A mitad de semana fuí invitado por Xisco a compartir su salida. Hacía tiempo que no salía con el grupo de pobleros y me apetecía hacerla. Dijo que quería subir a Ets Horts y a mí recordar todo ese trayecto, por lo que quedamos en encontramos en la entrada del camino, en la salida de Caimari. Puse ese punto de encuentro porque tenía pensado salir antes por otro lado ya que ellos venían desde Sa Pobla.
Dejé el coche en Mancor y me dirigí a Caimari para realizar la subida a Lluc por el Camí vell(la misma que la de la semana pasada con Pepefz). La realicé bien y seguida, tomando la nueva variante que hay entre el Área Recreativa y Son Canta; un pequeño tramo que reduce la cantidad de asfalto de la subida, aunque después del coll queda una tirada de un kilómetro por ahora insalvable.
Decidí bajar a Lluc porque me imaginaba que tenía tiempo suficiente, pero abajo ví que ya eran las cuatro menos cuarto. No tuve tiempo ni de comerme un bocadillo antes de volver a subir. Me hubiera gustado quedarme más tiempo y enterarme en qué consistían exactamente todos los preparativos que se realizaban allí. Seguramente preparando la llegada de los peregrinos de la Part Forana, aunque no estoy seguro. Por lo que he visto es esta noche entonces más bién debían formar parte de otros actos. Ya sabemos que en Lluc eso es una constante. Y sobretodo quería probar unos trozos de coca con muy buena pinta que había en una mesa de degustación en la plaza. Lo que sí ví es una nueva zona de acampada muy bien acondicionada cerca de la Font Cuberta.
Tenía tres cuartos de hora para volver abajo. Suficiente. Pero en el mirador de sa Llonganissa ya había dado el llantazo delante por llevar poca presión. Mientras cambiaba la cámara sonó el teléfono. “Es imposible que sea Xisco”, pensé. No lo era, era un cliente con problemas. Me enredó cinco minutos. Tuve que meter más presión y, o bién rebota demasiado sobre las piedras o patina sobre la gravilla, por lo que hay que ir un poco más lento. Mientras bajaba por la carretera recibí la llamada pero ya estaba casi abajo y no contesté. Al final llegué unos minutos tarde.
Solo eran cuatro. Xisco, Llorenç, Martí y Guillem. Los pillé por sorpresa ya que me esperaban por el pueblo y les alcancé por la espalda. Tras los saludos afrontamos la subida, que me pareció muy corta. En un momento llegamos a las casas. Hay dos; de la segunda no me acordaba. Parece nueva o reformada pero sí estaba la primera vez que pasé. Giramos por la barrera y enfilamos la pista. Es la única parte que se puede subir porque al llegar al linde del bosque el sendero no es ciclable; tiene mucha pendiente y vaya si se nota en las piernas.
Arriba descansamos y comimos algo antes de partir hacia abajo. Pasamos junto a una casa que no recordaba; mejor dicho, la recordaba desde lo alto. En el siguiente coll se juntan las dos pistas; creo que yo tomaba la de arriba, aunque ellos siempre toman la de abajo y no han tenido ningún problema, aunque es mejor obviarlos.
La pista de bajada es una pasada. Muy larga y con mucha pendiente por lo que permite un rápido descenso con la única dificultad de no resbalar en las curvas aunque había quitado un poco de presión y mejoró el agarre. Se une con la pista principal frente a las casas de Can Bajoca.
Una vez en el aparcamiento ya sólo nos quedaba despedirnos ya que a ellos aún les quedaba la vuelta. Yo ya había acabado, aunque al llegar a casa era aún temprano y me dió tiempo a hacerme un carril-bici hasta Porto Pí. Quería ver el montaje del Mallorca Pop pero era en Can Pastilla, no en la playa de Can Pere Antoni como me pensaba, por si podía convencer a mi hijo para que asistiera, pero no ví nada y de todas maneras no hubiera ido. Dí las últimas pedaladas y a la ducha.
Dejé el coche en Mancor y me dirigí a Caimari para realizar la subida a Lluc por el Camí vell(la misma que la de la semana pasada con Pepefz). La realicé bien y seguida, tomando la nueva variante que hay entre el Área Recreativa y Son Canta; un pequeño tramo que reduce la cantidad de asfalto de la subida, aunque después del coll queda una tirada de un kilómetro por ahora insalvable.
Decidí bajar a Lluc porque me imaginaba que tenía tiempo suficiente, pero abajo ví que ya eran las cuatro menos cuarto. No tuve tiempo ni de comerme un bocadillo antes de volver a subir. Me hubiera gustado quedarme más tiempo y enterarme en qué consistían exactamente todos los preparativos que se realizaban allí. Seguramente preparando la llegada de los peregrinos de la Part Forana, aunque no estoy seguro. Por lo que he visto es esta noche entonces más bién debían formar parte de otros actos. Ya sabemos que en Lluc eso es una constante. Y sobretodo quería probar unos trozos de coca con muy buena pinta que había en una mesa de degustación en la plaza. Lo que sí ví es una nueva zona de acampada muy bien acondicionada cerca de la Font Cuberta.
Tenía tres cuartos de hora para volver abajo. Suficiente. Pero en el mirador de sa Llonganissa ya había dado el llantazo delante por llevar poca presión. Mientras cambiaba la cámara sonó el teléfono. “Es imposible que sea Xisco”, pensé. No lo era, era un cliente con problemas. Me enredó cinco minutos. Tuve que meter más presión y, o bién rebota demasiado sobre las piedras o patina sobre la gravilla, por lo que hay que ir un poco más lento. Mientras bajaba por la carretera recibí la llamada pero ya estaba casi abajo y no contesté. Al final llegué unos minutos tarde.
Solo eran cuatro. Xisco, Llorenç, Martí y Guillem. Los pillé por sorpresa ya que me esperaban por el pueblo y les alcancé por la espalda. Tras los saludos afrontamos la subida, que me pareció muy corta. En un momento llegamos a las casas. Hay dos; de la segunda no me acordaba. Parece nueva o reformada pero sí estaba la primera vez que pasé. Giramos por la barrera y enfilamos la pista. Es la única parte que se puede subir porque al llegar al linde del bosque el sendero no es ciclable; tiene mucha pendiente y vaya si se nota en las piernas.
Arriba descansamos y comimos algo antes de partir hacia abajo. Pasamos junto a una casa que no recordaba; mejor dicho, la recordaba desde lo alto. En el siguiente coll se juntan las dos pistas; creo que yo tomaba la de arriba, aunque ellos siempre toman la de abajo y no han tenido ningún problema, aunque es mejor obviarlos.
La pista de bajada es una pasada. Muy larga y con mucha pendiente por lo que permite un rápido descenso con la única dificultad de no resbalar en las curvas aunque había quitado un poco de presión y mejoró el agarre. Se une con la pista principal frente a las casas de Can Bajoca.
Una vez en el aparcamiento ya sólo nos quedaba despedirnos ya que a ellos aún les quedaba la vuelta. Yo ya había acabado, aunque al llegar a casa era aún temprano y me dió tiempo a hacerme un carril-bici hasta Porto Pí. Quería ver el montaje del Mallorca Pop pero era en Can Pastilla, no en la playa de Can Pere Antoni como me pensaba, por si podía convencer a mi hijo para que asistiera, pero no ví nada y de todas maneras no hubiera ido. Dí las últimas pedaladas y a la ducha.
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