Y van ya unas cuantas por la zona de Esporles, es lo normal cuando las posibilidades son muchas e inabarcables en unas pocas jornadas. De una simple idea ¿cómo puedo llegar a Esporles sin tocar carretera? han ido surgiendo ramificaciones por doquier que ha habido que explorar debidamente. Unos días solo, otros acompañado, hasta alguna ruta con invitados se ha montado también por la zona.
Ya quedó claro que la respuesta a la pregunta inicial es sí, siempre y cuando obviemos un tramo de asfalto de unos doscientos metros, aunque también se puede quitar pero llevará tiempo hacerlo. Ses Rotgetes es nuestro punto de arranque, bien directamente por el carril bici de la universidad o por el camí de Passatemps. Después el cresteo hasta Les Quintanes y bajada hasta el asfalto más el desvío y trialera hasta la entrada del pueblo. Hasta aquí no hay pegas. Donde sí puede haberlas es en el siguiente tramo que tenía programado, y las ha habido. De justicia es decir que tuvimos mucha suerte en todos los pases anteriores porque siempre nos habíamos cruzado con vehículos y no nos dijeron nada, ni siquiera pararon, pero hoy sí se ha parado y aunque no ha habido discusión, el hombre se iba encendiendo poco a poco a medida que le iba dando la razón. Mis compañeros me apretaban para pasar una vez que se había ido pero tras unos instantes ha vuelto y nosotros nos hemos ido carretera abajo.
No ha ido del todo mal que nos hubiera parado porque visto lo visto después es prácticamente seguro que no habríamos hecho la segunda parte, la que era realmente importante porque lo que quería realizar en primer lugar ya se ha hecho varias veces y lo tengo claro. Entonces nos hemos ido directamente a la barrera de Miralles para empezar lo que debiera ser el plato fuerte del día.
Yo solamente había llegado hasta las pedreras y al enlazar con la pista no vi continuidad. Ya me ha pasado varias veces, llegas a un punto en el que sabes que has estado y que el camino continua y en cambio, no lo ves, y te intentas convencer de lo contrario aunque en el fondo sabes que no es verdad. Ese día no vi camino y hoy lo he visto tan claro que casi me ha dado vergüenza. No hay conexión directa con las pistas de la otra vertiente y la rejilla intermedia no sería un obstáculo insalvable en el caso de ir solo aunque sí bastante engorroso.
A partir de este punto sí me ha hecho falta el mapa, más bien croquis a mano alzada que llevaba, ya que la gran cantidad de cruces y desvíos que hay así lo hacen necesario si no lo conoces. Queríamos empalmar con la pista principal lo más arriba posible y solamente me he equivocado en el último desvío llegando hasta el final pero precisamente ése ha sido el tramo en el que no hemos podido cabalgar, por los pinos caídos y el estado de la pista. Solventado el tema hemos contactado con la pista buena tras una larga bajada y ya no tenía más excusas para no parar a merendar, lo que hemos hecho en un pequeño claro soleado. Además tocaba relajarse un poco tras conseguir el objetivo principal del día, el secundario aún estaba un poco más lejos.
Llegados a este punto no hay más opción que subir, el día que bajamos la pifiamos y acabamos merodeando un rato largo por ses Planes aunque también parece que hay alguna alternativa posible de escape que no vimos ese día. La subida me ha sorprendido un poco, en el buen sentido me refiero. En la ocasión anterior la bajé con la bici rígida y en sentido contrario no parece tan fiero el león como lo pintan. Excepto en algún tramo muy empinado, que es el que sigue a la barrera, el resto es bastante factible dentro de la dureza, aún así hay que estar muy fuerte para poder llegar arriba sin desfallecer en el intento. Es un kilómetro setecientos metros de subida constante con doscientos cincuenta metros de desnivel sin casi ni un metro para recuperar el resuello.
Desfallecer, esa ha sido una palabra muy oída hoy. Juan no acaba de despegar físicamente y se quejaba no sin motivo. Así y todo me han acompañado un tramo en dirección al coll d'en Claret buscando algún indicio de bajada hacia el fondo del valle. Hay muchas entradas de caminos anchos pero no era éso lo que buscaba aunque tampoco he visto nada claro. Habiendo coronado los demás no han querido saber nada más y han emprendido retirada hacia Esporles y yo me he quedado a fisgonear un poco cerca de una casas y algo he encontrado, una vieja pista invadida por una punzante vegetación que me ha puesto finos brazos y piernas. Un cercado de rejilla me ha cortado ya definitivamente el paso y tras ir un poco arriba y abajo no me ha quedado más remedio que saltarla y de hecho continua por el lado contrario hasta empalmar con otra en mejores condiciones aunque también cortada por otra rejilla.
Esperaba que esta nueva pista permitiera rodar más tranquilo y así ha sido durante unos metros pero al final estaba peor que la otra y ha pasado lo que tenía que pasar entre tanto pincho, pinchazo al canto. No estaba en un buen sitio para cambiar la cámara y he seguido bajando hasta la zona sembrada donde he estado dando vueltas alrededor de una casa buscando la salida. Al final la he encontrado en una barrera en una zona un poco alejada aunque ya sabía que no había nadie por allí. He necesitado un buen rato para reparar el pinchazo ya que la primera cámara que he puesto también estaba pinchada. Aún así, tras reparar, he seguido por el ramal de la urbanización hacia arriba pero no hay salida y he tenido que volver atrás para no dejar de pedalear ya hasta Palma.
Aún a pesar de haber tenido contratiempos en la primera subida he quedado muy satisfecho de la segunda ya que nos ofrece una opción muy interesante para acercarnos al coll de sa Basseta sin tocar asfalto. Me la habían recomendado sottovoce y la verdad es que merece mucho la pena, y también ha servido para quitarme una espinita que llevaba clavada desde hace tiempo, desde el día en que bajé y me di de bruces con la barrera. Supongo que tener que dar media vuelta y apechugar con esa subida me marcó lo suficiente para no volver en años. En cambio hoy estoy feliz de haberla hecho otra vez.
La gran pregunta: ¿se puede hacer una ruta de cincuenta kilómetros con todas esas subidas y que no tenga bajadas? Pues la respuesta es sí.
Ya quedó claro que la respuesta a la pregunta inicial es sí, siempre y cuando obviemos un tramo de asfalto de unos doscientos metros, aunque también se puede quitar pero llevará tiempo hacerlo. Ses Rotgetes es nuestro punto de arranque, bien directamente por el carril bici de la universidad o por el camí de Passatemps. Después el cresteo hasta Les Quintanes y bajada hasta el asfalto más el desvío y trialera hasta la entrada del pueblo. Hasta aquí no hay pegas. Donde sí puede haberlas es en el siguiente tramo que tenía programado, y las ha habido. De justicia es decir que tuvimos mucha suerte en todos los pases anteriores porque siempre nos habíamos cruzado con vehículos y no nos dijeron nada, ni siquiera pararon, pero hoy sí se ha parado y aunque no ha habido discusión, el hombre se iba encendiendo poco a poco a medida que le iba dando la razón. Mis compañeros me apretaban para pasar una vez que se había ido pero tras unos instantes ha vuelto y nosotros nos hemos ido carretera abajo.
No ha ido del todo mal que nos hubiera parado porque visto lo visto después es prácticamente seguro que no habríamos hecho la segunda parte, la que era realmente importante porque lo que quería realizar en primer lugar ya se ha hecho varias veces y lo tengo claro. Entonces nos hemos ido directamente a la barrera de Miralles para empezar lo que debiera ser el plato fuerte del día.
Yo solamente había llegado hasta las pedreras y al enlazar con la pista no vi continuidad. Ya me ha pasado varias veces, llegas a un punto en el que sabes que has estado y que el camino continua y en cambio, no lo ves, y te intentas convencer de lo contrario aunque en el fondo sabes que no es verdad. Ese día no vi camino y hoy lo he visto tan claro que casi me ha dado vergüenza. No hay conexión directa con las pistas de la otra vertiente y la rejilla intermedia no sería un obstáculo insalvable en el caso de ir solo aunque sí bastante engorroso.
A partir de este punto sí me ha hecho falta el mapa, más bien croquis a mano alzada que llevaba, ya que la gran cantidad de cruces y desvíos que hay así lo hacen necesario si no lo conoces. Queríamos empalmar con la pista principal lo más arriba posible y solamente me he equivocado en el último desvío llegando hasta el final pero precisamente ése ha sido el tramo en el que no hemos podido cabalgar, por los pinos caídos y el estado de la pista. Solventado el tema hemos contactado con la pista buena tras una larga bajada y ya no tenía más excusas para no parar a merendar, lo que hemos hecho en un pequeño claro soleado. Además tocaba relajarse un poco tras conseguir el objetivo principal del día, el secundario aún estaba un poco más lejos.
Llegados a este punto no hay más opción que subir, el día que bajamos la pifiamos y acabamos merodeando un rato largo por ses Planes aunque también parece que hay alguna alternativa posible de escape que no vimos ese día. La subida me ha sorprendido un poco, en el buen sentido me refiero. En la ocasión anterior la bajé con la bici rígida y en sentido contrario no parece tan fiero el león como lo pintan. Excepto en algún tramo muy empinado, que es el que sigue a la barrera, el resto es bastante factible dentro de la dureza, aún así hay que estar muy fuerte para poder llegar arriba sin desfallecer en el intento. Es un kilómetro setecientos metros de subida constante con doscientos cincuenta metros de desnivel sin casi ni un metro para recuperar el resuello.
Desfallecer, esa ha sido una palabra muy oída hoy. Juan no acaba de despegar físicamente y se quejaba no sin motivo. Así y todo me han acompañado un tramo en dirección al coll d'en Claret buscando algún indicio de bajada hacia el fondo del valle. Hay muchas entradas de caminos anchos pero no era éso lo que buscaba aunque tampoco he visto nada claro. Habiendo coronado los demás no han querido saber nada más y han emprendido retirada hacia Esporles y yo me he quedado a fisgonear un poco cerca de una casas y algo he encontrado, una vieja pista invadida por una punzante vegetación que me ha puesto finos brazos y piernas. Un cercado de rejilla me ha cortado ya definitivamente el paso y tras ir un poco arriba y abajo no me ha quedado más remedio que saltarla y de hecho continua por el lado contrario hasta empalmar con otra en mejores condiciones aunque también cortada por otra rejilla.
Esperaba que esta nueva pista permitiera rodar más tranquilo y así ha sido durante unos metros pero al final estaba peor que la otra y ha pasado lo que tenía que pasar entre tanto pincho, pinchazo al canto. No estaba en un buen sitio para cambiar la cámara y he seguido bajando hasta la zona sembrada donde he estado dando vueltas alrededor de una casa buscando la salida. Al final la he encontrado en una barrera en una zona un poco alejada aunque ya sabía que no había nadie por allí. He necesitado un buen rato para reparar el pinchazo ya que la primera cámara que he puesto también estaba pinchada. Aún así, tras reparar, he seguido por el ramal de la urbanización hacia arriba pero no hay salida y he tenido que volver atrás para no dejar de pedalear ya hasta Palma.
Aún a pesar de haber tenido contratiempos en la primera subida he quedado muy satisfecho de la segunda ya que nos ofrece una opción muy interesante para acercarnos al coll de sa Basseta sin tocar asfalto. Me la habían recomendado sottovoce y la verdad es que merece mucho la pena, y también ha servido para quitarme una espinita que llevaba clavada desde hace tiempo, desde el día en que bajé y me di de bruces con la barrera. Supongo que tener que dar media vuelta y apechugar con esa subida me marcó lo suficiente para no volver en años. En cambio hoy estoy feliz de haberla hecho otra vez.
La gran pregunta: ¿se puede hacer una ruta de cincuenta kilómetros con todas esas subidas y que no tenga bajadas? Pues la respuesta es sí.