Un ruego de mi hijo al filo de la medianoche del viernes bastó para cambiar todos mis planes del fin de semana y el sábado nos fuimos a hacer una visita al nuevo hospital de Son Espases y de paso también unas radiografías y una visita al traumatólogo. La visita médica era desde luego la razón del desplazamiento pero también quería comprobar los motivos de tanta queja que se han generado desde su inauguración. Y la verdad, pasé del tema, cuanto menos sepa y conozca del hospital mejor que mejor, nos hicieron las placas y nos atendió el médico, más no quiero por ahora.
Esta incidencia provocó que trasladara mi día de salida al domingo sin un plan seguro previsto pero con alguna idea previa trazada con Guiem ya desde semanas anteriores, el pas de na Lluïsa. Quizás no me hiciera mucho caso cuando se lo comenté pero ayer le convencí, por decirlo de alguna manera. Volvimos a ser trece aunque variando los componentes y nos dirigimos otra vez hacia la zona de Esporles pero esta vez por el Bunyolí. Ya en las primeras rampas tenía mucho calor y me quité ropa desde el inicio. La subida, buena. A ritmo, de menos a más, como tienen que ser las subidas. La barrera de arriba parecía la cola del pan, empezaron a llegar bicis una tras otra hasta conformar dos numerosos grupos trazando planes. Los míos eran llegar lo más arriba posible pero varios miembros pensaban ya más en la vuelta que en la ida y tomaron el camino de retorno quedando prácticamente la mitad.
Pasamos a otros dos merendando al solecito en Can Manent, del otro grupo no sé si al final iban o venían mientras seguimos camino hacia el Pouet de Sobremunt. En la barrera de madera de arriba hubo conato de deserción pero no me enteré porque ya había soltado frenos pero éste se consumó en el portillo de salida donde llegaron poco después. Ahora empezaba el fora pistes y donde se me descontrola el horario por lo que dieron media vuelta para asegurar el timming todos menos uno, Tomeu, de Santa María, que quería continuar; pues allá vamos. La ruta completa con los bous la haremos otro día con más margen. No conocían tampoco la opción de la Font d'en Vic que tampoco es que sea una maravilla de bajada y volvieron por tanto por donde habían venido.
A mí se me hizo más corto encontrar el paso esta vez que la anterior, fuimos más directos pero pasamos antes por el pozo, el gran pozo, el cacho pozo, el más grande que he visto y lo que más me sorprende es su ubicación, uno podría pensar que se necesitaría un agujero de ese tamaño cerca de una gran extensión de terreno llano donde se tuviera que regar en grandes cantidades pero, allí metido, en pleno bosque, se me hace difícil imaginar para qué podría necesitarse tal acopio de agua. Actualmente está seco del todo pero he visto fotos donde el nivel de líquido está casi arriba.
Así que llegamos al paso con muy buena vistas arriba y atravesamos el roquedal hasta empalmar con el camino superior justo en el desvío entrando por terreno conocido aunque aún me sigue sorprendiendo la cantidad de bikeros que les cuesta horrores salir del redol. Yo mismo no he ido nunca a la zona de Sant Salvador, por ejemplo, me perdí la quedada del foro (me parece que no estaba en la isla) y me cuesta dirigir mi atención hacia esos lugares, soy un tramuntanófilo, lo reconozco, aún a sabiendas de que me pierdo cosas interesantes. Eso sí, el día que me dé por ahí empezaré a llenar de puntitos todos esos sitios.
Me he perdido, ¿por dónde iba? Ah si, pisteando por las alturas y decidiendo sobre el terreno por donde bajar. La premura de horario hacía aconsejable llegar a la ermita y dejar las bajadas laterales para otra ocasión y eso hicimos. En la explanada volvimos a encontrar al grupo del Bunyolí que se disponían a bajar por detrás y me pareció que no tomaron el desvío del comellar de ses puces mientras que nosotros tomamos el desvío del pozo, del pozito, de la cisternita en realidad, y su reducido tamaño me cuadra con la que me imagino sería su función, abastecimiento de agua para consumo humano, cuando el humano vivía aún en simbiosis con ese medio. Hoy en día es una reliquia del pasado sin más valor que el estético.
Recalcar que esta bajada ha sido abierta y marcada desde no hace mucho y está siendo utilizada creo que de cada vez con mayor asiduidad aunque es de dificultad uno en una escala de cinco; cuando pasé por primera vez hace unos meses estaba impoluta. Al empalmar con la bajada del Sagrat Cor remontamos un poco para buscar la que baja al área recreativa, más ratonera que la anterior aunque de fácil recorrido; también en su parte final ya en la zona de pista donde le han metido mano para darle un poco de aliciente extra.
Pasamos como pudimos entre personal y vehículos ya que estaba atestadísimo, hasta había cola de vehículos en la carretera para entrar, y nos dirigimos carretera arriba hacia la entrada de Son Malferit donde en la parte más tonta de la ruta pego el llantazo. De verdad que se me está acabando la paciencia con estas cubiertas, la paciencia y las cámaras. En cuanto vas sentado en el sillín cualquier piedrecita es mortal. Le dije a Tomeu que se fuera y no se retrasara más y yo cambié y volví a mi ritmo a casa.
Esta incidencia provocó que trasladara mi día de salida al domingo sin un plan seguro previsto pero con alguna idea previa trazada con Guiem ya desde semanas anteriores, el pas de na Lluïsa. Quizás no me hiciera mucho caso cuando se lo comenté pero ayer le convencí, por decirlo de alguna manera. Volvimos a ser trece aunque variando los componentes y nos dirigimos otra vez hacia la zona de Esporles pero esta vez por el Bunyolí. Ya en las primeras rampas tenía mucho calor y me quité ropa desde el inicio. La subida, buena. A ritmo, de menos a más, como tienen que ser las subidas. La barrera de arriba parecía la cola del pan, empezaron a llegar bicis una tras otra hasta conformar dos numerosos grupos trazando planes. Los míos eran llegar lo más arriba posible pero varios miembros pensaban ya más en la vuelta que en la ida y tomaron el camino de retorno quedando prácticamente la mitad.
Pasamos a otros dos merendando al solecito en Can Manent, del otro grupo no sé si al final iban o venían mientras seguimos camino hacia el Pouet de Sobremunt. En la barrera de madera de arriba hubo conato de deserción pero no me enteré porque ya había soltado frenos pero éste se consumó en el portillo de salida donde llegaron poco después. Ahora empezaba el fora pistes y donde se me descontrola el horario por lo que dieron media vuelta para asegurar el timming todos menos uno, Tomeu, de Santa María, que quería continuar; pues allá vamos. La ruta completa con los bous la haremos otro día con más margen. No conocían tampoco la opción de la Font d'en Vic que tampoco es que sea una maravilla de bajada y volvieron por tanto por donde habían venido.
A mí se me hizo más corto encontrar el paso esta vez que la anterior, fuimos más directos pero pasamos antes por el pozo, el gran pozo, el cacho pozo, el más grande que he visto y lo que más me sorprende es su ubicación, uno podría pensar que se necesitaría un agujero de ese tamaño cerca de una gran extensión de terreno llano donde se tuviera que regar en grandes cantidades pero, allí metido, en pleno bosque, se me hace difícil imaginar para qué podría necesitarse tal acopio de agua. Actualmente está seco del todo pero he visto fotos donde el nivel de líquido está casi arriba.
Así que llegamos al paso con muy buena vistas arriba y atravesamos el roquedal hasta empalmar con el camino superior justo en el desvío entrando por terreno conocido aunque aún me sigue sorprendiendo la cantidad de bikeros que les cuesta horrores salir del redol. Yo mismo no he ido nunca a la zona de Sant Salvador, por ejemplo, me perdí la quedada del foro (me parece que no estaba en la isla) y me cuesta dirigir mi atención hacia esos lugares, soy un tramuntanófilo, lo reconozco, aún a sabiendas de que me pierdo cosas interesantes. Eso sí, el día que me dé por ahí empezaré a llenar de puntitos todos esos sitios.
Me he perdido, ¿por dónde iba? Ah si, pisteando por las alturas y decidiendo sobre el terreno por donde bajar. La premura de horario hacía aconsejable llegar a la ermita y dejar las bajadas laterales para otra ocasión y eso hicimos. En la explanada volvimos a encontrar al grupo del Bunyolí que se disponían a bajar por detrás y me pareció que no tomaron el desvío del comellar de ses puces mientras que nosotros tomamos el desvío del pozo, del pozito, de la cisternita en realidad, y su reducido tamaño me cuadra con la que me imagino sería su función, abastecimiento de agua para consumo humano, cuando el humano vivía aún en simbiosis con ese medio. Hoy en día es una reliquia del pasado sin más valor que el estético.
Recalcar que esta bajada ha sido abierta y marcada desde no hace mucho y está siendo utilizada creo que de cada vez con mayor asiduidad aunque es de dificultad uno en una escala de cinco; cuando pasé por primera vez hace unos meses estaba impoluta. Al empalmar con la bajada del Sagrat Cor remontamos un poco para buscar la que baja al área recreativa, más ratonera que la anterior aunque de fácil recorrido; también en su parte final ya en la zona de pista donde le han metido mano para darle un poco de aliciente extra.
Pasamos como pudimos entre personal y vehículos ya que estaba atestadísimo, hasta había cola de vehículos en la carretera para entrar, y nos dirigimos carretera arriba hacia la entrada de Son Malferit donde en la parte más tonta de la ruta pego el llantazo. De verdad que se me está acabando la paciencia con estas cubiertas, la paciencia y las cámaras. En cuanto vas sentado en el sillín cualquier piedrecita es mortal. Le dije a Tomeu que se fuera y no se retrasara más y yo cambié y volví a mi ritmo a casa.