Es Piconar

No me esperaba tener que salir solo hoy. Cierto es que los voluntarios para rutas endureras escasean estos días pero de eso a no tener compañía, hay un trecho. De hecho solamente dos compañeros, Pepe y Bonus, habían confirmado ayer a ultimísima hora su intención de salir a rodar. Los demás se caían de la convocatoria por las más variopintas razones. Había propuesto yo una rodada costera por la zona de Cala Figuera, al parecer muy de moda estas últimas semanas, pero no cuajó y me apunté a la propuesta? de Pepe por Caimari aunque no he podido ir, me ha fallado la intendencia, bueno no, podría haber ido pero,...dejémoslo, es complicado de explicar.

Lo cierto es que he hecho un cambio de planes de urgencia y he decidido subir a Randa y buscar la bajada de Albenyà. Muchos ya la han hecho, está editada en video por varios grupos y dicen que está muy bien. Así pues, mientras iba hacia el Aqualand me doy cuenta de que me he dejado los guantes. Tampoco pasa nada, puedo ir sin ellos, pero a la hora de sacar la bici veo que también me he dejado la mochila. Ara si que l'hem feta bona!. Nada, vuelvo a casa a recogerla y como no me resigno a no salir me planteo hacer una clásica, una vuelta por la Fita del Ram, ya que la tenemos cerca.

Así pues, a eso de las diez y media me he puesto en movimiento con la solana ya en su apogeo y en la barrera del Bunyolí he hecho algo que aún no había probado, quitarme la camiseta. La verdad es que va bien pero hay que tener cuidado con el sol. Ahora llevo una camiseta permanente de color rojo. Se va fresquito pero no lo recomiendo en absoluto si no te tapas de alguna manera.

Mientras subía por el Bunyolí además de preguntarme quién habría sido el capullo que ha hecho una pintada en uno de los eucaliptos del paseo y porqué está la barrera de abajo destrozada en el suelo. ¿Tendrá algo que ver el interés especial que tenía l'amo en que estuviera bien cerrada? Espero que no. Me preguntaba como decía, si no estaría abierta la barrera del Pouet de Sobremunt. Alguna vez estuvimos por allí y la encontramos cerrada pero sé de gente que ha podido pasar y hacia allá me dirijo a averiguarlo.

Tramo de camino, asfalto, camino, asfalto hasta Sobremunt y tiro hacia las antenas desviándome enseguida hacia Ca Na Lluïsa y el Pouet. De lejos ya se ve la barrera, resaltada sobre el reluciente cemento. No es muy alta y se puede saltar sin problemas, excepto los que te puedan plantear los lugareños. Pero voilâ, el candado estaba abierto y he podido pasar limpiamente. Sigo recto hacia arriba y enseguida paso una barrera y entro en una pista en descenso bajo los Penyals de na Freda, donde estuvimos hace tiempo buscando, y seguramente encontrando, un paso para bajar desde arriba pero muy problemático, por no decir imposible, para bajarlo con una bici.

Paso por la casa con un magnífico huerto, todo muy bien montado y adornado, pero con una antiestética rejilla con pinchos rodeándola para evitar visitas inesperadas. Es de pena. Salgo de la zona cultivada para entrar en el bosque donde me encuentro un sendero muy cuco para gozar de una buena bajada aunque hay que ir dando pedales para conservar la velocidad, hasta que llegamos a una pared con el portillo tapiado por una barrera fija pero fácil de saltar. Al otro lado ingresamos enseguida en las zonas cultivadas de Cas Metge. Allí me he perdido un poco por los bancales intentando separarme de las casas pero al llegar a la pared he tenido que dar media vuelta y llegar a la casa pasando entre los dos aljibes. No es una residencia pero tampoco está abandonada; hay bastantes mulos por allí.

He visto cerca la barrera por donde salir y la pista que sigue hacia la izquierda por donde me he ido. Pronto he llegado a la barrera de Son Fava de Superna y he vuelto atrás decidido a salir a la carretera, pero al volver a Cas Metge he visto un desvío de la pista hacia arriba y me ha picado la curiosidad. Buena subida por pista y mejor cuando se mete en el bosque. Medio técnica pero sumamente interesante, y por más de un aspecto, no solo por el piso. No vas nunca recto y te da la sensación de que vas rodeando las rocas como si hubieran querido que el camino fuera lo más enrevesado posible. He disfrutado por allí.

En un momento en que he salido del bosque estaba ya decididamente orientado hacia Puigpunyent y me ha empezado a rondar en la cabeza un caminillo que había visto marcado en los mapas pero que no había visto comentar en ninguna página de excursiones, y menos de MTB. Cuando he visto ese portillo en la pared lo he visto claro, ahí estaba esa bajada, delante de mí, esperando que la dejara marcada con mi rueda trasera. Es..., es..., cómo lo diría, es muy buena. Decir que a partir del portillo se pierde un poco lo que es el trazado en sí pero no tienes ninguna dificultad en seguirlo, que no en hacerlo, no es lo mismo. Es de esas bajadas en las que necesito a alguien delante para que me estire pero que puede dar muchas satisfacciones a otros más experimentados. No esperéis una trialera de velocidad pura; alguno la bajará andando.

Ha llegado un momento en que he perdido totalmente el trazado pero hasta en ese punto puedes tirar la bici para abajo. Se pasa por algunos rotlos de sitja y al llegar a una rejilla vuelve a aparecer con las curvas de la carretera a nuestros pies y Puigpunyent un poco más lejos. Tramo técnico de dar pedales el que nos espera y bastante rocoso pero con una sorpresa en su parte final, una losa buena, buena. Llegamos otra vez al bosque cerca de una casa y la cosa se ensucia bastante por lo que he salido por donde no debía pero aún así queda un tramo de camino de carro con algunos escalones hasta la carretera adonde he llegado eufórico. Realmente feliz. Un día memorable.