Agitando el prado

A veces no estás para bromas y no apetece demasiado meterse en camisas de once varas, es decir, metros hacia arriba perdido por la montaña, mi vista se pierde a lo largo, más allá de Bunyola si es posible, no creo que sea mucho soñar. El tema no es llegar allí porque a pesar de haber una carretera directa los que vamos con mtb no la solemos utilizar, preferimos dar un pequeño rodeo y salir de las urbanizaciones por Son Macià donde me he dado cuenta de que han quitado la barrera del camino que estaba un poco antes de llegar a las casas, por contra han tapiado las entradas y cercado con rejilla el patio en un intento de preservar lo que queda de ellas y evitar el establecimiento de personas en el interior por lo que pudiera suponer un posterior desalojo, en todo caso no hay problema para pasar por el exterior, al menos por ahora.

El siguiente paso es llegar al camí de Muntanya, en un primer tramo asfaltado hasta la entrada de Planera y después ya camino de tierra. Más adelante nos dirigimos hacia Son Pizà para acabar desembocando en la carretera, de la cual no nos podemos escapar hasta llegar al pueblo. Descanso un poco en la plaza, hoy hay mercado, bueno, tres puestos mal contados pero con una clientela numerosa y por lo que parece, muy fiel. Como aún no tenía el plan definitivo en mente se me ocurrió llegar hasta Orient e ir buscando alguna alternativa sobre ese trazado, así que algunos minutos más tarde estoy ya pedaleando cuesta arriba. Dicen que por ahí van poner un GR, quizás se haya hecho algo y me lo estoy perdiendo aunque nada he oído sobre ello, si hubiera acontecido alguna novedad al respecto seguro que en alguno de los blogs que sigo ya se habrían hecho eco de la noticia montando alguna salida por la zona. Solamente adivino un sendero de salida bastante evidente y quiero ir a investigar, pero solo por curiosidad porque está en la ladera equivocada, justo bajo los peñascales, seguro que se dirige a alguno de los pasos por los que los operarios de las fincas del valle subían directos a la comuna, y así es porque no tardo en toparme con un cartel de la consellería de Medi Ambient recordando la necesidad de poseer un permiso para practicar deportes de riesgo, esa no va conmigo.

Paso una barrera cerrada que presupongo es la que pasa por la mina y que vuelve a desembocar en la carretera unas curvas más arriba, y esa circunstancia hace que ni me plantee saltarla. Prosigo mi camino sin atisbar ninguna señal ni siquiera una indicación física de por donde podría encajonarse por allí un camino alternativo, y van pasando los metros y oigo a lo lejos unas sirenas, parece una ambulancia que se dirige a algún siniestro pero no, se trata de un convoy de bomberos que parecen indicar que el problema no está sobre el asfalto y es cuando se me hace más evidente que quiero ir al torrente del Freu y de paso bajar también por las dresseres desde lo alto del coll. La primera es la más larga y vistosa pero que no le veo continuidad, cojo un camino lateral en la primera curva que encuentro desde donde se puede volver al asfalto a través de un sendero cercano, no es que sea un gran entretenimiento pero al menos te va quitando un poco de carretera.

Estoy a pocos minutos del desvío del Freu y la zona empieza a estar copada de vehículos, como es de esperar muchos se han acercado a este lugar para ir a pasear hasta el torrente y supongo que a visitar el salto de agua, por tanto, a medida que voy circulando me voy encontrando con grupos dispares de gente que va y viene, pero con los que no me pensaba encontrar eran con los que aparecieron por el aire dando vueltas en círculos y buscando un lugar cómodo para aterrizar, se trataba del helicóptero de rescate de la G.C. que se posó unos metros más lejos y desde donde desembarcaron unos cuantos especialistas que supongo se iban a encontrar con las brigadas de bomberos que también estaban por allí, al menos los vehículos sí estaban, rescate pues a la vista, es un decir, como comprenderéis no fui a fisgar, podía estar el herido/a en cualquier punto indeterminado del cauce por lo que decidí seguir mi camino, ya de vuelta.

En algún momento del día tuve la esperanza de poder subir a la comuna pero me parece que no sería el caso, el acercamiento iba a durar más de la cuenta ya que buena parte de la subida tendría que hacerla andando aunque tras haberla superado me dí cuenta de que esa afirmación podría ser matizada si andara en mejor estado de forma pero lo que sí era seguro y bien seguro es que la subida hacia la comuna sería empujando y por eso, y sin que sirva de precedente, al llegar al cruce bajé hasta la carretera y volví por donde había venido, al menos hasta el pueblo y aquí sí que varié el retorno para no hacerlo tan soso, camí vell de Caubet, hospital, vías del tren y bosquecillo con la salvedad de que ahora ya no se puede salir hacia la entrada de sa Coma rodeando el área recreativa porque están construyendo una fila de edificios y han puesto cerramientos para guardar material de obra y maquinaria, hay que ir por el lado de las vías. Después fui a salir por Son Amar ya que las barreras de la finca colindante por la que nos metíamos antes estaban cerradas lo que me obligó a rodar por la carretera hasta el cruce del camino que lleva a la Indioteria, el camí de Passatemps sería el itinerario correcto pero en este caso preferí venir más directo. El resto hasta la meta sin mayor historia.

Pero lo que no quería dejar de mencionar fue la salida del domingo, que me tomé casi como un complemento de la del sábado y ¿cuál podría ser que no me supusiera el consabido sacrificio de una penosa ascensión? Llevaba mucho tiempo sin adentrarme en Son Gual y por lo que tenía entendido no habría novedades, de todas maneras decidí comprobarlo por mí mismo y para ello (error) no fui directo, no porque no debiera sino porque me había propuesto hacer esa vuelta en dos horas y para conseguirlo había que exprimir un poco más, con el ritmo que llevaba, no, y no digamos si cuando llego allí me doy cuenta de que, aparte del desvío a tomar ya en los terrenos del campo de golf, me acuerdo de poco más. Voy rodeando la finca y no veo forma de salir pero al mismo tiempo tengo la sensación de que no es por donde voy pedaleando y así voy haciendo metros intentando recordar por donde era y no es hasta que veo un desvío en pendiente cuando me acuerdo, por aquí bajé en su día, y efectivamente así es, giro hacia la izquierda hasta encontrar la barrera de salida donde decido no saltarla y regresar, no sin antes ir a fisgar un poco hacia el golf pero me parece que todas las escapatorias van a dar a los greenes, mejor volver por la rampa aunque vuelvo al almacén por otra pista más directa.

La verdad, no es que me quedara una ruta de lo más guay y menos con lo que tuve que pelearme con el viento en contra en la vuelta aunque buena parte del esfuerzo se lo atribuyo a la flojera y no a factores externos, mira si iba flojo que hasta la batería del móvil dijo basta, íbamos a la par.


Corte por lo sano

Mira que lo decían “que va a llover, que hará mal tiempo, que te vas a mojar” y pese a todo no me lo pareció esa mañana de sábado, me parecían exagerados esos pronósticos y teniendo la espinita clavada desde hacía unas semanas con lo de Puigpunyent no quise esperar más y salí en cuanto estuve preparado y cada vez más convencido de que tendría todo el tiempo del mundo para llevar a buen puerto la misión.

Me acerco al punto de inicio sobre la carretera dejando de lado el tramo de la sierra al menos hasta haber completado el tramo del valle, empecemos pues con buen pie y vayamos directos a la valla, esa que podemos cruzar sin descabalgar porque ya está tirada buena parte en el suelo y podemos aprovechar también para preguntarnos si es necesaria esa circunstancia y aunque el camino se pierde a partir de ese punto no hay problema en avanzar ya que se trata de terreno despejado, evitemos entrar en la zona boscosa ya que nos será imposible no ya circular, ni siquiera movernos. No muy lejos veremos entre los árboles el muro que sostiene un camino de acceso a una propiedad de la zona con una gran barrera móvil y un vallado casi imposible de atravesar pero en cambio llegar allí nos va a deparar una muy agradable sorpresa, aparece un camino despejado de vegetación entre el bosque y aunque estuvo cortado por una rejilla aquí sí que se ha actuado con cabeza y además de cortar el alambre se ha montado con unos palos un paso a modo de puerta, si no te fijas mucho ni lo notas.

Este camino nos lleva hasta la barrera y solamente debemos cruzar el camino de acceso y continuar paralelos al torrente hasta encontrar una pared medianera con una rejilla tumbada, ahí es donde pueden aparecer problemas de paso en la actualidad pero antes de preocuparme de ese tema me doy cuenta de que el camino parece que continua ascendiendo por la ladera y claro, si te lo ponen delante de esa manera no hay quién se resista y opto por satisfacer primero mi curiosidad recién alentada. El camino se las trae, no es que sea difícil de seguir, es que es difícil de subir, la pendiente no cesa y parece que vaya a más por lo que el empujamiento no tarda en llegar. ¿dónde voy a aparecer? Ni flowers, y no es nada más ni nada menos que a una pista cementada que creo es la que viene de abajo aunque más tarde comprobaré que no es así, de todos modos decido continuar a ver que me encuentro y no paro hasta poder ver con mis propios ojos la otra vertiente de la montaña con una explanada en primer término con material de obra, también hay muy cerca varias pistas de tenis y presupongo que alguna casa en las inmediaciones aunque no llego a verla, se impone el regreso y vuelvo por donde he venido hasta la rejilla, ahora que sé lo que hay más arriba nada me impide conocer lo que tengo por delante pero, la leche, justo al intentar meter la bici me pasan dos caminando por delante, ¡y tenía que ser justamente ahora!.

Paso de preguntarles nada y me hago el despistado aunque tampoco parecen muy interesados en mi presencia. Cinco minutos más tarde siguen dando vueltas por el lugar y desisto de esperar más, vuelvo atrás para intentar salir a la carretera y entrar en la finca por el sendero que está un poco más adelante, idea equivocada, no hay paso y hasta que no topé con la rejilla ni la había visto, de verdad que en toda esa zona intentar salir del camino es tarea imposible pero también volver atrás hasta el inicio me parece desproporcionado por lo que investigo un poco al llegar a la barrera motorizada. Un primer vistazo me hace desistir de inmediato, el problema es la bici, no cabe entre las dos rejillas y además hay que buscar un paso con vado porque el torrente baja con agua, muy bonito pero moja por lo que será necesario primero comprobar si hay un cruce adecuado del curso de agua y creo encontrarlo un poco más lejos, la rejilla no debería ser un problema, está bastante firme y aguantará. Tiro unas cuantas piedras y ramas al torrente a modo de pasarela y consigo cruzar al otro lado sin mojarme en exceso y deshago la construcción una vez he pasado pero cual no será mi sorpresa cuando veo pasar a los dos tipos que había visto antes, no son de la finca, son buscadores de setas y se dirigen a la carretera. ¿Ahora qué, sigo adelante o vuelvo atrás a montar otro vado y atravesar la rejilla otra vez? Está claro, quiero tener ya el itinerario claro de una vez por todas y elijo la opción más complicada, vuelta atrás.

Pasadas ya las dificultades y una vez dentro de la finca aparecen otras, bueno, lo primero que desaparece es el propio camino, me recuerda es Cabàs, el mismo caso, así que sigo algunas marcas y llego hasta la barrera de acceso donde hay un ciclista y quiero averiguar si entra o sale, ni una cosa ni otra porque está al otro lado y la barrera está cerrada, además lleva una bici de carretera por lo que ni de coña puede venir conmigo y tras unas breves palabras nos separamos, tampoco es que quiera estar más tiempo de la cuenta a descubierto, mi meta más próxima es el pinar que veo a lo lejos y para ello debo llegar al vado del torrente y girar a la derecha para alcanzarlo y es lo que creo que hago bien pero el estar circulando por en medio del campo me hace dudar un poco, de todas maneras no tengo problema para acceder a través de un hueco de la pared tras unos vehículos abandonados.

El sendero que sigo no me suena a primera vista pero cuando llego a la carretera sé donde estoy, es el que hice el día que bajé desde Son Roca, por lo que giro 180 grados y deshago camino hasta desembocar en el principal y como tiene buena pinta también en sentido contrario me dirijo otra vez al sitio de donde provengo para averiguar donde me he equivocado, y es verdad, cuando venía por el camino de acceso de la finca he girado antes de la cuenta pero al menos ahora podré retocar la traza y darla por definitiva. Ya no voy a tener más problemas de orientación hasta el final, ya lo he recorrido unas cuantas veces pero no va a ser ésa la dificultad, empieza a chispear, si aumenta antes de llegar a la carretera será cuestión de poner pies en polvorosa y es lo que realmente sucede y por asafalto es cuando te mojas más, en pocos minutos tengo la parte delantera y trasera empapadas y los zapatos, que venían ya medio mojados del torrente, acaban por llenarse de agua y pesan el doble, la única no pega es que no hacía frío por lo que la ducha a la intemperie se aguantaba bastante bien, es más, hasta la agradecí, lo que pasa es que ya no podía seguir la ruta en esas condiciones, alargarlo mucho en el tiempo podría ser contraproducente y volví directamente por carretera aunque me pareció un poco más sensato bajar por Establimentes que por la cantera, por aquello de ir cuesta abajo, y que los coches se embalan, y que está mojado, y que se ve menos, y cosas de éstas, al final tuvo razón el hombre del tiempo.


Tira millas

Sin ruta apetecible a la vista me dedico a remolonear por los caminos sin un objetivo claro aunque procurando no salir a rodar porque sí, si se puede meter algo en el zurrón mejor que mejor, tiremos pues hacia Establiments que por allí falta gente, es decir, no exactamente en la barriada, por ahí cerca. Como un senderista me había comentado, es posible pasar de la carretera de Calvià a la de Puigpunyent de una manera más o menos digna aunque no le referí que yo iba en bici, es posible que su contestación no tuviera en cuenta ese detalle, por lo que me dispuse a averiguarlo sobre el terreno. Sé por donde empezar y no va a ser por la Vileta, ese tramo es más que sabido y solo mete en la ruta exploratoria desnivel, y del prescindible, en su momento, en una hipotética y futura ruta, es posible que se tenga en cuenta pero por ahora mejor dejarlo de lado, así que voy directo hasta el desvío.

Quién observe la ruta seguramente no verá claro el trazado porque di bastantes vueltas arriba y abajo, yendo y viniendo, por lo que durante una hora casi no me moví del sitio, el resumen es que no encontré por donde tirar, en cuanto te sales de la trazada chocas de lleno con la maraña de vegetación y no pasas y tampoco las rejillas ayudan, y la que podía atravesar tranquilamente la dejé de lado y me obcequé en intentarlo por los alrededores sin resultado visible. Podría haber continuado la búsqueda pero siempre hay que dejar algunos deberes para las siguientes visitas, ya quedó claro por donde no debía ir, ya es importante.

Sigo pues carretera arriba y después carretera abajo aunque mi intención no es llegar a Calvià, quizás me desvíe por las marjades de Can Pillo, hace tiempo que no voy y no estoy seguro de encontrar ese camino y para ello tomo el camí de Son Boronat, interesante alternativa a la carretera pero que no esperaba que me dejara tan lejos del pueblo ya que debía tomar el desvío a la derecha en subida y no lo hice, así que cuando llegué a la carretera principal y vi el cruce de Santa Ponça ya decidí continuar y me dejé llevar rumbo a Palmanova. No estuve mucho tiempo sobre el asfalto porque no muy lejos de allí vi salir unas motos del bosque y quise averiguar de donde venían y resulta que han habilitado un sendero paralelo al asfalto por donde hacer el ganso, es bastante entretenido y sin muchas dificultades. No tardé mucho en volver a salir al asfalto, el tiempo del tramo marca bastante pero justo estuve parado un rato por allí rebuscando en la mochila algo que llevarme al buche, que ya era hora.

La vista se me iba hacia el pujolet que tenía a mi derecha cuando oía los moteros dando gas por esos andurriales pero no me quise meter ya que no me lo conozco bien y seguro tardaría bastante en bajar hasta el polígono, casi mejor volver otro día con guía reconocido e ir a tiro seguro por lo que seguí rodando hasta abajo, hasta la rotonda, pero no estaba satisfecho del todo, algo me decía que esa barrera que acababa de pasar podría ser la que me separara de encontrar algún itinerario interesante y volví atrás a fisgar. Por la barrera no pasaré, eso es seguro, si acaso debo subir más arriba y meterme por algún camino lateral o por donde pueda, y encuentro cerca la manera de pasar a la finca y recorrer algunos metros de la antigua carretera y aunque mi intención era emprender la vuelta no pude resistirme a echar una ojeada por alguno de los numerosos caminos que te vas encontrando, que fuera hacia arriba y en dirección al interior no fue suficiente para hacerme desistir, quería llegar donde fuera y a medida que iba avanzando más me convencía de que llegaría donde lo hice, esa explanada me era más que familiar, he pasado por allí y me acordaré siempre ya que fue bajando desde las antenas un día de esos que crees que vas a tener toda la suerte del mundo y vuelves bien berenat a acasa, ni que decir tiene que no quise pasar de allí pese a haber visto un grupo de moteros que se dirigía a la carretera, yo quise volver por donde había venido, total, también sería nueva la bajada.

No llegué al sitio de donde había partido, me desvié antes y resultó que estaba muy cerca del portillo del final de la bajada de las antenas por lo que me entró la duda de si realmente el tramo anterior lo había recorrido o no ya que en esa salida desembocamos en la carretera bastante arriba, desde luego si no era nuevo me lo pareció porque no me acuerdo en absoluto ni tampoco tengo traza de esa salida. Ese tramo de sendero es muy divertido con algunos tramos si no excesivamente complicados, sí exigentes y te deja en la carretera de acceso a las minas cortado por la barrera bajo el puente de la autopista, por eso, si tenemos algo más holgado el horario, se suele entrar en la finca de enfrente pese a las advertencias en contra, eso nos da opción a salir por la urbanización y desde allí bajar por el torrente hasta la línea de costa y no tener que andar pedaleando sobre cemento desde Palmanova. De todas maneras es lo que hice y aunque mucho menos placentero que el plan anterior sí al menos reconforta que dispones de un carril aposta (compartido, eso sí) para no tener que estar pendiente de lo que te pueda alcanzar por detrás, lástima que no quepa en cuanto entras en el municipio de Palma y te comas varios kilómetros entre la maraña motorizada hasta llegar al paseo marítimo donde vuelves a enlazar con el carril bici propiamente dicho, por suerte esta crónica la escribo desde casa y no desde otro lado.


La traza

La traza empieza en la rotonda del Ocimax pero no porque yo quisiera, tenía el aparato dándome la vara continuamente, que si me paro, que si no, hasta que revisé toda la configuración general y logré dejarlo como toca, nada de opciones de ahorro en segundo plano ni historias, siempre en activo y sin problemas. El siguiente tema es adonde ir, sin compañeros que me acompañen a veces me faltan las ideas y como no quería ir muy lejos, a poder ser saliendo rodando desde casa, me planteé si no sería interesante comprobar ciertos lugares donde he marcado traza de ruta que son un poco especiales por aquello de meterse en fincas privadas por sitios un poco conflictivos, estoy hablando de ses Rotgetes y un salto de rejilla algo complicado en el caso de ir solo (y acompañado también).

Esta vez no fui por el camí de la Real desde el inicio, preferí seguir por el paseo paralelo a la carretera de Valldemossa y entretenerme por algunos caminos vecinales hasta llegar frente a la estación de metro de la UIB para seguir después las indicaciones GR que te llevan hasta la entrada de Can Mallol, ahí me desvío hacia ses Rotgetes y una vez allí giro a la izquierda y enseguida otra vez para encarar el rampón que viene a continuación, no lo he medido pero tiene una inclinación de escándalo y corto no es, pero lo superamos. Lo que tenemos que ver está al final de la calle, justo antes de empezar a bajar, donde vemos que la pared con rejilla ya está a nuestra altura, pero debemos meternos entre los arbustos para buscar un paso favorable y veo que ya hay uno habilitado por debajo del alambre en forma de hueco con todas las piedras desperdigadas alrededor, no sé quién pasa por allí pero lo que es seguro es que una bici no pasa, o al menos yo solo y con tal anchura de manillar no pude, pero veo que unos metros más allá ha caído un árbol grande sobre la pared y la rejilla está tumbada por lo que, con cierta dosis de habilidad, es más fácil pasar, y por ahí entro. El resto hasta la otra rejilla, excepto algún pequeño despiste, es bastante evidente, si sabes que no tienes que ir hacia abajo, claro.

Desde la pared de salida ya se ve el ramal asfaltado entre la vegetación por lo que no hay posibilidad de fracaso, más bien tener en cuenta que cuando llegamos al cruce no hay que tirar hacia arriba (como sería la intención de la mayoría) sino hacia abajo hasta el siguiente cruce y ahí sí que tomamos la cuesta arriba, no preocuparse, la rampa inclinada (muy inclinada) que se ve al fondo aparenta más de lo que parece y con decisión se llega al final, porque tiene un final, y a pesar de ver una casa al fondo no sigue hasta ella y hay que rodearla por la valla donde sí tenemos otra pista que sube hasta allí pero que no enlazan una con otra.

Oía mientras caminaba unos silbidos pero no veía a nadie, pudiera ser que me estuvieran avisando a mí pero como no soy canario no llegaba a comprender el significado, y al girar la esquina vi a un cazador que se dirigía hacia mí y me preguntó si había visto a alguien, al parecer buscaba a un compañero, yo tampoco lo había visto ni oído, charlamos un rato y al continuar quise bajar por un atajo que te quita la primera curva de bajada pero si no lo pillas a la primera y tienes que recular casi ni que vale la pena, luego vi otro desvío más abajo que parecía más prometedor y que fui a explorar pero tiene el final en unas marjades por lo que lo descarté de la carpeta de posibles.

Llegué al coll por asfalto y quise comprobar (ya que estaba metido en faena y el horario seguramente a la puñeta, conseguir que se grabara la ruta correctamente me llevó su tiempo también) si estaba abierta la barrera de Son Coll, pues no, no pude pasar (si habéis revisado la grabación, sí, era yo el del dedito), hace ya unos años pasé por allí y llegué a las casas siendo interceptado y de la conversación con el empleado hago el siguiente resumen, “está en manos de abogados”, se ve que mientras se decide el asunto, cierran.

Bajé por la pista ancha que va a dar junto a la gasolinera y como no había comprobado la hora corriente tenía la vana esperanza de poder subir el camí des Pescadors pero al cruzarme con una mini representación de los MIR en sentido contrario ya me imaginé que la cosa pintaba tardía aunque no tanto como para que ya estuvieran de vuelta, o yo venía a un pedal o estos habían volado por lo que habían comentado que querían hacer, ni una cosa ni otra ya que en el port des Canonge habían subido por carretera, y soy generoso porque ni llegaron allí pero una de las normas principales del buen bikero es no meterse en las rutas de los compañeros así que voy a aplicarla y respetar sus decisiones.

Apliqué la lógica y me planteé la vuelta en esos momentos habida cuenta de que aún debía parar a comer algo y mejor hacerlo de parado, subí hasta la primera curva de la carretera del Verger y aunque estuve tentado de ir a echar un vistazo al refugio de Son Tríes no fui y seguí mi camino tras comer alguna vianda para realizar la vuelta típica por Son Malferit y Establiments con la salvedad de girar a la izquierda en el camí de can Florit para enlazar con el de can Pau Cella y salir a la carretera principal. Allí, en la esquina, tiene Pedro su consultorio veterinario y aún tenía abierto (normalmente suelo pasar por allí mucho más tarde y está ya cerrado) y paré a saludarle, es uno de mis viejos colegas de salidas al que me gusta saludar en cuanto tengo ocasión, un placer comprobar que le gusta seguir dando pedales a la mínima que puede.

¿Damos por finalizada la crónica? Pues sí, para qué nos vamos a engañar, recorrer el carril bici hasta casa no puede dar para mucho más y aunque en alguna ocasión encuentras algún motivo, como un tramo nuevo o algo así, en este caso no había ninguno para aumentar la satisfacción, se trata simplemente de rodar y rodar, con mil ojos, eso sí, aunque puedes ir haciendo resumen de lo acontecido, ¿ha valido la pena la salida? ¿volverías por donde has pasado? Pues sí, ya que aparte del ejercicio físico que lleva implícito la actividad en sí misma hay que valorar lo explorado que, aunque poco, va sumando y una cosa importante, no tengo que modificar sustancialmente ninguna ruta al menos a nivel de descripción y eso es importante aunque me queda una pequeña tarea para comprobar al detalle la traza y acabar de dar el visto bueno (casi) definitivo.


Toca metro

De vez en cuando salen noticias o artículos que conviene tener en cuenta, en este caso algunas novedades sobre variantes o incorporaciones del trazado GR, no hay que pensar que el trazado que todos conocemos es definitivo, ni hablar, queda mucho por hacer y algunos de los posibles añadidos pueden ser interesantes y beneficiosos para nosotros los bikeros, el trabajo de campo no está terminado, otra cosa es que nos guste; por ejemplo, una de las últimas acometidas fue el tramo UIB-Esporles por Son Malferit, harto conocido y recorrido por los bikeros pero ahora bajo el beneplácito de la seguridad jurídica por si había alguna duda al respecto, todo lo contrario de otros tramos donde se necesita con urgencia esa disposición para evitar conflictos y ésta brilla por su ausencia, tal es el caso de la pista de la Campaneta, única opción posible a día de hoy para acceder al GR del coll d’Estellencs por la zona de Esporles.

Otro caso parecido podría ser Pastoritx, en tiempos cuando la barrera de acceso a la finca por la carretera asfaltada estaba abierta era una opción que se utilizaba ya que solamente había que rogar un poco a los dioses para no encontrar a nadie entre ese punto y el desvío hacia el torrente y poder salir de la possessió sin contratiempos. Un poco más complicado era hacerlo en sentido contrario ya que habiendo llegado a la carretera desde Raixa había que ir a buscar el ramal asfaltado que sube a una casa para tomar un desvío paralelo a una rejilla para salir de la finca y dirigirnos hacia Son Verí. En este caso es donde ha habido novedades ya que al parecer se ha llegado a un acuerdo con la propiedad para dar continuidad al trazado GR en las cercanías de las casas y dejar de ser unos extraños en territorios ajenos.

Se ha empezado por el tramo de Son Verí, eso lo pude comprobar ya el año pasado en un par de salidas, donde ya vi algunas indicaciones sobre el camino que me invitaban a rodear las casas que desestimé en esos momentos y fui a buscar la salida sobre el camino asfaltado, hoy quería corroborar todas las informaciones que me han llegado al respecto y para eso aprovecho que el grupo pretende coronar una de las cimas punteras de la isla y que la bajada desde allí arriba es complicada de por sí para despuntarme e ir a investigar esos supuestos.

Me reúno con Joan en la estación temprano para coger el metro y empezar desde la UIB, lo hacemos para ahorrarnos unos kilómetros iniciales de paja y poder disponer de más tiempo después ya que en este tipo de salidas siempre se pierde más del ídem del previsto. Tras algún contratiempo con la máquina expendedora logramos coger el tren y llegamos a destino, ahí viene muy bien tener un camino transversal que une la carretera con el camí de Passatemps que hicimos tranquilos a modo de calentamiento, otro poco de asfalto hasta la entrada de Raixa y allí se puede decir que empezamos la ruta, ya inmersos en plena sierra. Fuimos por el camino viejo, no por las pistas de abajo, para dar una continuidad a la traza, quería que fuera lo más fiel posible, por eso después de haber pasado el portillo de Pastoritx y superar la rampa empedrada me desvié por la derecha acabando en unas rocas que hay que pasar empujando de ahí que hiciera un bucle de ida y vuelta para que constaran las dos opciones posibles aunque la que está marcada para los senderistas es la menos adecuada para nosotros.

Ahora sí hacemos caso a las señales, no oficiales, que te vas encontrando y es el mismo itinerario que hice hace tres años con la salvedad de que una vez a la vista de las casas han recomendado atajar por las marjades en lugar de continuar hasta encontrar una pista interior que de vuelta te lleva hasta el acueducto donde tomas la de subida, como digo, en vez de eso, atajas. El problema es que no es un camino, es un simple sendero que se va marcando por el propio paso de la gente y en bici es muy complicado subirlo, de ahí la puntualización.

El tramo de Son Verí también ha sufrido modificaciones desde mi último paso, se ha cerrado el acceso hasta las casas señalizando debidamente la opción correcta y se han suprimido los botadors por barreras de apertura, mucho más cómodas de pasar no solo para los que vamos en bici. La zona cercana a la fuente también tiene un acceso nuevo y la bajada hacia la barrera de salida también cuenta con algunos aditamentos, y ya no se sale por el portillo de la pared sino por el acceso principal.

También conocemos desde hace tiempo el tramo directo hasta la carretera, bastante divertido, aunque si no queremos tener que lidiar con las duras cuestas por el interior del pueblo podemos continuar por la pista y acceder a la carretera mucho más arriba. De una manera u otra toca descansar y comer algo en la plaza, ya sea sentados en un banco de piedra o en la terraza de un bar, no hemos acabado la ruta y es temprano por lo que se plantean varias opciones pero tienen que ver todas con un supuesto, el compañero está petado y lo único que plantea de veras es la vuelta directa, tocará convencerle con toda la artillería persuasiva posible, yo tenía la idea remota de subir a la comuna pero tuve que desistir en vista de los argumentos y pensé si no sería más convincente plantear otra meta más asequible, quizás esa nueva obra junto a la carretera desde el cruce en dirección a Deià que dicen que han hecho, lo de que está cerca y es llano pareció persuadirle y hacia allá nos fuimos, es la continuación de ese primer tramo que sale al final de los aparcamientos pero con mucho mejor estilo, han construido una nueva pared baja junto con la rejilla dejando un espacio entre la pared antigua y la moderna apto para caminar, lástima que los desniveles los salven con escalinatas porque yendo hacia Can Costa te los encuentras, con alguna excepción, todos de cara.

A medida que vamos avanzando voy buscando algún indicio de por donde puede estar esa nueva entrada hacia el camí de s’Escolta, últimamente muy comentado en los blogs senderistas, pero como no era el objetivo de hoy no revisé la información e iba un poco perdido. Lo que vemos no me convence y llegamos hasta can Costa y por allí tampoco vemos nada bueno y decidimos hacer el tramo peatonal al revés, el que nos hemos saltado yendo por la carretera, y tiene otro color, vaya que sí, aunque en algún punto haya que pasar de mala manera ya que han dejado árboles en medio.

Decidimos entrar por el camino asfaltado que hay a mitad de camino y que acaba dando acceso a varias casas de la zona donde no quisimos meternos, a ver, me acuerdo de haber pasado pero por donde creía hay una barrera cerrada y alambre en lo alto, me extraña mucho que los senderistas pasen por aquí y además me acuerdo vagamente de que hablaban de una entrada mucho más cercana al restaurante, estoy liado, lo reconozco, y voy arriba y abajo buscando inspiración y creo encontrar respuesta cuando veo que se acerca un grupo de excursionistas a los que pregunto por su ruta, van donde quiero ir yo pero no por donde pienso que tienen que ir, se dirigen hacia las casas y me pica la curiosidad, por lo que decido ir a fisgar por donde se han ido y lo que me encuentro es un sendero muy cuco que va evolucionando entre grandes rocas y que hasta permite rodar por lo que vuelvo atrás a buscar a Juan pero él ve la excusa perfecta para marcharse y me convence de que vaya tras ellos y la verdad es que tiene razón, el horario me lo permite aún por lo que vuelvo al camino recién descubierto y lo sigo hasta el final. Vamos a parar aquí un momento por favor, recapitulemos, por donde he venido no es un camino, no, pero que alguien se ha tomado las suficientes molestias y sus correspondientes gastos para que la gente pueda circular por ahí, si. La pregunta es ¿porqué? y la respuesta no la sabría hasta más tarde cuando vi una fotografía de un cartel donde explica que la entrada por can Costa aún no está operativa y que el recorrido por el camí de s’Escolta debe ser de ida y vuelta por el mismo itinerario evitando en lo posible conflictos innecesarios. Entonces parece ser éste una entrada provisional al camino desde la carretera si lo he entendido bien, de todas maneras me parece innecesaria estando abierta la entrada original desde la carretera del puerto, quizás suponiendo que con ese itinerario se puede hacer un recorrido más circular, con la entrada y salida muy cercanas se pueda entender, es lo más lógico que se me ocurre.

Como he tardado muy poco en llegar a la carretera intento ponerme en contacto con el compañero huido pero me falla la red por lo que no consigo comunicación, no debía estar aún muy lejos e iba a decirle que me esperara, pero ahora ya solo me queda la vuelta en solitario que afronto desde el pueblo por el senderillo de bajada que da al cuestón de hormigón para empalmar con la carretera vieja y de ahí hacia la depuradora donde volvemos a pillar tierra hasta Son Salvat para encaminarnos directamente al Estret, desde allí es un no parar hasta la rotonda de Esporles donde me desvío para tomar el caminito que sube a ses Rotgetes y después el que baja hacia Son Mayol para continuar por la pista de la carnicería y desde allí atravesar hacia Son Espanyol para entrar ya en terreno de asfalto que mira por donde fue donde pinché, delante del monasterio iba ya con la llanta en el suelo y presentí que era un pinchazo lento por lo que me limité a darle bomba a ver si por suerte llegaba hasta casa. No es que apretara mucho pero tampoco me esperaba encontrarme en el semáforo de la calle Aragón a Juan así que al final llegamos juntos a destino, bueno, yo los últimos metros andando al no aguantar ya la cámara la mínima presión.

En resumen, una buena salida con los objetivos cumplidos, si bien respecto al trazado con alguna pequeña duda por la actual falta de señalización pero al menos con la satisfacción de saber que se ha conseguido abrir al paso.