Sentía el gusanillo estos días de ir a ver cosas nuevas, no quería repetir ninguna ruta ya establecida y lo que buscaba era por dónde tirar y que además tuviera un buen tanto por ciento de sillín. Éste es el verdadero problema que se plantea a la hora de programar una ruta porque a pie ya sabemos que podemos llegar casi a cualquier parte.
Andratx por la zona de la Coma Calenta, s'Arracó en dirección a Galatzó y el Tramuntanal, Calvià por Son Font y Son Sastre, etc, etc, etc. Todo eran posibilidades sobre la pantalla del ordenador pero a finales de semana me puse otra condición, salir rodando de Palma, con lo que las opciones eran cada vez menos. Luego pensé en la bajada desde el coll des Grau hasta Puigpunyent y quizás después tirar hacia Son Forteza para volver a salir por sa Campaneta. Decidido, éso haré, solo o acompañado. Finalmente he ido solo aunque en buena parte del trayecto he estado acompañado. Ya en la barrera del Bunyolí me han alcanzado dos bikeros, a uno de ellos lo conocía de la quedada de los bous pero me ha resultado un poco difícil comunicarme con él ya que es sordo. Han metido ritmo desde el inicio e iban por delante pero cuando yo me he parado a quitarme la chaqueta han aparecido por detrás; a partir de ese momento hemos ido juntos hasta que los he pasado en el rampón del aujub y ya no los he vuelto a ver hasta la barrera.
La barrera estaba concurrida hoy. Dos descenders subían por la trialera y planeaban la próxima bajada y me han dicho que otros ya bajaban por allí. Llega la pareja que me seguía y al rato tres rallymen con sus bichas de plástico y manillares planos. Los seis hemos tirado hacia arriba pero estos tres marcaban un buen ritmo y en Can Manent se han escapado mientras los otros dos han quedado muy rezagados con lo que me he vuelto a quedar solo. Yo me he desviado hacia Ca na Lluïsa y el Pouet siguiendo la pista hacia el Hort des Pouet y el portell de entrada al bosque. Obligatorio pararse ya que tiene una barrera y estaba yo allí medio pensando en que con lo tarde que había salido y las fuerzas que me quedaban que porqué no iba a echar un vistazo al paso ya que posiblemente no la realizaría como tenía planeado. Lo malo es que como no pensaba ir no me había refrescado la memoria con los mapas y alguna excursión que había visto aunque recordaba que la describían desde el coll Paredat con lo que poco me iba a servir. Así y todo he empezado a subir y pronto he encontrado marcas de pintura en los troncos de los árboles y también marcas de hachazos con lo que la ruta se podía seguir bien excepto por los numerosos pinos caídos que dificultan pasar la bici.
Lo primero que me he encontrado ha sido el Pou Gran, ¡cacho pozo! Y uno se pregunta qué sentido tiene ese enorme agujero ahí precisamente. Seguimos la senda pictórica por el bosque hasta encontrar los restos de una construcción llamada s'Ermita o sa Casota, porque efectivamente es muy grande, aunque ya solo queden en pie los muros exteriores. En ese punto se ve que al marcador se le acabó la pintura y perdió la destral porque ya no he vuelto a ver ninguna marca, hitos menos, aún así he seguido por donde he podido siempre en la misma dirección hasta que he visto una rejilla entre los árboles y hacia allá que me he dirigido. A su vera, y mirando hacia abajo, he vuelto a ver las marcas de pintura que marcaban un itinerario casi pegado a la pared y, mirando hacia arriba, otras que enfilaban hacia la pared rocosa teniendo que atravesar una estrecha cornisa y justo al doblar una roca ha aparecido la regata, un impresionante tajo a lo largo de la roca, con un buen desnivel, y una salida un poco complicada si vas con una bici a cuestas.
Quiero hacer un inciso sobre las marcas. Quiero recalcar que no estoy metido en el mundo del senderismo ni lo practico, al menos sin la bici a cuestas. Siempre que salgo por la montaña es con la bici y procurando ir el máximo tiempo posible encima de ella. Por tanto se puede decir que compartimos caminos los bikeros y los senderistas y compartimos también los problemas. No me parece correcto esa forma de marcaje de forma artificial aunque parece ser una práctica generalizada y no solamente en nuestro país. No conozco a ningún bikero que se dedique a hacer marcas agresivas y permanentes sobre el medio para que otro pueda seguirlas y tampoco entiendo para qué tiene que hacerlas un senderista pudiendo ir dejando mojones de piedras por ejemplo. Claro que eso es mucho más lento y cansado que apretar el pitorro de un spray.
Una vez arriba la vista es fantástica y el suelo, aunque casi plano, es impracticable por exceso de piedras. Y estaba empujando la bici cuando he oído que me llamaban. Al principio no veía a nadie pero al momento he vislumbrado a un cazador con traje de camuflaje (aunque no he visto la escopeta) que me pedía explicaciones. Hablaba muy bajo y no lo entendía bien, y yo simplemente he seguido mi camino y él el suyo. Cuando llegaba al camino principal he visto pasar gente, cuatro bikeros que se dirigían a la ermita, y juntos hemos continuado camino hacia allí, pero pronto se han quedado atrás y he hecho la bajada solo. Ya que había modificado mi idea original que era llegar al coll des Grau directamente y me había ido por peteneras debía llegar allí de alguna manera y la opción elegida ha sido el pas de Son Noguera. Realizado no hace mucho en sentido ascendente bajando se me hizo muy largo, con eso lo digo todo. Lo que tenía que encontrar era la salida B. No fue difícil.
Un poco de carretera hasta lo alto para visitar la bajada supuestamente GR que evita el asfalto; es de lo que se trata, crear un nuevo itinerario para no tener que pasar por el original, o sea, por Son Forteza. Ni que decir que esa bajada es simplemente una porquería, un sendero de lo más normal y además lleno de basura, latas, botellas, envoltorios de barritas y demás. Y para colmo me quise ahorrar unas cuantas curvas metiéndome por dónde no era y era una selva y tardé un rato largo en salir. Merendé (a la una y media) en Puigpunyent y solamente me quedaban quince kilómetros de asfalto hasta mi casa como última opción, no formaba parte de mi idea original pero era la única posible en ese momento. De todas maneras el cambio de planes ha sido lo mejor del día.
Andratx por la zona de la Coma Calenta, s'Arracó en dirección a Galatzó y el Tramuntanal, Calvià por Son Font y Son Sastre, etc, etc, etc. Todo eran posibilidades sobre la pantalla del ordenador pero a finales de semana me puse otra condición, salir rodando de Palma, con lo que las opciones eran cada vez menos. Luego pensé en la bajada desde el coll des Grau hasta Puigpunyent y quizás después tirar hacia Son Forteza para volver a salir por sa Campaneta. Decidido, éso haré, solo o acompañado. Finalmente he ido solo aunque en buena parte del trayecto he estado acompañado. Ya en la barrera del Bunyolí me han alcanzado dos bikeros, a uno de ellos lo conocía de la quedada de los bous pero me ha resultado un poco difícil comunicarme con él ya que es sordo. Han metido ritmo desde el inicio e iban por delante pero cuando yo me he parado a quitarme la chaqueta han aparecido por detrás; a partir de ese momento hemos ido juntos hasta que los he pasado en el rampón del aujub y ya no los he vuelto a ver hasta la barrera.
La barrera estaba concurrida hoy. Dos descenders subían por la trialera y planeaban la próxima bajada y me han dicho que otros ya bajaban por allí. Llega la pareja que me seguía y al rato tres rallymen con sus bichas de plástico y manillares planos. Los seis hemos tirado hacia arriba pero estos tres marcaban un buen ritmo y en Can Manent se han escapado mientras los otros dos han quedado muy rezagados con lo que me he vuelto a quedar solo. Yo me he desviado hacia Ca na Lluïsa y el Pouet siguiendo la pista hacia el Hort des Pouet y el portell de entrada al bosque. Obligatorio pararse ya que tiene una barrera y estaba yo allí medio pensando en que con lo tarde que había salido y las fuerzas que me quedaban que porqué no iba a echar un vistazo al paso ya que posiblemente no la realizaría como tenía planeado. Lo malo es que como no pensaba ir no me había refrescado la memoria con los mapas y alguna excursión que había visto aunque recordaba que la describían desde el coll Paredat con lo que poco me iba a servir. Así y todo he empezado a subir y pronto he encontrado marcas de pintura en los troncos de los árboles y también marcas de hachazos con lo que la ruta se podía seguir bien excepto por los numerosos pinos caídos que dificultan pasar la bici.
Lo primero que me he encontrado ha sido el Pou Gran, ¡cacho pozo! Y uno se pregunta qué sentido tiene ese enorme agujero ahí precisamente. Seguimos la senda pictórica por el bosque hasta encontrar los restos de una construcción llamada s'Ermita o sa Casota, porque efectivamente es muy grande, aunque ya solo queden en pie los muros exteriores. En ese punto se ve que al marcador se le acabó la pintura y perdió la destral porque ya no he vuelto a ver ninguna marca, hitos menos, aún así he seguido por donde he podido siempre en la misma dirección hasta que he visto una rejilla entre los árboles y hacia allá que me he dirigido. A su vera, y mirando hacia abajo, he vuelto a ver las marcas de pintura que marcaban un itinerario casi pegado a la pared y, mirando hacia arriba, otras que enfilaban hacia la pared rocosa teniendo que atravesar una estrecha cornisa y justo al doblar una roca ha aparecido la regata, un impresionante tajo a lo largo de la roca, con un buen desnivel, y una salida un poco complicada si vas con una bici a cuestas.
Quiero hacer un inciso sobre las marcas. Quiero recalcar que no estoy metido en el mundo del senderismo ni lo practico, al menos sin la bici a cuestas. Siempre que salgo por la montaña es con la bici y procurando ir el máximo tiempo posible encima de ella. Por tanto se puede decir que compartimos caminos los bikeros y los senderistas y compartimos también los problemas. No me parece correcto esa forma de marcaje de forma artificial aunque parece ser una práctica generalizada y no solamente en nuestro país. No conozco a ningún bikero que se dedique a hacer marcas agresivas y permanentes sobre el medio para que otro pueda seguirlas y tampoco entiendo para qué tiene que hacerlas un senderista pudiendo ir dejando mojones de piedras por ejemplo. Claro que eso es mucho más lento y cansado que apretar el pitorro de un spray.
Una vez arriba la vista es fantástica y el suelo, aunque casi plano, es impracticable por exceso de piedras. Y estaba empujando la bici cuando he oído que me llamaban. Al principio no veía a nadie pero al momento he vislumbrado a un cazador con traje de camuflaje (aunque no he visto la escopeta) que me pedía explicaciones. Hablaba muy bajo y no lo entendía bien, y yo simplemente he seguido mi camino y él el suyo. Cuando llegaba al camino principal he visto pasar gente, cuatro bikeros que se dirigían a la ermita, y juntos hemos continuado camino hacia allí, pero pronto se han quedado atrás y he hecho la bajada solo. Ya que había modificado mi idea original que era llegar al coll des Grau directamente y me había ido por peteneras debía llegar allí de alguna manera y la opción elegida ha sido el pas de Son Noguera. Realizado no hace mucho en sentido ascendente bajando se me hizo muy largo, con eso lo digo todo. Lo que tenía que encontrar era la salida B. No fue difícil.
Un poco de carretera hasta lo alto para visitar la bajada supuestamente GR que evita el asfalto; es de lo que se trata, crear un nuevo itinerario para no tener que pasar por el original, o sea, por Son Forteza. Ni que decir que esa bajada es simplemente una porquería, un sendero de lo más normal y además lleno de basura, latas, botellas, envoltorios de barritas y demás. Y para colmo me quise ahorrar unas cuantas curvas metiéndome por dónde no era y era una selva y tardé un rato largo en salir. Merendé (a la una y media) en Puigpunyent y solamente me quedaban quince kilómetros de asfalto hasta mi casa como última opción, no formaba parte de mi idea original pero era la única posible en ese momento. De todas maneras el cambio de planes ha sido lo mejor del día.