parece que tiene algún problema con la pinza de freno trasera, y no es para menos ya que parece imprescindible que para asegurar un buen funcionamiento de los mismos no solamente no deban estar gastadas sino que también sean del mismo tamaño, dos circunstancias que no se cumplían ni a la de tres, por tanto, fracaso asegurado.

La solución pasa por un cambio de bici y por eso pasamos por su casa que nos viene de paso y así no perdemos mucho tiempo en la maniobra. Estamos condicionados por el horario pero también, y eso se notará después claramente, por la forma física de los participantes por lo que al principio hay algunas dudas de cuál es la mejor opción de ruta a seguir, yo he propuesto empezar por la carretera de Puigpunyent en un claro delirio de optimismo de que podríamos llegar hasta las antenas de Calvià y en caso de que alguno quisiera acortar podría hacerlo por alguna de las numerosas bajadas que hay entre medias, plan que la cruda realidad se encargaría de disipar más adelante.

La subida propuesta no la conocían y yo podría haber sido más prudente y haber metido algunos piñones más, que el 22 ya ha pasado a la historia, chaval, y además, en un paso francamente limpio, se cae un compañero lastimándose el pecho dejándolo tocado para el resto de ruta. Pasamos por el coll de Son Marill y ataco las rampas de cemento sin la debida convicción, ni la suficiente potencia, para ser más justos, por lo que en la segunda me planto y ahí ya veía las antenas lejos, muy lejos, insultantemente lejanas, en la otra punta de la isla, vamos, por lo que, en vistas del éxito de la mitad del grupo en las rampas propongo bajar por la trialera de la cantera que, para mi sorpresa, aún hay gente que no conoce, será un buen test para mí también y me obligan a pasar delante, la cosa no va del todo mal aunque me parece notar como que voy parado, al menos alegre no voy, y en la última curva de arriba, al querer meterme por la izquierda me quedo enganchado en la mata y pierdo definitivamente el ritmo, ni que decir que no volví a ver a Pina hasta abajo, taponero es mi segundo apodo, pero así y todo los tiempos mejoraron de otras bajadas, está claro que lo relojes se inventaron para algo, si por sensaciones fuera me habría puesto un suspenso.

La vuelta no tiene ni que mencionarse, lo más interesante fue la parada en un cuchitril para la correspondiente hidratación con tapa incluida que al menos para eso sí hubo tiempo y también para algo de conversación sin tener que estar pendiente de mirar al suelo continuamente y con todo llegué a casa mucho más temprano de lo habitual y si digo la verdad, lo agradecí porque no estaba para mucho más, menos que entre una cosa y la otra los compañeros tampoco se quejaron mucho y se puede decir que todos quedamos contentos, entendiendo evidentemente que el golpetazo quedó solamente en eso, un cardenal algo molesto en un principio pero que se ha disipado sin consecuencias, esperemos que sí.


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