Ses Rotes

Como había resaca en los Toys después de Gran Valira su página estaba tranquila, creo que por primera vez en mucho tiempo (corríjanme si me equivoco) y me animé a mí mismo para ir a acabar la Ruta 9, una que tengo en construcción desde hace ya la tira. Intentamos hacerla no hace mucho y tiramos por donde no era en la última subida; me di cuenta al cabo de un rato pero me pudo la curiosidad, con lo que volvió a quedar pendiente el final para otro día.

Lo anuncié y se apuntaron los que realmente podían, Fibras, Pepefz y Yarik, contando siempre con Juan y Carlos, por supuesto. Seis, buen número para no ir solo y si además viene Pepe hay que estar dispuesto a acometer alguna variante de última hora. Los demás con compromisos sobretodo familiares.

Personados en Lloseta, a una distancia adecuada para no empezar en frío las rampas de subida y para ponernos al día en cuanto a chismes, nos dirigimos a Biniamar y de allí a Mancor por la cantera. Alguno no había pasado por allí y la ventaja es que te deja en Mancor sin tocar carretera. Pepe me comentó algo de un sendero por las afueras de Lloseta, cerca del polideportivo, que también ataja. Se lo recordaré la próxima vez que vayamos por allí.

La primera variante respecto a la ruta anterior es que esta vez subimos por el camí de Sa Font Garrover en lugar de tirar directos a Biniarroi, más que nada para que conocieran el sendero que une ambos lugares. Tampoco lo conocían unos bikeros de Inca que nos encontramos en la subida en un momento en que nos paramos para arreglar un pinchazo de Fibras. Se lo enseñé pero prefirieron no cambiar la ruta que tenían prevista. Así y todo reconocieron que es una buena variante a la ruta directa. Es casi ciclable aún de subida, un poco sucia en algún tramo puntual, nada que no arregle una buena destral.

En Biniarroi no estuvimos parados tanto tiempo como la otra vez, el justo para descansar un poco y admirar las vistas. Desde arriba parece que estás mucho más alto que viéndolo desde abajo y claro, con esa perspectiva después se hace larga la subida. Y no acaba ahí el asunto, queda lo peor hasta arriba, las cuestas más inclinadas. Las casas no están a mitad de camino pero tampoco están arriba del todo. Menos mal que cuando llegas al bosque entras en otro mundo, la temperatura baja una barbaridad y parece que te den un soplo de fuerza extra. No nos queda más que la última rampa de tierra para alcanzar la barrera y coronar. Estamos en el punto más alto, ahora es todo bajada hasta Can Bajoca y, excepto un pequeño tramo de descenso puñetero hasta el torrente, pista ancha y pedregosa.

Justo al lado de la primera casa tendremos que saltar otra barrera con lo que es posible que alguna vez nos pillen por ahí, ya sea en la primera o en la segunda, y no nos quedará más remedio que volver atrás por donde hemos venido. O quizás no, porque podríamos bajar por el Camí vell de Biniarroi que de otro modo nunca vamos a bajar a no ser que vayamos ex profeso a bajarlo. Habrá que plantearlo. Pero, como decía, supondremos que no tendremos problemas para superar las barreras y continuaremos el descenso por la pista encontrando otra casa por la que tenemos que pasar justo por delante y a partir de donde la pista se hace más salvaje para acabar en una pared al lado de un Fiat abandonado. Hay otra barrerita fácilmente sorteable, más que nada porque está la llave ahí, y al otro lado un campillo y al fondo otra pared con rejilla con la pista principal de Els Rafals al otro lado. También se aprecia el inicio del Camí de Pinatons que nos llevaría a Tossals Verds muchos metros más arriba pero ahora lo que nos interesa es bajar y lo haremos rápido porque la pista es prácticamente de arena, de polvo finísimo, que te hace separarte del de delante so pena de no ver absolutamente nada. Pasamos cerca de una caseta y cuando la pista gira hacia la derecha para empezar un ascenso que se preve cuanto menos bastante duro, salimos por la izquierda por otra pista más salvaje y pedregosa que desaparece al poco rato para desembocar en un caminillo difícil de bajar por roto, por la pendiente y por las curvas muy cerradas.

En cuanto llegamos al torrente recuperamos la configuración de pista pedregosa con barrera cerrada incluida pero sin pérdida posible nos plantamos en Can Bajoca en un momento. Justo cuando llegamos pasaron los expedicionarios en Suzuki, una larga caravana de vehículos repletos de turistas que se lo estaban pasando pipa. Me queda la duda de si siguieron hacia las Cases des Bosc o subieron hacia Els Rafals. Más bien creo que fue lo segundo.

Pero no encontramos en las casas lo que habíamos ido a buscar, agua. Al parecer la habían cortado desde dentro y no pudimos rellenar las bolsas. Había pues que racionar el resto. Nos disponíamos a partir cuando vemos otro grupo de vehículos que bajaban por la pista por la que íbamos a subir. Se reagruparon y los dejamos pasar. Nosotros les hacíamos fotos a ellos y ellos a nosotros. ¡Que dure el negocio! Cuánto mejor les vaya menos pensarán en cobrarnos a nosotros (espero).

Refrescados en una cuba para ganado salimos a probar esa subida. Creo que ninguno la habíamos hecho en ese sentido. Yo desde luego que no, pero me acuerdo que un día (hace ya tiempo) salí solo con esa intención pero cuando estaba a punto de iniciar la ascensión empezó a diluviar y tras cobijarme bajo un árbol (ya sé que no debe hacerse pero es lo que hice en ese momento) esperé a que amainara. Debió durar bastante porque se me pasaron las ganas de subir y me marché por donde había venido. Le tenía pues ganas desde hacía tiempo a esa subida. Y más después de haberla hecho de bajada con Xisco donde disfruté como un enano.

Pero claro, lo que se ve de una manera en un sentido en sentido contrario es totalmente diferente, pero a eso vamos. El principio no es muy complicado pero tiene pocos tramos de recuperación y mientras iba subiendo intuía que sería muy difícil llegar arriba sin poner pie, pero al menos quería llegar hasta el cruce, cosa que logré, pero me tuve que parar a recuperarme. Solamente una salida en el mes de julio se nota en las piernas y aunque dicen que hacía calor no se puede decir que me afectara mucho, más que nada era la falta de fondo físico. No podía faltar mucho para llegar arriba porque habíamos hecho una tirada bastante larga pero como en Biniarroi, lo peor está por venir. El tramo de zigzag es corto pero empinado y lento, lento, a paso de caminante vamos, llegué a la barrera de arriba.

Descanso, porque agua y comida quedaba bien poca por no decir nada, aunque hambre no pasé. Había traído un bocata de pan y otro trozo pequeño y le dí la mitad a Yarik y así y todo no tuve hambre ni ningún bajón de rendimiento por ese motivo. Y de beber, solo agua. Tampoco es que sea una ruta muy complicada porque las subidas son muy factibles, son por asfalto o pista y eso ayuda muchísimo a mantener un ritmo constante, el que sea, pero constante. Por cierto, ayer fue el día del estreno oficial en ruta de la nueva bici de Yarik. Sus opiniones están en el foromtb.

Nos fuimos por la pista de arriba aunque no vimos a nadie por las casas y tomamos las últimas decisiones sobre la idea que tenía de subir al Puig de sa Creu. A primera vista parece (y será) una matada. Desde el coll se ve perfectamente ahí arriba, firme, puntiagudo, y seguramente sin camino para subir, recto por el bosque, pero teniendo que transportar una bici puede ser muy exigente. Y sin saber qué nos vamos a encontrar al otro lado ya que solamente tenemos unas vagas orientaciones por parte de unos excursionistas que por supuesto van andando. Quizás sea mejor investigar por el lado de Caimari; sabemos que tampoco se llega arriba pero hay una pista que se supone ciclable y al menos podremos situarnos sobre la pantalla del GPS y valorar la oportunidad de seguir o no. Ya veremos.

Entonces lo que hicimos fue bajar por el bosque hacia Ets Horts y desde allí por pistorra asfaltada hasta Caimari donde echamos el resto (al menos yo) en el asfalto. Había prisa por llegar aunque era bastante temprano y no volvimos a Biniamar por Biniatzent. Hubiera estado bien, solamente eran unos metros más de subida.