Casi tres meses después del primer estreno y cumpliéndose a rajatabla el dicho de “quan no te bony te forat” decidieron volver a enviar la bici a BCN para subsanar los errores de una vez por todas. Casi lo consiguen, yo sigo quejándome de la transmisión, diría que uno de los piñones está defectuoso, ellos me dicen que los pusieron nuevos pero visto lo visto con los platos puedo pensar cualquier cosa pero en todo caso, el asunto principal está resuelto. Cuadro, esta vez de mi talla, y pedalier nuevos y hasta diría que el amortiguador también.
Así y todo pese a las ganas de estrenarla, viendo la previsión del tiempo para el sábado y sobretodo para el domingo, decido quedarme en casa para “fer dissabte”, (hacer limpieza, en castellano), y unirme a algún grupo que planee una salida festiva. La condición era no volver muy tarde lo que implica empezar temprano y eso descartaba casi todas las opciones que pude recopilar el sábado aunque siempre hay una que cumple esa premisa, la salida de los bous. Además, en el post-it del anuncio no especificaban ruta, con lo que casi era una invitación en toda regla.
Voy solo al punto de reunión carreteando por las calles solitarias de la ciudad, aún no son las ocho y el letargo hace mella pero el día amanece espléndido y parece apoyar mi idea de ir a rodar un poco por los encinares de Son Ferrà y Son Tríes. Propuesta que no encuentra mucha oposición, al contrario, entre los compañeros, unos trece (creo) en total, que nos hemos dado cita en el punto de salida habitual, aunque la mayoría no conoce la parte final de la ruta.
Atravesamos el polígono para ir a cruzar el torrente de sa Riera extrañamente seco en el vado dado lo que había llovido en días anteriores y subir hacia Establiments para dirigirnos hacia Bunyolí y tomar el desvío de Sarrià y Son Malferit. Primera parte de la ruta, digamos de aproximación y calentamiento, cumplida, ahora queda el ascenso duro, aunque lo duro se circunscribe en realidad a la parte del cemento que solamente he visto superar a uno porque de los pocos que lo hemos intentado todos menos ése hemos patinado por el exceso de humedad.
Primera parada de avituallamiento y segunda tras coronar cerca de la ermita que aunque no parece que haya un camino claro este si llega a aparecer y en todo su esplendor. Y hay que aprender a disfrutarlo, en todos los sentidos, y si puede ser encima de una bici la recompensa es doble. Pasamos por la Font des Rafal y volvemos hacia la Font de Dalt por el sendero para pasar directamente al área recreativa y volver por asfalto hacia Palma donde me quedo irremisiblemente atrás. El viento arreciaba y me cuesta que la bici coja velocidad ni siquiera en las bajadas, así que me lo tomo con calma. Pero es verdad, me quedé con ganas así que esta tampoco será la última.
Por aquí hay más crónica y fotos.
Así y todo pese a las ganas de estrenarla, viendo la previsión del tiempo para el sábado y sobretodo para el domingo, decido quedarme en casa para “fer dissabte”, (hacer limpieza, en castellano), y unirme a algún grupo que planee una salida festiva. La condición era no volver muy tarde lo que implica empezar temprano y eso descartaba casi todas las opciones que pude recopilar el sábado aunque siempre hay una que cumple esa premisa, la salida de los bous. Además, en el post-it del anuncio no especificaban ruta, con lo que casi era una invitación en toda regla.
Voy solo al punto de reunión carreteando por las calles solitarias de la ciudad, aún no son las ocho y el letargo hace mella pero el día amanece espléndido y parece apoyar mi idea de ir a rodar un poco por los encinares de Son Ferrà y Son Tríes. Propuesta que no encuentra mucha oposición, al contrario, entre los compañeros, unos trece (creo) en total, que nos hemos dado cita en el punto de salida habitual, aunque la mayoría no conoce la parte final de la ruta.
Atravesamos el polígono para ir a cruzar el torrente de sa Riera extrañamente seco en el vado dado lo que había llovido en días anteriores y subir hacia Establiments para dirigirnos hacia Bunyolí y tomar el desvío de Sarrià y Son Malferit. Primera parte de la ruta, digamos de aproximación y calentamiento, cumplida, ahora queda el ascenso duro, aunque lo duro se circunscribe en realidad a la parte del cemento que solamente he visto superar a uno porque de los pocos que lo hemos intentado todos menos ése hemos patinado por el exceso de humedad.
Primera parada de avituallamiento y segunda tras coronar cerca de la ermita que aunque no parece que haya un camino claro este si llega a aparecer y en todo su esplendor. Y hay que aprender a disfrutarlo, en todos los sentidos, y si puede ser encima de una bici la recompensa es doble. Pasamos por la Font des Rafal y volvemos hacia la Font de Dalt por el sendero para pasar directamente al área recreativa y volver por asfalto hacia Palma donde me quedo irremisiblemente atrás. El viento arreciaba y me cuesta que la bici coja velocidad ni siquiera en las bajadas, así que me lo tomo con calma. Pero es verdad, me quedé con ganas así que esta tampoco será la última.
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